miércoles, 31 de octubre de 2012


                                                               UN ESCÁNDALO



El efecto que produjo la revelación del diario Página/12 que terminó con la salida del jefe de Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli, acusado de vínculos con el narcotráfico fue un golpe certero para el Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Es un escándalo que se haya designado a un alto jefe policial que aparece en escuchas telefónicas y se lo constata alertando a un narcotraficante de que lo están siguiendo fuerzas federales.
Cuando se empezó a visualizar el grado y volumen del negocio de la droga en Rosario, se descubrió que pone a pibes de los barrios humildes en riesgo y se sospecha del blanqueo, de inversiones, de un entramado que vincula estudios jurídicos, contables y algunas otras oficinas con despachos policíacos.
Hugo Tognoli fue nombrado Jefe de Drogas Peligrosas de la Provincia de Santa Fe, por el entonces gobernador Hermes Binner. Una vez en el cargo, llegó a un acuerdo con el fallecido barrabrava de Newell´s Old Boys, “Pimpi” Camino en el mercado del narcotráfico y con el ex presidente de dicho club, Eduardo J. López.
El diputado bonaerense Marcelo Saín -creador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que con sus escuchas tumbó a Tognoli- hacía saber en las últimas horas por las redes sociales que "hay que dejar de andar dando conferencias de prensa por procedimientos policiales de cuarta y armar una Agencia Federal de Seguridad Compleja", y también: "Lo de Santa Fe demuestra que cuando hay una intervención policial federal seria, los resultados son eficaces en la lucha contra el narco". Bueno, es posible que no se haya escuchado concretamente a Saín, pero ahora se sabe que el gobierno santafesino se prepara para anunciar una Agencia de Seguridad para Delitos Complejos que saque a la policía tradicional de temas sensibles.
La situación demuestra claramente que existe una preocupación estructural por el tema que excede el corto plazo y pone a todos los dirigentes en obligación de dar respuestas, aunque con distintos niveles de responsabilidad, por supuesto.
Ni la justicia federal se salvó de las esquirlas. ¿Por qué tal juez subrogante no firmaba la orden de detención de Tognoli ni los allanamientos que pedía la fiscal? ¿Por qué el magistrado titular tardó tanto en librar la captura y si lo hizo fue no sólo para fuerzas federales sino también para las provinciales que hasta ayer presidía el propio buscado?
No es serio que se designe al “compañero de aventuras” de Tognoli para que ejerza el cargo, donde desde el primero hasta el último están sospechados. Se debe dar de baja a toda la cúpula para renovar la fuerza.
El caso Tognoli es la clara muestra de que toda la fuerza de seguridad provincial está invadida por la corrupción y que existe un vacío en la capacidad política. Es el momento indicado para que el Ministerio de Seguridad de nuestra provincia, cuente con equipos especializados en política criminal y erradicar la connivencia política. Si no se hace es porque no se quiere.

                                                                                       Maximiliano Reimondi
                                                                                     Periodista-Escritor-Poeta

lunes, 29 de octubre de 2012


Alfonsina Storni




Alfonsina Storni Martignoni (Sala Capriasca, Suiza, 22 o 29 de mayo de 1892– Mar del Plata, Argentina, 25 de octubre de 1938) fue una poeta y escritora argentina del modernismo.
Sus padres, dueños de una cervecería en San Juan, regresaron a Suiza en 1891. Y en 1896 volvieron a Argentina junto con Alfonsina, quien había nacido durante la estadía de la pareja en el país europeo. En San Juan concurrió al jardín de infantes y desarrolló la primera parte de su infancia. A principios del siglo XX la familia se mudó a Rosario, donde su madre fundó una escuela domiciliaria y su padre instaló un café cerca de la estación de ferrocarril Rosario Central. Alfonsina se desempeñó como mesera en el negocio familiar, pero dado que este trabajo no le gustaba se independizó y consiguió empleo como actriz. Más tarde recorrería varias provincias en una gira teatral.
Storni ejerció como maestra en diferentes establecimientos educativos y escribió sus poesías y algunas obras de teatro durante este período. Su prosa es feminista, ya que busca en ella la igualdad entre el hombre y la mujer, y según la crítica, posee una originalidad que cambió el sentido de las letras de Latinoamérica. Otros dividen su obra en dos partes: una de corte romántico, que trata el tema desde el punto de vista erótico y sensual y muestra resentimiento hacia la figura del hombre, y una segunda etapa en la que deja de lado el erotismo y muestra el tema desde un punto de vista más abstracto y reflexivo. La crítica literaria, por su parte, clasifica en tardorrománticos a los textos editados entre los años 1916 y 1925 y a partir de Ocre encuentra rasgos de vanguardismo y recursos como el antisoneto. Sus composiciones reflejan, además, la enfermedad que padeció durante gran parte de su vida y muestran la espera del punto final de su vida, expresándolo mediante el dolor, el miedo y otros sentimientos.
Fue diagnosticada con cáncer de mama, del cual fue operada. A pedido de un medio periodístico se realizó un estudio de quirología, cuyo diagnóstico no fue acertado. Esto la deprimió, provocándole un cambio radical en su carácter y llevándola a descartar los tratamientos médicos para combatirla.
Se suicidó en Mar del Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Hay versiones románticas que dicen que se internó lentamente en el mar. Su cuerpo fue velado inicialmente en esa ciudad balnearia y finalmente en Buenos Aires. Actualmente sus restos se encuentran enterrados en el Cementerio de la Chacarita.

