martes, 2 de junio de 2015

Horacio Ferrer



Horacio Arturo Ferrer Ezcurra (Montevideo, 2 de junio de 1933 - Buenos Aires, 21 de diciembre de 2014)
Nació en el seno de una familia argentino-uruguaya: padre uruguayo y madre argentina. Su padre, Horacio Ferrer Pérez, era profesor de Historia y su madre, Alicia Ezcurra Franccini, 11 años mayor que su marido, sabía más de cuatro idiomas y era sobrina bisnieta de Juan Manuel de Rosas. Su madre y de su abuelo eran aficionados a la poesía y habían conocido personalmente a Rubén Darío, Amado Nervo y Federico García Lorca, transmitiéndole ese gusto. De su madre aprendió a recitar poesía, quien a su vez había aprendido a recitar de Alfonsina Storni. El recitado poético aplicado a la canción popular, será una de sus grandes innovaciones en la cultura rioplatense.
Realizó estudios de arquitectura en la Universidad de la República durante ocho años, aun que no llegó a finalizar dicha carrera. Pero obtendría un buen empleo en esa casa de estudios, siendo designado secretario de la misma, que junto a su trabajo como periodista del diario El Día, le garantizaron la seguridad económica.
En la década del 50, con poco más de veinte años, fue uno de los realizadores del programa Selección de Tangos, en la radio montevideana, con el fin de defender las nuevas tendencias tangueras y del grupo El Club de la Guardia Nueva, para organizar recitales en Montevideo de los músicos que estaban revolucionando el tango, como Aníbal Troilo, Horacio Salgán y en especial Ástor Piazzolla, por entonces líder del famoso Octeto Buenos Aires. A partir de entonces Ferrer dirigirá programas radiales de tango por el Sodre, la cadena oficial radial uruguaya.
En la misma época fundó y dirigió la revista Tangueando, ilustrada y redactada por él mismo. A fines de la década del 50, formó parte una pequeña orquesta de tango como bandoneonista y publicó su primer libro: El Tango: su historia y evolución (1959). En 1964 publica Discepolín, poeta del hombre de Corrientes y Esmeralda y en 1965, Historia sonora del tango.

Romancero canyengue

En 1967, con 34 años, se decide a publicar su primer libro de poemas, Romancero canyengue, libro que presentó recitándolo acompañado por el guitarrista Agustín Carlevaro.
La poesía de Ferrer era innovadora y llamativa. Utilizaba palabras inventadas y giros inusuales en el tango, fantasiosa y onírica, surrealista en algunos aspectos.
El libro fue muy bien recibido tanto en Montevideo como en Buenos Aires. Troilo, Piazzola, Mario Benedetti, Cátulo Castillo, Homero Espósito, elogiaron la obra. Varias críticas literarias sostuvieron que el libro marcaba el nacimiento de un nuevo lenguaje en el tango.
En ese libro incluyó un tango, "La última grela", tal como le había sugerido Aníbal Troilo y con la intención de que Troilo lo musicalizara. Pero finalmente no fue Troilo sino Ástor Piazzolla el que musicalizó el primer tango compuesto por Ferrer y se fijó en su poesía. "Grela", en el lunfardo rioplatense es la prostituta, las "proletarias del amor", como Ferrer las define en el recitado de introducción a la canción.
Es en ese momento que Ferrer decide trasladarse a Buenos Aires, dejando la seguridad económica que había obtenido

