viernes, 2 de agosto de 2013

                                         LA EDUCACIÓN EN ARGENTINA



Las cifras oficiales del Ministerio de Educación de Argentina son alarmantes. La mitad de los adolescentes no termina el secundario y de la otra mitad, el 20 %, no comprende lo que lee y no tiene los conocimientos básicos de ciencias y matemáticas. Según los especialistas, en la ley de educación promulgada en 2006 se perdió calidad educativa. Dicha ley tiene como principal objetivo fijar la calidad educativa, que incluye lograr que los jóvenes a los 18 años de edad egresen con 13 años de enseñanza obligatoria. Si observamos esto en la provincia de Santa Fe, la situación se agrava ya que el Ministerio se encargó, en los últimos 6 años, de destruir la currícula escolar.
Los datos oficiales indican que el 56% de esos adolescentes y jóvenes no egresa del nivel secundario en tiempo y forma, y se aproxima a la situación del 44% restante a través del prisma de una prueba de calidad nacional y otra internacional. Todo indica que el 70% de los jóvenes en Argentina tiene grandes falencias de aprendizaje.
El Operativo Nacional de Evaluación (ONE), examen que hace el Ministerio de Educación de la Nación a los alumnos del último año del secundario, indica que en promedio un 30% de los alumnos califica en rendimiento bajo; 16%, alto, y 53%, medio.
En tanto, el examen internacional Pisa, que se hace cada tres años a chicos de 15 años de edad desde 2000 y pone a prueba sus conocimientos en ciencias, matemáticas y comprensión lectora, indica que el 52% de los alumnos argentinos no comprende lo que lee ni alcanza las habilidades mínimas en ciencias ni en matemáticas.
Actualmente, la escuela pública es sinónimo de paros políticos amparados en un justo reclamo salarial docente. Es el gobierno nacional y provincial que deben ser responsables de pagar salarios adecuados para que el cuerpo docente sea valorizado en su profesión. Este año, los gobernantes y muchos docentes, con sus chicanas políticas lograron estigmatizar la educación pública. Los estudiantes fueron las únicas víctimas de luchas políticas absurdas que los llevaron a perder días de clases. La consecuencia es que los padres opten por que sus hijos vayan a escuelas privadas y se aseguren los días de clases.
Cuando se hable de un proyecto nacional y popular, que se implemente realmente y no se mienta. El sistema educativo argentino está en crisis. No basta con regalar netbooks en las escuelas. Un plan inteligente es tener profesionales de alta capacitación, con sueldos excelentes y jóvenes que se den cuenta que el estudio secundario es la base para ir a la Universidad y forjar su futuro.



                                                            Maximiliano Reimondi

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