viernes, 22 de febrero de 2013


                            LOS SOLDADITOS DE LA DROGA


                                                 



Muchos no saben que en algunos barrios de Rosario, la vida no vale nada. Allí, algunos chicos prefieren cobrar 150 pesos por día para trabajar como “soldados” de los narcos antes que ir a la escuela. Viven en barrios en los que los militantes de movimientos sociales que intentaron instalar comedores populares y sacar a los chicos de la calle fueron baleados por los narcos, quienes vieron peligrar su dominio territorial y su negocio. Ya hubo tres hechos en los que las víctimas fueron militantes sociales, que en los últimos años ocuparon el lugar que el Estado dejó vacío.
Mercedes Delgado, Jeremías Trasante, Claudio y Adrián Rodríguez, Carlos y Ariel Ferreyra, Gastón Arregui y Gonzalo Miranda son militantes que fueron blanco de la furia narco. A los cuatro primeros, los asesinaron. A los Ferreyra y Arregui los balearon y salvaron sus vidas de milagro. Amenazados, se tuvieron que mudar del barrio Nuevo Alberdi. Al declarar ante la Justicia federal denunciaron a un subcomisario por proteger a un traficante, dueño de una cocina de droga que funciona a cuatro cuadras de la seccional. Los tres heridos señalaron a cuatro jóvenes que trabajan como “soldados” para narcos de la zona como autores del ataque.
Hasta el mes de febrero de 2013, hubo más de 15 asesinatos, en Rosario. La mayoría de esas muertes se produjo en ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes. Por ejemplo, podemos citar el asesinato de Maximiliano Rodríguez (implicado en la masacre de Barrio Moreno, en la madrugada del 1 de enero de 2012). La novia de la víctima, de 19 años, fue cómplice de los asesinos, que lo esperaron al “quemadito”, 90 minutos, en las calles Corrientes y Pellegrini, para matarlo y la jovencita estaba ubicada a 20 metros del hecho. Además, fueron asesinadas personas inocentes que quedaron atrapadas en el medio de los tiroteos.
Gonzalo Basualdo, abogado penalista y vecino de La Tablada, afirma que “Rosario es una de las ciudades más violentas e inseguras de la Argentina. Esta compleja situación es el resultado del incremento del narcotráfico y de la corrupción en la fuerza policial. Muchos jóvenes ingresan en el mercado de los narcos y se dedican a la venta de droga y a <sicariar>. Así reciben dinero y droga para su consumo”.
Barrio La Tablada es uno de los más peligrosos. Allí, en 2012, fueron asesinados 20 jóvenes. En lo que va de 2013, se registraron dos homicidios. ¿Por qué las autoridades no recorren la esquina de Uriburu y Ayacucho y observan a los “soldados” que custodian a los puestos de venta de droga y que llevan sus manos a la cintura ante la presencia de un vehículo desconocido o que circula a marcha lenta? La ausencia de  la policía en La Tablada es notable como en otros sitios peligrosos de la ciudad.
José Ferrara, integrante del Instituto de Ciencias Penales del Colegio de Abogados de Rosario, opina que “acá el gobierno perdió la batalla contra la droga. Un “soldado” contratado por custodiar un búnker donde se vende cocaína supera lo que cobra por año un policía”.
Parte de la cúpula de la policía provincial estuvo sospechada de corrupción y vínculos con distintas bandas de narcotraficantes que pagan entre 4.000.000 y 5.000.000 de pesos mensuales para poder operar.
Una denuncia del periodista-escritor-político Carlos Del Frade indica que el juzgado nacional en lo criminal y correccional federal número 12 de San Isidro a cargo del doctor Sergio Torres está investigando, desde agosto de 2012, una denuncia presentada por una secretaría nacional (que pidió expresamente no ser nombrada) en la que hace un pormenorizado diagnóstico de la situación del narcotráfico en la ciudad de Rosario.
En ella están citados empresarios, oficiales de la policía santafesina, organizaciones vinculadas al negocio ilegal y existen escuchas telefónicas en donde aparece en repetidas oportunidades el nombre de Marcos Escajadillo en contacto con una persona con la que tramitan cambio de dinero por dólares en el subsuelo de una empresa ubicada en cercanías de la intersección de las peatonales San Martín y Córdoba.
Esta es la triste realidad de nuestra ciudad, en la cual las autoridades que se dicen “socialistas” niegan y acusan a la oposición de estigmatizar a Rosario y mentir. Mientras tanto, no se hace nada y estamos sitiados por la mafia, el narcotráfico y los sicarios.



                                                                     Maximiliano Reimondi

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