Residencia en Argentina y María de Buenos Aires

A fines de 1967 ya estaba radicado en Buenos Aires, en una casa ubicada en Lavalle 1447, quinto A, que era la casa histórica de la familia Ezcurra a la que pertenecía su madre, en pleno barrio de Tribunales, a una cuadra de la avenida Corrientes, corazón del mundo del espectáculo porteño. Pero siempre mantuvo también una casa en Montevideo.
Inmediatamente inició el trabajo con Piazzola que lo haría famoso. Piazzola venía buscando un poeta con quien crear obras poético-musicales. Había trabajado con Jorge Luis Borges y con otros poetas, pero no estaba satisfecho.
El resultado fue la creación de la monumental operita María de Buenos Aires, estrenada en 1968 en la Sala Planeta de Buenos Aires, con Héctor de Rosas y Amelita Baltar como cantantes, y el mismo Ferrer en el papel de El Duende, recitando.
La idea misma de la Operita es muy innovadora: es la historia de una mujer que se siente encarnación de la ciudad. Eso fue algo que no se entendió al principio.
Con el paso de los años, la operita se convirtió en la obra dramática más puesta en escena del teatro argentino en toda su historia, presentándose en 75 ciudades en 25 países. Ferrer, en 1996, realizó una gira mundial con la operita, dirigida por Guido Kremer, con las voces de Julia Zenko y Jairo, luego reemplazado por Raúl Lavié.
Ya durante las presentaciones de María de Buenos Aires, Piazzolla y Ferrer comienzan a componer canciones de tango con una estética completamente renovada. Entre ellas, componen en 1969 "Chiquilín de Bachín", a partir de un valsecito infantil compuesto por Piazzola y al que Ferrer le aportó una letra inspirada en los niños de la calle que vendían flores en los restaurantes de la zona de teatros de la avenida Corrientes, a los que los artistas iban luego de las funciones. En este caso, el célebre bodegón Bachín, ya demolido, que se encontraba ubicado en la calle Sarmiento, casi esquina Montevideo.
La temática social, una poesía cotidiana y la utilización de neologismos en inglés aparentemente incompatibles con el tango, anunciaban la proximidad de importantes cambios en la canción rioplatense.

Balada para un loco

El recurso (el recitado) adquiere en su obra una identidad propia y definida, que lo distingue claramente de los recitados que pudieron haber conocido otros tangos anteriores. La absoluta independencia formal de estos respecto de las partes cantadas es, quizá, su característica más distintiva; las partes recitadas no vienen a repetir en otro tono los versos que se han cantado o están por cantarse; ya ni siquiera se trata de versos. Por otra parte, la variedad de relaciones que se establecen, a través de las obras, entre parlamentos y áreas cantadas, constituye una veta que el tango anterior no había sabido explotar, por lo general nunca demasiado lejos de los modelos clásicos del tipo ABCB.
La canción fue estrenada de inmediato en Michelángelo, pero poco después Piazzola, Ferrer y Baltar deciden presentarla para concursar en el Primer Festival Iberoamericano de la Danza y la Canción que se realizó en el Luna Park de Buenos Aires entre del 9 al 14 de octubre de 1969, con un jurado de alto nivel internacional que integraban entre otros Vinicius de Moraes y Chabuca Granda. La Balada fue presentada la primera noche y tuvo una excelente acogida por parte del jurado, que la declaró finalista en el rubro "tango". Pero la decisión del jurado generó una controversia entre los organizadores, muchos de ellos tradicionalistas, que llevó a una modificación de las reglas del festival, desplazando al jurado de músicos por un "jurado popular" que en la final del 14 de octubre declaró ganadora a otra canción.
Pero pese a perder el festival, la canción se instaló en el gusto popular. De inmediato decidieron grabar la canción en un simple, cantada por Roberto Goyeneche y con "Chiquilín de Bachín" como lado B. La Balada... revolucionó la canción popular argentina y los versos de Ferrer pasaron a ser un lugar común de la cultura popular.

Balada para un loco

El tema se convirtió en un éxito popular inmediato y ha quedado como una de las canciones más famosas de la música latina de todos los tiempos.3 Gracias a la importancia cultural de la canción, en 2012, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires estableció por ley 4179 denominar a la esquina de Corrientes y Callao, como "Esquina Horacio Ferrer", colocándose allí una placa que así lo indica.
Entre las canciones escritas por el dúo Piazzolla-Ferrer en ese momento se encuentran "Balada para mi muerte", "Canción de las venusinas", "La bicicleta blanca", "Juanito Laguna ayuda a su madre" y "Fábula para Gardel", grabadas en el álbum Astor Piazzolla y Horacio Ferrer en persona, lanzado en 1970. En total compusieron juntos más de 40 tangos.

