miércoles, 31 de octubre de 2012


                                                               UN ESCÁNDALO



El efecto que produjo la revelación del diario Página/12 que terminó con la salida del jefe de Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli, acusado de vínculos con el narcotráfico fue un golpe certero para el Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Es un escándalo que se haya designado a un alto jefe policial que aparece en escuchas telefónicas y se lo constata alertando a un narcotraficante de que lo están siguiendo fuerzas federales.
Cuando se empezó a visualizar el grado y volumen del negocio de la droga en Rosario, se descubrió que pone a pibes de los barrios humildes en riesgo y se sospecha del blanqueo, de inversiones, de un entramado que vincula estudios jurídicos, contables y algunas otras oficinas con despachos policíacos.
Hugo Tognoli fue nombrado Jefe de Drogas Peligrosas de la Provincia de Santa Fe, por el entonces gobernador Hermes Binner. Una vez en el cargo, llegó a un acuerdo con el fallecido barrabrava de Newell´s Old Boys, “Pimpi” Camino en el mercado del narcotráfico y con el ex presidente de dicho club, Eduardo J. López.
El diputado bonaerense Marcelo Saín -creador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que con sus escuchas tumbó a Tognoli- hacía saber en las últimas horas por las redes sociales que "hay que dejar de andar dando conferencias de prensa por procedimientos policiales de cuarta y armar una Agencia Federal de Seguridad Compleja", y también: "Lo de Santa Fe demuestra que cuando hay una intervención policial federal seria, los resultados son eficaces en la lucha contra el narco". Bueno, es posible que no se haya escuchado concretamente a Saín, pero ahora se sabe que el gobierno santafesino se prepara para anunciar una Agencia de Seguridad para Delitos Complejos que saque a la policía tradicional de temas sensibles.
La situación demuestra claramente que existe una preocupación estructural por el tema que excede el corto plazo y pone a todos los dirigentes en obligación de dar respuestas, aunque con distintos niveles de responsabilidad, por supuesto.
Ni la justicia federal se salvó de las esquirlas. ¿Por qué tal juez subrogante no firmaba la orden de detención de Tognoli ni los allanamientos que pedía la fiscal? ¿Por qué el magistrado titular tardó tanto en librar la captura y si lo hizo fue no sólo para fuerzas federales sino también para las provinciales que hasta ayer presidía el propio buscado?
No es serio que se designe al “compañero de aventuras” de Tognoli para que ejerza el cargo, donde desde el primero hasta el último están sospechados. Se debe dar de baja a toda la cúpula para renovar la fuerza.
El caso Tognoli es la clara muestra de que toda la fuerza de seguridad provincial está invadida por la corrupción y que existe un vacío en la capacidad política. Es el momento indicado para que el Ministerio de Seguridad de nuestra provincia, cuente con equipos especializados en política criminal y erradicar la connivencia política. Si no se hace es porque no se quiere.

                                                                                       Maximiliano Reimondi
                                                                                     Periodista-Escritor-Poeta

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