José González Castillo
José González Castillo (Buenos Aires, 25 de enero de 1885 -
Buenos Aires, 22 de octubre de 1937)
Fue un conocido dramaturgo, director de teatro, libretista
de cine y letrista de tango argentino. Entre el centenar de obras de teatro que
escribió se destacan El Parque, La mujer de Ulises Luiggi, La serenata, Los
invertidos, La mala reputación, escrita en colaboración con José Mazzanti y Los
dientes del perro con Alberto T. Weisbach. Escribió tangos muy difundidos
luego, como Sobre el pucho (1922), sobre música de Sebastián Piana, Silbando
(1923), Griseta (1924) y Organito de la tarde. Fundó la Universidad Popular de
Boedo, la segunda universidad popular de Argentina, donde estudiaron miles de
alumnos durante más de veinte años. En su homenaje se le dio su nombre a la
esquina SE de San Juan y Boedo.
Su padre era Manuel González, un gallego que trabajó en
Corrientes como cazador y vendedor de cueros y su madre, de apellido Castillo,
era argentina. González Castillo guardaba el daguerrotipo de un pariente lejano
por la rama de los Castillo, en uniforme militar del ejército de la provincia
de Buenos Aires, en tiempos de Rosas.
Fue criado desde los nueve años, en Orán (Salta), por un
sacerdote, con vistas a que siguiera la carrera eclesiástica pero luego se
apartó de la fe religiosa y adaptó el ideario anarquista.
Ejerció diversos oficios y fue reportero de un diario
rosarino. A los veinte años se ganaba la vida como peluquero en el barrio de
Boedo en Buenos Aires.
Sus inicios como
dramaturgo
En 1905 una compañía integrada por panaderos -gremio en el
que estaba difundido el anarquismo- estrenó su primera obra Los rebeldes pero
es en 1907 cuando comienza a ser conocido su nombre cuando fue representada Del
fango por la compañía de Pepe Podestá en el Teatro Apolo. A dichas obras
siguieron otras: Entre bueyes no hay cornadas y El retrato del pibe en 1906,
Luigi en 1909 y La telaraña en 1910.
En 1911 viajó a Chile donde realizó una intensa actividad
política y escribió La serenata con la que obtuvo el primer premio en el
concurso organizado por el teatro Nacional y que fuera representada ese mismo
año. Al regresar a Buenos Aires continuó produciendo obras: El mayor prejuicio
(1914), Los invertidos (1915) y El hijo de Agar (1915).
Encabezó una compañía tradicionalista que representó Juan
Moreira, Santos Vega y Martín Fierro en el teatro "San Martín" en
noviembre de 1915.
La obra Los dientes
del perro
El 20 de abril de 1918 estrenó el sainete Los dientes del
perro escrito en colaboración con Alberto T. Weisbach que marcó un hito
fundamental en su carrera. Elías Alippi, que tenía a su cargo la puesta en
escena, tuvo la idea de presentar en escena un cabaret con la actuación en vivo
de la orquesta de Roberto Firpo, la mejor del momento, ejecutando tangos, entre
los cuales incluyó Mi noche triste con letra de Pascual Contursi, a propuesta
de Gardel que lo había grabado el año anterior.
El sainete es una pieza dramática jocosa, en un acto, y
normalmente, de carácter popular, que se representaba como intermedio de una
función o al final. José González Castillo, prolífico sainetero, afirmaría en
una conferencia de 1937 que:
"el género chico
español, ofrecía un modelo magnífico de copiar. El chulo era el original
graciosísimo de nuestro compadrito porteño. La chulapa, nuestra taquera de
barrio, el pelma sablista de los Madriles nuestro vulgar pechador callejero,
las verbenas nuestras milongas, las broncas nuestros bochinches."
Si bien en la obra Justicia criolla (1897) se había
ejecutado y bailado un tango, es con el estreno de Los dientes del perro que el
tango pasó a ser un elemento del que pocos sainetes prescindían. El tango Mi
noche triste, cantado por la actriz Manolita Poli tuvo un gran éxito, y también
la obra que se mantuvo todo ese año en cartel con Enrique Muiño y Elías Alippi
como principales figuras. Al año siguiente volvió a representarse con el tango
de González Castillo ¿Qué has hecho de mi cariño? reemplazando a Mi noche
triste.
González Castillo continuó produciendo obras y así
aparecieron La mujer de Ulises (1918), Gracia plena (1919), La santa madre
(1920), La mala reputación (1920) y Hermana mía (1925).