miércoles, 24 de octubre de 2012


CINE

CORNELIA FRENTE AL ESPEJO



(Argentina/Holanda, 2012).
Dirección: Daniel Rosenfeld.
Guión: Daniel Rosenfeld y Eugenia Capizzano, sobre el relato homónimo de Silvina Ocampo.
Fotografía: Matías Mesa.
Música: Jorge Arriagada.
Intérpretes: Eugenia Capizzano, Leonardo Sbaraglia, Eugenia Alonso y Rafael Spregelburd.


Crítica: por Maximiliano Reimondi

Calificación: Buena
Esta película está inspirada en uno de los relatos más elusivos y exigentes de Silvina Ocampo y lo hicieron respetando casi línea por línea cada uno de sus diálogos, sobre los que se construye toda la estructura del cuento. Y la más lograda, porque al asumir esa literalidad esencial de su fuente no han resignado ninguna de las potencialidades del cine. Por el contrario, se diría que las reencontraron desde el lugar más impensado, desde la palabra, que aquí reencarna en la imagen.
Como ya sugiere el título del relato, hay algo de Lewis Carroll en la aventura de Cornelia, cuando inicia un diálogo consigo misma frente al espejo y decide suicidarse, casi como un gesto de coquetería, con “cierta crueldad inocente u oblicua”, como definía Borges a la literatura de Ocampo. El film de Rosenfeld resuelve muy bien este primer tramo, con otra actriz –otro rostro, otro cuerpo (el de Eugenia Alonso)– que asoma detrás del azogue del espejo en el que Cornelia cree reflejarse. Ese espacio fantasmático que se abre a partir de allí no hará sino profundizarse: la realidad se trasmuta y paulatinamente esa vieja casona familiar, plagada de objetos y recuerdos, funcionará como una usina de espectros. Una niña inquietante, que habla de muñecas y piedras preciosas (¿o “esmeralda” hará referencia a la calle con nombre de joya?), un ladrón obsesionado con abrir una caja fuerte que lleva en su cerradura la marca “Borges” (Rafael Spregelburd), un amante que dice haberle dado un beso que Cornelia no recuerda (Leonardo Sbaraglia). A todos, ella les va pidiendo que la maten, pero como en un sueño –o peor aún, una pesadilla– le niegan una y otra vez ese capricho.
Es excelente la manera en que Eugenia Capizzano encarna a su personaje, al punto que la actriz, sin desaparecer, sólo permite ver a Cornelia, con sus dubitaciones y desplantes, con esa indecible melancolía que aflora detrás de su juventud y su sonrisa. Se diría incluso que en su interpretación está también la dramaturgia del film, como si esos diálogos que no fueron escritos para ser representados encontraran de pronto en ella la manera de ocupar el espacio y el tiempo.
A esa precisión, Rosenfeld –con la colaboración inestimable de Matías Mesa en fotografía– le suma la suya propia desde la puesta en escena, siempre abierta a la ambigüedad, al misterio. 

viernes, 19 de octubre de 2012


                                   LA PROYECCIÓN DEL ESPEJO





¿Qué es el tiempo? Estoy frente al espejo y puedo ver a mi otro yo que se ríe. No es sencillo

pero descubro la proyección de este espejo. Me doy cuenta que no me acuerdo de nada. La

memoria es una parte muy chiquita del alma. El resto hace que no me acuerde de nada.

Tomemos el caso de mi lóbulo izquierdo. Es el que no me funciona. ¿Cuántos lóbulos pueden

crecer a través de otros? Ahora veo la proyección de mi otro yo, que se proyecta a través de

los vidrios de la ventana. Llevo los ojos hacia el cielo raso que está lleno de sombras.

¿Cuántas sombras vacías van hacia la ventana? Por eso digo que el presente es en gran parte

el pasado, que el tiempo se confunde en la luz de la memoria.

¿Quién era yo? A ver, tengo 50 años y…que más…Ahora veo la sombra de mi espejo que se

ríe y se agranda sobre el vidrio de la ventana. Éste la pasa al espejo y, por casualidad, corre

hacia la puerta de calle.

¿Esta es mi casa, no? Por eso estoy acá. Es difícil cuando funciona sólo un hemisferio del

cerebro. ¿Estoy solo? Veo esa sombra que se hamaca en la ventana, se acerca, se desnuda y

va al baño.

Tiene un cuerpo deslumbrante. Sus senos braman de pasión. ¿Tengo 50 años? Otra sombra

está a mi lado y se esconde en el espejo. Todo es muy extraño. Me mira, sonríe y se saca el

pantalón. Va hacia el baño. Sombra…Sombras…Una sombra…Dos sombras…Se miran en el

espejo…No, una…No, dos…Ah, a una la conozco. Pero no me acuerdo el nombre. Ella me dijo

que me quería mucho…

La mesa redonda, el living. Allí hay dos libros. Uno de Freud y otro de Sartre. La sombra sale

del baño y me provoca. Me muestra su vagina tan delicada. Corre hacia mí y rompe mi camisa.

