LA SALUD DE CHÁVEZ
La salud
del presidente Hugo Chávez es un secreto de estado. El gobierno venezolano
tiene un control hermético sobre toda la información. Dicho país apeló a lo
emotivo y lo utilizó como herramienta electoral en el contexto de mostrarlo al
primer mandatario, luchando ante la muerte. Además, existe una decisión
estructural de no contar lo que está sucediendo en realidad.
Chávez está
siendo tratado en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), el
mejor hospital de Cuba, donde se atienden todos los dirigentes cubanos,
incluyendo a Fidel y Raúl Castro, quienes tienen sus residencias en la misma
zona.
El
presidente tiene gran estima por los médicos cubanos que lo atienden desde su
primera operación en 2011. La mayoría de los médicos han pasado ya una
infinidad de controles y están, de forma permanente, bajo la lupa de los
servicios de seguridad.
Chávez se
atiende en Cuba porque ninguna clínica ni hospital venezolanos puede garantizar
el secreto profesional que existe en el país cubano.
También, en
el tratamiento del presidente no se escatiman recursos de ningún tipo, desde el
uso de las más avanzadas tecnologías, equipos y tratamientos hasta la
aplicación de medicinas naturales, producidas en la isla a partir de la flora y
la fauna local.
Existe tal
sintonía política entre ambos países que, mientras 37 mil médicos trabajan en
las zonas más pobres de Venezuela, a cambio Cuba recibe 100 mil barriles
diarios de petróleo.
Pero las
simpatías de los comunistas cubanos hacia Hugo Chávez van más allá de lo
meramente comercial. Comparten un proyecto común de integración latinoamericana
sin la presencia de Estados Unidos y forman el embrión del ALBA, que es una
organización que nuclea a 8 países, los cuales comercian con una moneda propia
y coordinan proyectos sociales, desarrollan el intercambio con facilidades
arancelarias, crearon un banco y empresas supranacionales.
La
situación de incertidumbre en todo el pueblo venezolano desde el 11 de
diciembre pasado, es total. La incredulidad se acentuó desde que el jueves 10
de enero Chávez no se hizo presente a la jura de su nuevo mandato. La presencia
de altos funcionarios venezolanos en La Habana profundiza los rumores de que la
salud del presidente sería más delicada de lo que dice el gobierno. Este estado
de duda se agudiza dado que aún se desconoce el tipo de cáncer que sufre, la
fase de la enfermedad, los órganos afectados y qué tipo de intervención se le
realizó en Cuba.
El gobierno
venezolano acarrea la imagen de un
“caudillismo” donde el ciudadano debe “santificar” a su líder. Se lo disfraza
de un demócrata genuino pero siempre manipuló la Constitución Nacional a su
antojo.
El pueblo
tiene el derecho a saber la verdad sobre el estado de salud de su presidente y
no es justo que se le mienta.
Maximiliano
Reimondi
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