jueves, 3 de diciembre de 2015

Nicolás Rodríguez Peña



Nicolás Rodríguez de la Peña (Buenos Aires, 30 de abril de 1775 - Santiago de Chile, 3 de diciembre de 1853)
Se dedicó al comercio, que le permitió reunir una considerable fortuna. Entre sus varias empresas exitosas, se cuenta la jabonería que tenía en sociedad con Hipólito Vieytes, que se hizo famosa como centro de conspiraciones. En 1805 era miembro de la "logia independencia", con Juan José Castelli, Manuel Belgrano y otros; este grupo y otros similares solían reunirse en su quinta, ubicada en el solar de la plaza que hoy lleva su nombre en Buenos Aires.
Participó como miembro de las milicias contra las Invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806 y 1807). Tras participar en el grupo conspirador conocido como carlotismo, promovió y financió las acciones políticas previas a la Revolución de Mayo. Participó en el cabildo abierto del 22 de mayo.
Colaboró en la formación de la Primera Junta de gobierno. Fue secretario de Castelli, aunque no compartía todas sus ideas, acompañándolo en la expedición de las tropas libertadoras a Córdoba, donde autorizó el fusilamiento del ex virrey Santiago de Liniers. Tras actuar en la Batalla de Suipacha ingresó al Alto Perú, donde por corto tiempo fue gobernador de La Paz.
Regresó a Buenos Aires en febrero, y ocupó el lugar de Mariano Moreno en la Primera Junta. Pero fue expulsado por la revolución de abril de 1811 y confinado a la provincia de San Juan. Volvió a fines de ese año, dedicándose a los negocios; se incorporó a la Logia Lautaro, dirigida por Carlos María de Alvear. A raíz de la revolución de octubre de 1812, fue elegido miembro de un Segundo Triunvirato. Éste fue un gobierno condicionado en forma creciente por la Asamblea General Constituyente, es decir de la Logia Lautaro, que la controlaba.
Cuando el Segundo Triunvirato fue disuelto, el director supremo Gervasio Antonio de Posadas lo eligió para presidir el Consejo de Estado. También le asignó el grado de coronel de ejército.
En 1814 fue nombrado primer Gobernador delegado de la Provincia Oriental, cargo que ejerció por poco tiempo.
A la caída del Director Alvear, fue sometido a proceso y condenado a destierro, pero poco después se lo autorizó a residir en San Juan. En 1816 se dirigió nuevamente a Buenos Aires, pero el nuevo director, Juan Martín de Pueyrredón, lo obligó a retirarse nuevamente a San Juan. Allí ayudó a José de San Martín en la organización del Ejército de los Andes.
Después de la Batalla de Chacabuco se exilió en Santiago de Chile, donde permaneció hasta el día de su muerte, ocurrida en diciembre de 1853. Sus restos mortales descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.
Estaba casado con Casilda Igarzábal, con quien tuvo cuatro hijos: Jacinto, Demetrio, Nicolás y Catalina.

