miércoles, 18 de febrero de 2015

Enrique Jardiel Poncela



Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 15 de octubre de 1901 -18 de febrero de 1952)

Primeros años

Enrique Jardiel Poncela nació en Madrid, en el número 29 de la calle del Arco de Santa María (hoy Augusto Figueroa), hijo de Enrique Jardiel Agustín, periodista natural de Quinto (Zaragoza), y de Marcelina Poncela Hontoria, pintora, siendo el cuarto hijo, tras otras tres hermanas, Rosario, Angelina y Aurora, ésta última fallecida al poco de nacer. En 1905 inicia sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, que continúa a partir de 1908 en la Sociedad Francesa (Liceo Francés). Según cuenta él mismo, a los siete años solía visitar el Museo del Prado en compañía de su madre y, a los nueve acostumbraba a acompañar a su padre a la tribuna de prensa del Congreso de los Diputados, donde presenció numerosos debates políticos. En 1912 se traslada al Colegio de los Padres Escolapios de San Antonio Abad, donde estudia el bachillerato y en cuya revista publica sus primeros textos humorísticos.
En 1916 la familia cambia de domicilio y uno de sus nuevos vecinos, el poeta Manuel Machado, hermano de Antonio, le anima a seguir con su vocación de escritor. Otro de sus vecinos es Serafín Adame, de su misma edad y con quien escribirá numerosas obras en los siguientes diez años. En 1917, año en que fallece su madre, comienza a estudiar la carrera de Filosofía y Letras, aunque por poco tiempo.
Escritor y dramaturgo
En 1919 inicia sus primeras colaboraciones, artículos y cuentos, en distintos periódicos, La Nueva Humanidad, La Correspondencia de España y Los Lunes de El Imparcial, entrando en la redacción de La Acción en 1921 y en la de La Correspondencia de España al año siguiente. Ese mismo año comienza a publicar en la revista Buen Humor, referencia fundamental del nuevo humorismo literario español. En estos años conoce a José López Rubio, colaborando ambos literariamente, y a Ramón Gómez de la Serna, que ejerce una gran influencia sobre él en lo personal y en lo literario.
A partir de 1923 abandona el periodismo, aunque mantiene su colaboración con Buen Humor, para dedicarse por entero a la literatura, publicando dos novelas cortas, El hombre a quien amó Alejandra y El infierno. Se dedica también al teatro, siguiendo sus colaboraciones con Adame y otros autores. En 1926 comienza a convivir con Josefina Peñalver, separada y con un hijo, y empieza a escribir en Gutiérrez, revista heredera de Buen Humor.
En 1927 deja de colaborar con Serafín Adame y se replantea su literatura y, tras escribir dos comedias que no llegan a editarse ni a representarse, estrena por fin, el 28 de mayo en el Teatro Lara de Madrid, Una noche de primavera sin sueño, primera comedia representativa de su forma de hacer teatro y humor. En 1928 nace su primera hija, Evangelina, a la que permanecerá muy unido toda su vida y que escribirá una biografía sobre su padre.
En 1929 publica con éxito su primera novela, Amor se escribe sin hache, y al año siguiente sale la segunda, Espérame en Siberia, vida mía. Este mismo año 1930, su obra teatral El cadáver del señor García es un rotundo fracaso. En 1931 publica una nueva novela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?, que tiene bastante éxito.
En 1932 se estrena en Valencia su comedia Usted tiene ojos de mujer fatal y publica su cuarta y última novela, La tournée de Dios. Se traslada a Hollywood contratado por la Fox para trabajar en la versión en castellano de algunas películas de la productora. Regresa de Estados Unidos en marzo de 1933 y estrena en Madrid Usted tiene ojos de mujer fatal. Escribe el guión para la película Se ha fugado un preso, dirigida por Benito Perojo. En septiembre viaja a París, también por encargo de la Fox, a los estudios Billancourt.
En 1934 se publica el primer tomo de su obra teatral, Tres comedias con un solo ensayo, y estrena Angelina o el honor de un brigadier, que más tarde sería titulada Angelina o un drama en 1880. En julio viaja nuevamente a Hollywood, donde permanecerá hasta marzo del año siguiente; durante esta estancia rueda una versión cinematográfica de Angelina o el honor de un brigadier. Este mismo año conoce a la actriz Carmen Sánchez Labajos, que será su compañera hasta la muerte de Jardiel y con la que al año siguiente tiene a su segunda hija, Mari-Luz.

