EL GAUCHO RIVERO
El 26 de agosto de 1833 amaneció más frío que
nunca en las Islas Malvinas. Los gauchos liderados por Antonio Rivero se
movieron sigilosamente por los caminitos de Puerto Soledad, según el plan que
acordaron días antes. Tomarían la comandancia británica de las Islas y los
principales establecimientos del lugar, como el almacén de ramos generales,
bajarían del mástil la bandera inglesa, izarían la argentina y darían vivas a
la patria esperando que ese grito soberano llegue un día al continente.
A principios de ese año, el 3 de enero para ser
más precisos, la corbeta británica Clío había intimado a rendirse al coronel
argentino José María Pinedo. Y entonces Pinedo reunió a los criollos y les dijo
que no tenía fuerzas suficientes para resistir el ataque colonialista de la
flota inglesa, formada por la Clío y otro buque de guerra más adentro del mar.
El oficial argentino se rendiría así nomás, sin
disparar un solo tiro y regresaría de inmediato a Buenos Aires. Los gauchos
murmuraban por lo bajo haciendo notar su descontento. Pinedo les ofreció volver
a bordo de la Sarandí con él. Los gauchos se negaron. Rivero dijo que su patria
estaba allí, en Malvinas y que ofrecían sus vidas para defenderla. “Cuente con
nosotros, coronel”.
Pero la formación profesional de Pinedo le
hacía definir que la relación de fuerzas entre ambos bandos, el inglés y el
argentino, favorecían claramente al inglés.
“¿Y la Patria?”, preguntó Rivero. Y se quedó al
frente de los gauchos.
Nunca nos enseñaron que durante todo ese año de
1833 y hasta el 18 de marzo de 1834, un puñado de gauchos aguantó los trapos
allá en Malvinas.
Del 3 de enero al 26 de agosto, el día de la
revolución de Rivero, en Malvinas flamearon ambos pabellones, el argentino y el
inglés. Era un poder dual el que mandaba en las Islas. Pero ese equilibrio,
inestable como todo equilibrio, se rompió el 26 de agosto de 1833: sólo flameó
en adelante la bandera argentina.
Esto lo testimonió Charles Darwin, que cuando
llegó en marzo de 1833 no pudo evitar que su dibujante oficial, Conrad Martens,
retratara nuestra enseña patria flameando en Malvinas.
Darwin cuenta además que fue cordialmente
invitado a comer un asado con cuero con los gauchos.
El 18 de marzo las tropas inglesas derrotaron a
Rivero. Se dice que murió peleando en el Combate de la Vuelta de Obligado.
Perdió una batalla, pero construyó la historia.
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