domingo, 28 de febrero de 2016

     FALENAS




                         

                            Esa mariposa que no se deja tocar,
                            mariposa mágica,
                            ¿por qué escasea?

                           ¿Acaso las falenas huyeron,
                            sabiendo de un mundo mejor?
                            Quizás esta mariposa vino
                            para desbrozar recuerdos,
                            ensueños marchitos
                            y cánticos eternos.

                            Vuela por el cosmos
                            para darme luz.
                            Agita sus alas multicolores
                            y me acaricia con una canción.


                                                          Maximiliano Reimondi

                                                    
                                   

                                     
Pedro Bonifacio Palacios


Pedro Bonifacio Palacios (San Justo, Argentina, 13 de mayo de 1854 - La Plata, Argentina, 28 de febrero de 1917)
Su familia era muy humilde. Todavía niño, pierde a su madre y es abandonado por su padre, por lo que fue criado por sus parientes.
Almafuerte es el seudónimo con el que alcanzó mayor popularidad, aunque no fue el único que utilizó a lo largo de su vida.
Su primera vocación fue la pintura, pero, como el gobierno le niega una beca para viajar a Europa a perfeccionarse, cambia su rumbo y se dedica a la escritura y la docencia.
Ejerció en escuelas de la Piedad y Balvanera. Poco después se trasladó a la campaña y fue maestro en Mercedes, Salto y Chacabuco. A los 16 años de edad dirige una escuela en Chacabuco; donde, en 1884, conoce al entonces ex presidente (1868 - 1874) Domingo Faustino Sarmiento. Tiempo después es destituido por no poseer un título habilitante para la enseñanza, pero muchos afirman que en realidad fue por sus poemas altamente críticos para con el gobierno.
En los pueblos donde ejerció la docencia, también alcanzó notoriedad como periodista polémico y apasionado, poco complaciente con los caudillos locales.
Luego de dejar la enseñanza obtiene un puesto dentro de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, y más tarde bibliotecario y traductor en la Dirección General de Estadística de dicha provincia. En 1887, se traslada a La Plata e ingresa como periodista en el diario El Pueblo.
En 1894 retoma su actividad docente en una escuela de la localidad de Trenque Lauquen, pero nuevamente es retirado por cuestiones políticas dos años más tarde.
A comienzos del siglo XX participa un poco de la actividad política, pero a causa de su inestabilidad económica y de que es reacio a aceptar un cargo político, ya que criticaba duramente a quienes vivían a expensas de los impuestos de la gente, no lo hace con mucho entusiasmo.
Al final de su vida, el Congreso Nacional Argentino le otorgó una pensión vitalicia para que se pudiera dedicar de lleno a su actividad como poeta. Sin embargo no pudo gozar de ella; el 28 de febrero de 1917 falleció en La Plata (Buenos Aires), a la edad de 62 años.

I


Tú tienes, para mí, todo lo bello
que cielo, tierra y corazón abarcan;
la atracción estelar ¡de esas estrellas
que atraen como tus lágrimas!;


II


La sinfonía sacra de los seres,
los vientos, los bosques y las aguas,
en el lenguaje mudo de tus ojos
que, mirándome, hablan;


III


Los atrevidos rasgos de las cumbres
que la celeste inmensidad asaltan,
en las gentiles curvas de tu seno…
¡oh, colina sagrada!


IV


Y el desdeñoso arrastre de las olas
sobre los verdes juncos y las algas,
en el raudo vagar de tu memoria
por mi vida de paria.


V


Yo tengo, para ti, todo lo noble
que cielo, tierra y corazón abarcan;
el calor de los soles, ¡de los soles
que, como yo, te aman!;


VI


El gemido profundo de las ondas
que mueren a tus pies sobre la playa,
en el tapiz purpúreo de mi espíritu
abatido a tus plantas;


VII


La castidad celeste de los besos
de tu madre bendita, en la mañana,
en la caricia augusta con que tierna
te circunda mi alma.


VIII


¡Tu tienes, para mí todo lo bello;
yo tengo para ti, todo lo que ama;
tú, para mí, la luz que resplandece,
yo, para ti, sus llamas!

                                 ALMAFUERTE



                                                             Maximiliano Reimondi
Fernando Fader


Fernando Fader (Burdeos, Francia, 11 de abril de 1882-Loza Corral, Córdoba, Argentina, 28 de febrero de 1935)
En 1898 realizó sus primeras obras pictóricas, entre las que destaca el óleo El viejo piojoso. Realiza estudios primarios en Francia y estudios secundarios en Alemania, en la Realschule del Palatinado del Rhin. Allí también estudia pintura con Heinrich Von Zugel (1850-1941), un partidario de la pintura al aire libre, cuyos ejes temáticos eran los animales y la concepción naturalista del paisaje, derivados de la escuela de Barbizón. En 1900 ganó una medalla de oro por su pintura "detrás del arco iris". En 1904 vuelve al país y en 1906 realiza su primera muestra en Argentina, que no tuvo éxito. 'Participó del grupo Nexus -de temática localista y técnica que vacilaba entre el impresionismo y el academicismo- , con Collivadino, Ripamonte, Bernaldo de Quirós y, marginalmente, Emilio Caraffa. Nexus presentó tres exposiciones que abrieron el camino al Salón de Primavera de 1911. Impulsado por su otra pasión, la ingeniería, invirtió toda su fortuna en una empresa hidráulica que lo llevó a la quiebra. Este duro momento económico coincidió con los primeros síntomas de tuberculosis, que lo llevaron a buscar el clima suave de las sierras (de Córdoba) en 1917 (hay otra versión que sitúa esta mudanza en 1916). Pintó en las Sierras de Achala e Ischilín, en poblaciones como Candelaria, La Higuera, Pocho, San Pedro Norte y San Francisco del Chañar.
Entre sus múltiples retratos, óleos y acuarelas se destacan La mantilla, La madre y La liga azul, estas últimas expuestas en el V salón Nacional de 1915, así como La vida de un día, serie de ocho telas de (80x100 cm) en las que se representa el mismo paisaje con sus variantes de luz a lo largo del día, pintadas durante 1917. Esta serie está expuesta en el Museo Municipal de Bellas Artes de Rosario "Juan B. Castagnino".
En su pintura se aprecian distintos periodos emocionales, como la etapa de interiores oscuros con predominio de los colores ocres y pardos y su otro momento de más luminosidad, donde la luz artificial cae sobre los objetos relacionando el color-luz con el objeto-luz.



                                                               Maximiliano Reimondi

viernes, 26 de febrero de 2016

Fortunato Lacámera



Fortunato Lacámera (5 de octubre de 1887, Buenos Aires, Argentina - 26 de febrero de 1951, Buenos Aires, Argentina)
Recibió influencia de Alfredo Lazzari quien fue su maestro, y forma parte del grupo de pintores de La Boca.
A partir de 1919 concurrió al Salón Nacional y a numerosos salones del interior, en los que obtuvo importantes galardones.
En 1929 recibe el premio Sociedad Estímulo de Bellas Artes, en 1936 el premio Acuarelista por la dirección nacional de Bellas Artes y en 1938 el Premio Estímulo en el Salón Nacional, entre otros.
En 1940 Lacámera fundó la Agrupación de Gente de Artes y Letras Impulso, en que la reunió a los protagonistas de la vida cultural de su barrio. A esta institución el artista dedicó sus mayores esfuerzos, presidiéndola hasta el día de su muerte. Fortunato Lacámera falleció en Buenos Aires el 26 de Febrero de 1951.
Sus obras integran el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes; el Museo de Bellas Artes de La Boca “Benito Quinquela Martín”; el Museo Municipal de Artes Plásticas "Eduardo Sívori" y los museos municipales de Tandil, Junín, Mar del Plata, Bahía Blanca y Rosario, además del Museo “Pedro de Mendoza” en Santa Fe y el Liceo Militar "Gral. San Martín", provincia de Buenos Aires.

Técnica

En sus obras utiliza colores apagados y poco vivaces, que transmiten una sensación de reposo contenido, como la soledad y la serenidad de aquel barrio. Otra característica es la media luz, que se filtra a través de una ventana, su reflejo y como influyen en el objeto.




