Arturo Umberto Illia
Arturo Umberto Illia (Pergamino, Provincia de Buenos Aires,
4 de agosto de 1900 - Córdoba, Provincia de Córdoba, 18 de enero de 1983)
Nació en Pergamino, 220 km al norte de la ciudad de Buenos Aires,
en la provincia de Buenos Aires. Su padre, Martín Illia (1861-1948), era
oriundo de Samolaco, Val Chiavenna, provincia de Sondrio, Lombardía y su madre,
Emma Francesconi, de Gratacasolo, provincia de Brescia, Lombardía, Italia.
Cursó la escuela primaria hasta cuarto grado en la Escuela
Provincial Nº 18 y quinto y sexto grados en la Escuela Normal Mixta de esa
ciudad. Los estudios secundarios los realizó en Buenos Aires, en el Colegio Pío
IX, Párroco San Carlos, como pupilo.
En el año 1918 comenzó sus estudios de Medicina en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Ese mismo año estalló
en Córdoba el movimiento estudiantil conocido como Reforma Universitaria, que
sentó los principios de la universidad gratuita, libre y cogobernada y modificó
profundamente la concepción y administración de la educación superior en la
Argentina y en gran parte de América Latina. Como parte de sus estudios de
Medicina, en 1923 ingresó como practicante al Hospital San Juan de Dios de la
ciudad de La Plata, graduándose en el año 1927.
En 1928 tuvo una entrevista (la única en toda su vida) con
el entonces Presidente de la Nación, Dr. Hipólito Yrigoyen, a quien le ofreció
sus servicios como médico. Yrigoyen le propuso trabajar como médico ferroviario
en distintas localidades y Arturo Illia decidió radicarse en Cruz del Eje,
Córdoba. Desempeñó su actividad de médico en esa localidad desde 1929 hasta
1963, interrumpidos por los tres años (1940-1943) en que fue vicegobernador de
Córdoba. Lo llamaban el Apóstol de los Pobres, por su dedicación a los enfermos
sin recursos, viajando a caballo, en sulky, o a pie, para llevar medicamentos
que él mismo compraba.
El 15 de febrero de 1939 contrajo matrimonio con la
cordobesa Silvia Elvira Martorell (1915-1966), hija de Arturo Martorell y
Mercedes Kaswalder, y con quien tuvo tres hijos: Emma Silvia Illia (en 1940),
Martín Arturo Illia (también en 1940) y Leandro Hipólito Illia (en 1946).
Su actividad política
Arturo U. Illia se afilió a la Unión Cívica Radical al
llegar a la mayoría de edad, en el año 1918, fuertemente influido por la activa
militancia radical de su padre y de su hermano Italo. Ese mismo año comenzó sus
estudios universitarios en medio de la movilización juvenil que acompañaba la
Reforma Universitaria.
A partir de 1929, año en que se radicó en Cruz del Eje,
inicia una intensa actividad política que alterna con su actividad profesional.
En 1935 fue electo Senador Provincial por el Departamento
Cruz del Eje en las elecciones celebradas el 17 de noviembre. En el Senado
Provincial participó activamente en la aprobación a la Ley de Reforma Agraria,
que fuera aprobada por la Legislatura de Córdoba pero rechazada en el Congreso
de la Nación. Presidió la Comisión de Presupuesto y Hacienda e impulsó la
construcción de las represas de Nuevo San Roque, La Viña, Cruz del Eje y Los
Alazanes.
En las elecciones del 10 de marzo de 1940 es electo
Vicegobernador de Córdoba, acompañando al Gobernador Santiago del Castillo,
cargo que asume el 17 de mayo de 1940, hasta que la Provincia es intervenida el
19 de junio de 1943.
El 20 de abril de 1948 asume como Diputado de la Nación,
cargo que desempeña hasta el 30 de abril de 1952. Formó parte de las Comisiones
de Obras Públicas e Higiene y Asistencia Medicinal.
Luego de la muerte de Amadeo Sabattini, fue reconocido como
representante indiscutido del sabattinismo, o Línea Córdoba.
Su llegada a la
Presidencia de la Nación
Luego del golpe de estado del 16 de septiembre de 1955 que
derrocó al Presidente Juan Domingo Perón se reinició un largo período de
inestabilidad política en la Argentina. Los militares proscribieron al
peronismo y sus simpatizantes recurrían una y otra vez al voto en blanco para
expresar su rechazo a las elecciones convocadas sin su participación.
Por otra parte la Unión Cívica Radical se dividió en dos, según
la postura que cada sector asumía frente al peronismo, rechazando (radicales
intransigentes) o aceptando (radicales del pueblo) su proscripción. En 1961, el
Presidente Arturo Frondizi (radical intransigente) legalizó al peronismo, que
triunfó ampliamente en las elecciones a gobernador del 18 de marzo de 1962.