Letrista de tango
El primer tango de González Castillo fue ¿Qué has hecho de
mi cariño?, escrito para la obra Don Agenor Saladillo en 1918, lleva música de
Juan Maglio (Pacho) y fue el primero que le grabó Carlos Gardel. Después
siguieron Clarita con música de Domingo Fortunato; Páginas de amor, con música
de Luis Riccardi; Griseta, con música de Enrique Pedro Delfino; Silbando, con
música de Sebastián Piana y su hijo Cátulo Castillo; Sobre el pucho, con música
de Piana; Acuarelita del arrabal, Aquella cantina de la Ribera, Juguete de
placer y Organito de la tarde, todas con música de Cátulo Castillo, y Por el
camino con música de José Bohr.
Otras piezas populares que escribió fueron los tangos El
circo se va, El Aguacero, Papel picado, A Montmartre, Envidia, Bandoneón, Como
te quiero y Qué le importa al mundo, el vals El último vals y la ranchera El
bichito del amor.
Con Sobre el pucho (1922) se afianzó en el género y marcó un
nuevo rumbo en el tango. Lo presentó con Sebastián Piana, autor de la música,
en el concurso de los cigarrillos Tango obteniendo el segundo premio. Pompeya
es el escenario que González Castillo describe enumerando clásicos elementos
míticos del tango: el callejón, el farolito, el organito, la calle de tierra.
Luego la metáfora que surge al recordar el malevo su amor perdido: "... tu
inconstancia loca/me arrebató de tu boca/como pucho que se tira/cuando ya/ni
sabor ni aroma da."
En Silbando (1923), estrenado por Azucena Maizani en el
teatro San Martín, la enumeración que describe el escenario alcanza mayor vuelo
poético. La iluminación (la luz mortecina de un farol), los sonidos (un
acordeón, un perro aullando, un reo silbando), la decoración de fondo (un cielo
muy azul en la noche de verano). Luego la acción en la que con pocas palabras
resume una historia dramática: una traición, un nuevo amor, la llegada sigilosa
del vengador y el ataque mortal.
El cabaret es el escenario de Griseta (1924), sobre música
de Enrique Delfino, González Castillo usa personajes de varias novelas
francesas (Museta, Mimí, Rodolfo y Schaunard aparecen en Escenas de la vida
bohemia, de Henri Murger; Manón y Des Grieux en Manon Lescaut, de Antoine François
Prévost D´Exiles, y Margarita Gauthier y Armando Duval en La dama de las
camelias, de Alejandro Dumas (h). La prostitución, el alcohol y la cocaína
imponen el destino fatal de la francesita llegada a estas tierras y agoniza en
la "fría sordidez del arrabal" que el autor contrapone a "la
pureza de su fe".
Su relación con el
cine
González Castillo escribió los libretos de varias películas
mudas: Nobleza gaucha (1915), Resaca (1916) y Juan sin ropa (1919). Entre ellas
se destacó la primera, en la que utilizó textos propios y del Martín Fierro de
José Hernández, Fausto de Estanislao del Campo y Santos Vega de Rafael
Obligado. La película tuvo en su momento una extraordinaria repercusión entre
el público.
Ya en la etapa del cine sonoro escribió los libretos de La
ley que olvidaron (1938) que dirigió José Agustín Ferreyra y protagonizaron
Libertad Lamarque, Santiago Arrieta, Herminia Franco y Pepita Muñoz y Juan
Moreira (1936) según la novela de Eduardo Gutiérrez.
El difusor de cultura
El 12 de febrero de 1928 José González Castillo, Cesar
Garriogós y un grupo de visionarios dieron luz a la Universidad Popular de
Boedo, que durante más de 20 años difundió cultura entre quienes pertenecían a
las clases menos favorecidas de la población. Allí enseñaba un inglés de
entrecasa, aprendido en Chile, cuando era corredor de vinos y trataba con
ingleses. En 1932, en los altos de un café ubicado en Boedo 868, fundó la Peña
Pacha Camac, uno de los más importantes centros irradiadores de cultura de su
época, donde se dieron clases de dibujo, pintura, música y declamación.
Su familia
Convivió con Amanda Bello (a quien prácticamente raptó de su
casa) sin casarse con ella porque la pareja no aceptaba el matrimonio civil.
Tuvo tres hijos: Gema –después bailarina en el Teatro Colón–, Carlos Hugo y
Cátulo. Amanda Bello, que falleció en 1930, era hija de Germán Bello, un
cuidador de caballos de carrera en La Plata. A su hijo Cátulo pretendió
inscribirlo en el Registro Civil como Descanso Dominical González Castillo,
pero como se lo negaron sus amigos lo convencieron para que transara y entonces
lo anotó como Ovidio Cátulo Castillo. José González Castillo falleció en Buenos
Aires el 22 de octubre de 1937.
Maximiliano Reimondi
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