                                                            Maximiliano Reimondi
VÍCTOR HUGO

Biografía

Infancia y juventud



Víctor Hugo nació el 26 de febrero de 1802, hijo del general del Imperio Joseph Léopold Sigisbert Hugo (17731828) -nombrado conde, según la tradición familiar, por José I Bonaparte,-jefe de batallón destinado en la guarnición de Doubs en el momento del nacimiento de su hijo, y de Sophie Trébuchet (17721821), de origen bretón. Fue el menor de una familia de tres hijos varones, tras Abel (17981855) y Eugène (18001837), pasó su infancia en París. Las frecuentes estancias en Nápoles y España, consecuencia de los destinos militares de su padre, marcarán sus primeros años. Así, en 1811 se trasladan a Madrid e ingresa como internado, junto con su hermano Eugène, en una residencia religiosa que los Escolapios tenían en el colegio de San Antón y que los ocupantes franceses habían convertido en un «seminario de nobles». En 1813 Víctor y sus hermanos se instalan en París con su madre, que se había separado de su marido por su romance con el general Víctor Lahorie, padrino y preceptor de Víctor Hugo del que recibe su nombre.8 En septiembre de 1815, Víctor y Eugène, a los que separaron de su madre, son internados en la pensión Cordier (hasta 1818). Según Adèle Hugo, es en esta época cuando su hermano empieza a componer versos y comienza sus Cahiers de vers français (Cuaderno de versos francés). Autodidacta, mediante tanteos aprende a utilizar la rima y la medida. Recibe el ánimo y apoyo de su madre a la que, al igual que a su hermano Eugène, lee sus obras. Sus escritos son revisados y corregidos por un joven maestro de la pensión Cordier que hizo amistad con los dos hermanos. Su vocación es precoz y su ambición inmensa; en julio de 1816, con apenas 14 años de edad, Víctor anota en un diario: «Quiero ser Chateaubriand o nada».
En 1817 participa en un concurso de poesía organizado por la Academia francesa sobre el tema «Felicidad que proporciona el estudio de todas las situaciones de la vida». El jurado está cerca de concederle el premio, pero el título de su poema —Trois lustres à peine (Apenas tres lustros)— sugiere demasiado su joven edad y la Academia cree que puede ser una farsa, y recibe solamente una mención. Concurre sin éxito los años siguientes, pero en 1819 gana, en uno de los concursos organizados por la Academia de los Juegos Florales de Toulouse, una «Lis de oro» por Le rétablissement de la statue de Henry IV y un «Amaranto de oro» por Les Vierges de Verdun, y un premio en 1820 por Moïse sur le Nil.
Animado por sus éxitos, Hugo abandona las matemáticas, materia en la que tiene aptitudes (sigue los cursos de las clases preparatorias), y se embarca en la carrera literaria. Con sus hermanos Abel y Eugène, funda en 1819 una revista, «Le Conservateur littéraire», que ya atrae la atención sobre su talento. Su primera colección de poemas, Odas y baladas, aparece en 1821: el autor tiene por entonces diecinueve años. La tirada de 1500 ejemplares se agota en cuatro meses. El rey Luis XVIII, que posee un ejemplar, le otorga una pensión anual de mil francos, lo que le permite hacer planes de matrimonio con su amiga Adèle Foucher.

Joven escritor

Los años de separación de su padre lo habían acercado a su madre, y la muerte de ésta, el 27 de junio de 1821, le afecta profundamente.
Hugo contrae matrimonio el 12 de octubre de 1822 con una amiga de la infancia, Adèle Foucher, nacida en 1803, con la que tiene cinco hijos:
Léopold (16 de julio de 1823 - 10 de octubre de 1823);
Léopoldine (28 de agosto de 1824 - 4 de septiembre de 1843);
Charles (4 de noviembre de 1826 - 13 de marzo de 1871);
François–Victor (28 de octubre de 1828 - 26 de diciembre de 1873);
Adèle (28 de julio N 2 de 1830 - 21 de abril de 1915), la única que sobrevivirá a su padre, pero cuyo estado mental, que decaerá muy pronto, le conllevará muchos años de ingreso en centros de salud.
Este matrimonio lleva a su hermano Eugène a la locura, una esquizofrenia que tendrá como consecuencia su reclusión hasta su muerte en 1837.
Ese año comienza la redacción de Han de Islandia (publicado en 1823) que recibe una tibia acogida. Una bien argumentada crítica de Charles Nodier, es el motivo de un encuentro entre ambos escritores y del nacimiento de su amistad, y participa con él en las reuniones del cenáculo de la Bibliothèque de l'Arsenal (parte de la Biblioteca Nacional de Francia), cuna del Romanticismo. Ésta amistad dura hasta 1827-1830, cuando Nodier comienza a ser muy crítico con las obras de Hugo. Durante este período, Victor se reconcilia con su padre, que le inspirará los poemas Odas a mi padre y Après la bataille. Su padre fallece en 1828.
Cromwell, obra que publica en 1827, arma un escándalo. En el prefacio de este drama, Hugo se opone a las convenciones clásicas, en particular a las unidades aristotélicas de tiempo y lugar,N 4 y establece los primeros fundamentos de su drama romántico.
La pareja recibe a menudo y traba amistad con Sainte-Beuve, Lamartine, Mérimée, Musset o Delacroix.22 Su esposa Adèle mantiene una relación amorosa con Sainte-Beuve que tiene lugar durante el año 1831.23 Entre 1826 a 1837, la familia pasa temporadas con frecuencia en el Château des Roches en Bièvres, propiedad de Louis-François Bertin, director del periódico Journal des débats. Durante estas estancias, Hugo se encuentra con personajes como Berlioz, Chateaubriand, Liszt y Giacomo Meyerbeer, y escribe colecciones de poesía entre las que se encuentra Las hojas de otoño. En 1829 publica la colección de poemas Los orientales. El último día de un condenado a muerte aparece el mismo año y es seguida por Claude Gueux en 1834; en estas dos novelas cortas, Hugo muestra su rechazo hacia la pena de muerte. La novela Nuestra Señora de París se publica en 1831.

Los años del teatro

Ya en 1828, había montado una obra de juventud, Amy Robsart y, aunque también publica colecciones de poesías, como Las hojas de otoño (1831), Los cantos del crepúsculo (1835), Las voces interiores (1837), Los rayos y las sombras (1840), entre 1830 y 1843, Hugo se dedica casi exclusivamente al teatro.
1830 es el año de estreno de Hernani, obra que fue motivo de una larga serie de conflictos y enfrentamientos en torno a la estética teatral entre los «clásicos», partidarios de una jerarquización estricta de los géneros teatrales, y los «modernos», la nueva generación de románticos que, encabezados por Théophile Gautier, aspiraban a una revolución del arte dramático y se agrupaban en torno a Victor Hugo; estos conflictos pasaron a la historia de la literatura bajo el nombre de «La batalla de Hernani». Marion de Lorme, prohibida inicialmente en 1829, se estrenó en 1831 en el Teatro de la Porte Saint-Martin y El rey se divierte en 1832 en el Théâtre-Français, pieza que fue prohibida inmediatamente después de su estreno, lo que servirá a Hugo para indicar en el prefacio de su edición original de 1832. La aparición de este drama en el teatro dio motivo a un acto ministerial inaudito. Al día siguiente de su estreno remitió al autor, Jouslin de la Salle, director de escena del Teatro Francés, el siguiente oficio, cuyo original conserva: «En este momento, que son las diez y media, acabo de recibir la orden de suspender las representaciones de "El rey se divierte", que me comunica H. Taillor en nombre del ministro. Hoy 23 de noviembre.».
En 1833 conoce a la actriz Juliette Drouet, que se convierte en su amante y le consagrará su vida. Drouet lo salvará del encarcelamiento durante el golpe de Estado de Napoleón III. Hugo escribirá para ella numerosos poemas. Ambos pasan juntos cada aniversario de su encuentro y completan, año tras año, un cuaderno común que titulan cariñosamente Libro del aniversario. Además de Juliette, Hugo contó con numerosas amantes.

