domingo, 8 de mayo de 2016

TEATRO

Camarines



Dramaturgia: Rafael Bruza.

Dirección: Andrés Bazzalo.

Asistente de dirección: Melania Barreiros.

Elenco: Víctor Laplace y Sergio Surraco.

Música original: Damián Laplace.


Sinopsis

Esta obra pone en escena la complejidad de los vínculos a través de la cotidianeidad que comparten ambos -el padre actor y el hijo ingeniero- en los viejos camarines de provincia adonde los lleva la interminable gira teatral que realizan.

Calificación: Muy buena.

Crítica

Se destaca el profesionalismo de Víctor Laplace al interpretar a un personaje versátil. Lo acompaña un muy buen actor como Sergio Surraco. La puesta en escena es impecable y la obra evoluciona con dos personajes que hacen disfrutar de una muy buena velada al espectador.

                                                                             Maximiliano Reimondi


viernes, 6 de mayo de 2016

                                                                        CULTURA










Cultura es una herramienta de construcción social. Las políticas públicas culturales existentes en Argentina constituyen un tema clave en el desarrollo de la democracia. Ellas expresan el grado de intercambio creativo que puede existir entre la sociedad civil, el Estado y el conjunto de la trama institucional de los pueblos en la resolución de sus dificultades y sus potencialidades.
Este año es el momento propicio para abrir un diálogo profundo y con perspectivas de futuro; se trata de reinventar los marcos conceptuales necesarios para el trazado de una nueva etapa en la realización de nuestras identidades.
Los procesos de desarrollo y construcción de ciudadanía han vivido, a lo largo de toda su historia, una relación fecunda y creativa entre las dimensiones de la cultura y las transformaciones sociales en el seno de la comunidad. Las producciones estéticas, simbólicas y artísticas han constituido una dimensión protagónica de sus procesos de cambio, y, en particular, en las últimas décadas, esa relación ha permitido que se generen espacios de reflexión y articulación que, en un mismo movimiento, exploren nuevos modos de entender no sólo la política, sino también la cultura y las identidades.
Por otro lado, el proceso de la globalización y de la ampliación de los recursos tecnológicos y comerciales en la circulación de los bienes culturales convive en nuestro país con alarmantes indicadores de pobreza y con realidades cotidianas de inequidad en el acceso a esas mismas realizaciones “civilizatorias” por parte de amplios sectores de nuestro pueblo. A su vez, la multiplicación de experiencias de autonomía, creación comunitaria y proyección solidaria en el terreno de la cultura y de la comunicación son otro aspecto constitutivo de la etapa histórica que atravesamos en Argentina y Latinoamérica.

Cultura para todos

La perspectiva de una cultura transversal propone un conjunto muy amplio de caminos de avance en materia de Ciudadanía, Economía Social e Industrias Culturales para toda la ciudad. Esto implica asumir el impulso de un dispositivo que recupere aspectos centrales de la construcción de ciudadanía, pero articulándolos desde una visión que incorpora la integración a partir de una perspectiva no reñida con la multiculturalidad y la necesidad de un nuevo vínculo entre lo político, lo comunitario y lo estatal.
Es necesario inscribir esta discusión en un debate más amplio e integral, en el que no pueden soslayarse aspectos esenciales acerca de una verdadera transformación cultural en nuestra ciudad como son:

*La difusión y la ampliación de las Políticas Públicas de apoyo a experiencias culturales, artísticas y comunicacionales de origen social y comunitario y vinculadas a iniciativas de protagonismo popular y desarrollo local.

*La generación de espacios de producción de un Nuevo Pensamiento emancipatorio en el terreno de la Cultura y la Transformación Social, en instancias académicas, sociales y a partir del desarrollo de las prácticas existentes en toda la ciudad.
*El fortalecimiento de la relación con los movimientos sociales de pueblos originarios, de trabajadores urbanos, rurales, de pobladores, afrodescendientes, de género y de las distintas expresiones sociales.

*El impulso de iniciativas dirigidas a los medios masivos de comunicación, el cine y la industria del entretenimiento, las discográficas, y la industria editorial, y a las entidades sociales y gremiales que agrupan a sus trabajadores, de manera de propiciar un vínculo de debate transformador hacia una democratización integral a la producción cultural.

*La relación proactiva con los procesos abiertos en el campo de las nuevas tecnologías, las redes sociales y virtuales, y su relación con el debate generado en el campo de la propiedad intelectual a partir del copyright y los nuevos modos de reproducción simbólica emergentes.