Libro del tango: arte popular de Buenos Aires

En 1970 escribió el Libro del tango: arte popular de Buenos Aires. La edición ampliada de 1980, en tres tomos, de más de dos mil páginas, es una de los estudios más profundos realizados sobre el tango y obra de consulta obligada. El tomo 1, está dedicado a la "Crónica del tango", mientras que los tomos 2 y 3 son un diccionario del tango.
En 1976 decidió mudarse a vivir en el Hotel Alvear, en el barrio de Recoleta, hotel en el que residirá en adelante. Ferrer ha dicho que ama el barrio en el que vive, por razones familiares, porque su abuelo está enterrado en el Cementerio de la Recoleta y porque su madre jugaba en la Plaza Francia, pero también por las características sociales y urbanísticas del barrio.
En 1982 conoció a la pintora Lulú Michelli, "la mujer de la que soy el hombre", según la definición de propio Ferrer: "no digo mi mujer porque no la compré en un remate".5 Con ella formaría pareja de allí en adelante. Ferrer gusta de contar que se conocieron en el bohemio Bar La Poesía que se encuentra en la esquina de Chile y Bolívar, en el tanguero barrio de San Telmo.5 Una de las mesas del bar recuerda el hecho con una inscripción que dice: "En esta mesa la artista plástica Lulú Michelli conoció al poeta Horacio Ferrer en un amor que aún perdura. Junio de 1982". El tango vals "Lulú", compuesto en 1992 con música de Raúl Garello -quién junto a Piazzolla es su cocompositor más prolífico-, recuerda esa ocasión y celebra ese amor.
A fines de 1983, decidió nacionalizarse argentino con motivo de la reconquista de la democracia en Argentina.
En 1985 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito como uno de los 5 Autores de Tango más importantes de la década en Argentina, galardón que volvió a recibir en 2005.

La Academia Nacional del Tango

Horacio Ferrer impulsó la creación de la Academia Nacional del Tango que se concretó en 1990, presidiéndola desde entonces. Funciona en el Palacio Carlos Gardel, encima del Café Tortoni.
En 1990 Ferrer concretó un proyecto suyo de crear la Academia Nacional del Tango en la República Argentina, lo que se realizó el 28 de junio de 1990, por Decreto 1235/1990 del Poder Ejecutivo Nacional, presidiéndola desde ese momento en adelante. Desde entonces la Academia ha fundado otras 30 academias en diferentes países para difundir y estudiar el tango internacionalmente.
También en 1990 compuso con Horacio Salgán el Oratorio Carlos Gardel, grabado por NM ese mismo año en LP con Simón Blech como director de la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional y la participación como solistas de Leopoldo Federico en bandoneón, Ubaldo de Lío en guitarra, Horacio Salgan, en el piano y Ferrer en el recitado.
Se trata de otra obra clásica monumental. Su título completo es Oratorio Carlos Gardel para Orquesta Sinfónica, Coro Mixto, Solistas y Recitante. Está integrada por 8 movimientos que recorren la vida de Carlos Gardel: 1) En una iglesia de Medellín; 2) Anunciación de Gardel; 3) El día de Santa Guitarrita; 4) En un circo criollo; 5) En el barrio del Abasto; 6) El mago de Buenos Aires; 7) Carta al Río de la Plata; 8) Desde el azul del cielo.
Desde su presidencia en la Academia, Ferrer impulsó varias acciones. En 1993 por gestiones de Ferrer, la Academia se instaló en el Palacio Unzué (Avenida de Mayo 833), renombrado desde entonces como Palacio Carlos Gardel, que en el año 2000 adquirió en propiedad gracias a un subsidio del Estado nacional. La Academia organizó en su interior la Biblioteca del Tango y en 1995 abrió el Liceo Superior del Tango y cursos de baile.
En 2003 la Academia inauguró el Museo Mundial del Tango con entrada por la calle Rivadavia 830 del Palacio Carlos Gardel, sobre la base de una idea y proyecto arquitectónico propios y del guión histórico basado en el libro El siglo de oro del tango, de Ferrer.
En 2007, luego de un año de trabajo, terminó de componer la ópera El rey del tango en el reino de los sueños, con Raúl Garello.

Fallecimiento

Murió a los 81 años la tarde del 21 de diciembre de 2014 a raíz de una complicación cardíaca luego de permanecer varios días internado en el Sanatorio Güemes.
Fue velado en el salón "Montevideo" del Palacio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires desde las once de la noche de ese día hasta las tres del día siguiente, siendo su velorio atendido por músicos, familiares, autoridades de la Academia del Tango y admiradores.
Sus restos fueron cremados en el Cementerio de Chacarita y sus cenizas dispersas en el Río de la Plata, entre su Uruguay donde naciera y la Buenos Aires donde desarrollara su obra y viviera por los últimos cuarenta y seis años.




                                                                  Maximiliano Reimondi

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