miércoles, 13 de noviembre de 2013

SALVADOR MAZZA



Salvador Mazza (Buenos Aires, 6 de junio de 1886 – Monterrey, México, 9 de noviembre de 1946)

Nació en la ciudad de Buenos Aires aunque su infancia transcurrió en la ciudad bonaerense de Rauch. Era hijo de Francesco Mazza y Giuseppa Alfise, inmigrantes italianos procedentes de la ciudad siciliana de Palermo.
Aventajado alumno, Salvador Mazza, a los diez años pudo iniciar sus estudios medios en el Colegio Nacional Buenos Aires. Al concluir sus estudios medios intentó ingresar en la Escuela Naval Militar pero fue rechazado durante la revisión médica. Decidió entonces inscribirse en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, lo cual concretó en 1903.
En 1914 se casó con Clorinda Brígida Razori, quien sería su compañera y asistente por toda la vida.

Investigación y trabajo

Mientras cursaba sus estudios de grado fue inspector sanitario y se abocó a la organización y realización de campañas de profilaxis y vacunación en la provincia de Buenos Aires. Al graduarse se especializó en microbiología clínica y anatomopatología. Tras haber sido por un tiempo el director del laboratorio del lazareto de la Isla Martín García efectuó una gira de estudios por varios países europeos, en la cual profundizó sus conocimientos sobre enfermedades infectocontagiosas, la sanidad militar y la microfotografía.
En 1910 logró obtener el título de doctor médico, casi al mismo tiempo en que junto a Rodolfo Kraus desarrolló una vacuna anti-tifoidea de una sola aplicación. En 1916, en plena Primera Guerra Mundial, revistando como Teniente 1º Médico del Ejército Argentino, se le encargó realizar un estudio de enfermedades infecciosas en Alemania y el Imperio austrohúngaro; en ese momento conoció a su colega Carlos Chagas, el cual recientemente había descubierto al agente parasitario (Trypanosoma cruzi) causante de la tripanosomosis americana.
Mazza al retornar a su país en 1920 fue nombrado director del laboratorio central del Hospital Nacional de Clínicas y titular de la cátedra de bacteriología de la Facultad de Medicina de la UBA. Junto a su esposa en 1923 se dirigió a Francia para efectuar nuevos estudios de perfeccionamiento. Con tal motivo marchó a Túnez, entonces colonia francesa, estudiando en la sede tunecina del Instituto Pasteur dirigida por el bacteriólogo y entomólogo Charles Nicolle, quien había sido galardonado con el Premio Nobel de Medicina el año 1928. Nicolle era célebre por sus estudios atinentes al tifus exantemático epidémico y considerado un "segundo Pasteur".
Salvador Mazza regresó a la Argentina en 1925 y fue nombrado director del laboratorio y del museo del Instituto de Clínica Quirúrgica de la Facultad de Medicina de la UBA. A fines de 1925 Mazza invitó y hospedó en Argentina a Charles Nicolle quien se hallaba interesado en las enfermedades endémicas que existían en el norte argentino. Nicolle advirtió la forma inadecuada con que se enfrentaban tales afecciones en esas regiones y por esto ayudó a Mazza en su intención de fundar un instituto para la investigación y la diagnosis de las enfermedades endémicas americanas, muchas de ellas poco o nada conocidas. En 1926 la Facultad de Medicina de la UBA a instancias de José Arce estableció la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina (MEPRA), llamada coloquialmente misión Mazza ya que Mazza fue su director. La MEPRA, con sede central en Jujuy, funcionó en el famoso "E.600", un laboratorio y hospital móvil instalado en un tren ferroviario. De este modo tal institución pudo trasladarse por la extensa red ferroviaria argentina llegando incluso a Bolivia y Chile.
En 1926 Mazza fundó la Sociedad Científica de Jujuy, cuyo primer presidente fue el malariólogo Guillermo Paterson. En ese mismo año realizó los primeros diagnósticos de tripanosomosis americana y leishmaniosis tegumentaria americana en Argentina. Dondequiera se encontrase, la MEPRA difundía las novedades y descubrimientos atinentes a la cura o profilaxis de enfermedades contagiosas entre los médicos y poblaciones rurales. La labor principal de Mazza en este punto fue el ataque al vector de la tripanosomosis americana, la vinchuca (Triatoma infestans). Por tal motivo alertó a las autoridades que uno de los principales factores para la expansión o existencia de la tripanosomosis y afecciones semejantes se encontraba en las precarias condiciones económicas, educativas e higiénicas de las poblaciones rurales y rururbanas del norte argentino. En 1936 junto a C. Benítez describió un síntoma que puede (o no) aparecer al momento de la infección con el tripanosoma, la dacrioadenitis, y por ello se lo denomina signo de Mazza-Benítez.
En 1942 se contactó con el escocés Alexander Fleming con el objeto de organizar la producción de penicilina en Argentina y un año después obtuvo junto a su equipo la primera producción argentina de tal antibiótico. Sin embargo el gobierno de entonces ignoró los descubrimientos y esfuerzos de Salvador Mazza y le retaceó de un modo casi absoluto todo apoyo económico, pese a que la producción extranjera de penicilina tampoco estaba disponible ya que casi en su totalidad se utilizaba para atender las necesidades en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial.
Salvador Mazza falleció de un infarto cardíaco mientras se encontraba participando de un congreso médico en Monterrey, México. Aunque hubo versiones de que fue a causa de la tripanosomosis en la forma cardíaco-crónica, no hay constancia de ello en el acta de defunción, que se conserva en el RNP de la Ciudad de Buenos Aires. Fue sepultado en el cementerio de Olivos, en la provincia de Buenos Aires. En homenaje a su memoria, la ciudad más septentrional de Argentina lo recuerda con el nombre de Profesor Salvador Mazza.

En el cine

El actor Miguel Ángel Solá interpretó a Mazza en la película sobre el doctor, Casas de fuego, dirigida por Juan Bautista Stagnaro.


                                                            Maximiliano Reimondi

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