martes, 17 de noviembre de 2015

                                              32 AÑOS DE DEMOCRACIA


El concepto conocido en español como democracia tiene sus bases en el antiguo griego y se forma al combinar los vocablos demos (que se traduce como “pueblo”) y kratós (que puede entenderse como “poder” y “gobierno”). La noción comenzó a ser empleada en el siglo V A.C., en Atenas. Los griegos definían a la democracia con un sentido político más que filosófico y decían que era “la doctrina favorable a la intervención del pueblo en el gobierno y al mejoramiento de la condición del pueblo”. Los argentinos hemos aprendido esta verdad sencilla, que los griegos ya sabían hace mucho más de veintiún siglos, a través de años de frustración, de dolor, de violencia y de sangre. La democracia es entonces, más que una filosofía o una doctrina, un estilo de vida que impulsa el respeto a la dignidad humana, garantiza la libertad y el derecho de todos y cada uno de los miembros de una comunidad.
Estoy orgulloso de ser protagonista de un país que goza 32 años de democracia. Un país donde mis abuelos y mis padres sufrieron golpes de estado de una forma continua. En el año 1983 comencé a militar políticamente porque supe, pese a que tenía 13 años, que la política es una herramienta fundamental para transformar la sociedad. Hasta tuve que enfrentarme con mi padre ya que tenía una ideología política opuesta y él no aceptaba que yo pensara diferente. Eso me incentivó a estudiar, aprender y pensar la historia argentina. El gobierno de Raúl Alfonsín expiró por errores propios y por la presión de los grandes grupos mediáticos y económicos. Carlos Saúl Menem encabezó un gobierno neoliberal donde esos grupos gobernaban la Argentina y la política fue bastardeada y estigmatizada. Todo explotó en 2001 con la ineptitud de Fernando de la Rúa. Con este hecho fundamental, renació la convicción de muchos jóvenes de tener militancia política para ser protagonistas de un país distinto. Esto fue plasmado con Néstor Kirchner que heredó un país en ruinas. Estos últimos años de democracia, el gobierno nacional tuvo grandes aciertos. Se debe trabajar mucho en las cosas que faltan. Lo que es indiscutible es que se ha logrado 32 años donde el ciudadano elige, mediante el voto, a sus representantes cada dos años. Para la persona que no tiene militancia política, el voto es una herramienta fundamental para definir el futuro de su ciudad, provincia y país. Es un mito que todos los políticos son corruptos. Existen buenos y malos políticos como en todas las profesiones. Celebro que los adolescentes de 16 años tengan la opción del voto a nivel nacional, ya que es una forma de incentivar a ser un nuevo militante político de acuerdo con su ideología. Soy testigo de que muchos ya están ejerciendo una función excelente en muchos barrios de todo el país.
Debemos celebrar estos 32 años de democracia y poner como objetivo final, que logremos una República con soberanía política, justicia social e independencia económica.

                                                                                       Maximiliano Reimondi
                                                                  


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