*La exploración de nuevos circuitos de circulación e intercambio de bienes culturales regidos por criterios de sustentabilidad, solidaridad, comercio justo y Economía Social.

*Creación del Instituto Provincial de Producción Artística, con asignación presupuestaria específica en base a un porcentaje de la recaudación del Gobierno. Tendrá como principal objetivo la producción de bienes culturales de las distintas regiones y creadores de la provincia, en todas las disciplinas artísticas.

*Creación de una Editorial Provincial, que tendría a su cargo la producción de material discográfico y bibliográfico, sea a través del mecanismo de concursos, sea a través de una política de colección, orientada a privilegiar la historia regional y a los creadores y artistas de nuestra provincia.

*Estimular la multiplicidad, accesibilidad y creatividad de las propuestas culturales, previendo una planificación anual de la oferta de producciones teatrales, ciclos de literatura y música, proyecciones de cine, talleres de distintas disciplinas, muestras de arte, espectáculos de danza, circo y malabares, entre otras actividades artístico-culturales indistintos puntos de la provincia.

*Creación de espacios de promoción cultural en zonas postergadas, empleando el arte como herramienta de transformación social.

*La integración cultural de las personas con capacidades distintas, con talleres especialmente diseñados y visitas guiadas a espacios culturales de la provincia.

La juventud debe ser protagonista dando la batalla por estas ideas, por la inclusión y la justicia social. Es mentira que la cultura es para una élite como quisieron hacernos creer durante muchos años. Así democratizaremos la cultura. Pensando la cultura, entendemos al mundo. Cuando invertimos en cultura, construimos identidad, bienestar y desarrollo.


                                                             Maximiliano Reimondi

                                                                       
Juan María Gutiérrez


Juan María Gutiérrez (Buenos Aires, 6 de mayo de 1809 - ibídem, 26 de febrero de 1878)
Estadista, jurisconsulto, agrimensor, historiador, crítico y poeta argentino.
Genuino representante del liberalismo constructor argentino de su época es considerado uno de los más grandes promotores de la cultura de su país durante la mayor parte del siglo XIX. Fue autor de obras de diversa índole: cuadros de costumbres, novelas, biografías, críticas literarias y trabajos científicos.
Tuvo una importante actividad política como miembro por Entre Ríos de la Convención Constituyente de 1853 y como Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina entre 1854 y 1856 además de haber sido uno de los fundadores de la Asociación de Mayo.
Fue un importante promotor de la actividad científica y técnica en la Argentina. Ocupó el cargo de rector de la Universidad de Buenos Aires desde 1861 hasta su jubilación en 1874 y gracias a su gestión numerosos y destacados profesores europeos enseñaron en ella. Fue, junto con Hermann Burmeister, el impulsor del estudio de las ciencias naturales en la Argentina.


                                                                       Maximiliano Reimondi
Orson Welles



George Orson Welles (Kenosha, Wisconsin, 6 de mayo de 1915 - Hollywood, California, 10 de octubre de 1985)
Es considerado uno de los artistas más versátiles del siglo XX en el campo del teatro, la radio y el cine, en los que tuvo excelentes resultados. Alcanzó el éxito a los veintitrés años gracias a la obra radiofónica The War of the Worlds, que causó conmoción en los Estados Unidos cuando muchos oyentes del programa pensaron que se trataba de una retransmisión verdadera de una invasión extraterrestre. Este sensacional debut le valió un contrato para tres películas con el estudio cinematográfico RKO, que le otorgó libertad absoluta en sus realizaciones. A pesar de estos beneficios, sólo uno de sus proyectos previstos pudo ver la luz: Citizen Kane (1941), su película más exitosa.
En 1946, bajo la sospecha de ser comunista, su carrera en Hollywood se estancó y se vio obligado a trasladarse a Europa, donde trabajó como actor para financiar sus producciones. Este suceso fue muy común a lo largo del periodo conocido como Macarthismo durante el cual numerosos personajes de la vida pública fueron acusados de pertenecer a esta corriente ideológica y, con ello, ser enemigos de los Estados Unidos.
Esta acusación nunca fue verificada, aunque el mismo Welles hizo declaraciones como la que sigue: «Lo malo de la izquierda estadounidense es que traicionó para salvar sus piscinas. Y no hubo unas derechas estadounidenses en mi generación. No existían intelectualmente. Sólo había izquierdas y estas se traicionaron. Porque las izquierdas no fueron destruidas por Mac Carthy; fueron ellas mismas las que se demolieron dando paso a una nueva generación de nihilistas». Pese a su persecución y debido a su triunfo en Europa, en 1958 Welles pudo volver a Hollywood para el rodaje de su película Touch of Evil entre otros títulos de capital relevancia en su carrera.
Entre sus otros muchos proyectos destaca la producción y dirección de películas como Macbeth (1948), Otelo (1952), El proceso (1962) y F for Fake (1975), entre otros. Su última aparición fue en televisión, haciendo un cameo en la teleserie Luz de luna, muriendo cinco días antes de la emisión del capítulo. Su fama creció tras su muerte en 1985 y ahora se le considera uno de los más grandes directores de cine y teatro del siglo XX. En 2002 fue elegido por el British Film Institute como el mejor director de la Historia del cine.

