miércoles, 29 de abril de 2020


                                              DÍA INTERNACIONAL DE LA DANZA



El 29 de abril de 1982, por iniciativa del Comité Internacional de Danza, fue proclamado por la UNESCO el “Día Internacional de la Danza”. La fecha escogida corresponde al natalicio del bailarín y coreógrafo Jean-Georges Noverre.
El objetivo del “Día Internacional de la Danza” es reunir a todos los que han elegido esta forma de expresión para superar todo tipo de barreras culturales, políticas y éticas y celebrar la danza y su diversidad.
                           Jean-Georges Noverre (29 de abril de 1727 – 19 de octubre de 1810)


Bailarín francés y profesor de ballet, es considerado el creador del ballet moderno. Debutó en Fontainebleau en 1742 ante la corte de Luis XV, después el príncipe Enrique de Prusia le invitó a Berlín. Cuando vuelve a París se incorpora a la compañía de ballet de la Opéra-Comique y luego en 1749, Noverre se va a Estrasburgo y a Lyon, donde baila hasta 1754. Después marcha a Londres donde pasa dos años con el actor inglés David Garrick. En 1754, regresa a la Opéra-Comique y compone la coreografía de su primer ballet, Les Fêtes chinoises (Las fiestas chinas).
De vuelta a Lyon, entre los años 1758 y 1760, produce varios ballets y publica sus "Lettres sur la danse et sur les ballets" que tendrán muchas ediciones y serán traducidas al inglés, al alemán y al español. Llamado a Stuttgart en 1760, se queda durante siete años y después se va a Viena contando con la protección de Maria Antonieta que le nombra profesor de danza de la corte. Hace la coreografía de diversos ballets, en algunos de los cuales colabora con Gluck. En 1775 María Antonieta le hace ir a París y le nombra profesor de ballet de la Ópera. Nuevamente viaja a Londres, donde permanece desde 1785 a 1793, Noverre se retira en Saint-Germain-en-Laye hacia 1795 y muere en 1810, mientras preparaba la edición de un "Dictionnaire de la danse".
Noverre tiene mucho cuidado con sus críticas respecto a la danza de su tiempo, pero las dirige particularmente a la situación de la ópera de París: cuestiona la organización hierática del ballet, rechaza la máscara que, dice él, "disimula las afecciones del alma", propone un vestuario verídico, ligero y mejor adaptado a la danza. En cuanto al bailarín, debe poseer, según Noverre, una cultura general y amplia, incluyendo el estudio de la poesía, de la historia, de la pintura, de la música y de la anatomía. Con estas nuevas proposiciones que Noverre emite se iniciará el ballet romántico.

                                                                                     Maximiliano Reimondi


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