Horacio Ferrer
Horacio Arturo Ferrer Ezcurra (Montevideo, 2 de junio de
1933 - Buenos Aires, 21 de diciembre de 2014)
Nació en el seno de una familia argentino-uruguaya: padre
uruguayo y madre argentina. Su padre, Horacio Ferrer Pérez, era profesor de Historia
y su madre, Alicia Ezcurra Franccini, 11 años mayor que su marido, sabía más de
cuatro idiomas y era sobrina bisnieta de Juan Manuel de Rosas. Su madre y de su
abuelo eran aficionados a la poesía y habían conocido personalmente a Rubén
Darío, Amado Nervo y Federico García Lorca, transmitiéndole ese gusto. De su
madre aprendió a recitar poesía, quien a su vez había aprendido a recitar de
Alfonsina Storni. El recitado poético aplicado a la canción popular, será una
de sus grandes innovaciones en la cultura rioplatense.
Realizó estudios de arquitectura en la Universidad de la
República durante ocho años, aun que no llegó a finalizar dicha carrera. Pero
obtendría un buen empleo en esa casa de estudios, siendo designado secretario
de la misma, que junto a su trabajo como periodista del diario El Día, le garantizaron
la seguridad económica.
En la década del 50, con poco más de veinte años, fue uno de
los realizadores del programa Selección de Tangos, en la radio montevideana,
con el fin de defender las nuevas tendencias tangueras y del grupo El Club de
la Guardia Nueva, para organizar recitales en Montevideo de los músicos que
estaban revolucionando el tango, como Aníbal Troilo, Horacio Salgán y en
especial Ástor Piazzolla, por entonces líder del famoso Octeto Buenos Aires. A
partir de entonces Ferrer dirigirá programas radiales de tango por el Sodre, la
cadena oficial radial uruguaya.
En la misma época fundó y dirigió la revista Tangueando,
ilustrada y redactada por él mismo. A fines de la década del 50, formó parte
una pequeña orquesta de tango como bandoneonista y publicó su primer libro: El
Tango: su historia y evolución (1959). En 1964 publica Discepolín, poeta del
hombre de Corrientes y Esmeralda y en 1965, Historia sonora del tango.
Romancero canyengue
En 1967, con 34 años, se decide a publicar su primer libro
de poemas, Romancero canyengue, libro que presentó recitándolo acompañado por
el guitarrista Agustín Carlevaro.
La poesía de Ferrer era innovadora y llamativa. Utilizaba
palabras inventadas y giros inusuales en el tango, fantasiosa y onírica,
surrealista en algunos aspectos.
El libro fue muy bien recibido tanto en Montevideo como en
Buenos Aires. Troilo, Piazzola, Mario Benedetti, Cátulo Castillo, Homero
Espósito, elogiaron la obra. Varias críticas literarias sostuvieron que el
libro marcaba el nacimiento de un nuevo lenguaje en el tango.
En ese libro incluyó un tango, "La última grela",
tal como le había sugerido Aníbal Troilo y con la intención de que Troilo lo
musicalizara. Pero finalmente no fue Troilo sino Ástor Piazzolla el que
musicalizó el primer tango compuesto por Ferrer y se fijó en su poesía.
"Grela", en el lunfardo rioplatense es la prostituta, las
"proletarias del amor", como Ferrer las define en el recitado de introducción
a la canción.
Es en ese momento que Ferrer decide trasladarse a Buenos
Aires, dejando la seguridad económica que había obtenido
Residencia en
Argentina y María de Buenos Aires
A fines de 1967 ya estaba radicado en Buenos Aires, en una
casa ubicada en Lavalle 1447, quinto A, que era la casa histórica de la familia
Ezcurra a la que pertenecía su madre, en pleno barrio de Tribunales, a una
cuadra de la avenida Corrientes, corazón del mundo del espectáculo porteño. Pero
siempre mantuvo también una casa en Montevideo.
Inmediatamente inició el trabajo con Piazzola que lo haría
famoso. Piazzola venía buscando un poeta con quien crear obras
poético-musicales. Había trabajado con Jorge Luis Borges y con otros poetas,
pero no estaba satisfecho.
El resultado fue la creación de la monumental operita María
de Buenos Aires, estrenada en 1968 en la Sala Planeta de Buenos Aires, con
Héctor de Rosas y Amelita Baltar como cantantes, y el mismo Ferrer en el papel
de El Duende, recitando.
