Héctor Tizón
Biografía
Entre 1943 y 1948 vivió en Salta,
donde cursó el secundario y publicó sus primeros cuentos en el diario El
Intransigente. Formó parte del grupo regional La Carpa grupo formado
en la década de 1940 por las provincias del noroeste argentino.
En 1949 se radicó en La Plata.
Diplomado en Derecho en el año 1953, inició en 1958 su carrera diplomática. Fue
agregado cultural en México,
donde se vinculó con los escritores Juan Rulfo,
Ernesto Cardenal,
Ezequiel Martínez Estrada, Augusto Monterroso y Tomás Segovia,
y cónsul en Milán.
Abandonó la diplomacia en 1962 y,
de regreso en Argentina, desempeño brevemente el cargo de ministro de Gobierno,
Justicia y Educación.
Dirigió el diario Proclama.
En 1976 se
exilió en España,
donde trabajó en editoriales, diarios y revistas.
Afiliado a la Unión Cívica Radical, representó como
convencional a su provincia en la Convención Nacional que reunida en Santa Fe
sancionó la reforma constitucional de 1994 integrando el bloque
radical presidido por Raúl Alfonsín. A mediados de la década de 1990, a instancias de la
minoría radical, la legislatura jujeña lo designa Juez del Superior Tribunal de
Justicia, como Juez Decano, y vicepresidente del cuerpo.
Viajó largamente por el mundo;
como embajador de 1958 a 1962, como exiliado de 1976 a 1982, pero "su lugar
en el mundo", al que volvía una y otra vez, fue Yala, provincia de Jujuy, donde se radicó tempranamente
cuando su padre fue nombrado jefe de la estación local.
Su primer libro fue publicado en
México en 1960, A
un costado de los rieles. Parte de su obra, siempre fiel a sus raíces y su
lugar de origen con sus mitos e historias, ha sido traducida al francés,
inglés, ruso, polaco y alemán. Su obra ha sido distinguida con varios premios,[3]
incluyendo el «Konex de Brillante», así como con los de «Consagración
Nacional», Academia de Letras, «Gran Premio de Honor» de la Sociedad Argentina
de Escritores, y del Fondo Nacional de las Artes; fue declarado ciudadano
ilustre y recibió una medalla por su trayectoria, labor y virtud de su extensa
obra de gran importancia para la literatura universal.[4]
Recibió la condecoración de
Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia,
el Premio Dos Océanos en 1999
por Luz de las crueles provincias, otorgado por el festival de Biarritz
Cinémas et Cultures de l´Amerique Latine, el Gran Premio de Honor de la SADE en 1997 y el Premio Konex
de Brillante a las Letras de Argentina en 2004.
Estaba casado con la filóloga
Flora Guzmán.
Obras
A un costado de los rieles (1960)
Relatos
Fuego en Casabindo (1969)
Novela
El cantar del
profeta y el bandido (1972) Novela
El jactancioso y la bella
(1972) Relatos
Sota de bastos,
caballo de espadas (1975) Novela
El traidor venerado (1978) Relatos
La España borbónica (1978) Ensayo
La casa y el viento (concluido en
España en 1982, publicado en Argentina en 1984) Novela
Recuento (1984) (antología
personal) Relatos
El viaje (1988) Novela
El hombre que llegó a un pueblo
(1988) Novela breve
El gallo blanco (1992) Cuentos
Luz de las crueles provincias
(1995) Novela
La mujer de Strasser
(1997) Novela
Tierras de frontera (1998) Ensayo
Obra completa (1998)
Extraño y pálido fulgor (1999)
Novela
El viejo soldado (escrito en el
exilio, publicada en 2002) Novela
La belleza del mundo (2004) Novela
No es posible callar (2004)
Ensayos
Cuentos completos (2006)
El resplandor de la hoguera (2008)
Memorias
Memorial de la Puna.
La Puna como lenguaje
En un artículo, se explicó
refiriéndose a la obra de Tizón: "El paisaje no es el marco que encuadra
la historia o los personajes; el paisaje es la historia misma, porque así como
el personaje engendra el paisaje, en un movimiento de endogénesis, también los
personajes y sus historias sólo pueden ser concebidos en ese paisaje".
Si bien en la obra de Tizón
existen situaciones que se dan en lugares puntuales como la Puna de Atacama,
las historias que en sus textos se cuentan exceden cualquier regionalismo y
folclore, centrándose más bien en los problemas universales del hombre, esto
es, la vida, la muerte, el amor, el sentido de la amistad, el odio, etcétera.
Maximiliano Reimondi
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