MÚSICA
Walter Malosetti
Walter Malosetti, nombre esencial del jazz argentino al que
aportó el toque virtuoso de su guitarra, una trayectoria de más de seis décadas
y una comprometida labor formadora, falleció el pasado 29 de julio, a los 82
años.
Walter nació el 3 de junio de 1931 en Córdoba, fue discípulo
de Irma Costanzo y egresó de la academia de guitarra Gascón y en su vasto
recorrido musical debe citarse su presencia en Swing 39, conjunto con el que
registró varios álbumes y que junto la Orquesta Sinfónica Mayo actuó en el
Teatro Colón.
En solitario, puso su guitarra al servicio de álbumes y
conciertos de Oscar Alemán, Hernán Oliva, el “Gato” Barbieri, Baby López Furst,
Enrique “Mono” Villegas, Roberto “Fats” Fernández, Lalo Schiffrin, Joe Pass y
Jim Hall.
Como una postal de ese tránsito puede apreciarse el
documental "Sólo de guitarra", de Daniel Gagliano, que aborda la vida
y la obra del artista en video digital con un prólogo en 16 milímetros .
"El jazz, al igual que la música clásica, maneja sus propios
tiempos, tiende a la cultura, y eso molesta un poco"
Walter Malosetti, en una entrevista a Télam en 1995 La película estructurada como un álbum
musical, cuenta con testimonios del contrabajista Héctor González, el bajista
Javier Malosetti -su hijo-, el percusionista Norberto Minichillo y el
bandoneonista Dino Saluzzi.
Maestro, docente, investigador y difusor del jazz en la
Argentina, Malosetti no dudaba en emparentar al género que amaba con la música
clásica.
"El jazz, al igual que la música clásica, maneja sus
propios tiempos, tiende a la cultura, y eso molesta un poco. Es marginal en
todo el mundo porque lo que se difunde es la música `sanata`", afirmó
Walter a Télam en una entrevista de enero de 1995.
Entonces y a cuento del exquisito disco de tributo a Django
Reinhardt, señaló que "quería hacer este homenaje desde mi lugar. No puedo
hacerme el Django porque no toco como él. Yo toco un poquito Charlie, un
poquito Django y un poquito Oscar Alemán. Estoy influenciado por todo lo que
aprendí y escuché".
En el mismo sentido, añadió que "los grandes
guitarristas que nos formaron a nosotros son Django, en la onda acústica y
gitana europea, y el norteamericano Charlie Christian, el violero negro de la
época del swing que murió a los 23 años, pero marcó una época".
En otra definición con su sello, Malosetti indicó que
"no me importa vender mucho. A los músicos de jazz no nos conoce nadie,
pero somos sinceros y no queremos comprar a la gente".
Parte de ese legado estético y ético, Walter lo trasladó a
los jóvenes que formó en el Estudio de Música (que fundó en 1961) y en otros
ámbitos educativos y también en los libros que desde "Bases de
improvisación para guitarra", publicó a partir de 1975.
En 2001, en ocasión de presentar el disco "Grama",
cuyo título reunía las primeras sílabas de Graciela Malosetti, su esposa
recientemente fallecida, celebraba "que se está recogiendo una semilla que
sembramos en los 70 y la buena influencia que produjo Miles Davis al fusionar
jazz y rock, y que logró que los que entraron en el jazz ya no pudieran salirse
más de esa onda artística".
Para Malosetti, esa escuela ligada al uso de la síncopa y la
improvisación, "logró que la gente pueda ir comprendiendo lenguajes que
antes, aún en sus formas más accesibles como las que abordaba Louis Armstrong,
no se entendían", precisó.
Convencido del valor de la música del jazz, el creador
consideró que "el jazz ayuda a comprender a las demás músicas populares
que son buenas" y dijo que "el jazz es como un condimento que le
viene bien a todas las músicas porque hace un culto de la apertura y el buen
gusto".
Maximiliano Reimondi
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