Marcel Proust
Valentin Louis Georges Eugène Marcel Proust), nació en el
barrio parisino de Auteuil, Francia, el 10 de julio de 1871 y murió, también en
París, el 18 de noviembre de 1922.
Marcel Proust nació en París, en el barrio de Auteil (el
actual distrito 16.to). Fue el hijo mayor de Adrien Proust, famoso epidemiólogo
francés, profesor en la Facultad de Medicina de París y consejero del gobierno
en materia de sanidad, y de Jeanne Clemence Weil, judía alsaciana nieta de un
antiguo ministro de Justicia, quien, poseedora de una vasta cultura, fue
determinante en cuanto a la vocación literaria de Proust; a ella dedicó este su
más intenso afecto en la vida.
La característica fragilidad e hipersensibilidad de Proust
proviene de su mismo nacimiento y primeros años:
El niño (...) nació tan débil que el padre temió que no
sobreviviera. Se le aplicaron toda clase de remedios. Tenía los signos de una
inteligencia y una sensibilidad precoces, pero su salud permanecería delicada.
Por otra parte, Adrien y Jeanne tuvieron un segundo hijo,
Robert, nacido en 1873, que, a diferencia de Marcel, satisfizo los propósitos
de su padre respecto del futuro profesional de su prole, pues devino un
cirujano exitoso, con lo que Proust pudo esquivar bien pronto la presión
familiar y convertirse desde bien pronto en un hombre de letras.
La familia de Proust acostumbraba a viajar desde Auteil a la
casa de sus tíos Amiot y Elisabeth Proust, hermana de Adrien, en la temporada
de Pascua. La casa se encontraba en Illiers, el pueblo del padre, a unos 25 kilómetros de
Chartres. Mientras que en Auteuil, cerca del Bois de Boulogne, además de en
Caboury y en Trouville se inspiraría Proust para crear el Balbec de a À la
recherche..., Illiers fue el modelo para el imaginario Combray. Tanto es así que,
en 1971, Illiers fue rebautizada Illiers-Combray en honor de Proust, y allí
acuden, casi en procesión religiosa, los fieles proustianos a tomar una taza de
té con magdalenas para recordar el famoso pasaje de Por el camino de Swann.
Comenzó sus estudios secundarios en 1882 en el liceo
Condorcet. Aunque su asistencia al colegio sería siempre irregular, destacó en
lengua y literatura: ya se sabía de memoria a autores como Marcel, niño débil,
sufría especialmente la primavera, pues el polen liberado por las flores en los
primeros días de la estación le provocaba crisis de asma. Hacia 1880, cuando
contaba solo nueve años, Proust sufre su primera crisis de gravedad al volver
de un paseo por el Bois de Boulogne junto a sus padres: se ahoga y la
respiración no le vuelve, su padre lo cree muerto y solo in extremis logra
salvarse. Como consecuencia, las visitas a Illiers se reducen hasta el punto de
suspenderse, lo que hizo a Proust ver a Illiers siempre como un paraíso
perdido. Su asistencia al colegio resultó irregular; ni allí ni luego en el
liceo Condorcet sería considerado un estudiante de demasiado provecho.
Adolescencia y
juventud
Luego de asistir a un pequeño curso primario, en el que
tendría como compañero al hijo del compositor Georges Bizet, Jacques, de quien
se haría gran amigo en sus años de adolescencia y el salón de cuya madre
frecuentaría más adelante, inició sus estudios Víctor Hugo y Alfred de Musset.5
Destacó además en la clase de filosofía, uno de cuyos profesores fue Alphonse
Darlu, y sus composiciones llamaban la atención por sus frases extensas y
acaracoladas. Entabló amistad, además de con Jacques Bizet, con Fernand Gregh y
Daniel Halévy, junto a quien solía publicar en las revistas literarias del
liceo.
Su primer amor fue Marie de Bénardaky, hija de un
diplomático polaco. Con ella jugaba cada jueves a la tarde en los jardines de
los Campos Elíseos, junto a Antoinette y Lucie Faure, hijas del futuro
presidente Félix Faure, a Léon Brunschvicg, Paul Bénazete y Maurice Herbette,
entre otros.6 Dejó de ver a Marie en 1887, y sus primeros intentos de amar a
otra persona que a su madre se quedaron sin objeto. Proust recuperará el
recuerdo de la niña de los Campos Elíseos en los episodios del narrador con
Gilberte en À la recherche...
