RASCANDO LA OLLA
El Gobernador Antonio Bonfatti está desesperado por
implementar la reforma tributaria. Se debe garantizar la estricta progresividad
del sistema fiscal, que paguen más los que más tienen. No puede haber un modelo
regresivo, que se apoye en el consumo, sino uno progresivo que se sostenga en
la riqueza. Necesitamos una reforma tributaria que garantice los recursos
mínimos que los Ejecutivos provincial y municipales necesiten para afrontar los
compromisos financieros inmediatos, priorizando el cumplimiento del pago de
sueldos, la inversión social y la obra pública, sin necesidad de endeudarse.
La discusión sobre la reforma fiscal no puede separarse del
debate en torno a cómo se invierten los recursos en nuestra provincia. Los
gastos de consumo crecieron en estos últimos cuatro años un 65 por ciento, la
inversión en desarrollo social sólo un 22 por ciento en 2011, muy por debajo
del gasto medio que subió un 44 por ciento, y la participación de la inversión
en maquinaria y construcciones sobre el total del gasto descendió un 20 por
ciento. Queda claro cuáles fueron las prioridades de la gestión Binner.
Pero esta situación no se soluciona subiendo la carga fiscal
a los trabajadores a través de un aumento brutal del inmobiliario urbano.
Tampoco emitiendo Letras de Tesorería, paralizando la Obra Pública o aumentando
las tarifas para financiar a la Empresa Provincial de la Energía. Si sería
interesante recuperar una herramienta financiera al servicio de la producción
que permita contribuir al desarrollo provincial. Al ver la composición de los
recursos provinciales, llama la atención la caída en la contribución del
impuesto inmobiliario que en el año 2000 era de un 23 por ciento y hoy no llega
al 8 por ciento del total de los recursos. En lo que respecta al inmobiliario
rural, no solo tiene un atraso de años en cuanto a sus revalúos, sino que
paralelamente este sector ha acumulado ganancias fabulosas merced a la
sojización del agro y las fantásticas exportaciones realizadas. En la
actualidad, el valor promedio del Impuesto Inmobiliario Rural en la Provincia
de Santa Fe es de 19 pesos anuales por hectárea. Muchísimos de esos productores
hoy son rentistas, ya que han alquilado campos y maquinaria a grandes grupos y
pooles de siembra, ausentándose de las tierras.
El gobierno provincial desea el incremento generalizado de
tributos en una distorsión de la carga, funcional a los sectores de mayor
rentabilidad y concentración económica. La reforma tiene la esencia de la
década del 90, signada por los gerenciadores y las corporaciones. Se debe
implementar una equidad tributaria donde la política rija la economía y no a la
inversa. Así se benefician todos los ciudadanos.
La media sanción del Senado desguazó sustantivamente el
mensaje enviado por el Poder Ejecutivo el 18 de abril.
Queda aún la batalla dialéctica en Diputados, con seguridad
muy agresiva hacia el oficialismo desde el peronismo opositor, que una vez más
entrará en serias contradicciones internas si no logra torcer la voluntad de
quienes arreglaron el proyecto el jueves pasado en el senado y lo ratificarán
dentro de un mes.
Según los medios de comunicación, el viernes 20 de julio el
peronismo debatió su posición de cara al tratamiento pendiente de la reforma
tributaria en Diputados con otro matiz de voz: el de los que les toca gobernar
ciudades y pueblos, tan necesitados de recursos como la Casa Gris. El Foro de
Intendentes y Presidentes Comunales del Partido Justicialista se reunió en
Puerto San Martín para exponerles sus pareceres a legisladores del Frente para
la Victoria. Pero el dato saliente fue la presencia del secretario de
Transporte, el baigorrense Alejandro Ramos, que trajo el mensaje de Casa Rosada
en este debate: no complicar las cosas, ni a los intendentes ni tampoco al
gobierno de Antonio Bonfatti. Acompañar, es el verbo elegido. Los jefes
municipales del PJ quieren que Diputados introduzca al proyecto una
modificación de las proporciones en las que la Provincia coparticipa su
recaudación impositiva con los municipios y comunas, y que también la tajada de
Rosario y Santa Fe sea algo menor en relación a lo que reciben el resto de las
localidades. Este no es un dato menor.
Aquí, la coparticipación impositiva con municipios y comunas
es del 50 por ciento del impuesto inmobiliario, y del 90 por ciento en cuanto a
patente de vehículos. Y además les toca el 13,43 de la coparticipación federal.
Los intendentes peronistas quieren que ese criterio de reparto se modifique
algunos puntos más a su favor. Por todo eso, el mes pasado el monto girado a las
365 comunas y municipalidades santafesinas ascendió a casi 333 millones de
pesos.
Se estima que si la reforma -en el estado en que la dejó el
Senado- aportaría en total unos 850 millones de pesos extra, a los municipios
les tocarían sólo 326 millones más por año. A tener en cuenta y sacar
conclusiones.
Maximiliano Reimondi
Periodista-Escritor-Poeta
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