Lucrecia Borgia y María Tudor se estrenaron en el Teatro de la Porte Saint-Martin en 1833, y Angelo, tirano de Padua en el Théâtre-Français en 1835. Ante la falta de escenarios para representar los nuevos dramas Hugo decide, junto con Alejandro Dumas, crear una sala dedicada al drama romántico. Aténor Joly recibe, por orden ministerial, el privilegio que autoriza la creación del Théâtre de la Renaissance en 1836,28 donde se representará, en 1838, Ruy Blas.
Hugo accede a la Academia francesa en 1841, después de tres tentativas que resultaron infructuosas, esencialmente a causa de un grupo de académicos entre los que se encontraba Étienne de Jouy, que se oponían al romanticismo y al que combaten ferozmente.
En 1843 se estrenó Los burgraves, obra que no recibe el éxito esperado. Durante la creación de todas sus obras, Hugo se enfrenta contra todo tipo de dificultades materiales y humanas, como teatros poco propicios a los espectáculos de envergadura o reticencias de los actores franceses ante la audacia de sus dramas, y sus piezas reciben silbidos a menudo por parte de un público poco sensible al drama romántico, aunque también reciben por parte de sus admiradores vigorosos aplausos.
El 4 de septiembre de 1843, Léopoldine muere trágicamente en Villequier, en el río Sena, ahogada junto con su marido Charles Vacquerie tras el naufragio de su barco. Hugo se encontraba entonces en los Pirineos con Juliette Drouet, y se entera por la prensa de la muerte de su hija. El escritor se ve afectado terriblemente por esta muerte, que le inspirará varios poemas de Las contemplaciones —particularmente, «Mañana, desde el alba»—. Desde esta fecha y hasta su exilio, Hugo no escribirá nada más, ni teatro, ni novela ni poemas. Algunos autores ven en la muerte de Léopoldine y el fracaso de Los burgraves una posible razón de este desafecto del autor hacia la creación literaria,  mientras que otros ven más bien una posible atracción hacia la política, actividad que le ofrecería otra tribuna a sus actividades.

Acción política

Educado por su madre bretona en el espíritu del monarquismo, paulatinamente muestra interés y convencimiento hacia la democracia —«J'ai grandi» (crecí), escribe en el poema Écrit en 184633 en respuesta a un reproche de un amigo de su madre—.
Según Pascal Melka, Hugo tiene la voluntad de conquistar el régimen para tener influencia y poder así llevar a cabo sus ideas.34 Se hace entonces confidente de Luis Felipe I en 1844 y posteriormente par de Francia en 1845. Su primer discurso, realizado en 1846, es para defender la suerte de Polonia, descuartizada entre varios países, y en 1847 defiende el derecho de regreso de los desterrados, como Jérôme Napoleón Bonaparte.
Al inicio de la Revolución francesa de 1848, es nombrado alcalde del 8.º distrito de París, y posteriormente diputado de la Segunda República con escaño entre los conservadores. Durante los motines obreros de junio de 1848, Hugo participará personalmente en la matanza, comandando tropas frente a las barricadas en el distrito parisino para el que fue nombrado alcalde; más tarde desaprobará la sangrienta represión desarrollada tras la revuelta. En agosto de 1848 funda el periódico L'Événement. Apoya la candidatura de Carlos Luis Napoleón Bonaparte, elegido presidente de la República en diciembre de 1848. Tras la disolución de la Asamblea nacional, en 1849 es elegido para la Asamblea legislativa y pronuncia su Discurso sobre la miseria. Rompe con Luis Napoleón Bonaparte por su apoyo al envío de una expedición francesa contra la República Romana instaurada en 1849, que termina con el restablecimiento del papa en sus funciones, y progresivamente se enfrenta contra sus antiguos amigos políticos y reprueba su política reaccionaria.

Exilio

Cuando se produce el golpe de Estado del 2 de diciembre de 1851, Hugo intenta huir pero es retenido; sin embargo un comisario francés se niega a detenerlo diciéndole «¡Sr. Hugo, no le arresto porque solamente detengo a la gente peligrosa!».
Hugo se exilia voluntariamente en Bruselas, y condena con fuerza el golpe de Estado, sus razones morales,  y a su autor, Napoleón III, en un panfleto publicado en 1852, Napoleón el Pequeño, así como en Historia de un crimen, escrito al día siguiente del golpe de Estado y publicado 25 años más tarde, y en Los castigos. El doloroso recuerdo de su hija Léopoldine —así como su curiosidad— le impulsan a iniciar experiencias relacionadas con el espiritismo y consignadas en Las mesas giratorias de Jersey, editado por Gustave Simon en 1923.45 Al publicarse Napoleón el Pequeño, por orden del gobierno belga se vio obligado a salir del país y se traslada a la dependencia británica de Jersey.
Expulsado de Jersey en 1855 por haber criticado la visita de la reina Victoria a Francia, se instala en la Hauteville House en Guernsey.47 Hugo forma parte de un grupo de proscritos que niegan a volver a Francia tras el decreto de amnistía que permite el regreso de todos los expulsados tras el golpe de diciembre; Víctor Hugo manifiesta: «Et s'il n'en reste qu'un, je serai celui-là» —Y si queda allí sólo uno, seré yo—.48 49 Estos años difíciles son muy fecundos desde el punto de vista literario; publica Los castigos (1853), obra en verso que tiene en su punto de mira el Segundo Imperio; Las contemplaciones, poesías (1856); La leyenda de los siglos (1859), así como una de sus obras más significativas, la novela Los miserables (1862). Rinde homenaje al pueblo de Guernsey en su novela Los trabajadores del mar (1866).
Recibe algunas visitas del continente, como la de Judith Gautier o la de Boucher de Perthes en 1860; este último lo describe como «un republicano gentilhombre, (...) muy bien establecido, viviendo como padre de familia (...) querido por sus vecinos y considerado por los habitantes.»

Regreso a Francia y muerte

Cuando Napoleón III firmó el decreto de 1859 de amnistía general de los presos políticos, Hugo se había negado a sacar provecho de esta gracia del «usurpador» («Quand la liberté rentrera, je rentrerai» —Cuando vuelva la libertad, volveré—) y tampoco lo hace en la de 1869. Finalmente regresa a Francia en septiembre de 1870, después de la derrota del ejército francés en la Batalla de Sedán y recibe una acogida triunfal por parte de los parisinos. Participa activamente en la defensa París durante el Sitio de París de 1870. Es elegido para la Asamblea nacional —ocupando un escaño por Burdeos— el 8 de febrero de 1871, pero dimite el mes siguiente como protesta contra la invalidación de Garibaldi. En marzo de 1871 se encontraba en Bruselas para arreglar la sucesión de su hijo Charles, cuando estalla la insurrección de la Comuna. Asiste a la rebelión y a su represión desde Bélgica y la desaprueba tan vivamente que es expulsado del país.52 Encuentra refugio durante tres meses y medio en el Gran Ducado —del 1 de junio 23 al 23 de septiembre—. Permanece sucesivamente en Luxemburgo, en Vianden —dos meses y medio—, en Diekirch y en Mondorf-les-Bains, donde se somete a una cura termal; finaliza allí la colección de poemas El año terrible. Regresa a Francia a finales de 1871. Lo solicitan varios comités republicanos, y acepta presentarse candidato para la elección complementaria del 7 de enero de 1872. Visto como «radical» debido a su voluntad amnistiar a los comuneros, es golpeado por el republicano moderado Joseph Vautrain. El mismo año, Hugo se traslada de nuevo a Guernesey, donde escribe la novela Noventa y tres.
En 1873 reside en París y se consagra a la educación de sus dos nietos, Georges y Jeanne, que le inspiran la colección El arte de ser abuelo. Recibe a muchos personajes, políticos y literarios, como los hermanos Goncourt, Lockroy, Clemenceau, Gambetta y otros. El 30 de enero de 1876 es elegido senador y milita en favor de la amnistía. Se opone al presidente Mac-Mahon cuando éste disuelve la cámara baja. En su discurso de apertura del Congreso Literario Internacional de 1878, Hugo se posiciona por el respeto de la propiedad literaria pero también por el fundamento del dominio público. En junio de 1878 se siente indispuesto —tal vez aquejado de un evento cerebrovascular—; se traslada a reposar cuatro meses a Guernesey en su residencia de Hauteville House, atendido por su «secretario benévolo», Richard Lesclide. Este mal estado de salud pone fin prácticamente a toda su actividad como escritor. No obstante continúan apareciendo regularmente numerosas selecciones, que recopilan poemas que datan de sus años de excepcional inspiración (1850-1870), como La Piedad suprema (1879), El asno (1880), Los cuatro vientos del espíritu (1881), la última serie de La leyenda de los siglos (septiembre de 1883) y otras, contribuyendo a la leyenda del viejo hombre inagotable hasta la muerte. Durante este período, muchas de sus obras son representadas de nuevo, como Ruy Blas en 1872, Marion de Lorme y María Tudor en 1873 o El rey se divierte en 1882.
Fue uno de los escritores más populares de su tiempo y aún hoy en día es uno de los más conocidos, y está considerado como uno de los pilares de la literatura francesa.

