miércoles, 3 de julio de 2013

HISTORIA

HIPÓLITO YRIGOYEN






Hipólito Yrigoyen (Buenos Aires, 12 de julio de 1852 – Buenos Aires, 3 de julio de 1933)

Infancia y juventud
Juan Carlos Hipólito del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen Alem, conocido como Hipólito Yrigoyen, fue el tercer hijo de Martín Yrigoyen Dolhagaray y de Marcelina Antonia Alem hermana de Leandro Alem. Según las investigaciones de Roberto Etchepareborda, su apellido original —a diferencia del de Bernardo de Irigoyen— era "Hirigoyen", que significa "Ciudad de lo alto". En el país vasco-francés la "h" se aspira como en inglés, mientras que en el país vasco-español no se pronuncia, por lo tanto el apellido Hirigoyen probablemente tiene su origen en Francia, mientras que sus variantes Yrigoyen e Irigoyen lo tienen en España.
El dirigente radical utilizaba "Yrigoyen" e "Irigoyen" indistintamente. El uso de "Yrigoyen" fue una utilización política de la cuarta década del siglo XX: Gabriel del Mazo, dirigente de FORJA, recomendaba usar el "Yrigoyen" en contraposición del "Irigoyen" que utilizaban los sectores que respondían a Marcelo T. de Alvear.
En 1965, tras la investigación de Etchepareborda, la Academia Nacional de la Historia, se pronunció por nombrar a Yrigoyen, con la "y" inicial.
Nació y se crió en el barrio porteño de Balvanera, y vivió en Avellaneda.
Realizó sus estudios en el Colegio San José de Buenos Aires, fundado hacia 1858.
El padre de Hipólito se casó con la hija de su patrón, Leandro Antonio Alén, un mazorquero rosista, futuro padre de Leandro N. Alem y abuelo de Hipólito Yrigoyen, que sería fusilado y colgado en la Plaza de Mayo.

Inicios políticos
Hipólito Yrigoyen y su tío Leandro N. Alem — quién cambió la última letra de su apellido para no ser discriminado por el recuerdo de su padre — comenzaron su vida política como miembros del Partido Autonomista, conducido por Adolfo Alsina, un partido de base popular enfrentado al Partido Nacional de Bartolomé Mitre.
En 1872, cuando Alem fue elegido diputado provincial, Hipólito Yrigoyen, con 20 años, fue nombrado gracias a la influencia de su tío, como Comisario (Policía) de Balvanera. En 1877 Alem e Yrigoyen se enfrentaron con el sector oficial del Partido Autonomista, llevando como candidato propio a Aristóbulo del Valle y sosteniendo una actitud de intransigente oposición a los acuerdos entre dirigentes. El enfrentamiento interno terminó con la exoneración de Yrigoyen. Al año siguiente Yrigoyen fue elegido diputado provincial por el Partido Republicano. Pero, una vez muerto Alsina, retornó al autonomismo.
Yrigoyen ingresó también a la masonería, de la mano de su tío revistando en la Logia "Docente", en donde estableció parámetros seculares para la educación.
Al federalizarse Buenos Aires y frente a la llegada de Julio A. Roca a la presidencia, Alem abandonó la política, en tanto que Yrigoyen aceptó la federalización y resultó elegido diputado nacional por el ahora reorganizado Partido Autonomista Nacional en 1880, siguiendo a Roca. Dos años después, al igual que su tío, desencantado de Roca, abandonó la política. En ese momento, dice Félix Luna, "Yrigoyen no es todavía sino el sobrino de Alem".
Para 1882 Yrigoyen había finalizado las materias teóricas de la carrera de Abogacía en la Universidad de Buenos Aires y la faltaban los prácticos. Años atrás había trabajado en el estudio jurídico que compartían Leandro Alem y Aristóbulo del Valle, pero nunca disfrutó la abogacía.
Por entonces, con 30 años, era una persona de escasos recursos, que había comenzado a trabajar como profesor de Historia Argentina, Instrucción Cívica y Filosofía en el Colegio Normal de Maestras, designado por Sarmiento, y que seguía viviendo en la casa de su tío. Los salarios que percibía eran donados al Hospital de Niños.
En esa época descubrió el pensamiento filosófico de Karl Krause, a través de los krausistas españoles: Julián Sanz del Río, Francisco Giner de los Ríos, etc., que influirá considerablemente en su pensamiento.
En esa década Hipólito Yrigoyen habría de enriquecerse, dedicándose a la invernada, es decir la compra de vacunos ya criados, para su engorde y venta al frigorífico. Para ello rentó una estancia y compró tres más. En total, casi 25 leguas de tierra. Entre otros campos, fue propietario de la estancia el "El Trigo", cerca de Las Flores, Provincia de Buenos Aires, una de las mejores zonas de pastoreo del país; La Seña en Anchorena, provincia de San Luis; y El Quemado cerca de General Alvear, Provincia de Buenos Aires. Yrigoyen realizó una verdadera fortuna de varios millones de pesos, que fueron utilizados casi completamente en la actividad política, a tal punto que, al momento de morir, su sucesión dejó un déficit (Luna, 58).
Su relación con las mujeres ha sido sumamente discutida y atacada públicamente por sus opositores. Yrigoyen mantuvo una gran cantidad de relaciones sexuales sin ataduras. En una de esas relaciones informales, Yrigoyen tuvo una hija que lo acompañará toda la vida: Elena. Nunca admitió tener otros hijos, aunque se sabe que tuvo muchos más, al menos seis (Luna, 62); aunque, según las investigaciones planteadas en “Los amores de Yrigoyen” de Araceli Bellota, Hipólito habría tenido 5 hijos. Helena, la mayor, hija de Antonia Pavón (la criada de su tía Tomasa Alem, la cual vivió un período en la casa familiar); los tres siguientes, Sara Dominga, un hijo que falleció luego de nacer y Eduardo Abel con Dominga Campos, hija del comandante Pedro Campos, (acompañó a Roca en la “Campaña al Desierto”) que estaba en desacuerdo con que su hija fuera pareja de Hipólito. Su último hijo fue Luis Hernán, nacido el 7 de marzo de 1897, fruto de su querida Luisa Bacichi. Aunque Hipólito nunca se casó, y ni siquiera convivió con Antonia y Dominga, estaba en contra de la ley de divorcio, ya que sostenía que la familia era la base que sostenía al país. Según otros autores, Don Hipólito habría tenido 9 hijos, con el fallecimiento de 3 de ellos. (Entre los distintos autores hay, obviamente, pequeñas variantes, aunque todos coinciden en que no reconoció a ninguno de ellos legalmente).
En 1889, Yrigoyen se mudó a su propia casa, frente a lo que hoy es la Plaza Congreso en la Ciudad de Buenos Aires, en la calle que lleva su nombre, a la altura del 1600. Por esa época entabló una profunda amistad con dos amigos de su hermano trágicamente fallecido, y que tendrían mucho que ver con los cambios institucionales que llevarán a Hipólito Yrigoyen a la presidencia de la Nación: Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña.