La idea misma de la Operita es muy innovadora: es la
historia de una mujer que se siente encarnación de la ciudad. Eso fue algo que
no se entendió al principio.
Con el paso de los años, la operita se convirtió en la obra
dramática más puesta en escena del teatro argentino en toda su historia,
presentándose en 75 ciudades en 25 países. Ferrer, en 1996, realizó una gira
mundial con la operita, dirigida por Guido Kremer, con las voces de Julia Zenko
y Jairo, luego reemplazado por Raúl Lavié.
Ya durante las presentaciones de María de Buenos Aires,
Piazzolla y Ferrer comienzan a componer canciones de tango con una estética
completamente renovada. Entre ellas, componen en 1969 "Chiquilín de
Bachín", a partir de un valsecito infantil compuesto por Piazzola y al que
Ferrer le aportó una letra inspirada en los niños de la calle que vendían
flores en los restaurantes de la zona de teatros de la avenida Corrientes, a
los que los artistas iban luego de las funciones. En este caso, el célebre
bodegón Bachín, ya demolido, que se encontraba ubicado en la calle Sarmiento, casi
esquina Montevideo.
La temática social, una poesía cotidiana y la utilización de
neologismos en inglés aparentemente incompatibles con el tango, anunciaban la
proximidad de importantes cambios en la canción rioplatense.
Balada para un loco
El recurso (el recitado) adquiere en su obra una identidad
propia y definida, que lo distingue claramente de los recitados que pudieron
haber conocido otros tangos anteriores. La absoluta independencia formal de
estos respecto de las partes cantadas es, quizá, su característica más
distintiva; las partes recitadas no vienen a repetir en otro tono los versos
que se han cantado o están por cantarse; ya ni siquiera se trata de versos. Por
otra parte, la variedad de relaciones que se establecen, a través de las obras,
entre parlamentos y áreas cantadas, constituye una veta que el tango anterior
no había sabido explotar, por lo general nunca demasiado lejos de los modelos
clásicos del tipo ABCB.
La canción fue estrenada de inmediato en Michelángelo, pero
poco después Piazzola, Ferrer y Baltar deciden presentarla para concursar en el
Primer Festival Iberoamericano de la Danza y la Canción que se realizó en el
Luna Park de Buenos Aires entre del 9 al 14 de octubre de 1969, con un jurado
de alto nivel internacional que integraban entre otros Vinicius de Moraes y
Chabuca Granda. La Balada fue presentada la primera noche y tuvo una excelente
acogida por parte del jurado, que la declaró finalista en el rubro
"tango". Pero la decisión del jurado generó una controversia entre
los organizadores, muchos de ellos tradicionalistas, que llevó a una
modificación de las reglas del festival, desplazando al jurado de músicos por
un "jurado popular" que en la final del 14 de octubre declaró
ganadora a otra canción.
Pero pese a perder el festival, la canción se instaló en el
gusto popular. De inmediato decidieron grabar la canción en un simple, cantada
por Roberto Goyeneche y con "Chiquilín de Bachín" como lado B. La
Balada... revolucionó la canción popular argentina y los versos de Ferrer pasaron
a ser un lugar común de la cultura popular.
Balada para un loco
El tema se convirtió en un éxito popular inmediato y ha
quedado como una de las canciones más famosas de la música latina de todos los
tiempos.3 Gracias a la importancia cultural de la canción, en 2012, la
Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires estableció por ley 4179 denominar a la
esquina de Corrientes y Callao, como "Esquina Horacio Ferrer",
colocándose allí una placa que así lo indica.
Entre las canciones escritas por el dúo Piazzolla-Ferrer en
ese momento se encuentran "Balada para mi muerte", "Canción de
las venusinas", "La bicicleta blanca", "Juanito Laguna
ayuda a su madre" y "Fábula para Gardel", grabadas en el álbum
Astor Piazzolla y Horacio Ferrer en persona, lanzado en 1970. En total
compusieron juntos más de 40 tangos.
Libro del tango:
arte popular de Buenos Aires
En 1970 escribió el Libro del tango: arte popular de Buenos
Aires. La edición ampliada de 1980, en tres tomos, de más de dos mil páginas,
es una de los estudios más profundos realizados sobre el tango y obra de
consulta obligada. El tomo 1, está dedicado a la "Crónica del tango",
mientras que los tomos 2 y 3 son un diccionario del tango.