Su obra

Hugo fue un escritor prolífico. El conjunto de su extensa obra (seleccionada y organizada por sus ejecutores testamentarios Paul Meurice y Auguste Vacquerie) fue publicada por el editor y escritor Jean-Jacques Pauvert y representa casi cuarenta millones de caracteres reunidos en 53 volúmenes.

Novelista

Hugo publicó nueve novelas. La primera, Bug-Jargal, la escribió a los dieciséis años y la última, Noventa y tres, a los setenta y dos años de edad. Su narrativa novelística abarcó todas las edades del escritor, todas las modas y todas las corrientes literarias de su tiempo sin confundirse nunca totalmente con ninguna; en efecto, yendo más allá de la parodia, Hugo utiliza las técnicas de la novela popular ampliándolas y subvirtiendo los géneros y sobrepasándolos: si bien Han de Islandia (1823), Bug-Jargal (1826) o Nuestra Señora de París (1831) se asemejan a las novelas históricas en boga a principios del siglo XIX, sobrepasan este ámbito; Hugo no es Walter Scott y sus novelas se desarrollan hacia la epopeya y lo grandioso.
El último día de un condenado a muerte en 1829 y Claude Gueux en 1834 invitan a una reflexión social, pero no son fáciles a definir.76 El propio Hugo las califica como «novelas de hechos y novelas de análisis», a la vez históricas y sociales, pero sobre todo comprometidas en una lucha —la abolición de la pena de muerte— que sobrepasa de lejos el marco de la ficción. Podemos decir lo mismo de Los miserables, que aparece en 1862, en pleno período del realismo literario, pero del que toma pocas características. Este enorme éxito popular se mueve constantemente entre el melodrama popular, el encuadre realista y el ensayo didáctico.
En Los trabajadores del mar (1866) y en El hombre que ríe (1869), Hugo se acerca más a la estética romántica de principios del siglo, con sus personajes deformes, sus monstruos y su Naturaleza extraordinaria.
En 1874, Noventa y tres marca la materialización novelesca de un viejo tema hugoniano: el papel fundador de la Revolución francesa en la conciencia literaria, política, social y moral del siglo XIX. Mezcla la ficción y la historia, sin que la escritura marque la frontera entre las narraciones.
Sus novelas no son simplemente un divertimento: para Hugo el arte debe al mismo tiempo instruir y gustar y la novela casi siempre está al servicio del debate de ideas. Esta constante marca las novelas abolicionistas de su juventud y prosigue, en su madurez, a lo largo de sus numerosas digresiones sobre la miseria material y moral en Los miserables.
Poeta o novelista, Hugo es un dramaturgo de la fatalidad, y sus héroes están, como los héroes de la tragedia, ligados a las obligaciones externas y a la implacable fatalidad; unas veces imputable a la sociedad —Jean Valjean, Claude Gueux, el héroe de El último día de un condenado a muerte—, otras a la Historia —Noventa y tres—, o bien a su nacimiento —Quasimodo—. Su inclinación a la epopeya, hombres influenciados por las fuerzas de la Naturaleza, por la Sociedad, por la fatalidad, nunca dejó al autor; Hugo siempre se encontró con su público sin ceder nunca a los caprichos de la moda y nadie se asombra de que haya podido convertirse en un clásico en vida.

Dramaturgo

El teatro de Víctor Hugo se sitúa en una renovación del género teatral iniciado por Madame de Staël, Benjamin Constant, François Guizot, Stendhal y Chateaubriand.86 En Cromwell, obra de la que él mismo es consciente de que es irrepresentable en su época (pieza de 6414 versos e innumerables personajes),86 da rienda suelta a su idea del nuevo teatro. Publica al mismo tiempo un prefacio destinado a defender su obra y donde expone sus ideas sobre el drama romántico: un teatro «todo en uno»,86 a la vez drama histórico, comedia, melodrama y tragedia. Se reivindica en la linea de Shakespeare,86 levantando un puente entre Molière y Corneille. Expone su teoría de lo grotesco que se manifiesta bajo varias formas: del ridículo a lo fantástico pasando por lo monstruoso o lo horrible. Víctor Hugo escribió «Lo bello solo tiene una forma, lo feo tiene mil». Anne Ubersfeld habla sobre este tema del aspecto carnavalesco del teatro de Hugo, y del abandono del ideal de lo bello. Según Hugo, lo grotesco debe ir junto a lo sublime porque ambos son aspectos de la vida.
En el momento de la creación de sus demás obras, Hugo realiza numerosas concesiones para «educar» al público y llevarlo hacia su idea del teatro. Para él, el romanticismo es el liberalismo en la literatura. Sus últimas obras, escritas durante el exilio y nunca estrenadas durante su vida, fueron compiladas en una colección con el evocador título de Teatro en libertad. El teatro debe dirigirse a todos: el amante de la pasión, el de la acción o el de la moral. Para el autor el teatro tiene la misión de instruir, de ofrecer una tribuna para el debate de ideas y de presentar «las heridas de la humanidad con una idea consoladora».
Hugo sitúa sus obras principalmente en los siglos XVI y XVII, y se documenta mucho antes de comenzar a escribir, a menudo presenta una obra a tres bandas: el señor, la sirvienta y el malvado, donde confrontan y se mezclan dos mundos: el del poder y el de los servidores, donde los papeles se invierten (Ruy Blas, sirviente, desempeña el papel de un grande de España) y donde el héroe se muestra débil y el malvado tiene una faceta atractiva.
Como recurso estilístico utiliza el alejandrino, al que sin embargo da, cuando lo desea, una forma más libre, y son raras sus obras en prosa (Lucrecia Borgia, María Tudor).
Hugo cuenta con grandes defensores de su teatro, como Théophile Gautier, Gérard de Nerval, Hector Berlioz o Petrus Borel, pero también tuvo que enfrentarse a numerosas dificultades para la representación de sus obras. La primera dificultad es una oposición política; su cuestionamiento de los representantes del poder no gusta,Marion de Lorme es prohibida, también se prohíbe El rey se divierte tras su primera representación, los ultra-realistas arremeten contra Ruy Blas.
También está la coacción económica: en parís solamente hay teatros susceptibles de representar dramas, el Théâtre Français y el Teatro de la Porte Saint-Martin. Estos dos teatros subvencionados no nadan en la abundancia y son tributarios de los subsidios del Estado y sus directores vacilan a la hora de asumir riesgos. Hugo se quejaba de la falta de libertad que ofrecían.103 Esta es una de las razones que le llevan a emprender la aventura del teatro del Renacimiento.
La tercera, y más importante, es la oposición del propio mundo artístico. Muchos de los artistas y los críticos de su época son hostiles hacia la transgresión de los códigos culturales establecidos que representa el teatro de Hugo. Aprueban los grandes pensamientos que educan el alma pero se revelan contra todo lo relativo a lo grotesco, vulgar, popular o trivial. No apoyan todo que consideran excesivo, le reprochan su materialismo y su ausencia de moral. Critican con fuerza cada obra representada y a menudo se encuentran tras su prematura suspensión. El rey se divierte solo se representó una única vez, Hernani fue representada unas cincuenta veces con gran éxito pero no se reestrena en 1833, María Tudor se representa solo cuarenta y dos veces, Los burgraves son un fracaso, Ruy Blas es un éxito financiero pero es destrozada por la crítica.  Solo Lucrecia Borgia puede considerarse como un éxito total.
Florence Naugrette señala que el teatro de Hugo ha sido poco representado en la primera mitad del siglo XX. Es restablecido al interés contemporáneo por Jean Vilar en 1954, que representa sucesivamente Ruy Blas y María Tudor. Otros escenógrafos posteriores que hacen revivir Lucrecia Borgia (Bernard Jenny), Los burgraves y Hernani (Antoine Vitez), Marie Tudor (Daniel Mesguich), las obras del Teatro en libertad (L'Intervention, Mangeront-ils?, Mil francos de recompensa...) se representan de nuevo en los años 1960 y continúan siéndolo. En la actualidad se puede leer el conjunto de este Teatro en libertad en la edición realizada por Arnaud Laster. Naugrette subraya también las dificultades de interpretación del teatro de Hugo, y como hacerlo sin ser ni grandilocuente, ni prosaico, sin falso pudor, como presentar lo grotesco sin deslizarse hacia la caricatura y cómo administrar la inmensidad del espacio escénico; también recuerda el consejo de Jean Vilar: «Representar sin pudor confiando en el texto de Víctor Hugo».
Poeta

