Jacques Lacan
Sus aportes los define él mismo
como un «retorno a Freud» y a sus teorías, por un lado, y como su radicalización,
nueva interpretación -«Freud contra Freud»-o desarrollo ulterior, por otro.
Lacan buscó reorientar el
psicoanálisis hacia la obra original de Freud, ya que consideraba que el
psicoanálisis post-freudiano se había desviado cayendo en una lógica a veces
biologicista, u objetivadora del sujeto propio del psicoanálisis. Lacan acusó a
muchos de los psicoanalistas coetáneos por haber distorsionado y parcializado
la teoría de Freud. Reinterpretó y amplió la práctica psicoanalítica. Incorporó
además a nivel teórico nociones de origen lingüístico,
filosófico
y topológico
que lo llevaron a redefinir muchos de los principales términos del léxico
psicoanalítico y, por ejemplo, a formular la tesis:
El inconsciente
está estructurado 'como' un lenguaje
Con esta formulación Lacan afirma
realizar un retorno a la concepción de inconsciente propuesta por Freud, al
tiempo que se distancia de la posición de los teóricos de las relaciones
objetales (psicólogos del yo), quienes intentan dar un
lugar al inconsciente. Con su concepto, Lacan pone al inconsciente en la
imposibilidad de representar los Objetos reales de manera absoluta en el
lenguaje.
Las nociones lingüísticas tomadas
de Ferdinand de Saussure se hacen en su obra
aplicables a la relectura de Freud. Modificando algunas de las fórmulas
relativas al significante, Lacan introduce el concepto de lógica del significante
para reexplicar la teoría freudiana, aunque sosteniendo -según sus propias
palabras- el espíritu freudiano que puede leerse tanto en el análisis de los
sueños, como en el chiste, en su Proyecto de Psicología y a lo largo de su
obra. La obra de Lacan ha despertado interés en otros campos además del
psicoanálisis, particularmente en la lingüística,
la teoría crítica, en el postestructuralismo, la filosofía y la
política.
La importancia de lo lingüístico
(si bien en términos estrictos y a los fines de diferenciar la disciplina
analítica de la lingüística, Lacan denomina "lingüistería" a su
concepción del lenguaje) en la reformulación lacaniana del psicoanálisis lo
llevó a modificar numerosas ideas de la práctica clínica y a proponer un
complejo esquema de constitución psíquica del hombre. El yo se constituye en un
reconocimiento en torno su imagen en el espejo y gracias a la garantía de la
mirada del otro. A esta instancia Lacan la llamó el estadio del espejo.
Con todo, afirmó reiteradamente
que su intención era refinar y mejorar el marco original de las obras de Freud:
es famosa su boutade de que quien quiera ser lacaniano es libre de
serlo, pero que él mismo se consideraba freudiano.
Su obra, lejos de haber cosechado
aceptación universal, es fuente de grandes controversias (incluso dentro de la
comunidad psicoanalítica). Los filósofos Slavoj Zizek
y Alain Badiou
han sido algunos de sus más fuertes defensores. En contrapartida, Lacan fue
objeto de críticas epistemológicas de los físicos Alan Sokal
y Jean Bricmont
así como del lingüista Noam Chomsky, y filosóficas por parte de Jacques Derrida
y de autores feministas. Más allá de las críticas, resulta indiscutible su
fuerte influencia en la práctica del psicoanálisis en algunos países europeos y
latinoamericanos. Sus concepciones han dado pie a numerosas escuelas de
orientación lacaniana como la Escuela de la Causa Freudiana (Francia),
la Scuola Lacaniana de Psicoanálisis (Italia), la Escuela
de Orientación Lacaniana (Argentina), la Escuela Brasilera de Psicoanálisis (Brasil), etc. Otro
autor que comenta a Lacan es el traductor Antoine Berman.
Maximiliano Reimondi
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