De sus últimos años en el Liceo datan sus primeras
tentativas literarias (más tarde, en 1892, Gregh fundaría una pequeña revista
con sus antiguos condiscípulos, Le Banquet, de la que Proust sería asiduo
colaborador). Es también en esta época cuando comienza a ganarse su reputación
de snob, pues ya en 1888, a
la edad de diecisiete años, Proust comenzó a frecuentar salones parisinos en
los que entablaría relación con damas de la alta burguesía, artistas y
literatos de la época. Su ascenso mundano comenzaba y ya no se detendría hasta
su retiro de los salones mucho más adelante (se llegaría a decir que "se
proustituía" sobre alguien que experimentaba un veloz ascenso social),
pues la elegancia de Proust y el encanto de su charla maravillaba a las damas
del gran mundo. Incansablemente cada noche frecuentaba salones y cafés. Su
coche de caballos, su simón, era famoso en todo París. Su encanto e
inteligencia le permitían hacer amistades con gran facilidad. Para otros, en
cambio, el comportamiento de Proust era reprobable y le provocaba mala fama;
así para André Gide, quien admitiría haber prejuzgado los manuscritos de À la
recherche por la mala impresión que su autor le había causado.
Fue esta una de las etapas que más mediatizaron al autor y a
su obra. También fue por esos años cuando Proust mantuvo la primera relación
homosexual de que se tiene registro en su vida. Su amante fue Lucien Daudet,
hijo del escritor Alphonse Daudet, y su relación, escandalosa para una época en
que no se dudaría, por ejemplo, y exactamente en ese mismo tiempo –1895– en
condenar a Oscar Wilde a prisión y trabajos forzados por el delito de
homosexualidad, fue revelada por Jean Lorrain en Le Journal.
Este periodo de su vida, sin embargo, concluyó rápidamente
ya que, en 1889, Proust decidió ingresar como voluntario en el servicio
militar. Esta decisión pudo deberse a que buscaba convivir con los compañeros
y, también, a que de esa forma podía acortar el tiempo del servicio
obligatorio. Marcel declaró haberle sido esta experiencia una de las más gratas
en la vida. Su valoración final lo situó en el puesto 63 de 64. Completado en
1890 su servicio, quiso reengancharse, pero ya se lo impidió su pésimo estado
de salud. Por esos años se hizo amigo de Robert de Bailly y también de Gasto
Arman de Caillavet y su novia Jeanne Pouquet. En ellos se inspirará para crear
los personajes de Roberto de Saint-Loup y de Gilberta en À la recherche....
Comenzó a frecuentar el salón de Madame de Caillavet, quien vivía separada de
su marido y era amante de Anatole France. A través de ella, Marcel conoció al
famoso escritor, sobre el cual fraguó el personaje de Bergotte, a Alexandre
Dumas (hijo) y al filósofo Victor Brochard.
Para satisfacer a su padre, estudió Derecho y se recibió de
abogado, pero se negó a ejercer y logró convencer a su padre de que no podría
vivir de otra cosa que no fuesen las letras y la filosofía. Así que emprendió
también su Licenciatura en Letras, que completaría en 1895. Durante sus
estudios fue alumno, entre otros, de Albert Sorel, quien lo juzgó "no inteligente"
en su examen, y de Henri Bergson, cuyas ideas sobre el tiempo influirían en su
obra. Aun cuando consiguió obtener el título en la disciplina que más placía a
su sensibilidad, tampoco en ella ejerció la profesión, sino que se sirvió de la
fortuna familiar para continuar frecuentando salones mientras escribía pequeños
textos que nunca tuvieron mucha repercusión.
En 1896,
a los 25 años, publicó su primer libro: Los placeres y
los días, recopilación miscelánea de poemas en prosa, nouvelles y retratos de
estilo decadente, para el cual Proust consiguió que Madeleine Lemaire lo
ilustrara y que Anatole France lo prologara. El libro pasó sin embargo
desapercibido y si la crítica se pronunció a su respecto fue para juzgarlo con
severidad, como fue el caso de Jean Lorrain. Este, escritor y homosexual que
escandalizaba por hacer públicas sus inclinaciones de forma exagerada, hizo una
crítica feroz al libro y, además, daba a entender que Proust era amante de
Lucien Daudent. Proust se sintió ofendido, no aceptaba que su homosexualidad se
reconociera en sociedad, y lo retó a duelo, el cual afortunadamente no tuvo
consecuencias pues parece que ambos dispararon al aire Toda la reputación que
consigue es la de un mundano dilletante, reputación con la que cargará además
hasta la publicación de Por el camino de Swann y que influirá en que su obra no
sea reconocida desde el primer momento.
