miércoles, 18 de septiembre de 2013

PAULA PERASSI



Hace dos años que una madre de dos hijos pequeños salió de su casa en la ciudad de San Lorenzo. Fue el domingo 18 de septiembre de 2011 a la noche, y jamás volvió. Desde entonces, este diario siguió al pie de la letra las idas y venidas del sistema judicial y su agobiante burocracia, en una investigación que, de la mera lectura de los expedientes pareciera ser en todo caso un manual de cómo errar el camino hacia el descubrimiento de la verdad. Mientras tanto, Paula Perassi (36) no aparece y hoy —viva o muerta— su única fortuna es tener a Alberto, un padre valiente, con una energía inagotable, que ha hecho de su vida una cruzada por el esclarecimiento.
Este hombre no se miente a sí mismo: sabe que es más que probable que su hija esté muerta, y de hecho, pese a que su cadáver no apareció, el caso está caratulado como homicidio. Acepta, y sigue luchando para que el o los culpables paguen por el crimen. Y más allá de lo probado y lo no demostrado, no duda de la responsabilidad de los dos únicos imputados, procesados, detenidos, liberados y últimamente desprocesados en la causa: el empresario y amante de Paula, Gabriel Strumia, y su empleado y mano derecha, Antonio Darío Díaz.
Accionar de un padre. Alberto Perassi no tiene miedo y nunca titubeó en esgrimir la palabra corrupción, no dudó en denunciar amenazas y atentados para callarlo, en encadenarse frente a tribunales, en golpear puertas hasta llegar incluso a ser atendido en el Ministerio de Justicia de la Nación, en marchar por las calles junto a su esposa Alicia, vecinos, instituciones, pidiendo justicia y "para que no haya otra Paula".
Pero hay muchas Paulas. Y este caso, como tantos otros, revela incapacidades, carencias y una trama perversa no sólo en cuanto a los detalles del caso, que acaso se habría resuelto si no se hubieran perdido una serie de pruebas claves, como la filmación de las cámaras de seguridad de un telecentro desde donde la joven recibió un llamado una hora antes de desaparecer, o si se hubieran intervenido teléfonos, por dar algunos ejemplos.
Algunos porqués. Una conjunción de varias aristas, filosas, complejas. El miedo y lo que no se dice. El tiempo perdido. Lo desaprovechado. Lo desestimado. Lo oculto. Las idas y venidas de la burocracia judicial. Estas y cuántas cosas más se pueden incluir a la hora de analizar y finalmente, no terminar de entender por qué no se resuelve el caso.
Para Adrián Ruiz, abogado de la familia Perassi, esto está más que claro: "Queda al desnudo que la provincia no puede invertigar un delito complejo. No está capacitada para resolver todo lo que no es flagrante. Salvo aquello que se le tope por delante, lo que no se entiende termina en la libertad de los responsables".
Los puntos críticos del caso se ponen de relieve en el pedido de inconstitucionalidad presentado días atrás por la querella y el fallo previo de la Cámara de Apelaciones de Rosario, que acusó al fiscal Ramón Mosceta de haber "estado ausente, en la forma más absoluta. En más de 2.000 fojas, muy de vez en cuando aparece una notificación, o un tibio pedido. Jamás se desarrolló desde esa parte una propuesta o se solicitaron medidas en función de una línea de investigación, y menos aún en función de una teoría del caso de parte del actor penal público".
Posturas. La resolución del 10 de abril último por la que esa cámara desprocesó a los acusados, está redactada de una manera que deja la duda si es una dura crítica o en realidad una mofa del accionar del juez de Instrucción interviniente, Eduardo Filocco, al que plantea como un gran imaginador que hilvanó rebuscados datos y pruebas para elaborar una novela de amor, desengaño y muerte. Que en medio de contradicciones y sin "elementos de convicción suficientes para estimar que se cometió un delito", acusó a dos personas en un afán de "calmar" o "dar una respuesta al pueblo, o a las víctimas".
En cambio, para los abogados querellantes, la revocatoria de los procesamientos de Strumia y Díaz, se basa en una "postura antojadiza" a favor del empresario, una visión parcial, bajo "fundamentos aparentes", lo cual representa "gravedad institucional" y es inconstitucional. Ello, sin contar que no hubo un fiscal de grado a la altura de las circunstancias y por ello "queremos que lo renueven", aseveró Ruiz.
Recursos. Por ello, los abogados de la familia Perassi presentaron días atrás un recurso de inconstitucionalidad ante la Cámara de Apelaciones e idéntica presentación realizó también el fiscal de Cámaras Guillermo Camporini.
Es de esperarse que ambos sean rechazados por la Cámara de Apelaciones en un plazo de alrededor de un mes, por lo que la querella ya adelantó que acudirá en queja ante la Corte Suprema, es decir que pasarían al menos dos meses más hasta que se tengan novedades en el caso.
Fuente: Diario “La Capital”