Me lame las orejas y sus formas se agrandan proporcionalmente, sobre los vidrios opacos de la

ventana.

En ese momento, otra sombra grita ¡Ahora! y se divide. Pienso que el ahora es una mujer que

se está vistiendo y no sé quién es. Mientras tanto, otras sombras se pasean por la habitación.

Se miran al espejo al igual que yo.

Esto es como si lo hubiera vivido. Es algo muy complejo. No sé si estoy realmente despierto.

Atrás, tengo una imagen borrosa y doy vuelta la cabeza. Veo al chico que fui hace cuarenta

años. Además, veo otras dos sombras que se esconden en las cortinas.

El último resplandor de la tarde penetra en la habitación, a través del espejo. Entonces, veo

que los sillones están vacíos, abandonados, forrados en azul. Pienso: “¿Qué hago acá? No

recuerdo mi nombre pero sé que tengo cincuenta años. Pero nada más…

¿Por qué esa mujer tiene los brazos alzados y se toca el cabello? Se lo echa atrás mientras se

mira en el espejo. Es terrible pero esas dos sombras la rodean y dicen que es un recuerdo

perdido.

Ahora, los sillones están llenos de gente y una mujer me sonríe y está cagando en el espejo.

Me miro en el espejo y el espejo me muestra un vacío inquietante. Atrás hay un resplandor

opaco que proyecta días terribles de invierno, donde la luz es débil. Ahora, acá adentro, está

nublado porque el sol odia a esta casa.

Tengo puesta una remera blanca. Mi pelo es blanco y se confunde con la imagen del espejo.

Hay una mano que suelta un arco iris sobre mi piel curtida, llena de heridas. Tengo los brazos

apoyados en el lavatorio. No sé qué hora es. No sé si estoy en el presente o en el pasado o en

el futuro. No sé cómo me llamo ni dónde estoy. Pero sé que tengo cincuenta años. Hago un

movimiento de cabeza y un gesto amargo.

Me veo en el espejo pero no veo nada. Tengo que ponerme de acuerdo porque esa mujer, ¿es

una mujer o es una sombra? Si es una mujer, la conozco y recuerdo que la amé. El amor se

proyecta sobre el espejo y nace una sombra que amé, de ahí, nace otra sombra y otra sombra

y otra sombra…Puedo escuchar el ruido de las sombras. Estoy parado frente al espejo durante

horas, hamacándome para recordar.

La cabeza reclinada sobre el hombro. Miro un punto vacío del espejo. Allí se proyecta una

habitación llena de libros que caminan sobre el piso de madera, pateando huesos.

¿Cómo me llamo? El espejo me llama y aparece una mujer que me observa cuidadosamente.

Me da besos envueltos en chocolate y me escribe cartas que tira al suelo. Se arrodilla y

lloramos juntos. Va hacia la ventana, mira el atardecer y la última luz salta en el espejo.

El espejo grita eufórico: ¡Tiempo! Tira una soga y le hace varios nudos. La soga se proyecta

sobre la habitación y forma una cruz que reclama vida.

Todo está oscuro. ¿Todo? Me parece que afuera es de día y adentro es de noche. Una mano

toca el espejo y alcanza un libro. Se desprende una sombra que me susurra al oído: Ella se

fue.

Amanece en el espejo. Fluye leche y miel. Inunda mi ser. Una niebla me cubre y me río a

carcajadas. Recuerdo que ella iluminaba árboles debajo del agua. Sus ramas eran libros que

escupían huesos. Esos huesos eran los de un niño de diez años.

Cierro los ojos y veo una imagen blanca que es la nada. La nada flota en mis ojos. El blanco se

refriega en mi cerebro. El cerebro abre la boca y exhala una imagen que se refleja en el espejo.

Mis huesos se ríen y bailan con sus manos color negro.

Sólo recuerdo que tengo cincuenta años. Esos años que abrazan mis oídos. Los oídos

escupen soles y planetas y me preguntan: ¿Qué es el tiempo?

Frunzo el entrecejo y me quedo pensando…



                                                                               Maximiliano Reimondi

miércoles, 17 de octubre de 2012


CINE

Infancia Clandestina





Ficha técnica
Dirección:
Benjamín Ávila
Guión:
Benjamín Ávila
Marcelo Müller
Estreno (Argentina):20 Septiembre 2012
Género:
Drama
Origen:
Argentina
España
Brasil
Duración: 110 minutos
Clasificación: AM13

Actores
Natalia Oreiro
Ernesto Alterio
César Troncoso
Cristina Banegas
Teo Gutiérrez Moreno
Violeta Palukas
Douglas Simon
Mayana Neiva

Sinopsis
Infancia Clandestina es la historia de Juan, un niño de 12 años, y su familia. Es una historia de militancias, de clandestinidad y de amores. Donde los deseos se pueden convertir en realidad y también pueden desaparecer. Donde se puede ser feliz y también desdichado. Juan está clandestino, tiene otro nombre al igual que toda su familia: Su mamá Charo, su papá Daniel y su adorado Tío Beto. Juan se llama Ernesto. En el barrio y en la escuela lo conocen así. Pero en su casa es simplemente Juan. Estos dos mundo, Juan y Ernesto, conviven, colisionan y se retro-alimentan hasta un punto en que Juan no podrá sostenerlo más y querrá comenzar su propia clandestinidad con su gran amor que es María, una niña que conoce en la escuela.