A los veinte años de edad, Hugo publica las Odas, colección que ya deja entrever, en el joven escritor, los temas recurrentes en su obra: el mundo contemporáneo, la historia, la religión y el papel del poeta, en particular. Posteriormente se vuelve cada vez menos clásico, cada vez más romántico, y Hugo seduce al joven lector de su tiempo a lo largo de las ediciones sucesivas de las Odas (cuatro ediciones entre 1822 y 1828).
En 1828, reúne bajo el título Odas y baladas toda su producción poética anterior. Frescos históricos, evocación de la infancia; la forma es todavía convencional, sin duda, pero el joven romántico ya se toma libertades con la métrica y la tradición poética. Este compendio permite percibir las primicias de una evolución que durará toda su vida: el cristiano convencido se muestra poco a poco más tolerante, su monarquismo que se vuelve menos rígido y concede un lugar importante a la muy reciente epopeya napoleónica; además, lejos de esquivar su doble herencia paternal (monárquica) (napoleónica) y maternal, el poeta se enfrenta a ella, y se esfuerza en poner en escena lo contrario (la llamada antítesis hugoniana) para sobrepasarla:

«Les siècles, tour à tour, ces gigantesques frères,
Différents par leur sort, semblables en leurs vœux,
Trouvent un but pareil par des routes contraires.»    «Los siglos, día a día, estos gigantescos hermanos,
Diferentes por su suerte, semejantes en sus deseos,
Encuentran un fin semejante por caminos contrarios.»
Odas y baladas, Libro segundo, «L'histoire»

Posteriormente se alejará en su obra de las preocupaciones políticas inmediatas, en lugar de las cuales prefiere —un tiempo— el arte por el arte. Inicia Los orientales (Oriente era un tema en boga) en 1829, (el año de El último día de un condenado tiene muerte).
El éxito es importante, su fama de poeta romántico se afianza y sobre todo, su estilo se confirma al poner en escena la guerra de independencia de Grecia (la elección de mostrar el ejemplo de estos pueblos que se desembarazan de sus reyes no es inocente en el contexto político francés del momento), tema que también inspiró a Lord Byron o Delacroix.
Desde Las hojas de otoño (1832), Los cantos del crepúsculo (1835) y Las voces interiores (1837), hasta la colección Los rayos y las sombras (1840), se resaltan los temas principales de una poesía todavía lírica, el poeta es un «alma en las mil voces» que se dirige a la mujer, a Dios, a los amigos, a la naturaleza y finalmente —con Los cantos del crepúsculo— a los poderosos, que son responsables de las injusticias de este mundo.
Estas poesías emocionan al público porque abordan con una aparente simplicidad los temas familiares; sin embargo, el autor no puede resistirse a su gusto por lo épico y lo grandioso.
A partir del exilio comienza un período de creación literaria que está considerada como la más rica, original y poderosa de su obra. Es por entonces cuando verán la luz algunos de sus poemas más importantes.
Los castigos son unos «versos de combate» que tienen como misión, en 1853, hacer público el «crimen» del «miserable» Napoleón III: el golpe de Estado del 2 de diciembre. Profeta de las desgracias que esperan a Napoleón III, Hugo se muestra cruel, satírico, incluso grosero («puerco en la cloaca») para castigar a «el criminal». Pero Hugo también se convierte en poeta de los tiempos mejores como en Stella; el poeta adquiere entonces tonos casi religiosos. En cuanto a la forma literaria de Los castigos, es de una riqueza extrema, y el autor recurre a múltiples recursos como la fábula, la epopeya, la canción o la elegía.
Unos años más tarde, Hugo declara, a propósito de Las contemplaciones que aparecen en 1856: «¿Qué son Las contemplaciones?: Las memorias de un alma». Apoteosis lírica, marcada por el exilio en Guernesey y la muerte (cf. Pauca Meae) de la hija adorada: el exilio afectivo, el exilio político: Hugo se dirige al descubrimiento solitario del yo y del universo. El poeta, al igual que en Los castigos, se convierte él mismo en profeta, voz del más allá, viendo secretos de la vida después de la muerte y quien intenta perforar los secretos de las intenciones divinas. Pero, al mismo tiempo, Las contemplaciones, con lirismo amoroso y sensual, contiene algunos de los poemas más célebres inspirados por Juliette Drouet. Las contemplaciones son una obra multiforme, como el mismo indica, de las «memorias de un alma».
Finalmente, La leyenda de los siglos, su obra maestra de poesía, sintetiza la historia del mundo en una gran epopeya aparecida en 1859; «L'homme montant des ténèbres à l'Idéal»(El hombre asciende de las tinieblas al ideal), esto es, la ascensión lenta y dolorosa de la humanidad hacia el progreso y la luz.
Unas veces lírico, otras épico, Hugo está presente en todos los frentes y en todos los géneros: emocionó profundamente a sus contemporáneos, exasperó los poderosos e inspiró a los más grandes poetas. Así lo recuerda Simone de Beauvoir: Su 79.º aniversario fue celebrado como una fiesta nacional: 600 000 personas desfilaron bajo sus ventanas, le habíamos levantado un arco de triunfo. La avenida de Eylau fue bautizada poco después como avenida Victor-Hugo y hubo un nuevo desfile en su honor el 14 de julio. Hasta la burguesía se había reunido.

Testigo viajero

Hugo realizó muchos viajes hasta 1871. Durante sus viajes, utiliza cuadernos de apuntes de dibujos y notas.120 121 Así, se puede citar el relato de un viaje realizado a Ginebra y a los Alpes con Charles Nodier.122 También realiza cada año un viaje de un mes de duración con Juliette Drouet, visitando una región de Francia o de Europa y vuelve con notas y dibujos.123 De tres viajes por el Rin (1838, 1839, 1840), acumula una colección de cartas, notas y dibujos publicada en 1842 y completada en 1845.124 Durante los años 1860, atraviesa muchas veces el Gran Ducado de Luxemburgo como turista, mientras viaja sobre el Rin alemán (1862, 1863, 1864, 1865). Cuando regresa a París, en 1871, deja de viajar.

Dibujante

A su talento como escritor, también hay que añadir el dibujo. Aunque si bien es cierto que el artista no eclipsó al poeta, no se debe olvidar el trabajo pictórico de Hugo, al que se consagraron numerosas y prestigiosas exposiciones durante los últimos años (en el momento del centenario de su muerte, en 1985, «Soleil d'Encre» en el Museo del Petit Palais y «Dessins de Victor Hugo» en la casa en la que vivió bajo la Monarquía de Julio en la Plaza de los Vosgos; pero también, más recientemente, en Nueva York, Venecia, Bruselas o Madrid).
Fue un artista autodidacta y obras son, en general, de pequeño tamaño; en ocasiones le sirven para ilustrar sus escritos (Los trabajadores del mar), y en otras para enviárselas a sus amigos el día de año nuevo y otras celebraciones. Su faceta artística, que desarrollará toda su vida, le divierte. Al principio, sus trabajos son de factura más bien realista; pero con el exilio y la confrontación mística del poeta con el mar, adquirirán una dimensión casi fantástica.127
Esta faceta del talento de Hugo no pasa desapercibida a sus contemporáneos y le valdrá las alabanzas de, particularmente, Charles Baudelaire: «No encontré en las exposiciones de Salón la magnífica imaginación que fluye en los dibujos de Víctor Hugo como el misterio en el cielo. Hablo de sus dibujos a tinta china, porque es demasiado evidente que en poesía, nuestro poeta es el rey de los paisajistas.».

