El adiós infinito
alcanza al universo.
El niño llora porque
el cielo está herido
y, a lo lejos, se
siente el estruendo del derrumbe
de la dignidad de los
pájaros.
El espectro del
hombre vaga
sosteniendo el vacío
las ubres del pasado están
condenadas
a repetir la
historia.
Maximiliano Reimondi
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