JORGE JULIO LÓPEZ



Jorge Julio López (General Villegas, Buenos Aires, Argentina, 1929 – Desaparecido el 18 de septiembre de 2006)

Primera desaparición

Jorge Julio López fue detenido ilegalmente y llevado a distintos centros clandestinos de tortura durante la dictadura militar que gobernó la Argentina en el período de 1976 a 1983 autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Fue secuestrado el 21 de octubre de 1976 hasta el 25 de junio de 1979.
Mientras Jorge Julio López se encontraba desaparecido, Miguel Etchecolatz era Director de Investigaciones de la Provincia de Buenos Aires, encargado de uno de los centros de detención clandestinos y mano derecha del ex General Ramón Camps.

Segunda desaparición

Luego de treinta años del último golpe de estado, y habiéndose derogado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, Miguel Etchecolatz fue el primer acusado por genocidio. Jorge Julio López era querellante en la causa y sin duda un testigo clave, ya que con sus declaraciones involucraban a por lo menos 62 militares y policías. Debido a su testimonio, Miguel Etchecolatz se halla detenido en una cárcel común, condenado a cadena perpetua por crímenes cometidos en el marco de un genocidio.
Luego de la condena de Etchecolatz, López fue desaparecido sin dejar rastros, el día 18 de septiembre de 2006, en la ciudad de La Plata.
Durante los largos años que median desde la desaparición de Jorge Julio López, ni el gobierno nacional ni el gobierno provincial han obtenido ningún éxito en sus pesquisas. Los funcionarios, por su parte, han asegurado su optimismo respecto de una pronta reaparición y la existencia de “progresos substanciales” sin dar a conocer cuáles son esos progresos o en qué se funda su optimismo.
En contraposición, la familia del albañil desaparecido reclama al menos “una noticia, por mala que sea”.
Por su parte, los Organismos de Derechos Humanos han planteado desde un comienzo que la desaparición de Jorge Julio López involucra a miembros de fuerzas de seguridad retirados y en actividad. Denunciando además la inacción de la Justicia y los diversos órdenes del gobierno para esclarecer el hecho.
El día 8 de enero de 2007 la diputada nacional Nora Ginzburg presentó un proyecto de ley que en su artículo primero solicitaba la conformación de una “comisión bicameral especial destinada a mantener informado al Congreso de la Nación sobre el desarrollo de las investigaciones relacionadas con el secuestro y la desaparición del señor Jorge Julio López y el secuestro y posterior aparición con vida del señor Luis Ángel Gerez, sin que ello importe el desplazamiento de los respectivos órganos naturales a cargo de la investigación.”. El proyecto no avanzó.
La diputada, el 15 de febrero, presentó entonces un proyecto de resolución solicitando un pedido de informe al Poder Ejecutivo respecto de los casos de López y Gerez. Por segunda vez su presentación no prosperó.
El 27 de febrero Ginzburg insistió con su proyecto de formación de una comisión bicameral. El presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Ballestrini, le denegó su pedido. Consiguió, en cambio, que se tratara su proyecto de pedido de informe al Poder Ejecutivo Nacional. Por 118 votos en contra y solo 47 a favor el proyecto fue rechazado. Todos los diputados del Frente para la Victoria y del Peronismo Federal votaron por la negativa.