                                                                                                                                                                                                                                                                Maximiliano Reimondi

martes, 23 de febrero de 2016





El adiós infinito alcanza al universo.
El niño llora porque el cielo está herido
y, a lo lejos, se siente el estruendo del derrumbe
de la dignidad de los pájaros.

El espectro del hombre vaga
sosteniendo el vacío
las ubres del pasado están condenadas
a repetir la historia.

                                                Maximiliano Reimondi


                                                                  


Antonio Alice


 Antonio Alice (Buenos Aires, 23 de febrero de 1886 - ibídem, 24 de agosto de 1943)
Cuando contaba con doce años de edad, Cupertino del Campo, entonces estudiante de medicina, reconociendo su verdadera vocación, lo lleva al taller del pintor Decoroso Bonifanti; allí estudia durante seis años, y en 1904 se presenta al Concurso Nacional y obtiene el Premio Roma, que le permite estudiar becado en Europa.
Ese mismo año parte con su maestro Bonifanti hacia Italia. Ingresa en la Real Academia de Turín, donde estudia bajo la dirección de los maestros Grosso, Tavernier y Gilardi, obteniendo en 1905 la Medalla de Oro concedida por esa academia.
Busca lograrse como intérprete de las glorias y bellezas de la patria, y se hace presente en el Salón del Centenario, en el concurso de cuadros históricos, con la gran tela "La muerte de Güemes", premiada con Medalla de Oro (1910).
En 1911 obtiene la máxima recompensa en el Primer Salón Nacional, con "Retrato de Señora", y en 1915 se le otorga la Gran Medalla de Honor en la Exposición de San Francisco de California.
Así nacen, con emoción creciente, "San Martín en Boulogne-sur-Mer", "Argentina, Tierra de promisión", "Los Constituyentes de 1853"; grandes telas, cuidadosamente construidas, que llevan el ritmo de una exaltación patriótica, fecunda e integral.
Expuso en diversos salones argentinos y efectuó muestras individuales en Buenos Aires, Río de Janeiro, Madrid, Turín, Génova, Roma, Venecia, Munich y París. Sus obras figuran en museos de Buenos Aires, Rosario, Tucumán, Río de Janeiro y en colecciones europeas.




                                                               Maximiliano Reimondi
Stan Laurel



Arthur Stanley Jefferson, conocido como Stan Laurel (Ulverston, Lancashire, Reino Unido, 16 de junio de 1890 - Los Ángeles, 23 de febrero de 1965)
Gran parte de sus primeros años los pasó en el noreste de Inglaterra, concretamente en North Shields, Northumberland, donde vivió desde 1897 hasta 1902, y en Bishop Auckland, en el condado de Durham, entre 1902 y 1905. Sus padres, Arthur y Maggie (Margaret) formaban parte del mundo del teatro, y la vida en el hogar de los Laurel era tranquila y feliz. Laurel pronto adquirió una atracción natural hacia el teatro, con su primera actuación a la edad de dieciséis años. En 1910 se unió a la compañía de actores de Fred Karno, entre los cuales figuraba un joven Charles Chaplin. Laurel fue durante un tiempo sustituto e imitador de Chaplin (debía aprenderse de memoria los gestos y movimientos del actor principal para poder sustituirle en caso de baja del primero, un trabajo que en inglés se denomina Understudy). La compañía de Karno inició una gira por Estados Unidos en la que sería la primera visita al país americano de ambos actores. De 1916 a 1918, actuaron junto con Alice y Baldwin Cooke. En 1918 Laurel haría su primera aparición con Oliver Hardy en el corto mudo The Lucky Dog. Fue una simple película más para ambos, y tardarían años en volver a encontrarse, con resultados muy diferentes.
Laurel no tuvo demasiada suerte en Estados Unidos (al contrario que Chaplin, que inició una incipiente carrera en el cine mudo) y volvió a Inglaterra. Pero un año después regresó a Estados Unidos, esta vez para quedarse. Conoció a Mae Dahlberg, mujer que tuvo un gran impacto en su vida. Por aquellas fechas, no se sabe exactamente cuándo, Stan adoptó a petición de Mae el nombre artístico de Stan Laurel. La pareja empezó a actuar en diferentes teatros de vodevil, con obras escritas por el propio Laurel, y a éste último le ofrecieron 75 dólares semanales por protagonizar dos películas. Después de la primera de ellas, Nuts in May, en 1917, la Universal le propuso un contrato. El contrato era temporal y finalmente fue cancelado durante la reorganización del estudio.
En 1924, y después de una etapa más bien discreta sobre las tablas, Laurel decidió encauzar su primeriza carrera en el mundo del cine, gracias a un contrato que le ofreció Joe Rock. El contrato era para doce películas de dos rollos, pero con un pequeño detalle: Mae no debía aparecer en ninguna de ellas. Mae era una mujer de muy mal carácter que le estaba dificultando su carrera. En 1925 estaba perjudicando demasiado el trabajo de Laurel, y Rock le ofreció dinero y un pasaje de barco si volvía a su tierra natal, Australia. Ella aceptó. En 1926 Laurel se casaría con la que fue su primera mujer, Lois Nelson. También entabló una buena amistad con Jimmy Finlayson, pieza importante en la que sería la futura carrera de Laurel con Hardy.