                                                                                         Maximiliano Reimondi


Joseph Conrad



Józef Teodor Konrad Korzeniowski (Berdyczów, entonces Polonia, actual Ucrania, 3 de diciembre de 1857 – Bishopsbourne, Inglaterra, 3 de agosto de 1924)
Al tomar la nacionalidad británica adoptó el de Joseph Conrad. Nació el 3 de diciembre de 1857, en el seno de una familia de la baja nobleza en Berdyczew, Podolia, hoy situada en Ucrania y por entonces en la Polonia ocupada por los rusos. Su padre combinaba la actividad literaria como escritor y traductor de Shakespeare y de Víctor Hugo con el activismo político al servicio del movimiento nacionalista polaco por el que sufrió una condena a trabajos forzados en Siberia. La madre de Josef murió de tuberculosis durante los años de exilio, y cuatro años más tarde el padre, al que se le había permitido volver a Cracovia.
Al quedar huérfano a los doce años, Conrad hubo de trasladarse a la casa de su tío Thaddeusa a Lvov, ciudad entonces bajo administración del imperio austro-húngaro, y luego a Cracovia donde estudió secundaria. Pero a los 17 años, hastiado de la vida estudiantil, viajó hasta Italia y luego a Marsella para terminar enrolándose como marinero a bordo del buque "Mont Blanc" (1875). Esa experiencia cambiaría su vida ya que con ella nacería una pasión, que no abandonó jamás, por la aventura, por los viajes, por el mundo del mar y por los barcos.
De los siguientes cuatro años apenas se conocen datos. De esa etapa, que él se empeñó siempre en mantener en penumbra, se ha documentado, no obstante, un viaje por el Caribe, su apoyo activo al legitimismo bonapartista, cierto asunto de contrabando de armas a favor de los carlistas españoles (del que extrajo algún pasaje para su relato de El tremolino) y, según parece, hasta un intento de suicidio por razones amorosas.
En 1878, para escapar al reclutamiento militar ruso, se trasladó a Inglaterra, trabajando como tripulante en barcos de cabotaje en los puertos de Lowestof y Newcastle, ocupando sus ratos libres a bordo con una afición un tanto sorprendente para un joven marinero extranjero, la lectura de Shakespeare, lo que le permitió ya a los 21 años un amplio dominio del idioma inglés, lengua en la que escribió toda su obra y en la que se consagraría como uno de sus autores clásicos. En palabras de Javier Marías, "el inglés de Conrad se convierte en una lengua extraña, densa y transparente a la vez, impostada y fantasmal, (...) utilizando las palabras en la acepción que les es más tangencial y por consiguiente en su sentido más ambiguo".
Tras obtener la nacionalidad inglesa, pudo presentarse a los exámenes de aptitud de oficial de la marina mercante británica, navegando en el "Duke of Sutherland", "Highland Forest", "Loch Etive", "Narcissus" y "Palestine" y luego obtuvo el título de capitán, cargo que desempeñó en los barcos "Torrens" y "Otago", éste último de bandera australiana.
En el último cuarto del siglo XIX, al llegar el Imperio británico a su máxima expansión, las necesidades del comercio a gran escala y a larga distancia por vía marítima entre la metrópoli y el rosario de colonias, factorías y puertos que se extendía por todas las costas del mundo, junto con las nuevas tecnologías de la siderurgia y el perfeccionamiento de la máquina de vapor, produjo una crisis en la técnica secular de la navegación impulsada por el viento, debido a que los barcos de vela, pese al romántico canto de cisne de los rápidos clíperes, era incapaz de competir en velocidad, capacidad de carga y mayor fiabilidad del transporte en los grandes vapores de acero. Enfrentado a la encrucijada de esos dos mundos que se cruzan sin comprenderse e ignorándose, uno, el dominado por el imprevisible capricho del viento, el de la dura y secular técnica de la navegación a vela que tan magistralmente aparece descrita en "El bello arte" y, el otro, el de la esclavitud por la tiranía de la puntualidad y la deshumanización de la vida a bordo, Conrad toma partido ardiente por el primero, aún sabiendo que está irremisiblemente condenado a sucumbir legándonos, ese es su mayor valor, esa irrepetible galería de tipos humanos, armadores, oficiales, capitanes, marineros, etc., que lo han convertido en uno de los clásicos de la literatura del mar, a la altura de Melville y Stevenson. Como reconoce en el prólogo a la edición de El espejo del mar, fue gracias al bagaje vital adquirido durante sus años como marino, los episodios vividos durante esa época, los tipos humanos que pudo conocer y las historias que oyó en puerto o durante las tediosas horas a bordo, los que modelaron ese universo geográfico y moral en el que el individuo aparece confrontado en solitario a las fuerzas desatadas de una naturaleza hostil o amenazadora, junto a una fuerte carga de pesimismo respecto a la condición humana y en relación al papel de la civilización, esto último objeto de su relato El corazón de las tinieblas, en el que narra de forma oblicua las atrocidades que se estaban cometiendo contra la población indígena en el Estado Libre del Congo, por cierto denunciadas de forma mucho más abierta y decidida por el diplomático irlandés Roger Casement, con el que tuvo cierta amistad personal.
Tras lograr la nacionalidad británica (1886) y escribir su primera novela La locura de Almayer, en 1894, a la vuelta de su último viaje a Australia, conoció a su futura mujer, Jessie George, con la que se casó dos años después, residiendo en los años siguientes en el sur de Inglaterra, ya dedicado exclusivamente a su labor literaria, trabajando para la Editorial Unwin, más tarde para el editor Pinker y después para la English Review. Se publican Un paria de las islas (1896), al año siguiente, Salvamento, El negro del Narcissus y Una avanzada del progreso.
Durante estos años conoció a Rudyard Kipling, a Henry James y a H.G. Wells, colaborando con Ford Madox Fox en la novela Los herederos. En 1898 pasa dificultades económicas debido a su afición al juego, por lo que trata infructuosamente de regresar a la marina. En 1900 escribe Tifon y Lord Jim, novela en la que evoca el traumático accidente que sufrió a bordo del vapor "Palestine", y que estuvo a punto de costarle la vida.
Los años siguientes verán la publicación, con suerte desigual, de Tifón, Nostromo, El espejo del mar y de El agente secreto. No obstante sufre de depresiones y de otros problemas de salud, además de continuar sus dificultades económicas. En 1913 lo visita Bertrand Russell y él devuelve la visita viajando a Cambridge. En 1914, durante un viaje por Polonia, estalla la Primera Guerra Mundial y los Conrad tienen que regresar a Inglaterra por Austria e Italia. En 1916 el Almirantazgo le encarga diversas comisiones de reconocimiento por varios puertos británicos.
Al término de la guerra se traslada a Córcega y en 1923 viaja a Estados Unidos. Poco antes de morir, el 3 de agosto de 1924, aún tiene tiempo para rechazar un título nobiliario que le ofrece el gobierno inglés. Fue enterrado en el cementerio de Canterbury, con tres errores en su nombre en la tumba.