                                                                    Maximiliano Reimondi

                               

jueves, 5 de mayo de 2016






El sol camina sobre los huesos del cielo
en la cámara subterránea, se producen gestos
las bocas de la tierra ya son hormigueros.

Cesa el camino: comienza el lenguaje.
Y la lengua se desata como la sombra que,
al congregarse  bajo
el vertical límite saliente de la boca,
esparce su ser de tinta
en las arrugas de la mesa gastada.

Quizás la mesa es un ente
donde las mariposas untan su lengua
con una palabra preparada en esa cavidad.

Reyes, cementerio y saliva,
yo esgrimía luces de antaño, mis dientes mordían sus letras de agua:
era cristiano, judío y levita por los murales de occidente.

                                                                           Maximiliano Reimondi


                                                                         

miércoles, 4 de mayo de 2016

Samuel Eichelbaum



Samuel Eichelbaum (Villa Domínguez, Entre Ríos, 14 de noviembre de 1894 - Buenos Aires, 4 de mayo de 1967)
Escritor, periodista, dramaturgo, crítico y traductor argentino.
Hijo de un inmigrante judío ruso, aprendió en su provincia natal las difíciles condiciones del campesinado a principios del s. XX, que supo reflejar posteriormente en sus dramas junto a la turbulenta política caudillista de la época, rompiendo con la superficialidad del criollismo de entonces. Siendo aún un adolescente emigró a Buenos Aires y allí cultivó el periodismo (escribió para La Vanguardia, Caras y Caretas, La Nota, crítica literaria para Noticias Gráficas y Argentina Libre) y estrenó sus primeras obras dramáticas, que se inscriben dentro del Naturalismo, con apuntes costumbristas y una gran sensibilidad al habla vulgar: El lobo manso (1917), En la quietud del pueblo (1919), La mala sed (1920), El ruedo de almas (1923) y La hermana terca (1924), entre otras. De ideología socialista, muchas de ellas fueron representadas por la Agrupación Artística Juan B. Justo.
A partir de 1940 empieza su segunda época dramática, siempre centrándose en un análisis ibseniano de la inmigración europea a la Argentina, con influjos de Strindberg y Chejov, evolucionando hacia un teatro en que dominan más los aspectos introspectivos que los sociales, a causa del interés que empieza a ofrecerle el psicoanálisis y la obra de autores como Henri Lenormand y Eugene O'Neill: Cuando tengas un hijo (1929), Señorita (1930), Soledad es tu nombre (1932), En tu vida estoy yo (1934), El gato y su selva (1936) y Pájaro de barro (1940). Pero sus piezas más famosas y que fueron varias veces adaptadas al medio cinematográfico fueron las ambientadas en escenarios suburbanos: Un guapo del 900 (1940), que trata sobre la corrupción política y el abuso de poder, y Un tal Servando Gómez (1942).
En 1943 fue como delegado al Congreso de Sociedades de Autores en Washington; ocupó la presidencia de la SADE, fue miembro de Argentores y en sus últimos años estuvo ligado a la carrera diplomática como agregado cultural de la Embajada Argentina en Uruguay. Ejerció también el trabajo de guionista cinematográfico con obras como El pendiente o Arrabalera. Su labor narrativa se compone de las novelas Tormento de Dios (1929) y El viajero inmóvil (1933) y del libro de relatos Un monstruo en libertad (1925).
En 1930 recibió el premio Mun.; en 1933 el del Jockey Club; el Gerchunoff 1952-1953; el del Instituto Judío Argentino de Cultura e Información por Dos brasas, que también el premio de los Críticos de Buenos Aires y el Premio Nacional de Drama en 1957.
Eichelbaum, que se definía como “un maniático de la introspección”, creó a lo largo de medio siglo de carrera dramática una obra donde los personajes solitarios y atormentados eran la regla general, siempre fiel a su afán experimentador y a su creencia de que el teatro es ante todo un “drama interior” producido por crisis morales conscientes o inconscientes y que la poesía dramática se nutre esencialmente de la psicología. Se le considera habitualmente uno de los cuatro mejores autores dramáticos argentinos de su época, junto a Roberto Arlt, Conrado Nalé Roxlo y Armando Discépolo.