Once días después el Presidente Frondizi fue derrocado y detenido por el golpe
del 29 de marzo de 1962, que resultó en la toma del poder por parte de José
María Guido, quien anuló las elecciones, volvió a proscribir al peronismo,
disolvió el Congreso y convocó a nuevas elecciones limitadas y controladas por
los militares. Illia había resultado electo gobernador de Córdoba en esas
elecciones, pero no llegó a asumir debido al golpe.
En ese momento, con el peronismo proscripto y el ex
presidente Frondizi detenido ilegalmente, se realizaron las elecciones del 7 de
julio de 1963 en las que resultó electo Arturo Umberto Illia con muy bajo
respaldo electoral. En el Colegio Electoral, la fórmula encabezada por Arturo
Illia obtuvo 270 votos sobre 476 electores el día 31 de julio de 1963.
Su gestión de
gobierno
Arturo Illia asumió el 12 de octubre de 1963. Su primer acto
de gobierno consistió en eliminar las restricciones que pesaban sobre el
peronismo. Desde la Revolución Libertadora las manifestaciones de ese partido
estaban prohibidas por el Decreto 4161/56, sin embargo cinco días luego de que
Illia asumiera el gobierno se realizó un acto conmemorativo por el 17 de
octubre en Plaza Miserere sin limitación alguna. De la misma manera se
levantaron las restricciones electorales, habilitando la participación del
peronismo en los comicios legislativos del año 1965. También se levantó la
prohibición que pesaba sobre el Partido Comunista y se promulgaron penalidades
a la discriminación y violencia racial.
La política petrolera
Arturo Frondizi había iniciado en su gobierno una política
de explotación petrolera basada en la locación de obras de los yacimientos a
empresas privadas reservando a la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos
Fiscales (YPF) la actividad de exploración y la compra de la producción a las
empresas concesionarias. A las objeciones de carácter económico y comercial
(como el traslado del riesgo empresario a YPF que debía realizar la inversión en
nuevas exploraciones, o el aumento de los precios de los combustibles), la
plataforma electoral de Illia denunciaba la política por ser consideradas
concesiones y no locaciones. Además por considerarla contraria a los intereses
nacionales se comprometió a anular los contratos de concesión.
El 15 de noviembre de 1963 Illia firmó los Decretos 744/63 y
745/63 que anulaban dichos contratos por "vicios de ilegitimidad y ser
dañosos a los derechos e intereses de la Nación". Esto lejos de beneficiar
al gobierno lo dejaría con mala fama internacional y sumaría nuevas fuerzas,
esta vez internacionales y muy poderosas, a la coalición que lo derrocaría.
Ley del salario
mínimo, vital y móvil
El 15 de junio de 1964 se publica en el Boletín Oficial la
Ley 16.459, del salario mínimo, vital y móvil, previa a la constitución del
Consejo del Salario, integrado por representantes del Gobierno, los empresarios
y los sindicatos.
Entre los objetivos del proyecto figuraban la necesidad de
"evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los
cuales puede existir un exceso de mano de obra", "asegurar un ingreso
mínimo adecuado" y "mejorar los salarios de los trabajadores más
pobres".
Con los mismos objetivos, se promovió la Ley de
Abastecimiento, destinada a controlar los precios de la canasta familiar y la
fijación de montos mínimos de jubilaciones y pensiones.
La Ley de
medicamentos
La Ley 16.463, también llamada Ley Oñativia en homenaje al
Ministro de Salud Arturo Oñativia, sancionada el 23 de julio de 1964 y
promulgada el 8 de agosto de 1964,9 fue aprobada por todos los bloques, excepto
UDELPA y la Federación de Partidos del Centro. Establecía una política de
precios y de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a
fines de 1963, fijando límites para los gastos de publicidad, imponiendo
límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías
y de compra de insumos. La reglamentación de la Ley mediante el Decreto 3042/65
fijaba además la obligación para las empresas de presentar mediante declaración
jurada un análisis de costos y a formalizar todos los contratos de regalías
existentes.
Esta ley surge, a partir de un estudio realizado por una
comisión creada por el Presidente Illia sobre 300.000 muestras de medicamentos.
Muchos de estos medicamentos no eran fabricados con la fórmula declarada por el
laboratorio y su precio excedía en un 1000% al costo de producción.
Partidarios, opositores y observadores imparciales
coincidieron en que esta política tuvo un peso decisivo en el proceso político
que culminara con el derrocamiento del presidente a manos de un golpe militar.