Crítica  por Maximiliano Reimondi

Calificación: Buena

La ópera prima de ficción de Benjamín Ávila (Nietos (Identidad y memoria), 2004) Infancia Clandestina (2012) es una de esas buenas películas que puede gustar más o menos (y eso va a depender únicamente de la subjetividad del espectador) pero que resulta incuestionable desde todos los sentidos.
Infancia clandestina es una buena película: el relato es fluido y conmovedor, el niño que la protagoniza está perfecto, algunas decisiones estéticas son tan arriesgadas como orgánicas a la naturaleza del relato. Los pasajes animados incluidos en las secuencias de violencia, constituyen un acierto: materializan la imposibilidad de un niño de asimilar simbólicamente lo que está frente a sus ojos (lo que también sucede con las elaboradas secuencias oníricas).
La película es mucho más ambigua e ideológicamente inestable de lo que se cree. El plano final es un ejemplo. La modalidad narrativa es despareja; por eso, si se trata de hacer una crítica política del filme, habría que empezar por su forma. La forma cinematográfica es también una forma de política.
La debilidad del filme reside en la extensión de su mirada. Ver solamente a través de la mirada de un niño nos puede convertir en niños: el filme, en cierta medida, nos trata, amablemente, como tales, y el imperio de las emociones se impone al pensamiento.


lunes, 15 de octubre de 2012


PREMIO NOBEL DE LITERATURA




Por primera vez, el galardón más importante de las letras mundiales va directo a China: la Academia Sueca distinguió ayer al novelista Mo Yan con el premio Nobel de literatura 2012 por su capacidad para unir, "con un realismo alucinatorio, leyendas populares, la historia y lo contemporáneo".
Mo Yan, uno de los nombres que sonaban en las quinielas previas al anuncio, es conocido en Occidente especialmente por su novela "Sorgo rojo", que fue adaptada a la gran pantalla por el aclamado cineasta Zhang Yimou. Sus narraciones están impregnadas de las historias de campesinos de su natal Gaomi, un pueblo del este de China, pese a que él vive desde hace tiempo en Pekín.
"Con una mezcla de realidad y fantasía, desde una perspectiva social e histórica, Mo Yan ha creado un universo que en su complejidad recuerda a William Faulkner y Gabriel García Márquez", argumentó el jurado. "Al mismo tiempo, se apoya en la literatura tradicional china y las narraciones populares orales."
El propio Mo se enteró de la noticia en su natal Gaomi, adonde había viajado unos días para visitar a su padre. "Me siento tremendamente feliz y asustado", dijo citado por medios chinos. No obstante, no cree que ganar el premio "signifique nada". "China tiene muchos grandes escritores y creo que sus obras también se merecen ser reconocidas en el mundo", afirmó.
Mo Yan, que significa "no hables" en chino, es el seudónimo de Guan Moye, el verdadero nombre del escritor.
En Pekín, los medios estatales hablaron de Mo como el "primer ciudadano chino" que es honrado con el Nobel, pese a que en el año 2000 ya fue premiado Gao Xingjian y en 2010 Liu Xiaobo (Nobel de la paz).
El secretario de la Academia, Peter Englund, rechazó cualquier sospecha de reparto geográfico o concesión a las proporciones en la decisión del Nobel. "Si lo hiciéramos, nuestro trabajo sería imposible", dijo. "Para nosotros lo decisivo es que la literatura que premiamos perdure". Aunque reconoció que quizá ahora el jurado intenta ser "más consciente" de lo que ocurre en todas las partes del mundo.
Entre los compatriotas del autor de "Grandes pechos, amplias caderas", el premio también ha generado acalorado debate: Mo es vicepresidente de la asociación de escritores de China, aprobada por el Estado, y la ha representado en eventos internacionales. En la Feria del Libro de Fráncfort de 2009, él y otros autores rechazaron participar en actividades en las que figuraban disidentes chinos.
"Eso ha demostrado que su papel principal no es el de escritor independiente, sino el de escriba del Partido Comunista", escribió el disidente exiliado Yu Jie en la web del club PEN independiente chino.
Para la Academia Sueca, la supuesta "fidelidad estatal" que achacan a Mo algunos críticos es irrelevante: "En su patria, pese a su postura de crítica social, está considerado uno de los grandes escritores contemporáneos", señala el jurado en su comunicado de presentación del Nobel. Y "este no es un premio político", añade Englund.
La lucha de clases y el fundamentalismo comunista de su juventud dejaron en él una profunda huella. El Nobel de literatura, dotado con 1,2 millones de dólares, será entregado el 10 de diciembre en Estocolmo.
De la bibliografía del escritor chino Mo Yan, ganador del Nobel, prácticamente no existe ningún titulo disponible en el país en formato de libro.
Consultas efectuadas por La Capital a librerías y editoriales arrojaron que el único título editado en Argentina es "Sorgo rojo", pero la impresión del libro y la puesta a la venta datan de varios años atrás. Muchnik lo editó en 1998 y El Aleph en 2002, sin que queden ejemplares en los comercios actualmente. "Sorgo rojo" fue el libro más conocido del escritor chino en los países de habla hispana por cierta repercusión del film dirigido por el cineasta Zhang Yimou, basado en el libro.
La librería española Casa del Libro, en su portal de ventas por internet (casadellibro.com), ofrece siete títulos de Mo Yan traducidos al español, que envía por encomienda: "Shifu, harías cualquier cosa por divertirte" (Ed Kailas, 2011 - 17 euros), "Sorgo rojo" (El Aleph, 2009 - 21 euros), "La vida y la muerte me están desgastando" (Kailas, 2009 - 23 euros), "Grandes pechos, amplias caderas" (Kailas, 2007 - 23 euros), "Rana" (Kailas, 2011 - 20 euros), "La república del vino" (Kailas, 2010 - 23 euros) y "Las baladas del ajo" (Kailas, 2008 - 22 euros).