En 1906 Marcel Proust recibe un golpe terrible, el
fallecimiento de su madre, que tan importante fue para él. Se sintió en
absoluta soledad y enfermo, sólo tenía a su hermano Robert, pero estaba casado.
Se trasladó a Versalles para vivir cerca de una amiga de su madre. Se estaba
gestando lo que sería una de las obras más grandes de la literatura universal.
La redacción de Jean
Santeuil
En 1893, Proust había conocido al aristócrata Montesquiou,
poeta homosexual, de gran influencia en su vida y su obra. Montesquiou fue
quien lo introdujo, entre 1894 y 1900, en el ambiente aristocrático,
presentándolo en salones como el de la condesa Greffuhle, el de la princesa de
Wagram o el de la condesa de Haussonville. Fue a partir de esta nueva
experiencia mundana que Proust se hizo del material y de la disposición
necesarias para componer su gran obra.
Pero ésta no comenzaría a escribirse sino hacia 1907, y lo
que Proust produjo en esta época fue otra novela que de alguna manera anuncia À
la recherche... por su estilo, por sus temas, por el protagonista, por el afán
de rescatar el tiempo pasado, por prefigurar ya la revolución de la novela,
pero que su autor, insatisfecho, dejaría inconclusa. Se trata de Jean Santeuil,
proyecto emprendido durante el verano de 1895, novela que relata la vida de un
joven preso de pasión por la literatura en el París mundano de finales del
siglo XIX. La novela sólo fue publicada póstumamente, por Bernard de Fallois,
en 1952, para lo cual se debieron editar lo que no eran más que fragmentos, lo
mismo que darle un título. En ella evoca Proust especialmente el «Caso
Dreyfus», del cual fue un participante apasionado: fue él uno de los primeros
en hacer circular una petición en favor del capitán Dreyfus, judío acusado
injustamente de traición, la cual hizo firmar, entre otros, por Anatole France.
Sin embargo, el caso Dreyfus, del que no se conocería la verdad públicamente
hasta mucho después, desató una fuerte ola de antisemitismo, especialmente en
el medio aristocrático que Proust frecuentaba, lo que habría sido una más entre
varias razones para que éste abandonara toda vida social a comienzos del nuevo
siglo.
En 1896 Proust publicó a su cuenta Los placeres y los días,
una recopilación de poemas en prosa, retratos y relatos largos en un estilo
decadente, ilustrado por Madeleine Lemaire, dueña del salón que Proust
frecuentaba con asiduidad junto con su amante francovenezolano Reynaldo Hahn,
el cual contribuyó al libro con partituras compuestas por él, y prologado por
Anatole France. El libro le atrajo a Proust una reputación de diletante mundano
que no se disiparía hasta la misma publicación de los primeros tomos de À la
recherche... a partir de 1913. Con el paso del tiempo, además de los diferentes
problemas y la vida social agitada que llevaba, Proust continuó profundizando
su pasión por la literatura, hasta que dio con la obra de un esteta inglés,
John Ruskin, que cambiaría la orientación de su vida y de su carrera literaria.
La estética de Ruskin
John Ruskin, que prohibió que se tradujera su obra mientras
él viviera, fue descubierto por Proust a través de la lectura de artículos y de
obras como la de Robert de la Sizeranne, Ruskin et la religion de la beauté. La
muerte de Ruskin en 1900 fue aprovechada por Proust para iniciar la traducción
de su obra. Para este fin emprendió varios peregrinajes al norte de Francia, a
Amiens y sobre todo a Venecia, en donde residió una temporada con su madre.
También es en esta época que aparecen sus primeros artículos sobre Ruskin,
publicados en La Gazette des Beaux Arts.