La Ley de Hacienda
La ley 15.437, pensada junto al entonces ministro de
hacienda Jonatan O. Huesca, establecia que los productores de hacienda, ya sea de
ganado ovino, bovino, vacuno o porcino tenían la oportunidad de solicitar un
préstamo al gobierno para incentivar las inversiones en su producción, así, la
ganadería comenzó a surgir de entre las cenizas.
La educación
Durante su gestión de gobierno, la educación tuvo un peso
significativo en el Presupuesto Nacional. En el año 1963, su participación era
del 12%, en el año 1964, del 17%, en el año 1965, del 23%.
El 5 de noviembre de 1964 se pone en marcha el Plan Nacional
de Alfabetización, con el objetivo de disminuir la tasa de analfabetismo que
para la época se estimaba en poco más del 10% de la población adulta. En junio
de 1965 el Programa contaba con doce mil quinientos centros de alfabetización y
su tarea alcanzaba a trescientos cincuenta mil alumnos de dieciocho a ochenta y
cinco años de edad.
Entre 1963 y 1966 se graduaron de la UBA 40.000 alumnos,
cifra más alta en toda la historia de la casa de estudios.
Política económica
En materia económica, el gobierno de Arturo Illia tuvo una
política de ordenamiento del sector público, de disminución de la deuda pública
y de impulso a la industrialización. Se creó la Sindicatura de Empresas del
Estado, para un control más eficaz de las empresas públicas.
La evolución del Producto Bruto Interno durante ese período
fue del -2,4% para el año 1963, del 10,3% para el año 1964 y del 9,1% para el
año 1965. La evolución del Producto Bruto Industrial fue del -4,1% para el año
1963, del 18,9% para el año 1964 y del 13,8% para el año 1965. La deuda externa
disminuyó de 3.400 millones de dólares a 2.600 millones.
El salario real horario creció entre diciembre de 1963 y
diciembre de 1964 un 9,6%. La desocupación pasó de 8,8% en 1963 a 5,2% en 1966.
El derrocamiento, sus
causas
El gobierno del Presidente Arturo Illia debió convivir con
su propia debilidad derivada del hecho de haber sido elegido en elecciones no
libres, a causa de la proscripción del peronismo, muchos de los cuales votaron
entonces en blanco, obteniendo la segunda minoría. La falta de reconocimiento de
legitimidad al gobierno de Illia por parte de los ciudadanos peronistas, se vio
agravada por un plan de lucha del movimiento obrero, afectado por la decisión
del gobierno de sancionar una legislación sindical sin consultar a los
sindicatos.
En el año 1965 el gobierno convocó a elecciones legislativas
eliminando todas las restricciones que pesaban sobre el peronismo en la etapa
previa. El peronismo presentó sus propias listas de candidatos y triunfó
ampliamente en las elecciones con 3.278.434 votos contra 2.734.970 de la Unión
Cívica Radical del Pueblo. El triunfo del peronismo agitó la situación interna
de las Fuerzas Armadas.
Empresas nacionales
opositoras
La Sociedad Rural y la Unión Industrial se habían unido en
un asociación anti estatal llamada ACIEL (Acción Coordinada de las Institutos
Empresarias Libres). Ambas atacaron persistentemente el déficit del Estado, la
inclinación del gobierno por los controles de precios y de cambio, su
proteccionismo a las empresas públicas como YPF y la decisión de mantener
congelados los arrendamientos agrícolas impuestos bajo el gobierno de Ramírez
en 1943.
La corporación de prensa nacional y extranjera colaboró en
la campaña de desprestigio que se inició contra el presidente y los miembros de
su gabinete acusados de lentitud e inactividad. Diarios como El Mundo y Crónica
publicaban caricaturas en las que se veía a Illia representado como una
tortuga. La CGT llevó a cabo el "operativo tortuga" que consistió en
sembrar el centro de Bs. As., con esos animalitos que llevaban pintadas en su
caparazón las palabras "Illia o gobierno".
La campaña de desprestigio contra el Presidente Illia y la
democracia, se realizó de manera sistemática, utilizando ciertos periodistas y
medios de prensa, como Mariano Grondona en Primera Plana (autor luego de los
primeros comunicados militares golpistas), Bernardo Neustadt en la Revista Todo
y finalmente, las de Mariano Montemayor. Para ello se recurrió a la imagen de
"la tortuga", para caracterizar la gestión del Presidente como timorata
y falta de energía. Simultáneamente se resaltaba la personalidad de los
militares, especialmente del General Juan Carlos Onganía, contraponiéndolo con
la imagen de los políticos, alentándolos a intervenir como "salvaguarda de
la Patria".
