Día del Teatro
Rioplatense en homenaje a José Podestá
Ciudadano ilustre de La Plata, notable trapecista y actor,
fue creador del teatro criollo rioplatense. Pepino el 88 y Juan Moreira, sus
célebres personajes.
Pepino el 88:
“No deja de ser basura
la basura que se barre
por más que suba en la altura
basura será en el aire”
(Cantaba Pepino el 88, histórico payaso personificado por
José Podestá)
El Día del Circo y del Teatro Nacional y Rioplatense se
celebra en homenaje a José Podestá, que nació el 6 de octubre de 1858 en
Montevideo, Uruguay. En Argentina es considerado el padre del Circo Criollo y
también recordado por Pepino el 88, un payaso que fue modelo del cómico
rioplatense.
José Juan Pepe Podestá viene del seno de una célebre familia
de artistas rioplatenses, los famosos Podestá. Junto a sus hermanos Gerónimo,
Juan y Antonio sentaron las bases de una dinastía circense-teatral: la Compañía
de los Hermanos Podestá.
El actor uruguayo es el cuarto hijo de Pedro Podestá y María
Teresa Torterolo que llegaron a Uruguay entre 1840 y 1842, país donde se
conocieron y se casaron. Don Pedro Podestá había servido como abastecedor de
carne en la Gran Guerra italiana a las órdenes de Garibaldi. Luego se
trasladaron a Buenos Aires en 1846 y abrieron una pulpería en el barrio porteño
de San Telmo, pero unos años después, a raíz del fuerte rumor de que luego de
la batalla de Caseros el General Urquiza degollaría a los gringos, regresaron a
Montevideo en 1851. Fue en esa ciudad que nace Pepe quien desde muy niño aprendió
a ganarse la vida para ayudar a sus padres, que tuvieron nueve hijos: Luis,
Jerónimo, Pedro, José, Juan, Graciana, Antonio, Amadea y Pablo. Sus primeros
ejercicios acrobáticos fueron saltando de piedra en piedra, trepando
acantilados y navegando en barcos de pescadores.
En el año 1872, aprovechando un viaje de su padre, Don Pepe
fue a la función nocturna de uno de los circos de Montevideo. Le gustó tanto
que junto a sus hermanos mayores y amigos trataban de imitar lo que habían
visto en el circo. Hasta que en 1873 decidieron abrir un circo en una cantera,
con entrada libre y gratuita, solo recibían monedas que la gente les dejaba a
modo de agradecimiento. Lo cierto es que el circo se fue haciendo popular y
cada domingo aparecía más gente, y con el tiempo se sumaron unos músicos.
En 1975 Pepe tuvo su primer contrato pago como reemplazo de
un trapecista. Con los años los hermanos Podestá afianzaron su labor y tuvieron
su primera carpa para salir a probar suerte por los pueblos cercanos a
Montevideo. En ese ámbito nació Pepino el 88, un payaso que debió reemplazar al
payaso original utilizando un disfraz hecho con sábanas con cuatro lunares que
simulaban ochos y que imitaba al compadrito y al niño bien de aquel tiempo.
Según las memorias de Pepe, el famoso Pepino el 88 del Río de la Plata, decía:
“Estudio, trasnocho, salto, brinco, con maestría, y el público casi chocho, me
llama desde aquel día. Pepino el 88” .
Ya afianzado con el grupo deciden cruzar el Río y la primera
salida para Buenos Aires la hacen el 16 de mayo de 1880. La compañía se llamaba
Rosso-Podestá y al llegar se instalaron en el Jardín Florida, lo que hoy sería
las calles Florida y Paraguay, del microcentro porteño.
Rápidamente lograron un gran éxito y se empezó a sumar
gente, uno de los primeros fue Pablo Raffetto, antiguo compañero de Montevideo
que se hallaba por entonces en la ciudad de Dolores. En 1882 inauguraron en
Buenos Aires el Politeama Humberto Primo, construido por Raffetto.
Con una carpa itinerante comenzaron a recorrer la provincia
de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba: malabaristas, forzudos y payasos eran la
base de la compañía. Por otro lado, muchos de los grandes teatros de la Ciudad
de Buenos Aires, fueron escenario de diferentes versiones del espectáculo de la
familia Podestá: el Teatro Colón, el Teatro Liceo y el Teatro Nacional entre
otros.
Hasta que en 1885 decidieron hacer una gira por Brasil que
resultó muy exitosa. Al regresar se radicaron en la ciudad de La Plata, donde
debutan como compañía Podestá-Scotti en sociedad con Gerónimo, Juan y su cuñado
el empresario circense y acróbata Alejandro Scotti, casado con Graciana
Podestá, creador de El vasco de Julián Giménez.
La historia de aventuras de la familia Podestá tiene un
vuelco inesperado para lo que es el teatro criollo, porque un 10 de abril de
1886, en la ciudad de Chivilcoy, se estrenó el drama criollo Juan Moreira. Con
cantores, guitarristas y bailarines, se presentaba lo que más tarde sería
considerado el primer drama argentino e inicio simbólico del teatro rioplatense.
En 1896, gracias al éxito de Juan Moreira, se estrenó
Calandria de Martiniano Leguizamón, pero esta vez la obra se estrenó en teatro y con otro
final. Muchos consideran que fue uno de los mayores éxitos de esta compañía de
los Hermanos Podestá que luego se dividió a raíz de algunos roces y diferencias
entre los hermanos. Fue así que en 1897 Pepe se quedó con el Teatro Politeama
Olimpo de La Plata, donde con mucho esfuerzo y afrontando una serie de deudas
pudo conservarlo y establecer la Compañía Circense Teatral, hoy conocido como
Teatro Coliseo Podestá.
También incursionó en el mundo de la cinematografía filmando
dos películas mudas: Mariano Moreno y la Revolución de Mayo en 1915 dirigido
por Enrique García Velloso y Santos Vega en 1917 dirigido por Carlos de Paoli.
Don Pepe fue un hombre sencillo, aventurero y emprendedor
que trabajó hasta los 70 años rodeado de sus hijos y nietos, todos integrantes
de la compañía teatral Podestá. Pasó sus últimos años en su casa contigua al
teatro, hasta que el 5 de marzo de 1937 murió a raíz de una enfermedad que
venía arrastrando.
José Podestá, don Pepe o Pepino el 88, como más guste, fue
el padre del teatro criollo rioplatense.
Ángel
Colángelo
No hay comentarios:
Publicar un comentario