Este episodio de su vida está registrado en Albertina
desaparecida. Los padres de Marcel jugaron un papel determinante en el trabajo
de traducción: el padre lo aceptó como un medio de poner a trabajar a un hijo
que se rebelaba contra las funciones sociales y que acababa de abandonar un
trabajo no remunerado en la biblioteca Mazarine; la madre influyó más aún:
Marcel no dominaba el inglés, así que ella realizó una primera traducción
literal del texto. A partir de allí Proust pudo "escribir en excelente
francés ruskiniano", como anota un crítico ante la aparición de la primera
traducción de The Bible of Amiens en 1904. La segunda, publicada en 1906, fue
del libro Sesame and lilies. Proust las acompañó de un abundante aparato
crítico, con largos y ricos prefacios –casi tan extensos como el texto mismo– y
con múltiples notas. A medida que traducía a Ruskin, Proust tomaba distancia de
las posiciones estéticas del autor inglés. Esto es particularmente evidente en
el último capítulo de su prefacio a la primera traducción, en donde alterna
entre la admiración y la confesión de distancia con respecto a las traducciones
anteriores. Con todo, y aun cuando estas traducciones fueron alabadas por
personalidades como Henri Bergson, constituyeron un fracaso editorial.
La escritura de À la
recherche
Núm. 102 del Boulevard Haussman, donde Proust se recluyó
entre 1905 y 1919.
Tras la muerte de sus padres, sobre todo tras la de su madre
en 1905, su frágil salud se deterioró en demasía a causa del asma y de la
depresión por la pérdida materna. Permaneció recluido durante quince años en el
102 del Boulevard Haussmann en París, donde hizo cubrir las paredes de corcho
para aislarse de ruidos y dedicarse sin ser molestado a su obra maestra, À la
recherche du temps perdu. Vivía exclusivamente de noche, tomando café en
grandes cantidades y casi sin comer –según cuenta Celeste Albaret, su criada en
esos años, en un libro de memorias–, sin cesar nunca de escribir y de practicar
sobre su texto interminables correcciones, supresiones y añadidos de papeles
que Celeste se encargaba de pegar en las páginas correspondientes, que podían
alcanzar, en consecuencia, considerables extensiones.
Proust comenzó la obra hacia 1907. No sale de casa, trabaja
durante la noche y duerme de día; tiene a su servicio a un joven matrimonio de
criados, Nicolas y Céline Cottin. En 1912 aparecieron varios fragmentos de su
novela en Le Figaro, y por esta época, según sus cálculos, el libro daría dos
volúmenes de setecientas páginas cada uno. Finalmente, la primera parte, Por el
camino de Swann se publica en noviembre de 1913 con dinero del bolsillo de
Proust, luego de haber sido rechazada por la Nouvelle Revue Française, rechazo
del cual fue principal responsable André Gide, quien admitiría que la declaró
sin valor alguno sobre la base de la imagen social que tenía del autor y de un
pasaje que leyó al azar y le desagradó.
La continuidad de la publicación debería esperar a raíz de
la primera guerra mundial (1914-1918). Proust sentía ganas de ir al campo de
batalla pero su salud no se lo permitió y fue declarado inútil para el
servicio, mientras que a su hermano Robert se lo ascendió a capitán y que varios
de sus amigos morían en la guerra. Con todo, él prestó ayuda desde su casa en
todo lo que se le solicitó. Mientras tanto, se dedicó por completo a su obra,
rehaciéndola y alcanzando así la extensión que tiene en la actualidad. En estos
años a Proust se lo llamaba "Proust, el del Ritz" debido a que
frecuentaba mucho este hotel, donde conoce a nuevos y jóvenes escritores y a
varios amantes entre sus camareros suizos, ya que los franceses habían sido
movilizados.
Apenas terminada la guerra, se publicó el segundo volumen, A
la sombra de las muchachas en flor –ahora aceptada por la NRF, luego de las
sentidas disculpas de Gide–, que al año siguiente obtendría el premio Goncourt,
no sin cierta controversia debido a la decisión del jurado. En 1922 se publicó
Sodoma y Gomorra. En el mes de septiembre Proust sufrió de crisis asmáticas. El
10 de octubre fue la última vez que salió a la calle, y una semana después de
declarársele una neumonía, el 18 de noviembre de 1922, murió. Fue enterrado en
el cementerio de Père-Lachaise, donde yace junto a los restos de su padre y de
su hermano. Todavía habrían de pasar cinco años antes de que se terminaran de
publicar las demás partes: La prisionera (1923), La fugitiva (1925) y El tiempo
recobrado (1927). Muchas obras –incluida su extensa correspondencia– serían
recopiladas y publicadas de manera póstuma, la última en 2012.
Maximiliano Reimondi
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