Hipótesis

La desaparición del albañil hizo arreciar las críticas sobre el régimen de protección de testigos y sobre la falta de recaudos para frustrar amenazas contra su vida y libertad.
Inmediatamente tras su nueva desaparición, el gobierno bonaerense elevó una recompensa pública de $200.000, para quien brindara información sobre su paradero. Luego esa cifra fue elevada al doble (llegando a la fecha de diciembre de 2007 al millón de pesos), y actualmente llega a los 2.000.000 pesos, para que incentive a informar datos fehacientes de su paradero. Se lanzaron al aire numerosos avisos televisivos, radiales, en medios gráficos, etcétera, dando cuenta del hecho de su desaparición y de su fotografía. Se llegó incluso a enviar mensajes de texto a todos los teléfonos celulares solicitando colaboración para su búsqueda. La Policía Bonaerense movilizó miles de efectivos para los rastrillajes.
De lo antedicho, se descarta la hipótesis de la desaparición de López causada por un shock traumático que lo habría llevado a extraviarse. Algunas opiniones indican que Jorge Julio López se encontraría muerto, asesinado por grupos de tareas vinculados a la extrema derecha que se sintieron amenazados por sus declaraciones. A comienzos de 2011, un testigo de identidad reservada aseguró haber visto dónde y cuándo enterraron a Julio. Inmediatamente, los medios comenzaron a movilizarse. El 4 de febrero concluyeron sin éxito las búsquedas.

                                                            Maximiliano Reimondi


CINE

SÉPTIMO



Guión: Patxi Amezcua, Alejo Flah. Dirección: Patxi Amezcua. Con Ricardo Darín, Belén Rueda, Luis Ziembrowski, Jorge D´Elia, Osvaldo Santoro. Duración: 88 minutos. Apta para  mayores de 13 años.

 Calificación: Regular

La idea de Séptimo es buena. Un tipo juega una carrera con sus hijos: él baja por el ascensor, ellos por la escalera. Ya en la planta baja, apremiado por el tiempo y sus preocupaciones laborales, los niños no aparecen.
Pero Séptimo termina enroscada en su propio laberinto. De entrada parecía complicado sostener una película entera con esa única premisa durante hora y media de rodaje. Entonces comienza a sumar elementos para el despiste, para dar vueltas una y otra vez a las sospechas, pero se diluyen de a una, en un guión poco consistente.
Ricardo Darín en el rol de Sebastián, un abogado que pronto deja su profesión a un lado para convertirse en un padre preocupado y desesperado, no logra esta vez sostener la intensidad del relato con su interpretación. Sin demasiados matices, Sebastián está presente en el 100 por ciento del relato, quizás una necesidad de sobreexponer su talento ante la falta de otros recursos.
Belén Rueda, como Delia, su ex esposa que quiere llevarse a los hijos del país pese a la resistencia de Sebastián, tampoco consigue lucirse y ni siquiera emular sus papeles escalofriantes del buen cine de terror español.



                                                                Maximiliano Reimondi
LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL


Creo que a la nueva ley hay que analizarla más allá de nuestra opinión sobre el actual gobierno. Muchos piensan que esta es una “ley K”. No es así. Estoy a favor de la ley. Existen muchos mitos, originados por las corporaciones que saben que con la nueva ley, se terminan los grandes negociados que les posibilitó la década del ´90. En todo esto no hay una disputa entre dos partes. No se reemplaza un monopolio por otro. La ley no establece eso ya que establece máximo de licencias de medios para una misma empresa en determinada área. Además, no tiene restricciones acerca de qué instituciones pueden acceder a una licencia. Antes de la ley, el Comfer era manejado por una sola persona, designada en un 100% por el Poder Ejecutivo. Eso es reemplazado por una “autoridad de aplicación” formada por miembros del poder ejecutivo, diputados, y controlada por una comisión de representantes de las provincias, de universidades, y hasta un miembro representante de los pueblos originarios.
El grupo Clarín afirma que la ley es un invento a las apuradas de este gobierno. Esta ley es el resultado de un largo proceso que se inicia en la propuesta espontánea de ONGs y asociaciones que se juntaron en la Coalición para una radiodifusión democrática. Este colectivo generó 21 puntos que, para ellos, debería contemplar una nueva ley de radiodifusión. El gobierno luego publicó un proyecto inicial y a lo largo de meses recibió sugerencias y comentarios, para luego crear un segundo proyecto de ley que es el que se envió el 28 de agosto de 2009 al Congreso. Además, esta ley fue una promesa de campaña de Cristina Fernández.
Esta es una ley antimonopolio, y si Clarín es el más afectado lo es por su posición casi monopólica (que hasta la oposición reconoce). Es cierto que la ley es parte de una situación de conflictos particulares, pero en cuestión de leyes las situaciones pasan y los textos quedan.
La realidad tiene entonces la consistencia de una novela en la que días antes de su publicación le exigen al autor borrar todas las escenas en las que aparece un personaje. ¿Qué queda? Y entonces, como una de esas películas con giro brusco al final que te hace reensamblar pedazos de realidad en una nueva trama, deberemos repensar nuestra historia ahora tomando en cuenta a este actor “ausente”.
Y por eso el sueño de los que están algo más despiertos es que despertemos, y veamos cómo es la realidad.  Como fue, como vino siendo. Que una nueva ley nos de una nueva luz que alumbre a los políticos, a su corrupción y a sus aciertos. Que la multiplicidad de ojos cancele la borrachera en la que hasta ahora tuvimos que vivir. En Argentina y en el mundo, es fundamental la democratización de los medios de comunicación. Sin esto, caeríamos en una demagogia. Es sospechosa la actitud de la Corte de convocar a una audiencia pública, para discutir la ley. Eso es lo que quería Magnetto. Y lo más indignante es que tendremos que esperar hasta después de las elecciones para que la Corte dicte su fallo. No soy optimista con la decisión final.