Oposición internacional
y guerra sucia
Finalmente para entonces, Estados Unidos, en el marco de la
Guerra Fría, ya comenzaba a promover abiertamente el Terrorismo de Estado y la
instalación de dictaduras militares permanentes en América Latina, impulsadas
desde la Escuela de las Américas instalada en Panamá, dentro de la llamada
Doctrina de la Seguridad Nacional. Como primer paso de ese camino, las Fuerzas
Armadas habían instalado en 1964 un gobierno militar permanente en Brasil al
derrocar al Presidente João Goulart (Jango).
La planificación del golpe que luego llevaría al poder al
Teniente General Juan Carlos Onganía corre por cuenta del Comandante del Primer
Cuerpo del Ejército, el por entonces General de División Julio Rodolfo
Alsogaray, con la anuencia del por entonces Comandante en Jefe del Ejército
Argentino, Teniente General Pascual Pistarini y la adhesión del titular de de
la Armada Argentina, Almirante Benigno Varela y el de la Fuerza Aérea
Argentina, Brigadier General Adolfo Álvarez.
La idea del golpe no solo era reclamada por sectores de la
prensa conservadora y del poder económico, sino que también era apoyado por
algunos partidos políticos como la Unión Cívica Radical Intransigente liderada
por Oscar Alende y el Movimiento de Integración y Desarrollo liderado por el
derrocado ex-presidente Arturo Frondizi, y también por algunos sectores del
movimiento sindical.
La ambición militar
Los rumores de posibles golpes de estado acosaron al
gobierno radical durante toda su gestión. Un factor que alimentaba esto eran
las simpatías del vicepresidente Perette por los militares colorados no hacía
más que complicar la situación, ya que el ascenso de J.C. Onganía a teniente
general daba un resonante triunfo a los azules y desalentaba las intenciones de
reincorporación de los colorados retirados.
El descontento militar se combinó con una fuerte campaña de
desprestigio, impulsada por sectores económicos conservadores que criticaban
duramente ciertas políticas del gobierno radical, como la Ley de Medicamentos
(Ley Oñativia), la política petrolera y cierta autonomía de los Estados Unidos
en la política internacional.
En síntesis los militares tuvieron la tarea de ejecución de
una compleja coalición derechista conformada por un grupo de poder, que en su
interior contenía núcleos de carácter político - económico, agrupándose varios
actores. En lo político partidos políticos hacían oposición desmesurada; la
enemistad con EE. UU., por discrepancias ideológicas y resentimientos en la
política petrolera exasperaban a los castrenses. En lo económico se hallaban
empresas nacionales (prensa, medicamentos, etc) y multinacionales petroleras
afectadas por la anulación de los contratos millonarios.
El golpe
El 28 de junio de 1966, en una fría mañana de invierno se
produjo el golpe militar en medio de la indiferencia de la ciudadanía.
El General de División Julio Rodolfo Alsogaray, el Jefe de
la Casa Militar Brigadier Rodolfo Pío Otero, el coronel Luis Perlinger y un
grupo de oficiales se presentaron en el despacho presidencial para solicitarle
a Illia el retiro de la Casa de Gobierno, asegurándole en todo momento su
integridad física. Éste se negó rotundamente y luego de una fuerte discusión
donde manifestó "El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas soy yo"
los militares tuvieron que abandonar el despacho. Ante la fuerte negativa los
efectivos policiales ingresaron con pistolas lanzagases, mientras que las
tropas rodearon por completo la Casa Rosada. Perlinger volvió a solicitar al
presidente que se retire, caso contrario no podía garantizar la seguridad de
las personas que lo acompañaban. Ante esta situación Illia optó por dejar el
lugar.
Rodeado por sus colaboradores bajó por la escalera hasta la
planta baja, cruzó por la entrada y se dirigió a la calle, y como no disponía
de vehículo porque lo vendió durante su presidencia abandonó el lugar en un
taxi que lo llevó a la casa de su hermano en Martínez.
Al día siguiente asumió Onganía, autodenominando al golpe
«Revolución Argentina».
Su actividad
posterior a la presidencia
Sus adeptos consideran a Illia un político ejemplar, por su
honestidad y personalidad incorruptible. Tuvo una sola casa, sencilla y
humilde, que fue el único bien inmueble con que se retiró como Presidente de la
Nación, le fue donada por suscripción pública, con ayuda y por voluntad de los
vecinos de Cruz del Eje, además de ser el único presidente de Argentina que no
aceptó la jubilación.
Sus restos descansan en el Panteón a los caídos en la
Revolución de 1890 (conocido popularmente como Panteón Radical), del Cementerio
de la Recoleta. En ese mausoleo, además de Illia, descansan Leandro N. Alem,
Hipólito Yrigoyen y Elpidio González, entre otros dirigentes de la Unión Cívica
Radical.
Maximiliano Reimondi
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