El premio creó debate en China

Los medios de prensa estatales de Pekín celebraron a Mo Yan como "el primer chino galardonado con un premio Nobel". Esta calificación equivocada ya demuestra la controversia alrededor del escritor chino.
El primer autor chino, que en 2000 recibió el premio Nobel de literatura, fue Gao Xingjian. Pero él vive en el exilio en Francia, por lo que para China ya no es considerado chino.
Por su parte, al Dalai Lama, que en 1989 fue elegido ganador del premio Nobel de la paz, no le gustaría ser calificado de ciudadano chino, porque el Tíbet, dominado por China, no pertenece desde su punto de vista a ese país. El líder espiritual de los tibetanos tampoco puede ingresar a China.
A su vez, China no permite que el anterior premio Nobel chino salga del país y lo mantienen silenciado en prisión: Liu Xiaobo, Nobel de la paz 2010, sigue encarcelado, mientras que su esposa Liu Xia sufre estricto arresto domiciliario.
Al fin y al cabo, Liu Xiaobo es también presidente honorario del Club PEN de los escritores independientes chinos, mientras que Mo Yan es el vicepresidente de la asociación oficial de escritores chinos.
No sorprende que la distinción otorgada a Mo Yan haya desencadenado reacciones mixtas.
Unos lo ven como un conformista "escritor oficial", mientras que otros lo consideran un gran contador de historias y literato independiente.
En el prólogo de su libro "Wa" ("Ranas"), pronto a ser editado en inglés, el mismo autor escribe sobre su dilema: "Si un escritor no toca temas delicados, es considerado un oportunista, protegido por el gobierno. Si lo hace, es criticado porque se congracia con Occidente".
Mo Yan sostiene que tiene la sensación que siempre toca un nervio de sus "críticos sabelotodo" y se convirtió en su enemigo.
En sus primeras reacciones, Mo Yan mostró humildad, tal como debe ser en China.

viernes, 12 de octubre de 2012


                                       JUAN LAZARTE


                                       



Fue un médico y sociólogo que es un modelo de vida para los seres humanos de la actualidad. Estuvo atravesado por la libertad de pensamiento, la alegría de vivir, el trabajo solidario y la participación social a partir del compromiso con la resolución de los problemas.