                                                                        Maximiliano Reimondi
Noche de los Lápices



Se conoce como La Noche de los Lápices a una serie de diez secuestros y asesinatos de estudiantes de secundaria, ocurridos durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores, en la ciudad de La Plata (ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires).
Este suceso fue uno de los más reconocidos entre los actos de represión cometidos por la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), ya que los desaparecidos eran estudiantes, en su mayoría menores de edad (menos de 18 años), que fueron torturados antes de matarlos.
El caso tomó notoriedad pública en 1985, luego del testimonio de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes, en el Juicio a las Juntas. Además Díaz participó de la creación del guión que llevó la historia al cine en 1986, en el film homónimo. Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura.

Causas

Las víctimas fueron en su mayoría estudiantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), rama estudiantil del peronismo revolucionario, de la ciudad de La Plata. Esta agrupación, junto a otras escuelas, habían reclamado en 1975, ante el Ministerio de Obras Públicas, el otorgamiento del boleto de autobús con descuento estudiantil secundario.
Esta circunstancia, junto al testimonio de uno de los sobrevivientes, Pablo Díaz, ha popularizado la hipótesis de que los secuestros hayan sido consecuencia directa de aquel reclamo, sin embargo, otros sobrevivientes, como Emilce Moler, afirman que ese reclamo específico no tuvo ninguna incidencia en el episodio del 16 de septiembre. Pablo Díaz afirmó que el boleto estudiantil, que habían conseguido los estudiantes secundarios en septiembre de 1975, fue suspendido en agosto de 1976 con la intención de detectar, mediante un trabajo de inteligencia, quiénes eran los líderes (a quienes llamaban «potenciales subversivos») en cada escuela e ir a buscarlos. Al respecto, menciona un documento de la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires llamado La Noche de los Lápices, firmado por un comisario mayor Fernández. (Ver el texto de la entrevista en el libro Lo pasado pensado, de Felipe Pigna, pág. 343).

Los secuestros

El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y por la policía de la provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps.
Los secuestrados fueron:
Nombre y apellido      Edad
(en 1976)        Fecha de la desaparición        Estado actual  Datos adicionales
Claudio de Acha        17 años           16 de septiembre de 1976      Desaparecido 
Gustavo Calotti          18 años           8 de septiembre de 1976        Sobreviviente  Aunque fue secuestrado el 8 de septiembre, se considera un sobreviviente puesto que varios de los secuestrados eran sus ex compañeros de secundaria y pasó con ellos meses de prisión y tortura clandestina.
María Clara Ciocchini            18 años           16 de septiembre de 1976      Desaparecida  Fue secuestrada junto con María Claudia Falcone.
Pablo Díaz      19 años           21 de septiembre de 1976      Sobreviviente  En 1985 hizo público el caso en el Juicio a las Juntas.
María Claudia Falcone           16 años           16 de septiembre de 1976      Desaparecida
Fue secuestrada en casa de su tía abuela junto a María Clara Ciocchini que estaba viviendo junto a ella y era oficial de Montoneros y superior jerárquica de Maria Claudia, que en ese momento era aspirante en la organización.
Francisco López Muntaner    16 años           16 de septiembre de 1976      Desaparecido 
Patricia Miranda         17 años           17 de septiembre de 1976      Sobreviviente  Fue secuestrada el 17 de septiembre. Era una estudiante de Bellas Artes, no había tenido militancia política ni había participado de los reclamos por el boleto estudiantil. Estuvo en los centros clandestinos de detención de Arana, Pozo de Quilmes, Valentín Alsina y en la cárcel de Devoto, donde quedó a disposición del Poder Ejecutivo Nacional hasta marzo de 1978.
Emilce Moler  17 años           17 de septiembre de 1976      Sobreviviente 
Daniel A. Racero        18 años           16 de septiembre de 1976      Desaparecido  Fue secuestrado en casa de Horacio Ungaro.
Horacio Ungaro          17 años           16 de septiembre de 1976      Desaparecido 
Según la CONADEP7 la policía bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil, considerada por las Fuerzas Armadas como «subversión en las escuelas», y que "los adolescentes secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos centros clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5.a, 8.a y 9.a de La Plata y 3.a de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires".

