OSVALDO FRESEDO
Osvaldo Fresedo (n. Buenos Aires, 5 de mayo de 1897 - †
Buenos Aires, 18 de noviembre de 1984)
Carrera profesional
Fue de origen acomodado y su madre le dio las primeras
lecciones de música, pero siendo aun pequeño su familia se trasladó a un barrio
más popular y fue allí donde empezó su interés por el tango. Aprendió a pulsar
el bandoneón y siendo todavía adolescente integró varias de las más conocidas
orquestas de la época de la Guardia Vieja.
En 1920 viajó a Estados Unidos y en Camden (Nueva Jersey)
grabó algunos discos integrando un cuarteto en el que tomaban parte el
violinista Tito Rocatagliatta y el pianista Enrique Pedro Delfino.
De regreso en Buenos Aires forma su primera orquesta a la
que, desde el principio, imprimió su característico sello estilístico, el cual,
a pesar de haber evolucionado en las siguientes décadas, se mantuvo inalterable
en lo esencial, convirtiendo a su conjunto en un verdadero alarde de elegancia.
Fue Fresedo, de hecho, uno de los renovadores del tango a principios de la
década de 1920, junto con otros jóvenes músicos de ese momento, como Julio de
Caro y Juan Carlos Cobián. Todos ellos, en base a su mejor nivel técnico,
supieron imponer el estilo musicalmente más depurado que caracterizó al tango
que desde entonces se dio en llamar el tango de la Guardia Nueva.
En los años de la década de 1920, Fresedo tuvo una febril
actividad como compositor y director de orquesta. Ya antes de esta época había
compuesto El espiante, tema al que ahora se agregaban Vida mía, El Once,
Pimienta, entre otros.
Como director, su actividad era incansable, como resultado
de las grabaciones que le solicitaban y de su amplia aceptación entre el
público, sobre todo el más pudiente, lo que le obligó incluso en alguna
oportunidad a dividir su orquesta en cuatro y colocar cada una en un local
nocturno diferente. Fue, sin duda, su mejor época desde el punto de vista
comercial, y también, probablemente, autoral. Baste decir que entre los años
1925 y 1928 Fresedo grabó para la Odeón cerca de 600 temas.
Alejado ya de Odeón y al frente de una orquesta de mayores
dimensiones (como las que ya empezaban a constituirse a partir de la década de
1930), comienza lo que podríamos llamar la segunda época del maestro, con un
estilo orquestal renovado y, sobre todo, con la presencia vocal de Roberto Ray
(tal vez el más emblemático de los cantores de Fresedo). Las versiones del
dueto Fresedo-Ray se encuentran entre las más recordadas de la historia del
tango (Vida mía, Como una princesa, Isla de Capri, entre otras).
Cuando en la década de 1940 aparece una nueva generación de
músicos: (Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Miguel Caló, Alfredo De Angelis,
Ricardo Tanturi, Ángel D'Agostino, etc.), que imponen el estilo característico
de esta época, Fresedo procura adaptarse musicalmente a estos nuevos tiempos.
Sin embargo, de alguna manera, ese intento le va a restar mucho de la fuerza
del estilo fresediano que supo combinar de manera tan acertada ritmo y
elegancia. A partir de aquí sus orquestaciones se hacen más lentas y elige
cantores melífluos que incluso, en algún caso, le dan un cierto aire
bolerístico a sus versiones.
A pesar de los constantes cambios que se suceden en el
tango, Fresedo continúa grabando en los años 30 y 40 en RCA Victor, con el
aporte de los cantores Ray, Ricardo Ruiz y Oscar Serpa. Luego pasa a grabar durante
unos años en Odeón, hasta casi finales de los 50, y con los cantores Héctor
Pacheco, Carlos Barrios y Armando Garrido. En 1959 inicia registros en
Columbia, siendo uno de los primeros artistas en grabar en sonido Estéreo.
Fresedo continuó dirigiendo hasta su retiro en 1980, dejando
de grabar ese año en el sello CBS, donde había grabado con Argentino Ledesma
como último cantor invitado, constituyéndose así en el director de orquestas de
tango de más larga trayectoria (si recordamos que se inició en este rol a
comienzos de la década de 1920).
Filmografía
Musicalización
*Adiós muchachos (1955) dirigida por Armando Bo
*El cabo Rivero (1938) dirigida por Miguel Coronatto Paz
Maximiliano Reimondi
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