La lucha armada (1890-1912)
Participó activamente en la Revolución de 1890 y en la de 1893. En la primera era candidato a jefe de policía, en caso de triunfar la revolución; en la segunda organizó, condujo y financió un ejército radical de 8.000 hombres. Fue uno de los fundadores, siguiendo a su tío y a Aristóbulo del Valle, tanto de la Unión Cívica como de la Unión Cívica Radical que serán dirigidas por Leandro Alem.
A pesar del afecto que sentía por su tío, desconfiaba de sus condiciones para el liderazgo, lo que lo llevó a enfrentarse políticamente y a organizar la Unión Cívica Radical de la provincia de Buenos Aires como un partido político autónomo.
Tras el suicidio de su tío Leandro Alem y la muerte de Aristóbulo del Valle, en 1896, Yrigoyen se manifestó en profundo desacuerdo con la orientación acuerdista con el mitrismo que imponía el presidente del Comité Nacional, Bernardo de Irigoyen, como táctica para enfrentar a Roca, cuando éste se encaminaba a su segunda presidencia en 1898. Cuando la Convención Nacional de la UCR sancionó la llamada política de las paralelas para concurrir a elecciones junto con los mitristas, Yrigoyen disolvió el Comité de la UCR de la provincia de Buenos Aires, desbaratando la estrategia de los bernardistas. Desde entonces, el radicalismo entraría en un estado de desorganización hasta la reorganización partidaria de 1904.
En 1903 Yrigoyen comenzó la reorganización institucional de la UCR, y encabezó y financió con su propio dinero la Revolución de 1905, que resultó un fracaso. Sin embargo, tanto el convencimiento de que debía eliminarse abusos, como el miedo a un nuevo levantamiento armado de Yrigoyen, llevó a su amigo y presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña a sancionar la Ley del Voto Secreto en 1912, más conocida como Ley Sáenz Peña que lo llevaría a la presidencia en 1916.