Juan Benito Lazarte nació el 21 de marzo de 1891 en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. El padre, Juan Lazarte Irusta, era hijo de un mestizo y de una criolla descendiente de comechingones (de apellido Irusta). Le llevaba muchos años a su esposa Francisca Estebecorena (hija de vascos). Juan y Francisca tuvieron dos hijos. Juan Benito y María Eduviges, de sobrenombre “Pachaca”.
Juancito era un chico inquieto, creativo, de muchas iniciativas. Nació con una capacidad innata de pensar por sí mismo y de actuar libremente. Fue un niño difícil de educar para sus padres.
Juan fue desarrollando su propio discernimiento entre lo que aceptaba, lo que podía creer, lo que debía investigar y lo que debía refutar.
Así dentro de la enseñanza católica-en la escuela primaria-surgió en él la necesidad de interpretar por sí mismo el evangelio y la grandeza y el ejemplo fraternal y solidario de la vida de Cristo. Él no aceptaba intermediarios entre su alma y Dios.
Por su propia experiencia de niño y por las enseñanzas de Rousseau, Juan respetó siempre la libertad de conciencia del niño, con la esperanza de que así iba a florecer su ser profundo, su propia vocación de ser.
En cuanto a la familia de Juan, su padre arreaba ganado para el frigorífico. Era un verdadero gaucho, de mate y asado diarios. La madre, Francisca, fue principal sostén del hogar pues se capacitó como modista, llegó a tener ayudantas y ser una de las mejores modistas de Rosario. Si bien el taller lo tenía en su propia casa el trabajo le impedía dedicarse por entero a sus hijos. A Juan lo pusieron pupilo en el Colegio Salesiano que quedaba a pocas cuadras de su domicilio.
El Colegio secundario lo cursó en el Colegio Nacional de Rosario, fundado por Sarmiento donde se recibió de bachiller en 1910. Allí hizo muy buenos amigos como Florentino Sanguinetti y Amadeo Sabatini que descollaron, posteriormente, como hombres públicos. En esos años del secundario se destacó en el fútbol amateur. Jugaba en la delantera y tenía una gran habilidad psicomotríz. Se hizo famoso por ser el artífice del triunfo del club Provincial de Rosario sobre, hasta ese momento, el invicto Alumni de los hermanos Brown de Buenos Aires.
Al terminar el secundario fue a estudiar ciencias naturales en la Universidad Nacional de la Plata donde se recibió de Profesor en Ciencias Naturales. También se recibió de Profesor en Ciencias Biológicas en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Buenos Aires, en 1915. En esas ciudades frecuentó ambientes científicos y culturales muy importantes de la época. Tomó contacto con José Ingenieros, conocido médico, sociólogo y escritor de gran envergadura a quien muchos lo señalan como uno de los grandes precursores de la Reforma Universitaria.
Del mismo modo Juan Lazarte encontró su propia ubicación política con los sostenedores del socialismo libertario porque expresaban dos valores fundamentales innatos de Juan: su libertad y autonomía como persona auténtica y su fuerte sensibilidad social que lo hacía participar con los trabajadores y sus sindicatos, en esa época liderados por la Federación Obrera de la República Argentina. Siempre apoyó los justos reclamos de excluidos o semiexcluidos sociales.
Desde la perspectiva científica, en esa época uno de los temas que más le interesó fue la teoría del desarrollo de las especies, tanto la de la evolución de Darwin, como la de Lamarck y luego la más reciente del holandés De Vries. Como su afán de conocimiento no se conformaba con los límites de la ciencia argentina decidió, al recibirse de Profesor en Ciencias Biológicas y en Ciencias Naturales, viajar en julio de 1916, a Nueva York para perfeccionarse en la Universidad de Columbia bajo la dirección del gran biólogo y máxima autoridad mundial Thomas Morgan, con quien estudió los temas de herencia, en general, y genética, en particular. A fines de ese mes se muda de la calle 91-a orillas del Hudson-, donde residió un par de meses, a los barrios de la Universidad. Pero en 1917 decide regresar a la Argentina porque Estados Unidos había entrado en la Primera Guerra Mundial y como latinoamericano se tenía que enrolar en el ejército norteamericano. Esto significaba contradecir su profunda vocación pacifista.

Nina

En la vida de Juan Lazarte, existió una gran mujer: Juana, de sobrenombre Nina-por “Giovannina” diminutivo de Giovanna, Juana en italiano-.
Era una mujer inteligente, sabía decir su marido, y muy bella. Nina acompañó a Juan con su trabajo amoroso, silencioso y perseverante. Tenía diez años menos que él, había nacido el 12 de septiembre de 1901 en la ciudad de Córdoba. Cuando Juan llegó a Córdoba para estudiar medicina, a fines de 1917 procedente de Estados Unidos, inició una gran actividad social y conoció a Juan Rovira, casado con una hermana de Juana, llamada María. Por ellos se estableció el contacto que rápidamente se convirtió en la pareja que duró más de 40 años.
La casa de los Lazarte era espaciosa y “mágica”. Tenía una biblioteca grande y un amplio fondo poblado de plantas animales-pájaros, gatos, gallinas, perros, conejos y hasta un mono.

