martes, 23 de febrero de 2016





El adiós infinito alcanza al universo.
El niño llora porque el cielo está herido
y, a lo lejos, se siente el estruendo del derrumbe
de la dignidad de los pájaros.

El espectro del hombre vaga
sosteniendo el vacío
las ubres del pasado están condenadas
a repetir la historia.

                                                Maximiliano Reimondi


                                                                  


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