Primera presidencia (1916-1922)
En las elecciones la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna se impuso cómodamente superando a las fórmulas del Partido Conservador (Ángel Rojas - Juan Eugenio Serú), del Partido Demócrata Progresista (Lisandro de la Torre - Alejandro Carbó) y del Partido Socialista (Juan B. Justo-Nicolás Repetto).
El impulso inicial de la conquista de los derechos democráticos se vio frenado, ya que la UCR no controlaba el Senado ni la gobernación de muchas de las provincias. Yrigoyen recurrió en varios casos a la intervención federal, ahondando el enfrentamiento con los sectores conservadores.
Económicamente, la Argentina tras la primera guerra mundial, no se vio muy beneficiada, se redujeron las exportaciones, y también hubo una disminución en las importaciones, eso generó desempleo vinculado al sector exportador. Pero en 1918, una creciente demanda de los productos de exportación argentinos, rápidamente se generalizó en inflación, lo cual benefició a los terratenientes exportadores por el mayor precio que recibían por sus productos y perjudicó a los trabajadores asalariados.
A indicación suya, el candidato radical para las elecciones de 1922 fue Marcelo Torcuato de Alvear. Éste resultó electo, y pronto se puso al frente de la facción antipersonalista de su partido, es decir, la opuesta a Yrigoyen.

Segunda presidencia (1928-1930)
Yrigoyen fue electo presidente nuevamente en 1928, para un período que debió ser 1928-1934, derrotando a una coalición de conservadores y radicales antipersonalistas.
En 1929 se produjo la Gran Depresión mundial. El radicalismo dirigido por Yrigoyen no supo responder a las nuevas tendencias socio-político-económicas que la crisis estaba señalando, en un contexto de desintegración de todo un paradigma económico mundial.
Yrigoyen intervino las provincias de Mendoza y San Juan, gobernadas por radicales opositores (el lencinismo en la primera, y el bloquismo de los Cantoni en la segunda). A fin de año, el Senador opositor mendocino Carlos Washington Lencinas fue asesinado por un militante yrigoyenista. El crimen causó estupor en el país; lógicamente, Yrigoyen fue acusado de haberlo ordenado, aunque no es probable que ello haya ocurrido. Un mes más tarde, hubo un atentado anarquista contra Yrigoyen al salir de su casa para ir a la Casa de Gobierno.
El año 1930 se inició con otro asesinato de un opositor en una provincia intervenida por el gobierno, el del abogado bloquista Manuel Ignacio Castellano. El 2 de marzo se realizaron las elecciones parlamentarias, en las que la Unión Cívica Radical perdió estrepitosamente en la Ciudad de Buenos Aires, frente a los 100.000 votos obtenidos por el Partido Socialista Independiente, seguidos del Partido Socialista original, con 84.000. Los radicales obtuvieron 83.000. En todo el país, la UCR retrocedió en su caudal electoral, obteniendo 655.000 votos, mientras la oposición alcanzó 695.000.
En plena crisis económica y política, y cuando aún faltaban cuatro años para las elecciones presidenciales, la debilidad del gobierno de Yrigoyen se hizo crítica. El radicalismo estaba completamente dividido y el gobierno no tenía diálogo con la oposición.
El hecho más importante y duradero del segundo gobierno de Yrigoyen fue la decisión tomada el 1 de agosto por parte de la empresa petrolera estatal YPF de intervenir en el mercado petrolero para fijar el precio y romper los trusts.
Treinta y siete días después, el 6 de septiembre de 1930, fue depuesto por el primer golpe de estado de la época constitucional, apoyado por la gran prensa de las familias oligárquicas, el ejército y la oposición de las élites conservadoras. La clase media, clave para su llegada al poder, había dejado de respaldarlo tras la debacle económica.1 Varios historiadores han vinculado, al menos parcialmente, el golpe militar con la decisión de YPF. En el curso del golpe de estado, turbas de manifestantes ingresaron a la casa de Yrigoyen para saquearla. El General Uriburu, dejó el poder 2 años más tarde para permitir la llegada de un nuevo gobierno que encabezado por el Gral. Agustín P. Justo como Presidente y Julio Roca (h) como Vicepresidente resultó electo en comicios viciados por la virtual proscripción del radicalismo, dando comienzo a la denominada "década infame" caracterizada por un desenfadado fraude electoral.

Últimos Años
Después de su derrocamiento, Yrigoyen fue detenido y confinado reiteradamente en la Isla Martín García.
Falleció en Buenos Aires el 3 de julio de 1933; fue acompañado a su última morada por una de las manifestaciones espontáneas más masivas y sorpresivas de la historia argentina. Sus restos mortales descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la calle Sarmiento 948, adosada a una de las columnas de granito que sostiene el actual edificio de catorce pisos, se encuentra una placa de bronce que reza: "En este sitio el 03 de Julio de 1933 murió Don Hipólito Yrigoyen...", declarado Solar Histórico por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.


                                                                                  Maximiliano Reimondi

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