jueves, 27 de agosto de 2015

La aventura de "Los locos de la azotea"



El 27 de agosto de 1920, desde el Coliseo, un grupo de radioaficionados liderados por Enrique Susini transmitieron "Parsifal", de Wagner.

Gabriela Saidon
gsaidon@clarin.com

Eran las nueve de la noche del 27 de agosto de 1920. Un hecho histórico estaba a punto de producirse desde el Teatro Coliseo de Buenos Aires. Enrique Telémaco Susini, médico otorrinolaringólogo, músico y radioaficionado, anunciaba con su voz de barítono: "Señoras y señores: la sociedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner, Parsifal, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten".
La escena, recreada en Días de radio, el libro de Carlos Ullanovsky, tuvo como protagonistas, además de Susini, que tenía 29 años, a otros inventores, estudiantes de medicina, jóvenes de clase alta, apasionados por la lírica. Ellos fueron Miguel Mujica (sobrino de Susini), César Guerrico y Luis Romero Carranza, que leía versos del Martín Fierro que recepcionaba Ignacio Gómez Aguirre. Los llamaron "Los locos de la azotea" porque desde las terrazas buscaban obsesivamente la forma de que las voces y los sonidos atravesaran el éter y llegaran a la gente.
Aquella noche, con un micrófono para sordos (al que le habían agregado una bocina), en el paraíso del Coliseo, un transmisor de 5 vatios (que por lo precario parecía atado con alambres) en la azotea y una antena entre el teatro y la cúpula de la casa de Cerrito y Charcas, el milagro fue posible. Y en los pocos receptores a galena existentes en la ciudad, pudo escucharse la primera transmisión en vivo que se hizo a nivel mundial (el 16 de junio, la cantante australiana Nellie Melba había transmitido pero desde el estudio de la compañía de Guillermo Marconi, el italiano que en 1896 había patentado su invento de la telegrafía sin hilos). El entonces presidente Hipólito Irigoyen dijo: "Cuando los jóvenes juegan a la ciencia es porque tienen el genio adentro".
El genio de Susini nunca paró: como médico de la Armada había sido enviado a Francia a estudiar los efectos de los gases asfixiantes, había vuelto trayendo válvulas para equipos transmisores de los que se usaban en la Primera Guerra Mundial, escondidas en las mangas de su saco. Durante los experimentos con sus compañeros de hazaña, el canto de un gallo se había colado en una transmisión casera. ¿Por qué —se preguntaba el joven médico—, no puede viajar también por el aire la voz humana? El 28 de agosto de 1920 se transmitió Aída y volvió a pasarse la ópera de Wagner. Por obra de Susini, el Coliseo, creado en 1906 para que el payaso Frank Brown tuviera un circo, "subió" a la categoría de teatro lírico. Al médico se le debe la creación de LOR Radio Argentina y de la productora Lumiton, bajo la cual él mismo dirigió una de las primeras películas sonoras, la comedia Los tres berretines, estrenada el 19 de mayo de 1933. Fue también el primer director general de Canal 7. Murió a los 81 años, el 4 de julio de 1972. Había cumplido todos sus sueños.


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