EL GRITO DE ALCORTA
El 31 de
marzo de 1912, se aplica por primera vez la nueva ley electoral y el
radicalismo triunfa en la provincia de Santa Fe, consagrando gobernador al
médico Manuel Menchaca.
Estas
elecciones que expresan el ascenso social de los sectores medios se dan casi
conjuntamente, en el mismo espacio geográfico, con un importante movimiento
huelguístico de lo sectores medios rurales. Mientras los “inmigrantes de la
utopía” se habían expresado en la lucha proselitista de los socialistas y en
las bombas de los anarquistas, ahora aquellos inmigrantes asentados en las
colonias de “la pampa gringa” salen a la lucha gremial reclamando contra la
explotación extorsiva a que los someten los terratenientes. No se trata de “la
acción directa” para terminar con la Patria, el Estado y la Iglesia, como
proclaman los anarquistas, sino de la exigencia del abaratamiento de
arrendamientos y condiciones menos leoninas en los contratos. Así, el 25 de
junio de 1912, en Alcorta, ciudad del sur santafesino, se reúnen algo más de
trescientos agricultores y deciden dejar de sembrar hasta que se reconozcan sus
reclamos. El movimiento se amplía a localidades vecinas y adquiere envergadura,
recibiendo el apoyo tanto de anarquistas como de socialistas y al mismo tiempo
de párrocos de la zona, entre ellos los hermanos Netri, ambos sacerdotes.
Algunos ensayistas, como Jorge Abelardo Ramos, le adjudican un rol importante a
“un puñado de agricultores de origen socialista y anarquista”, aunque Ramos
reconoce que “el Grito de Alcorta” se
extendió rápidamente “por toda la provincia de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires,
Entre Ríos y la Pampa y debe insertarse legítimamente en el proceso de ascenso
de estas nuevas clases sociales que políticamente encarnará el radicalismo de
Yrigoyen”. También el movimiento expresa seguramente a productores que luego
integrarán el Partido Demócrata Progresista. Lo cierto es que conviven en la
dirección algunos sacerdotes, con anarquistas y socialistas y un abogado,
hermano de los dos curas, el doctor Netri, quien entiende que la reclamación no
debe pasar de lo gremial.
Según Pérez
Amuchástegui “los chacareros no exigieron la supresión del arrendamiento sino
su rebaja y la libertad de comercio. La prédica del anarquismo tendiente a
suprimir la propiedad o la del socialismo reformista, partidario de la división
de los latifundios y el reparto de las tierras entre los productores directos,
solo encontraron eco en algunos chacareros en los momentos de máxima tensión de
la lucha, pero en definitiva, resbalaron sobre el conjunto de la masa campesina
y no la desviaron de los dos limitados objetivos.
La lucha
prosiguió y los agricultores alcanzaron gran parte de sus reivindicaciones. El
15 de agosto de 1912, como resultado de este movimiento de protesta, nace la
Federación Agraria Argentina.
Fuente
*Galasso,
Norberto. “Historia de la Argentina, Tomo II”; páginas 124 y 125. Ediciones
Colihue. 2012. Buenos Aires.
Maximiliano Reimondi
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