Carrera con Oliver Hardy

Laurel comenzó a trabajar en los estudios de Hal Roach en 1926, primero como director, como la producción de 1926, Yes, yes Nanette!, película en la que intervino Oliver Hardy como un actor más. Sus intenciones eran convertirse en escritor y director, pero el destino le tenía reservado otro papel. En 1927 Oliver Hardy se quemó en la cocina de su casa mientras asaba una pierna de cordero, y Stan fue llamado a sustituirle, lo que significó su retorno al frente de la cámara, cosa que se hizo cada vez más frecuente. Este hecho provocó que Laurel y Hardy coincidieran nuevamente en la película 45 Minutes from Hollywood, aunque no compartieron ninguna escena.
Sus primeras películas juntos tras el corto de 1918 The Lucky Dog fueron Slipping Wives, Sopa de ganso (no confundir con la película del mismo nombre de los Hermanos Marx) y With Love and Hisses. Aún no eran pareja cómica, sino dos actores que aparecían juntos en una misma película. Pero el potencial cómico de ambos era evidente. Se ha discutido mucho sobre quién fue el padre de la idea, ya que muchos se han atribuido la paternidad. Probablemente fue el director supervisor de Roach Studios, Leo McCarey, el que tuvo la feliz iniciativa de formar la pareja cómica. Aunque seguramente Laurel también tuvo parte en esto. A finales de aquel año habían nacido Laurel y Hardy.
Empezaron a producir una ingente cantidad de cortometrajes, incluyendo "La batalla del siglo" (1927) (con una de las batallas de tartas más grandes jamás filmada), Should Married Men Go Home? (1928), Two Tars (1928). Unaccustomed As We Are en 1929 marcaría su transición, fácil, en el cine sonoro. Berth Marks (1929), Blotto (1930), Brats (1930) (con Stan y Ollie haciendo de ellos mismos y de sus hijos, usando enormes muebles para las escenas de los pequeños Laurel y Hardy), Another Fine Mess (1930), Be Big! (1931), entre otras. En 1929 aparecieron en su primera película formando parte del elenco de actores que aparecieron en Hollywood Revue of 1929 (películas promocionales) y al año siguiente aparecieron como contraste cómico del cantante de ópera Lawrence Tibbets y en Technicolor) en la película "La canción de la estepa". Esta película marcaría su primera aparición en color. En 1931 hicieron su primer largometraje como protagonistas, Pardon Us. Pero siguieron haciendo cortometrajes hasta 1935. Su mayor reconocimiento llegó cuando la película "La caja de música" (1932) logró el premio Oscar de la academia al mejor cortometraje, sería el único que ganarían.
En 1932 Laurel y Hardy iniciaron un tour de seis semanas por Gran Bretaña, el país de origen de Laurel. Se había previsto un viaje tranquilo, ya que no estaban seguros de cómo iban a ser recibidos en la vieja Europa y se vieron sorprendidos por las grandes multitudes de personas que les recibieron y les siguieron a cualquier lugar donde fueran. A raíz de eso, se decidió alargar la gira ampliándola a Escandinavia, Bélgica, Francia e incluso actuaron una vez para el rey Jorge VI y la Reina Isabel. La gira finalmente se extendió más de un año.
En 1933 rodaron la que se considera su mejor película, "Compañeros de juerga" (Sons of the desert); su repercusión fue tal, que el título de la película fue escogido para el club de fanes más importante que hayan tenido Oliver y Stan, en activo hoy día.
A finales de los años 30 Laurel se vio envuelto en una disputa contractual con Hal Roach y se le rescindió el contrato, por lo que fue despedido. Después de un juicio por conducir borracho, fue demandado por el estudio. Finalmente el caso fue sobreseído y Laurel pudo volver a Roach. Mientras, se había divorciado de su primera mujer y en 1935 contrajo matrimonio con Virginia Ruth Rogers, que duró poco. En 1938 se casaría, divorciaría y se volvería a casar poco después con su tercera mujer, Vera Ivanova Shuvalova ("Illiana"). En 1941 se volvería a casar con Virginia Ruth Rogers.
La primera película tras su retorno a Roach sería A Chump at Oxford (1940) (donde por un momento se invierten los papeles, estando Hardy a las órdenes de un expeditivo Laurel). El dúo fue "prestado" al General Services Studio para protagonizar The Flying Deuces, una de sus más famosas películas. Saps at Sea (1940) sería su última película para Roach, pues el contrato expiró en abril de 1940. Laurel y Hardy también trabajaron para la USO (United Service Organizations, organización de voluntarios para levantar la moral de las tropas estadounidenses en el mundo) apoyando a las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Los años después de Roach

A principios de 1941 las películas de Laurel y Hardy se volvieron de peor calidad. Abandonaron Roach Studios e hicieron películas para la 20th Century Fox primero (una película más la posibilidad de nueve más en los siguientes cinco meses), y posteriormente para MGM. Pero a pesar de que sus salarios se incrementaron sensiblemente (Laurel siempre cobró más que Hardy) en los grandes estudios tenían muy poco control sobre sus películas, y aquellas carecían de la calidad y del sentido del humor y el ritmo que los había hecho mundialmente famosos.
A Laurel le diagnosticaron diabetes y tuvo que interrumpir el trabajo, pero alentó a Hardy a hacer dos películas sin él. En 1946 se divorciaría de Virginia Ruth Rogers y se casaría con Ida Kitaeva Raphael. Ida sería su última mujer, su matrimonio más estable y su compañera hasta la muerte del cómico.
En 1951 hicieron su última película, "Robinsones Atómicos" (también conocida como Utopia). El argumento era simple: Laurel hereda un barco y los dos se hacen a la mar, descubriendo una nueva isla, rica en uranio, que los hace poderosos, desencadenado una guerra de poder con los nuevos visitantes de la isla. La película estaba producida por un consorcio de intereses europeos, con un reparto internacional que eran incapaces de entenderse entre ellos. Se ve a un Hardy sensiblemente más obeso y un Laurel visiblemente enfermo, que, por añadidura, tuvo que reescribir el guión para adaptarlo al estilo de comedia del dúo. Fue un rodaje difícil y una muestra de la decadencia final de la famosa pareja.
En 1952 volvieron a hacer una gira por Europa, cuyo gran éxito provocó que volvieran en 1953, pero ésta última se suspendió al sufrir Hardy un pequeño ataque al corazón.
En 1955 la pareja fue contratada por Hal Roach Jr (que le había comprado el estudio a su padre) para producir una serie de televisión llamada Laurel and Hardy´s Fabulous Fables, pero este proyecto nunca se llevó a cabo. La última aparición pública de la pareja fue ese mismo año en un fragmento de un programa de la BBC.

Muerte de Hardy

En junio de 1955 Laurel sufrió un leve derrame cerebral que le imposibilitó un tiempo. Hardy, preocupado por su excesivo peso (su corazón ya le había dado un susto durante la gira británica) decidió, en 1956, someterse a una dieta estricta y bajó de 159 kilos a 95 (perdió 64 kilos). Su transformación física fue absoluta e incluso provocó el estupor de sus amigos, que no reconocían a Ollie en aquella esbelta figura. Esto perturbó a Hardy, que a partir de entonces se recluyó en casa aquejado de depresión.
En la mañana del 14 de septiembre de 1956 sufrió un derrame cerebral masivo que le inmovilizó todo el cuerpo. Estuvo hospitalizado hasta el 13 de octubre, cuando fue dado de alta y puesto al cuidado de su esposa y unas enfermeras especiales. Solo podía mover mínimamente el brazo y la pierna izquierdos y no podía hablar. Poco después se le diagnosticó un cáncer y el gran cuerpo de Oliver Hardy se encogió hasta pesar menos de 55 kilos y en fase terminal. Laurel, aún recuperándose de su propio derrame cerebral, le visitaba cuando había esperanzas de que estuviera lúcido.
Oliver falleció tras una serie de derrames cerebrales convulsivos a las 7:25 de la mañana del 7 de agosto de 1957. La causa de la muerte se registró como Accidente cerebrovascular grave.
Stan Laurel no asistió al funeral por prescripción médica. La prensa publicó: ¿Qué puedo decir? Era como un hermano para mí. Éste es el final de la historia de Laurel y Hardy.

Últimos años

Laurel decidió no volver a actuar nunca más, pero siguió escribiendo guiones y gags para otros cómicos. Amigos de Laurel explicaron que la muerte de Hardy conmocionó profundamente a Laurel y no volvió a recuperarse.
En 1961 salió a la luz el libro de John McCabe Mr Laurel and Mr Hardy, publicado tras largas conversaciones del autor con Stan Laurel. También en 1961 Laurel recibió un Oscar honorífico por toda su carrera. Stan no se encontraba demasiado bien y lo recogió Danny Kaye en su nombre. El tercer hecho importante de 1961 fue un acuerdo empresarial para una serie de animación basada en los personajes de Stan y Ollie, producida por Larry Harmon. Aunque no era la primera vez que la pareja era caricaturizada (habían aparecido en cuatro cortos de Mickey Mouse y en cuatro de Ub Iwerks) la serie se convirtió en uno de los grandes éxitos de la animación en televisión.
En 1962 sufrió una hemorragia en el ojo izquierdo que le dejó sin visión momentáneamente, pero aun así pudo ver cómo el estudio de Hal Roach sufría una crisis definitiva que acabó con la venta de los terrenos a un agente inmobiliario, siendo derribados en diciembre. Con ellos se fueron muchos de los grandes recuerdos de la mejor etapa de Stan profesionalmente hablando.
A finales de 1964 se le detectó un cáncer de paladar y el 23 de febrero de 1965, a la 1:45 de la tarde, sufrió un grave ataque cardíaco y falleció.



                                                            Maximiliano Reimondi


domingo, 21 de febrero de 2016

TELEVISIÓN

La Leona



Productora: El Árbol.
Productores: Pablo Echarri, Martín Seefeld, Gustavo Marra.
Dirección: Omar Aiello, Pablo Ambrosini, Negro Luna.
Guión: Pablo Lago y Susana Cardozo
Canal: Telefe
Días y Horarios: Lunes a Jueves, 22:30 hs.

Reparto: Nancy Dupláa, Pablo Echarri, Miguel Ángel Solá, Susú Pecoraro, Esther Goris, Peter Lanzani, Hugo Arana, Juan Gil Navarro, Patricia Palmer, Dolores Fonzi, Marco Antonio Caponi, Mónica Antonópulos, Ludovico Di Santo, Paula Cancio, Martín Seefeld, Julia Calvo, Andrea Pietra, Nico García, Alfredo Castellani, Andrea Rincón.