Librepensador

Si bien Juan tenía un pensamiento social utópico, no implicaba que no se diera cuenta de la realidad social y de las distintas limitaciones que tenemos los seres humanos, pero pensaba que si el hombre no hace un esfuerzo para realizar los mejores ideales se cae en un nihilismo sin esperanzas. Por eso escribió sobre la necesidad de la utopía. En eso coincidió con el pensamiento de Goethe hecho suyo por Viktor Frankl “Si tomamos a los hombres tal y como son, los haremos peores de lo que son. En cambio si los tratamos como si fuesen lo que debieran ser, los llevaremos allí donde deben ser llevados”.
Juan era un espíritu libre pero al mismo tiempo comprometido, participante y responsable individual y socialmente. Era un librepensador y por ello no podía encerrarse en un esquema dogmático. Siguió el ejemplo del gran sabio y amigo Jorge Federico Nicolai que nunca se puso un rótulo y a quién, por su espíritu libre, Juan supo llamarlo aventurero y explorador de pueblos y almas.
Para entender a Lazarte hay que comprender la libertad como principio fundamental de un ser humano y de la sociedad. La libertad la vivía desde una participación comprometida con la sociedad de la que formaba parte. Ese es un segundo principio de su trayectoria: la presencia participante.
La amplitud de su pensamiento sin fronteras, su dinámica de aprendizaje permanente y de participación social delinean una conciencia expansiva y participante.
Al conocer a Jorge Federico Nicolai, toma contacto con las hipótesis biológicas y científicas sobre aspectos agresivos y destructivos que tiene, también, la especie humana. Simultáneamente, con sus estudios científicos va tendiendo a integrar las ciencias sociales con una visión complementaria de las ciencias biológicas.
Ideológicamente Nicolai influyó mucho en él, precisamente por el espíritu libre de este sabio alemán. Estaba lejos de todo dogmatismo y tenía la capacidad de pensar por sí mismo sin rotularse en una ideología determinada. Su libertad de conciencia y de pensamiento hacía que ni siquiera pudiera adherirse a sus propias definiciones porque, como un verdadero científico, corregía y enriquecía sus comprensiones con lo que surgía de la investigación, la observación y la experiencia. Esta es la forma en que los sabios participan de los problemas de la gente y de la sociedad sin perderse en teorías sino siempre abiertos a corregirse. Las personas que no tienen la capacidad necesaria para comprender los hechos por sí mismas se adscriben a las teorías estructuradas por unos u otros.
José Ingenieros también fue una gran influencia en Juan Lazarte. Por su libertad interior, espiritual, Juan nunca se quejaba cuando veía que no se conseguían los resultados esperados. Siempre vivió desapegado de los resultados y experimentó plena e intuitivamente lo que Frankl llamara “valores de actitud”, es decir, la aceptación de lo inmodificable.
Estaba convencido de la integración pascaliana de la mente y el corazón. Sentía con, un profundo afecto solidario, el sufrimiento de los seres humanos, luchaba en una acción continuada por la superación de las injusticias. Eso movía a su mente a pensar las soluciones.
Era austero, participaba sinceramente con todos y su humildad le impedía jactarse de sus logros. Trataba con el mismo respeto a un rico como a un pobre. Muchas de sus ideas no las predicó con la palabra sino con el ejemplo.
Lazarte profundizó, también, el pensamiento del gran científico, matemático y filósofo Blaise Pascal (1623-1662). Conocía la grandeza del hombre y sus miserias. Así, lucha entre los extremos, la razón y la sensibilidad se insertan en la justificación pascaliana del cristianismo y sus “pruebas” sobre la existencia de Dios.
Juan tenía una visión integral y no fragmentada del conocimiento. Era un enciclopedista y gran defensor del laicismo. Por eso cuando llegó a Córdoba en 1917, inmediatamente militó en el movimiento reformista que no era contra una religión sino contra el dogmatismo que quería mantenerse por la fuerza en una universidad nacional pagada con el dinero del pueblo. Su sensibilidad social lo hacía ser conciente del privilegio de ser estudiante y de la obligación de hacer llegar a los postergados y excluidos los beneficios de la ciencia y de la técnica.
Por ello fue uno de los que trabajó en la unión obrero-estudiantil, ya en los años ´20, para mejorar las condiciones miserables en que vivían y viven grandes sectores postergados. Luchó por una medicina social para que no hubiera una medicina superior para los ricos y una medicina precaria o ninguna para los pobres. Esto lo llevó a impulsar el sanitarismo, el seguro de salud y tantos otros objetivos concretos de beneficio para amplios sectores de la población.
Como humanista con sensibilidad planetaria apoyó los derechos del pueblo español cuando la República, instaurada en 1931 tuvo que ser defendida del golpe militar del 19 de julio de 1936, acaudillado por Franco y con el apoyo cómplice de la Italia fascista y la Alemania nazi que con su aviación bombardeó a la ciudad vascongada de Guernica en 1937.
Existían dos tipos de hombres, para Juan Lazarte: los que se aprestan a apoderarse de la materia y se convierten en ella; y los que se olvidan de lo material y su vida está integrada con la ética y el espíritu. Por ende, Juan sentía una profunda admiración por Lisandro de la Torre. Estos, se puede decir que son puntos convergentes y afines con la vida y el pensamiento de Juan quien escribió en su honor: “Lisandro de la Torre, reformador social americano” (1941). En esta obra se refleja esa identificación del escritor con el biografiado. Incluso se pueden citar coincidencias temáticas y vivenciales entre ambos como la cuestión comunal, la lucha por el federalismo y la descentralización, la tierra como el problema básico americano, el pacifismo, la austeridad y sencillez de sus costumbres.
El tema comunal fue un eje en su concepción política desde un principio, es importante recordar que de la Torre al graduarse de abogado elaboró su tesis doctoral sobre municipios y comunas. Este también es un tema central en las obras escritas y en la lucha política de Juan Lazarte.
En su obra Federalismo y descentralización en la cultura argentina Lazarte analiza el centralismo económico que padece la Argentina.