                                                                                        Maximiliano Reimondi


Osvaldo Magnasco


Osvaldo Magnasco (Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, 4 de julio de 1864 –Témperley, provincia de Buenos Aires, 4 de mayo de 1920)
Era hijo de inmigrantes italianos de Liguria, su padre — Benito Magnasco — había sido un importante capitán naval del Río de la Plata, y había mediado entre el presidente Sarmiento y José Hernández, aliado de la rebelión jordanista.
Estudió en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay y se doctoró en Jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires en 1887. Polemizó a través de la prensa con Cesare Lombroso, que pretendía determinar físicamente la conformación psíquica de las personas inclinadas naturalmente a cometer delitos.
En 1890 fue elegido Diputado Nacional por el Partido Autonomista Nacional de su provincia de origen. Apoyó la presidencia de Miguel Juárez Celman, pero se incorporó sin problemas al régimen político dirigido por su sucesor, Carlos Pellegrini. Dirigió durante pocos meses la repartición encargada de controlar los ferrocarriles de capital extranjero y administrar los nacionales.
Fue el primer diputado nacional que se pronunció abiertamente en contra de la administración privada de los ferrocarriles y la forma en que aplicaban sus tarifas. Descubrió, por ejemplo, que las tarifas para el mismo viaje eran absolutamente diferentes para distintas cargas, o para el viaje hecho en distintas direcciones. En un debate parlamentario de 1891 defendió sus posturas y atacó la evasión sistemática de la devolución de los aportes estatales a que estaban obligados por ley. Fue el mentor del Reglamento General de los Ferrocarriles, del 24 de noviembre de 1891, que de todas formas no logró controlar eficazmente la poderosa influencia de los ferrocarriles.
Enfrentó firmemente la política nacional en materia de intervenciones federales a las provincias, orientadas exclusivamente a fortalecer en las provincias la posición del gobierno central y su partido.
Al llegar por segunda vez a la presidencia el general Roca, lo nombró su Ministro de Justicia e Instrucción Pública; posiblemente, su nombramiento fue iniciativa del ministro de Obras Públicas, Emilio Civit. Su principal preocupación era modernizar el sistema de educación pública, especialmente la secundaria y técnica. Consideraba la educación secundaria que se impartía como carente de vinculación con la realidad social y económica del país, reservado solamente para las elites. Se esforzó en crear escuelas secundarias técnicas, tanto industriales como agropecuarias.
Propuso una ley de educación técnica y secundaria; pero afectaba demasiados intereses creados, ya que pretendía reemplazar varias escuelas normales — dedicadas a formar maestros — en escuelas técnicas. Su principal rival en la Cámara de Diputados fue Alejandro Carbó, entrerriano como Magnasco, y tanto o más elocuente y vehemente que éste; egresado, además, de la Escuela de Paraná, centro importantísimo de la enseñanza "normal". Éste se apoyó en el principio del igualitarismo para rechazar diferentes tipos de escuelas; además, rechazaba que la educación secundaria pasara a ser controlada por las provincias, como proponía Magnasco. El proyecto fue rechazado.
Como el ministro insistiera en desarrollar su proyecto sin sancionar la ley, el diario "La Nación" lanzó una campaña contra el proyecto, atacando en todas formas la idea, y reclamando la renuncia de Magnasco. A pesar de eso, Magnasco se presentó en el Congreso, y logró la aprobación tácita del mismo para seguir adelante sin pasar por el Congreso. Pero la prensa dirigió una campaña en su contra, que incluyó manifestaciones callejeras con gritos en contra del ministro. Y "La Nación" acusó a Magnasco de no saldar sus deudas comerciales, como medio de debilitarlo en la opinión pública. Incluso se lo acusó de haber pagado con fondos públicos sus gastos propios en muebles personales.
Un acercamiento político entre el presidente Roca y Mitre, a quien Magnasco había atacado en la prensa, lo obligó a renunciar como ministro en junio de 1901.
Desde entonces abandonó la política y enseñó derecho en la Universidad de Buenos Aires. Dedicó una parte importante de su tiempo a construir una fastuosa quinta en la localidad de Témperley, cercana a la capital, donde falleció en mayo de 1920.

                                                                   Maximiliano Reimondi