LOS SUEÑOS DE DIOS
Antes de la creación del mundo, Dios soñaba mucho. Soñaba que creaba a
un hombre y una mujer que lo traicionaban.
Cuando se despertaba, hacía muchos cálculos matemáticos. Si creaba el
mundo, tendría que haber días y noches. El problema se presentaba si había
eclipses.
En uno de sus sueños, se planteaba que de crear un mundo infinito, cómo
lo poblaría. Tendría que haber tierra y agua. Para eso, había que crear dos
hemisferios con calor y frío. Muchos animales como camellos, vacas, ovejas,
gallinas, toros, perros, gatos, serpientes, arañas. El hombre y la mujer serían
los únicos animales con razón. El problema era que si abusaban de ella,
estarían demasiado cerca de la locura. El hombre y la mujer serían animales de
dos pies. Si lo traicionaran, los castigaría con enfermedades como la lepra y
la viruela.
En un momento, se despertó y se ruborizó. Sabía que estaba en un dilema
moral. Pensaba: “Tendría que haber bien y mal. Más bien que mal. ¿Es tan fácil
hacer un animal que use bien su razón, que sea libre y que no abuse de su
libertad?”.
Entonces, Dios escribió muchos libros. Anotó varias frases ingeniosas.
Compuso innumerables canciones. Se dio cuenta que podía hacer cosas perfectas e
inmortales. En un momento de gran euforia, gritó:
-¡Sea la luz!
Maximiliano
Reimondi
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