El Pacifismo

Entre los aspectos sociales y multifacéticos de Juan Lazarte destaca su pacifismo. La violencia, las dictaduras y la destrucción provocada por las guerras mundiales provocaron en Juan la necesidad de intensificar la lucha por el pacifismo, las libertades y la fraternidad entre los seres humanos aunque su concreción fuera una utopía. De allí que en etapas más maduras de su vida escribiera sobre la necesidad individual y social de la utopía.
Juan mantuvo sus ideales de crear una sociedad donde no hubiera millones de seres humanos sin trabajo, sin alimento sin salud, sin educación, etc. Pero todo ello sin que ningún individuo perdiera su libertad que es el bien y la necesidad fundamental de los hombres. Trabajar por una sociedad donde los países se sometieran al Derecho Internacional y no recurrieran a las guerras.
En la vida de Juan Lazarte la participación social fue un camino para luchar por esos ideales. Durante muchos años trabajó para crear conciencia en los gremios obreros democráticos y en las últimas décadas de su vida participó en los grupos de estudio de los socialistas libertarios de Rosario. No fue afecto a la actuación partidista en política porque pensaba que la sociedad tenía que avanzar en su conjunto.
Es importante mencionar su campaña pacifista cuando las compañías petroleras norteamericanas e inglesas, compitiendo por el petróleo del Chaco Boreal, desencadenaron la guerra entre Bolivia y Paraguay (1932-1935). Fue en esa circunstancia cuando escribió el libro La locura de la guerra en América. Después de la hecatombe de Hiroshima (1945) volvió a intensificar su pacifismo siendo presidente de la Asociación Pacifista Argentina-independiente de todo partidismo, fundada en Rosario en 1946-, cuyo secretario Santiago Savary, vivía en las afueras de la ciudad de Córdoba donde publicó la Revista de la Asociación Pacifista Argentina (APA). Era la época de la guerra fría entre Rusia y Estados Unidos y la APA tenía una postura equidistante de ambos países protagonistas.
La Medicina Social y el Gremialismo Médico

Lazarte, en este campo hizo un aporte importante a partir de su idea de no confiar el desarrollo del país sólo al Estado o a los partidos políticos. Los profesionales se debían asociar para defender los derechos de los enfermos a tener una medicina más avanzada y los derechos del profesional para no ser explotado por el Estado, los sanatorios privados, etc. Así fue uno de los gestores más importantes en organizar y fundar la Federación Médica de Santa Fe y miembro titular de su Comisión Directiva desde 1933 hasta 1953. Junto a otros colegas y a partir de su “entusiasmo creador” fundó la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA) de cuya revista, editada en Buenos Aires, fue director y editorialista desde su creación hasta su fallecimiento en 1963.
También intervino en la redacción del Código de Ética Profesional que hizo suyo la COMRA y aportó en el campo sanitario como autor de un proyecto de Código Sanitario Argentino y escribió “Problemas de Medicina Social”, uno de los primeros libros de la materia que fue referente para las políticas de desarrollo social en Chile, cuando ganó las elecciones un Frente Popular en el país trasandino (mucho antes del de Allende). Su solidaridad con colegas está documentado en diferentes testimonios.
La comunidad médica valoró el aporte, la solidaridad y las acciones de Juan Lazarte que tuvo su campo de atención en Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y Santiago de Chile. Fue designado, entre otros cargos, Presidente del Congreso Médico Gremial (Santa Fe, 1935); Presidente del Congreso de Sanidad de la provincia de Santa Fe (1942); Vicepresidente del Congreso Nacional de Medicina (Mar del Plata, 1954); Secretario del Consejo Deontológico y Presidente de la Comisión de Publicaciones de la Confederación Médica de la República Argentina; miembro corresponsal de la Asociación Médica Mundial.
Escribió una treintena de libros y cientos de artículos publicados en temas científicos, gremiales y sociales.

Enfoque integral del proceso salud-enfermedad

Juan Lazarte tuvo una concepción integral del proceso salud-enfermedad y, en consecuencia, de las cualidades que debe reunir la formación profesional. Al respecto en el VII Congreso Argentino de Medicina Social (Rosario, 1956) definió las condiciones que debe reunir el médico: “Debemos formar profesionales de alto nivel técnico, con pleno conocimiento de los acontecimientos socioeconómicos y culturales, cuyo manejo les permita, sobre la base de la realidad nacional, contribuir a modificar las condiciones estructurales que atentan contra la salud y frenan su desarrollo nacional”.

Muerte

El 20 de julio de 1963, estaba atendiendo a sus pacientes en su consultorio y tuvo un ataque cardíaco. Falleció ese día, en la localidad de San Genaro, provincia de Santa Fe.







Fuentes

Revistas

.Lazarte, Juan. En torno a la vida y muerte de José Ingenieros. Revista Claridad, Año 6, N° 145, 27 de octubre de 1927.
.Meeroff, Omar. “Dr. Juan Lazarte: ejemplo de luchador por la solidaridad humana, la paz y la democracia”. Revista Galenia, Año 2, N°9, julio de 1998, Santa Fe, Argentina, p. 31.

Libros

.Lazarte, Juan. “Líneas y trayectoria de la Reforma Universitaria. Librería Ruiz, Córdoba, 1935.
.Lazarte, Juan. “Federalismo y descentralización en la cultura argentina”. Editorial Cátedra Lisandro de la Torre, Bs. As., 1957, p. 7.
.Lazarte, Juan. “Lisandro de la Torre, reformador social americano”. Editorial América lee, Bs. As., 1941, p. 471.
.Mastrangelo, Fabiana. “Dinámica social de la esperanza; vida y obra del doctor Juan Lazarte”.



                                                                                      Maximiliano Reimondi
                                                                                    Periodista-Escritor-Poeta