HUMOR
JUAN CARLOS CALABRÓ
El cómico nacido el 3 de febrero de 1934 en Buenos Aires,
creó personajes como “El Contra”, “Aníbal” Y “Johnny Tolengo”, tres de sus más
populares creaciones televisivas.
Pero además de alcanzar masividad en la pantalla chica, el
artista desplegó una larga y exitosa trayectoria en cine y teatro que fue
reconocida, por caso, en agosto pasado durante la entrega de los premios Martín
Fierro donde tuvo su última aparición pública.
Calabró hizo sus últimas actuaciones regulares con “El
Contra” en 2003, en recordada dupla con Antonio Carrizo, y tuvo intervenciones
como actor dramático en "Padre Coraje" (2004), además de alguna
aparición como invitado en ciclos ajenos.
El actor iba así tomándose un largo descanso de las cámaras
parecido a una jubilación. Hizo, mientras tanto, apariciones en el teatro de
revistas junto a Flavio Mendoza en "El Gran Burlesque... mucho más que una
revista", en Mar del Plata, y en "Carnaval de estrellas", en el
porteño Broadway.
Casado con Aída Elena Picardi, a la que hizo conocida por su
apodo de "Coca" con quien tuvo a las mediáticas Iliana, de 47 años, y
Marina, de 39, en 2009 se le animó al "stand up" con "Vení a
reírte con Cala", en el Multiteatro, también sobre la avenida Corrientes.
Coetáneo del boxeador Horacio Accavallo y el periodista
Enrique Macaya Márquez, a principios de 1960 apareció en el programa radial
"Farandulandia" -suerte de edición oral de la revista
"Radiolandia"- y dos años después pasó a la TV.
En la pantalla chica se destacó entre los humoristas de
"Telecómicos" por su presencia y su excelente dicción, donde los
autores Délfor Dicásolo y Aldo Cammarotta eran dedicados sostenes de su
actuación.
En el elenco figuraban Nelly Beltrán, Jorge Porcel, Osvaldo
Canónico, Calígula, Horacio Bruno, Mariel Comber, Julio López, Iván Grey,
Atilio Pozzobón y una jovencísima Luisina Brando, con la que el actor jugaba
divertidas peripecias.
Además de alcanzar masividad en la pantalla chica, Calabró
desplegó una larga y exitosa trayectoria en cine y teatro
El ciclo se extendió algunos años, Calabró participó de
"Circus Show" (1972), junto a Carlos Balá, Mario Sánchez y otros, y
en 1978 comenzó a jugar en primera línea con "Calabromas", un
programa a su medida donde aparecieron sus personajes más emblemáticos.
A través de las temporadas "Calabromas" incluyó a
“Gran Valor”, a “Johnny Tolengo, el Majestuoso”, y al ingenuo “Aníbal”, que
luego pasó al cine en "Mingo y Aníbal, dos pelotazos en contra"
(1984) y su secuela "Mingo y Aníbal en la mansión embrujada" (1986),
en compañía del recordado Juan Carlos Altavista.
“El Contra” fue otro de los personajes que le agregaron
popularidad, capaz de liquidar la paciencia de sus invitados, que
constantemente se veían confundidos con otros -a veces ni siquiera parecidos- y
cuestionados a cada paso.
A lo largo de los años la Asociación de Periodistas de la
Televisión y Radio Argentinas (APTRA) lo consagró como actor cómico en 1975, lo
incluyó en esa terna en 1990 y un año después le dio el Martín Fierro como
protagonista de comedia por "Campeones de la vida".
Calabró le tenía pavor a los aviones y por eso nunca salió
del país, al que gustaba recorrer en su auto, aun cuando tenía que actuar en
Mar del Plata u otros escenarios, en los que el público lo acompañaba gustoso
ya que encontraba en él la figura con la que convivía frente a la pantalla
chica.
Fue uno de los protagonistas de la primera versión argentina
de "Extraña pareja" en escenarios porteños, mientras el cine lo
incorporaba en "Escala musical" (1966), de Leo Fleider, a la que
siguió "Las pirañas" (1967), dirigida por el español Juan Antonio
Bardem.
Su cartel empezó a crecer con "Villa Cariño está que
arde" (1968), "La guerra de los sostenes" (1976), dirigida por
Gerardo Sofovich, "Yo también tengo fiaca" y "La fiesta de
todos" (1978), "Frutilla" (1980) y "Abierto día y
noche" (1981).
También se lo vio en "¿Los piolas no se casan...?"
(1981), "Diablito de barrio" (1983, junto a Lorena Paola), "Me
sobra un marido" y "Johnny Tolengo, el Majestuoso (1987) y en 2003
actuó en "Sangre", a las órdenes de Pablo César, un director de
culto.
Como si viera cercano su fin, no hace mucho declaró en un
reportaje: “A la edad que tengo, uno piensa en la muerte”, tras dar detalles
sobre la anemia que lo acompañaba en sus últimos años y los inquietantes
resultados que surgían de sus exámenes médicos.
Maximiliano Reimondi
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