Día del Estudiante Secundario

La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona con fuerza de ley:
Artículo 1.º: Modifícase el artículo 1.º de la Ordenanza Municipal n.º 50.834, el que quedará redactado de la siguiente forma:
«Artículo 1.º: Se establece la fecha del 16 de septiembre, en conmemoración a "La Noche de los Lápices¨, como Día de los Derechos del Estudiante Secundario, el cual quedará incorporado al calendario escolar de cada ciclo lectivo».
Artículo 2.º: Comuníquese, etc.
Enrique Olivera
Miguel Orlando Grillo
Ley n.º 29
Sanción: 14/05/1998
Promulgación: Decreto n.º 1109/98 del 12/06/1998
Publicación: BOCBA n.º 472 del 24/06/1998


                                                                  Maximiliano Reimondi
ANTONIO CARRIZO



Antonio Carrizo (nacido como Antonio Carrozzi, General Villegas, Buenos Aires, 15 de septiembre de 1926) es un periodista, locutor y animador.
Además, es uno de los bibliófilos que estuvo vinculado con la imprenta Colombo, donde se preparaban casi a mano ediciones especiales de obras como Don Segundo Sombra; además, junto con otros expertos como Horacio Jorge Becco o Alejandro Vaccaro, es probablemente uno de los mayores conocedores de la obra de Jorge Luis Borges.
Por otro lado, y como practicante del ajedrez, estuvo vinculado con otros grandes exponentes como el campeón mundial Bobby Fischer.
Debutó en 1948 en radio El Mundo (de Buenos Aires) y en poco tiempo se convirtió en jefe de programación. Más tarde, en radio Rivadavia, condujo durante décadas el programa periodístico-musical La vida y el canto.
En 1955 actuó en el filme El barro humano dirigido por Luis César Amadori.
Participó en varios programas de la televisión argentina, como Polémica en el Fútbol y Sábados Continuados. Fue conductor de ciclos periodísticos televisivos como La Primera de la Noche en Canal 7 en la década de 1970, así como también fue el conductor de JUNTOS junto con Liliana López Foresi, programa creado y producido por el productor Roberto Fontana.
Presentó la edición de 1980 del Festival de la OTI internacional. Obtuvo en 1981 el Premio Konex a la defensa de la cultura.


                                                            Maximiliano Reimondi
Día del Boxeador




El 14 de septiembre se conmemora el “Día del Boxeador”, en Argentina. Es un día en el que los aficionados a este deporte pueden disfrutar de diversas alternativas y actividades dedicadas al mundo del boxeo.
El origen del “Día del Boxeador”, se remonta al 14 de septiembre del año 1923. Este día un boxeador argentino Luis Ángel Firpo se enfrentó a uno de los más grandes del boxeo de aquel momento Matador de Manassas, Jack Dempsey, consiguiendo la legalización de este deporte en Argentina.
En el Día del Boxeador se realizan diferentes combates que normalmente reúnen a los mejores boxeadores para combatir en el cuadrilátero. Los aficionados del boxeo pueden disfrutar de numerosos combates y poder conocer el mundo del boxeo gracias a exposiciones, actos y eventos en los que ex jugadores, entrenadores, etc. debaten todo el mundo que rodea al mundo del boxeo.


                                                           Maximiliano Reimondi