Cartas Marcadas
Editorial: Planeta
Sinopsis:
"Cartas marcadas es un libro envuelto en niebla. La
cerrazón que cubre las calles de Flores se tiende también sobre los capítulos
de la novela provocando confusiones y obligándonos a marchar despacio. Por otra
parte, la acción perversa de los Conspira dores ha llenado el texto de
tachaduras, episodios falsos y agregados fraudulentos, para no hablar de
páginas y capítulos enteros que han sido robados. La niebla no sólo dificulta
la percepción, sino que tiene, como los vapores oraculares, un efecto
alucinatorio. Vemos poco y lo poco que vemos es dudoso. Los muertos se pasean
por el barrio, las pasadillas se hacen realidad y los sujetos se vuelven
inconstantes. El lector anda a tientas entre personajes que tratan de ocultar
un secreto. El humo le inspira al principio una fe poética que lo convence de
que debe dejarse guiar por las intuiciones del amor y del arte. Hasta que
comprende, en medio de la oscuridad, que las manos de Virgilio y Beatriz que
han venido orientándolo, no son más que otro engaño, el más perfecto, de un
universo que es ausencia pura."
Alejandro Dolina nació en Baigorrita y se crió en Caseros.
Realizó estudios de Derecho, Música, Letras e Historia. Ha compuesto numerosas
canciones y ha integrado distintos grupos de música argentina y latinoamericana
como director y arreglador.
En la Argentina y en el Uruguay, sus libros han alcanzado
una extraordinaria
difusión: Crónicas del Ángel Gris (1988, y 1996 edición
corregida y aumentada), El libro del fantasma (1999) y Radiocine (2002, una
recopilación de historias musicales escritas para la radio). Es autor de las
comedias musicales Teatro de Medianoche, que protagonizó él mismo como actor y
cantante y El barrio del Ángel Gris, que obtuvo el premio Argentores en 1990.
El guión cinematográfico de esta obra obtuvo el Premio Coral
en el Festival Cinematográfico de La Habana. En 1998 grabó su opereta Lo que me
costó el amor de Laura. En esa grabación representaron los papeles de la obra
Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Ernesto Sabato, Les Luthiers, Horacio
Ferrer, Sandro, Julia Zenko, Juan Carlos Baglietto y muchos otros artistas,
acompañados por la Orquesta Sinfónica Nacional. En 2000 fue llevada al teatro y
obtuvo el premio Argentores a la mejor obra del año.
Durante el año 2003 realizó el ciclo televisivo Bar del
infierno, con relatos, tangos y canciones compuestas especialmente para el
programa; el desarrollo literario de este libro con el mismo nombre es
absolutamente independiente. En
2004 se editó el disco "Tangos del Bar del
Infierno" y se representó el espectáculo teatral Bar del Infierno, a
partir de la misma temática.
Su programa de radio La venganza será terrible se mantiene
desde hace quince años al frente de las mediciones de audiencia de la
medianoche.
Cartas marcadas es el cuarto libro y la primera novela de
Alejandro Dolina, publicado en 2012 por Editorial Planeta. El título proviene
de una canción del propio Dolina que incluyó en Radiocine. La acción
transcurre, como en sus libros anteriores, en el barrio porteño de Flores, esta
vez cubierto por una extraña niebla. Dolina trabajó en esta obra en los últimos
años. En entrevistas, atribuyó la demora de su publicación a su
"incompetencia". En 2008, el autor explicaba:
“Quiero contar una historia, pero dejar entrever una mirada
escéptica o dudosa o ajena, que ponga en tela de juicio los métodos que se
están utilizando para el mismo relato. Que se entre y se salga de la historia.
Armé el relato alrededor del barrio de Flores nuevamente. Pero también hay un
montón de lugares donde ocurren episodios anexos.(...) me pareció que debía
tener unos recursos formales y casi de diseño que contribuyeran a que el lector
no tuviera tanta fe en la historia”.
En la primera semana de su aparición se colocó al tope de la
lista de los libros más vendidos de la Argentina, según los datos aportados por
el Grupo ILHSA.
Calificación: Muy bueno
Por Maximiliano Reimondi
Este libro de Dolina, en medio de aventuras épicas y
románticas, nos atraviesa la razón con
pasajes de suspenso y acción y erupciones inesperadas de profundidad
filosófica y fina poesía.
Hay un ambiente borgeano en este libro envuelto en una
niebla espesa, en la que no se distinguen cuerpos ni almas y donde las sombras
danzan y las identidades y las historias se mezclan.
El libro de Raziel, que aparece y desaparece y es escrito,
tachado, quemado y reescrito por sucesivas generaciones, es el que dicta de
alguna manera el destino de los personajes de Cartas marcadas. Ese concepto de
libro mágico, consultado y modificado por conscientes o casuales demiurgos, es
una seña de identidad borgeana.
Dolina lo complementa con esa vocación irreprimible por
intercalar un coro que entona “una vieja fue a cagar/en el medio de la vía” a
pocas páginas de un poema en el que Alá recorre, para distraerse, los pasillos
del mundo de lo que no sucedió.
Se mezcla la voz del barrio y esa obsesión por lo erótico
que lo han hecho famoso. Y también ese cinismo menos moderado por la
perplejidad intelectual y por la precisión de lenguaje que tiene el autor de El
Aleph. Lo de Dolina es un canto a la literatura.
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