En 1976 decidió mudarse a vivir en el Hotel Alvear, en el
barrio de Recoleta, hotel en el que residirá en adelante. Ferrer ha dicho que
ama el barrio en el que vive, por razones familiares, porque su abuelo está
enterrado en el Cementerio de la Recoleta y porque su madre jugaba en la Plaza
Francia, pero también por las características sociales y urbanísticas del
barrio.
En 1982 conoció a la pintora Lulú Michelli, "la mujer
de la que soy el hombre", según la definición de propio Ferrer: "no
digo mi mujer porque no la compré en un remate".5 Con ella formaría pareja
de allí en adelante. Ferrer gusta de contar que se conocieron en el bohemio Bar
La Poesía que se encuentra en la esquina de Chile y Bolívar, en el tanguero
barrio de San Telmo.5 Una de las mesas del bar recuerda el hecho con una
inscripción que dice: "En esta mesa la artista plástica Lulú Michelli
conoció al poeta Horacio Ferrer en un amor que aún perdura. Junio de
1982". El tango vals "Lulú", compuesto en 1992 con música de
Raúl Garello -quién junto a Piazzolla es su cocompositor más prolífico-,
recuerda esa ocasión y celebra ese amor.
A fines de 1983, decidió nacionalizarse argentino con motivo
de la reconquista de la democracia en Argentina.
En 1985 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito como uno
de los 5 Autores de Tango más importantes de la década en Argentina, galardón
que volvió a recibir en 2005.
La Academia Nacional
del Tango
Horacio Ferrer impulsó la creación de la Academia Nacional
del Tango que se concretó en 1990, presidiéndola desde entonces. Funciona en el
Palacio Carlos Gardel, encima del Café Tortoni.
En 1990 Ferrer concretó un proyecto suyo de crear la
Academia Nacional del Tango en la República Argentina, lo que se realizó el 28
de junio de 1990, por Decreto 1235/1990 del Poder Ejecutivo Nacional,
presidiéndola desde ese momento en adelante. Desde entonces la Academia ha
fundado otras 30 academias en diferentes países para difundir y estudiar el
tango internacionalmente.
También en 1990 compuso con Horacio Salgán el Oratorio
Carlos Gardel, grabado por NM ese mismo año en LP con Simón Blech como director
de la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional y la
participación como solistas de Leopoldo Federico en bandoneón, Ubaldo de Lío en
guitarra, Horacio Salgan, en el piano y Ferrer en el recitado.
Se trata de otra obra clásica monumental. Su título completo
es Oratorio Carlos Gardel para Orquesta Sinfónica, Coro Mixto, Solistas y
Recitante. Está integrada por 8 movimientos que recorren la vida de Carlos
Gardel: 1) En una iglesia de Medellín; 2) Anunciación de Gardel; 3) El día de
Santa Guitarrita; 4) En un circo criollo; 5) En el barrio del Abasto; 6) El
mago de Buenos Aires; 7) Carta al Río de la Plata; 8) Desde el azul del cielo.
Desde su presidencia en la Academia, Ferrer impulsó varias
acciones. En 1993 por gestiones de Ferrer, la Academia se instaló en el Palacio
Unzué (Avenida de Mayo 833), renombrado desde entonces como Palacio Carlos
Gardel, que en el año 2000 adquirió en propiedad gracias a un subsidio del
Estado nacional. La Academia organizó en su interior la Biblioteca del Tango y en
1995 abrió el Liceo Superior del Tango y cursos de baile.
En 2003 la Academia inauguró el Museo Mundial del Tango con
entrada por la calle Rivadavia 830 del Palacio Carlos Gardel, sobre la base de
una idea y proyecto arquitectónico propios y del guión histórico basado en el
libro El siglo de oro del tango, de Ferrer.
En 2007, luego de un año de trabajo, terminó de componer la
ópera El rey del tango en el reino de los sueños, con Raúl Garello.
Fallecimiento
Murió a los 81 años la tarde del 21 de diciembre de 2014 a raíz de una
complicación cardíaca luego de permanecer varios días internado en el Sanatorio
Güemes.
Fue velado en el salón "Montevideo" del Palacio de
la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires desde las once de la noche de ese
día hasta las tres del día siguiente, siendo su velorio atendido por músicos,
familiares, autoridades de la Academia del Tango y admiradores.
Sus restos fueron cremados en el Cementerio de Chacarita y
sus cenizas dispersas en el Río de la Plata, entre su Uruguay donde naciera y
la Buenos Aires donde desarrollara su obra y viviera por los últimos cuarenta y
seis años.
Maximiliano Reimondi
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