Marqués de Sade
Donatien Alphonse François de Sade, conocido por su título
de marqués de Sade (París, 2 de junio de 1740-Charenton-Saint-Maurice,
Val-de-Marne, 2 de diciembre de 1814) Filósofo y escritor francés, autor de Los
crímenes del amor, Aline y Valcour y otras numerosas novelas, cuentos, ensayos
y piezas de teatro. También le son atribuidas Justine o los infortunios de la
virtud, Juliette o las prosperidades del vicio, Las 120 jornadas de Sodoma y La
filosofía en el tocador, entre otras.
En sus obras son característicos los antihéroes,
protagonistas de violaciones y de disertaciones en las que, mediante sofismas,
justifican sus actos. La expresión de un ateísmo radical, además de la
descripción de parafilias y actos de violencia, son los temas más recurrentes
de sus escritos, en los que prima la idea del triunfo del vicio sobre la
virtud.
Fue encarcelado bajo el Antiguo Régimen, la Asamblea
Revolucionaria, el Consulado y el Primer Imperio francés, pasando veintisiete
años de su vida encerrado en diferentes fortalezas y «asilos para locos».
También figuró en las listas de condenados a la guillotina.
Protagonizó varios incidentes que se convirtieron en grandes
escándalos. En vida, y después de muerto, le han perseguido numerosas leyendas.
Sus obras estuvieron incluidas en el Index librorum prohibitorum (Índice de
libros prohibidos) de la Iglesia católica.
A su muerte era conocido como el autor de la «infame» novela
Justine, por lo que pasó los últimos años de su vida encerrado en el manicomio
de Charenton. Dicha novela fue prohibida, pero circuló clandestinamente durante
todo el siglo XIX y mitad del siglo XX, influyendo en algunos novelistas y
poetas, como Flaubert, que en privado lo llamaba «el gran Sade», Dostoyevsky,
Swinburne, Rimbaud o Apollinaire, quien rescata su obra del «infierno» de la
Biblioteca Nacional de Francia, y que llegó a decir que el marqués de Sade fue
«el espíritu más libre que jamás ha existido».
André Breton y los surrealistas lo proclamaron «Divino
Marqués» en referencia al «Divino Aretino», primer autor erótico de los tiempos
modernos (siglo XVI). Aún hoy su obra despierta los mayores elogios y las
mayores repulsas. Georges Bataille, entre otros, calificó su obra como
«apología del crimen».
Su nombre ha pasado a la historia convertido en sustantivo.
Desde 1834, la palabra «sadismo» aparece en el diccionario en varios idiomas
para describir la propia excitación producida al cometer actos de crueldad
sobre otra persona.
Maximiliano Reimondi
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