miércoles, 17 de octubre de 2012


CINE

Infancia Clandestina





Ficha técnica
Dirección:
Benjamín Ávila
Guión:
Benjamín Ávila
Marcelo Müller
Estreno (Argentina):20 Septiembre 2012
Género:
Drama
Origen:
Argentina
España
Brasil
Duración: 110 minutos
Clasificación: AM13

Actores
Natalia Oreiro
Ernesto Alterio
César Troncoso
Cristina Banegas
Teo Gutiérrez Moreno
Violeta Palukas
Douglas Simon
Mayana Neiva

Sinopsis
Infancia Clandestina es la historia de Juan, un niño de 12 años, y su familia. Es una historia de militancias, de clandestinidad y de amores. Donde los deseos se pueden convertir en realidad y también pueden desaparecer. Donde se puede ser feliz y también desdichado. Juan está clandestino, tiene otro nombre al igual que toda su familia: Su mamá Charo, su papá Daniel y su adorado Tío Beto. Juan se llama Ernesto. En el barrio y en la escuela lo conocen así. Pero en su casa es simplemente Juan. Estos dos mundo, Juan y Ernesto, conviven, colisionan y se retro-alimentan hasta un punto en que Juan no podrá sostenerlo más y querrá comenzar su propia clandestinidad con su gran amor que es María, una niña que conoce en la escuela.

Crítica  por Maximiliano Reimondi

Calificación: Buena

La ópera prima de ficción de Benjamín Ávila (Nietos (Identidad y memoria), 2004) Infancia Clandestina (2012) es una de esas buenas películas que puede gustar más o menos (y eso va a depender únicamente de la subjetividad del espectador) pero que resulta incuestionable desde todos los sentidos.
Infancia clandestina es una buena película: el relato es fluido y conmovedor, el niño que la protagoniza está perfecto, algunas decisiones estéticas son tan arriesgadas como orgánicas a la naturaleza del relato. Los pasajes animados incluidos en las secuencias de violencia, constituyen un acierto: materializan la imposibilidad de un niño de asimilar simbólicamente lo que está frente a sus ojos (lo que también sucede con las elaboradas secuencias oníricas).
La película es mucho más ambigua e ideológicamente inestable de lo que se cree. El plano final es un ejemplo. La modalidad narrativa es despareja; por eso, si se trata de hacer una crítica política del filme, habría que empezar por su forma. La forma cinematográfica es también una forma de política.
La debilidad del filme reside en la extensión de su mirada. Ver solamente a través de la mirada de un niño nos puede convertir en niños: el filme, en cierta medida, nos trata, amablemente, como tales, y el imperio de las emociones se impone al pensamiento.


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