                                                                            Maximiliano Reimondi
Pierre Auguste Renoir


Pierre-Auguste Renoir (25 de febrero de 1841 - 3 de diciembre de 1919)
Pintor francés impresionista, que en la segunda parte de su carrera se interesó por la pintura de cuerpos femeninos en paisajes, inspirados a menudo en pinturas clásicas renacentistas y barrocas.
Renoir ofrece una interpretación más sensual del impresionismo, más inclinada a lo ornamental y a la belleza. No suele incidir en lo más áspero de la vida moderna, como a veces hicieron Manet o Van Gogh. Mantuvo siempre un pie en la tradición; se puso en relación con los pintores del siglo XVIII que mostraban la sociedad galante del Rococó, como Watteau.
En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable. Se le puede emparentar por ello con Henri Matisse, a pesar de sus estilos distintos. Trató temas de flores, escenas dulces de niños y mujeres y sobre todo el desnudo femenino, que recuerda a Rubens por las formas gruesas. En cuanto a su estilo y técnica se nota en él un fuerte influjo de Corot.
Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un impresionista muy especial. El palco, El columpio, Baile en el Moulin de la Galette, Almuerzo de remeros y Las grandes bañistas son sus obras más representativas.

                                     Maximiliano Reimondi

                                       

martes, 1 de diciembre de 2015

Lito Vitale


Héctor Facundo Vitale (Villa Adelina, provincia de Buenos Aires 1 de diciembre de 1961)
Talentoso pianista, a corta edad comenzó a tocar el piano que estaba en su casa, aprendiendo de su padre Rubens Vitale, también músico. Junto con otros colegas músicos vecinos del partido de San Isidro en el Gran Buenos Aires, formaron la Cooperativa de Música «MIA» (iniciales de «Músicos Independientes Asociados») cuando contaba sólo 13 años. «MIA» se hizo popular en los ambientes de rock progresivo a fines de los años 1970.
Otros músicos arrancaron a través de MIA, incluyendo a su hermana Liliana, a la cantante Verónica Condomí, y a los instrumentistas Juan del Barrio y Daniel Curto. En 1982 cuando Lito Vitale estaba en pareja con Verónica Condomí tuvo a la hija de ambos: Mariela Vitale más conocida por el nombre artístico Emme.
Después de «MIA», Vitale comenzó una serie de colaboraciones con muchos músicos argentinos. Actúo y grabó con Dino Saluzzi, luego con Bernardo Baraj (saxo) y con Lucho González (guitarra) formó el grupo «El Trío». Esta formación adaptó clásicos de tango, milonga, y folclore, siendo muy populares entre los estudiantes, audiencias de jazz, y programadores de radio, una especie de equivalente local de artistas del sello ECM como Pat Metheny o el cuarteto europeo de Keith Jarrett. También ha colaborado con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en algunos de sus discos como invitado, por ejemplo en La Mosca y la Sopa (en el tema "Blues de la Artillería) y Luzbelito (en los temas "Blues de la Libertad", "Mariposa Pontiac - rock del país" y "Rock Yugular") y también en Último Bondi a Finisterre (en los temas "Drogocop" y "La Pequeña Novia del Carioca").
En los años 1990, Vitale grabó tangos con Juan Carlos Baglietto, recibiendo un Premio Grammy de música latina por dicha colaboración en el año 2000. También durante esos años, Vitale grabó jazz con Lucho González y con el flautista Rubén Izarrualde. Con esta formación asistió al Festival de Jazz de Montreux de 1998.
Vitale ha compuesto bandas de sonido para muchas películas argentinas. Obtuvo el prestigioso Premio Konex en tres oportunidades: como Arreglador en 1995 y 2015, y como instrumentista en 2005.


                                                                                         Maximiliano Reimondi
Woody Allen


Allan Stewart Königsberg (Brooklyn, 1 de diciembre de 1935)
Conocido por su nombre artístico Woody Allen, es director, guionista, actor, músico, dramaturgo, humorista y escritor estadounidense. Ha sido ganador del premio Oscar en cuatro ocasiones.
Es uno de los directores más respetados, influyentes y prolíficos de la era moderna, ha producido desde 1969 un total de 45 películas, una cada año. Allen dirigió, escribió y protagonizó Annie Hall, película considerada por muchos como una de las mejores comedias de la historia del cine, y la cual recibió el premio Oscar al mejor director en 1977. Mantiene una gran amistad con su primera "musa" y expareja, Diane Keaton. Sus grandes influencias cinematográficas están en directores europeos como Ingmar Bergman, Federico Fellini, y también comediantes como Groucho Marx y Bob Hope.


                                                                                Maximiliano Reimondi