Guerra y posguerra

A lo largo de 1935 y 1936 estrena las comedias Un adulterio decente, Las cinco advertencias de Satanás y Morirse es un error, a la que titulará, después de la Guerra Civil, Cuatro corazones con freno y marcha atrás. Al iniciarse la Guerra es detenido, el 16 de agosto, y llevado a una checa (local que utilizaban los milicianos de izquierda como cárceles) acusado, por una denuncia anónima, de haber dado cobijo en su casa al exministro de la República Rafael Salazar Alonso, ejecutado unos meses más tarde. Demostrada la falsedad de la denuncia, fue puesto en libertad pocos días después.[1]
En 1937 consigue salir de España, marchando a Francia y seguidamente a Argentina, donde trabaja para el cine y la radio. En 1938 regresa a España a través de Portugal, estableciéndose en San Sebastián, en la zona franquista, hasta la finalización de la Guerra. En 1939 regresa a Madrid, donde el 16 de junio estrena la opereta Carlo Monte en Monte Carlo, con música de Jacinto Guerrero, y el 21 de octubre la comedia Un marido de ida y vuelta. Realiza un doblaje cómico para una antigua película muda, Mauricio, o una víctima del vicio.
En los primeros años de la década de los cuarenta, su capacidad creativa es enorme y así, volcado en el teatro, estrena gran cantidad de obras: Eloísa está debajo de un almendro en mayo de 1940, en el Teatro de la Comedia de Madrid, considerada su obra maestra; El amor sólo dura 2.000 metros, Los ladrones somos gente honrada y Madre (el drama padre) en 1941; Es peligroso asomarse al exterior y Los habitantes de la casa deshabitada en 1942; y Blanca por fuera y Rosa por dentro, Las siete vidas del gato y A las seis en la esquina del bulevar en 1943. Este mismo año se estrena la versión cinematográfica de Eloísa está debajo de un almendro, dirigida por Rafael Gil, y crea la Compañía de Comedias Cómicas.
En 1944 inicia una gira por Hispanoamérica que tiene que suspender antes de tiempo en Uruguay debido a los incidentes causados por republicanos exiliados y uruguayos contrarios al régimen franquista, que reventaron los estrenos.[2] El consiguiente fracaso económico, junto al fallecimiento de su padre ese mismo año, que le sumió en una crisis personal, fueron el comienzo de su decadencia económica y personal.

Últimos años

A pesar de los reveses sufridos, Jardiel continúa escribiendo sin descanso. En 1945, año en que se estrena la película Es peligroso asomarse al exterior, de Alejandro Ulloa y basada en su obra, estrena Tú y y yo somos tres, El pañuelo de la dama errante y El amor del gato y del perro; y en 1946 Agua, aceite y gasolina, que supone un fracaso absoluto con escándalo incluido el día del estreno, y El sexo débil ha hecho gimnasia en 1946.
Ese año el Consejo Superior de Teatro le otorga el Premio Nacional de Teatro pero su salud sigue resistiéndose: a la muerte de su padre y el fracaso de la gira americana se unen un desengaño amoroso y el diagnóstico de un cáncer de laringe del que decide no tratarse. A partir de 1946 apenas estrena un par de comedias, Como mejor están las rubias es con patatas en 1947 y Los tigres escondidos en la alcoba en 1949, su último estreno, que se convierte en un nuevo fracaso, lo que supone su definitiva ruina física y económica. En sus dos últimos años de vida publica artículos y recopilaciones y da algunas conferencias.
Fallece, arruinado y abandonado por muchos de sus amigos, el 18 de febrero de 1952 a la temprana edad de 51 años. En su nicho figura como epitafio una frase suya: «Si queréis los mayores elogios, moríos».
Estilo
La originalidad de Jardiel no reside tanto en la selección de los temas como en la creación de situaciones grotescas, ridículas o increíbles, lo cual consigue por medio de ironías, diálogos vivaces, equívocos, sorpresas o contrastes de estilos y registros, mezclando a menudo lo sublime y lo vulgar.
Su novedad se caracteriza básicamente por:
El encadenamiento de situaciones inverosímiles, lindantes con el teatro del absurdo.
La utilización medida y rigurosa de la comicidad en el lenguaje, sin abusar del chiste fácil.
El dominio absoluto de la construcción dramática, el cual le permite dosificar los efectos de sorpresa y alternar sabiamente los momentos de intriga con los de puro humor.
La inclusión de tramas de tipo novelesco o detectivesco, en forma de pastiche literario.
El cultivo de un humorismo de raíz intelectual, ingenioso, agudo y mordaz, con tintes que lo acercan al aforismo.
En cualquier caso, siempre bajo el truco, el disparate o la situación más absurda, esconde una dura y amarga crítica a la sociedad, reflejo de su desencantada visión de la realidad. Valgan como ejemplos Angelina o el honor de un brigadier (1934), sátira del mundo sentimental y posromántico de finales del siglo XIX, o Madre (el drama padre), crítica al teatro naturalista.


                                                                   Maximiliano Reimondi

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