viernes, 6 de mayo de 2016

                                                                        CULTURA










Cultura es una herramienta de construcción social. Las políticas públicas culturales existentes en Argentina constituyen un tema clave en el desarrollo de la democracia. Ellas expresan el grado de intercambio creativo que puede existir entre la sociedad civil, el Estado y el conjunto de la trama institucional de los pueblos en la resolución de sus dificultades y sus potencialidades.
Este año es el momento propicio para abrir un diálogo profundo y con perspectivas de futuro; se trata de reinventar los marcos conceptuales necesarios para el trazado de una nueva etapa en la realización de nuestras identidades.
Los procesos de desarrollo y construcción de ciudadanía han vivido, a lo largo de toda su historia, una relación fecunda y creativa entre las dimensiones de la cultura y las transformaciones sociales en el seno de la comunidad. Las producciones estéticas, simbólicas y artísticas han constituido una dimensión protagónica de sus procesos de cambio, y, en particular, en las últimas décadas, esa relación ha permitido que se generen espacios de reflexión y articulación que, en un mismo movimiento, exploren nuevos modos de entender no sólo la política, sino también la cultura y las identidades.
Por otro lado, el proceso de la globalización y de la ampliación de los recursos tecnológicos y comerciales en la circulación de los bienes culturales convive en nuestro país con alarmantes indicadores de pobreza y con realidades cotidianas de inequidad en el acceso a esas mismas realizaciones “civilizatorias” por parte de amplios sectores de nuestro pueblo. A su vez, la multiplicación de experiencias de autonomía, creación comunitaria y proyección solidaria en el terreno de la cultura y de la comunicación son otro aspecto constitutivo de la etapa histórica que atravesamos en Argentina y Latinoamérica.

Cultura para todos

La perspectiva de una cultura transversal propone un conjunto muy amplio de caminos de avance en materia de Ciudadanía, Economía Social e Industrias Culturales para toda la ciudad. Esto implica asumir el impulso de un dispositivo que recupere aspectos centrales de la construcción de ciudadanía, pero articulándolos desde una visión que incorpora la integración a partir de una perspectiva no reñida con la multiculturalidad y la necesidad de un nuevo vínculo entre lo político, lo comunitario y lo estatal.
Es necesario inscribir esta discusión en un debate más amplio e integral, en el que no pueden soslayarse aspectos esenciales acerca de una verdadera transformación cultural en nuestra ciudad como son:

*La difusión y la ampliación de las Políticas Públicas de apoyo a experiencias culturales, artísticas y comunicacionales de origen social y comunitario y vinculadas a iniciativas de protagonismo popular y desarrollo local.

*La generación de espacios de producción de un Nuevo Pensamiento emancipatorio en el terreno de la Cultura y la Transformación Social, en instancias académicas, sociales y a partir del desarrollo de las prácticas existentes en toda la ciudad.
*El fortalecimiento de la relación con los movimientos sociales de pueblos originarios, de trabajadores urbanos, rurales, de pobladores, afrodescendientes, de género y de las distintas expresiones sociales.

*El impulso de iniciativas dirigidas a los medios masivos de comunicación, el cine y la industria del entretenimiento, las discográficas, y la industria editorial, y a las entidades sociales y gremiales que agrupan a sus trabajadores, de manera de propiciar un vínculo de debate transformador hacia una democratización integral a la producción cultural.

*La relación proactiva con los procesos abiertos en el campo de las nuevas tecnologías, las redes sociales y virtuales, y su relación con el debate generado en el campo de la propiedad intelectual a partir del copyright y los nuevos modos de reproducción simbólica emergentes.

*La exploración de nuevos circuitos de circulación e intercambio de bienes culturales regidos por criterios de sustentabilidad, solidaridad, comercio justo y Economía Social.

*Creación del Instituto Provincial de Producción Artística, con asignación presupuestaria específica en base a un porcentaje de la recaudación del Gobierno. Tendrá como principal objetivo la producción de bienes culturales de las distintas regiones y creadores de la provincia, en todas las disciplinas artísticas.

*Creación de una Editorial Provincial, que tendría a su cargo la producción de material discográfico y bibliográfico, sea a través del mecanismo de concursos, sea a través de una política de colección, orientada a privilegiar la historia regional y a los creadores y artistas de nuestra provincia.

*Estimular la multiplicidad, accesibilidad y creatividad de las propuestas culturales, previendo una planificación anual de la oferta de producciones teatrales, ciclos de literatura y música, proyecciones de cine, talleres de distintas disciplinas, muestras de arte, espectáculos de danza, circo y malabares, entre otras actividades artístico-culturales indistintos puntos de la provincia.

*Creación de espacios de promoción cultural en zonas postergadas, empleando el arte como herramienta de transformación social.

*La integración cultural de las personas con capacidades distintas, con talleres especialmente diseñados y visitas guiadas a espacios culturales de la provincia.

La juventud debe ser protagonista dando la batalla por estas ideas, por la inclusión y la justicia social. Es mentira que la cultura es para una élite como quisieron hacernos creer durante muchos años. Así democratizaremos la cultura. Pensando la cultura, entendemos al mundo. Cuando invertimos en cultura, construimos identidad, bienestar y desarrollo.


                                                             Maximiliano Reimondi

                                                                       

No hay comentarios:

Publicar un comentario