Nicolás Rodríguez Peña
Nicolás Rodríguez de la Peña (Buenos Aires, 30 de abril de
1775 - Santiago de Chile, 3 de diciembre de 1853)
Se dedicó al comercio, que le permitió reunir una
considerable fortuna. Entre sus varias empresas exitosas, se cuenta la jabonería
que tenía en sociedad con Hipólito Vieytes, que se hizo famosa como centro de
conspiraciones. En 1805 era miembro de la "logia independencia", con
Juan José Castelli, Manuel Belgrano y otros; este grupo y otros similares
solían reunirse en su quinta, ubicada en el solar de la plaza que hoy lleva su
nombre en Buenos Aires.
Participó como miembro de las milicias contra las Invasiones
Inglesas al Río de la Plata (1806 y 1807). Tras participar en el grupo
conspirador conocido como carlotismo, promovió y financió las acciones
políticas previas a la Revolución de Mayo. Participó en el cabildo abierto del
22 de mayo.
Colaboró en la formación de la Primera Junta de gobierno.
Fue secretario de Castelli, aunque no compartía todas sus ideas, acompañándolo
en la expedición de las tropas libertadoras a Córdoba, donde autorizó el
fusilamiento del ex virrey Santiago de Liniers. Tras actuar en la Batalla de
Suipacha ingresó al Alto Perú, donde por corto tiempo fue gobernador de La Paz.
Regresó a Buenos Aires en febrero, y ocupó el lugar de
Mariano Moreno en la Primera Junta. Pero fue expulsado por la revolución de
abril de 1811 y confinado a la provincia de San Juan. Volvió a fines de ese
año, dedicándose a los negocios; se incorporó a la Logia Lautaro, dirigida por
Carlos María de Alvear. A raíz de la revolución de octubre de 1812, fue elegido
miembro de un Segundo Triunvirato. Éste fue un gobierno condicionado en forma
creciente por la Asamblea General Constituyente, es decir de la Logia Lautaro,
que la controlaba.
Cuando el Segundo Triunvirato fue disuelto, el director
supremo Gervasio Antonio de Posadas lo eligió para presidir el Consejo de
Estado. También le asignó el grado de coronel de ejército.
En 1814 fue nombrado primer Gobernador delegado de la
Provincia Oriental, cargo que ejerció por poco tiempo.
A la caída del Director Alvear, fue sometido a proceso y
condenado a destierro, pero poco después se lo autorizó a residir en San Juan.
En 1816 se dirigió nuevamente a Buenos Aires, pero el nuevo director, Juan Martín
de Pueyrredón, lo obligó a retirarse nuevamente a San Juan. Allí ayudó a José
de San Martín en la organización del Ejército de los Andes.
Después de la Batalla de Chacabuco se exilió en Santiago de
Chile, donde permaneció hasta el día de su muerte, ocurrida en diciembre de
1853. Sus restos mortales descansan en el Cementerio de la Recoleta de la
Ciudad de Buenos Aires.
Estaba casado con Casilda Igarzábal, con quien tuvo cuatro hijos:
Jacinto, Demetrio, Nicolás y Catalina.
Maximiliano
Reimondi
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