Sinopsis
La historia cuenta la historia de María Leone (Nancy Dupláa) que, ante el inminente vaciamiento de la Textil “Liberman”, en la que trabajaron también sus padres, y en donde incluso  fue traída al mundo, decide ponerse al frente de sus compañeros y defender los derechos laborales de sus compañeros.

Calificación: Regular.

Crítica
Más de lo mismo. Cabe destacar los toques de humor a la trama y el costumbrismo. Tiene gran reparto de actores y un tema bastante complejo, mezclado con las escenas fuertes tan características en la televisión argentina del siglo XXI. Un producto televisivo más.




                                                                 Maximiliano Reimondi

sábado, 20 de febrero de 2016

                                             VOY A REGAR LAS PLANTAS Y VUELVO




Catamarancio Peñaloza era cleptómano desde chiquito. Su afición enfermiza llegó a tanto, que un día, a su madre le robaba los fósforos para que no pudiera prender la cocina y hacerla renegar. Disfrutaba cuando su mamá lo corría por toda la casa, con el cinturón a cuestas. Vivía en Puerto Madryn, en una casa residencial, ya que su padre tenía un muy buen trabajo y ganaba mucho dinero.
Cuando era más grande, les robaba los juguetes a sus amigos y los enterraba en el jardín de su casa. Los cubría con cajas de cartón para que nadie los descubriera. Imitaba a su perro Tonti.
Cuando tenía 22 años, ocurrió un hecho fundamental en su vida. Su vecino, compró una máquina de cortar césped, último modelo, que embelesó a Catamarancio. Se había obsesionado con ella. Una noche, el joven se levantó, saltó el tapial del patio de su vecino. La máquina estaba enfundada y guardada en la galería de la casa. Sigilosamente, la sacó y se la vendió a un jardinero en una excelente cifra.
Ese fue el comienzo de una serie de hurtos, emprendidos por Catamarancio, en el que fue afectado todo el vecindario. A los tres meses de sucedidos los hechos, se armó un gran revuelo y todos querían descubrir, cuanto antes, al culpable.
Un día, un vecino descubrió a Catamarancio en pleno acto delictivo. Fue detenido, acusado de cuarenta robos y condenado a tres años de cárcel.


En la prisión era muy querido por todos los internos, por los guardias y las autoridades oficiales. Cumplía todos los códigos carcelarios y era recompensado como merecía.
En la cárcel, Catamarancio era un joven tranquilo, solidario, simpático, divertido y generoso. Además, era un tipo muy emprendedor. Organizaba partidos de fútbol entre los presos y diversas actividades de ocio.
Su entusiasmo fue creciendo de tal manera que decidió estudiar una carrera universitaria, dentro del penal. Quería ser abogado.
El comisario lo apoyó incondicionalmente y quería ayudarlo. Le solicitó al Juez que le permitiera realizar tareas internas, además del estudio. El Magistrado estuvo de acuerdo.


Le fue designado realizar las tareas de jardinería, en el patio del penal. Era muy extenso y los canteros llegaban a la ruta. Catamarancio realizaba con mucho entusiasmo su labor diaria.
Todos los días, a las dos de la tarde, el joven perdía permiso a los guardias y les decía:
-Voy a regar las plantas y vuelvo.
-Bueno, Cata, andá. Estás autorizado. Portate bien que te estamos vigilando-le decían los policías mientras jugaban al truco y miraban televisión.


A las siete de la tarde, el oficial López le preguntó a su compañero:
-Ché, ¿qué hora es?
-Las 7.
-¿Las 7? Qué raro que Catamarancio no haya vuelto. Tendría que haber vuelto a las 6.
-¿Cómo que no volvió? No puede ser, vayamos a ver.


Los guardias lo buscaron por todos lados. Con el correr de los minutos, se ponían más nerviosos. Catamarancio no estaba por ningún lado.
-¡Este hijo de puta se escapó! ¡No puede ser! Uy, ahora el quilombo que se nos arma. Nos van a cortar los huevos con una tijera de podar. ¡Cómo pudimos ser tan pelotudos!
Su compañero estaba pálido y miraba para todos lados. En un momento, dijo.
-Ché, Cacho, ¿y la manguera dónde está?
-Dejate de joder, boludo, qué mierda me importa ahora la manguera. ¿Justo ahora te preocupás por eso? ¡Se nos escapó un preso! ¿Entendés lo que significa eso? ¡Somos boleta!
-Qué bárbaro, este Peñaloza. Se escapó y hasta la manguera se llevó. ¡Era la única que teníamos para regar!


                                                                             Maximiliano Reimondi
Umberto Eco



Umberto Eco (Alessandria, Italia, 5 de enero de 1932 - Milán, 19 de febrero de 2016)
Su padre, Giulio, fue contable antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue llamado a servicio en las fuerzas armadas. En ese momento, Umberto y su madre se mudaron a un pequeño poblado piamontés. Eco recibió educación salesiana.

Estudios y estudios de semiótica

Se doctoró en filosofía y letras en la Universidad de Turín en 1954, con un trabajo que publicó dos años más tarde con el título El problema estético en Santo Tomás de Aquino (1956). Trabajó como profesor en las universidades de Turín y de Florencia antes de ejercer durante dos años en la de Milán. Después se convirtió en profesor de comunicación visual en Florencia en 1966. Fue en esos años cuando publicó sus importantes estudios de semiótica Obra abierta (1962) y La estructura ausente (1968), de sesgo ecléctico. Desde 1971 ocupó la cátedra de semiótica en la Universidad de Bolonia. En febrero de 2001 creó en esta ciudad la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, iniciativa académica solo para licenciados de alto nivel destinada a difundir la cultura universal. También cofundó en 1969 la Asociación Internacional de Semiótica, de la cual era secretario.
Afectado desde hacía años por un cáncer, su deceso se produjo en su casa de la ciudad de Milán el 19 de febrero del año 2016 a las 22:30 hora local.

Crítica literaria

Distinguido crítico literario, semiólogo y comunicólogo, empezó a publicar sus obras narrativas en edad madura (aunque en conferencias recientes cuenta de sus experimentos juveniles, los que incluyen la edición artesanal de un cómic en la adolescencia). En 1980 se consagró como narrador con El nombre de la rosa, novela histórica culturalista susceptible de múltiples lecturas (como novela filosófica, novela histórica o novela policíaca, y también desde el punto de vista semiológico). Se articula en torno a una fábula detectivesca ambientada en un monasterio benedictino en 1327; sonoro éxito editorial, fue traducida a muchos idiomas y llevada al cine en 1986 por el director francés Jean-Jacques Annaud. Escribió además otras novelas, como El péndulo de Foucault (1988), fábula sobre una conspiración secreta de sabios en torno a temas esotéricos; La isla del día de antes (1994), parábola kafkiana sobre la incertidumbre y la necesidad de respuestas; Baudolino (2000), una novela picaresca —también ambientada en la Edad Media— que constituye otro rotundo éxito, y sus últimas obras, La misteriosa llama de la Reina Loana (2004) y El cementerio de Praga (2010).

Ensayo

Cultivó también otros géneros, como el ensayo, donde destacó notablemente con títulos como: Obra abierta (1962), Diario mínimo (1963), Apocalípticos e integrados (1965), La estructura ausente (1968), Il costume di casa (1973), La forma y el contenido (1971), El signo (1973), Tratado de semiótica general (1975), El super-hombre de masas (1976), Desde la periferia al imperio (1977), Lector in fabula (1979), Semiótica y filosofía del lenguaje (1984), Los límites de la interpretación (1990), Seis paseos por los bosques narrativos (1990), La búsqueda de la lengua perfecta (1994), Kant y el ornitorrinco (1997) y Cinco escritos morales (1998).

"Los libros no están hechos para que uno crea en ellos, sino para ser sometidos a investigación. Cuando consideramos un libro, no debemos preguntarnos qué dice, sino qué significa" (Umberto Eco) 

                                                              Maximiliano Reimondi