Jorge Romero Brest
Jorge Aníbal Romero Brest, apodado Coco ( 2 de octubre de 1905-12
de febrero de 1989) fue un influyente y discutido crítico de arte argentino,
vinculado a la promoción de las escuelas de vanguardia entre las décadas del 60
y del 70 en América Latina. Dirigió el Museo Nacional de Bellas Artes
(1955-1963) y el Centro de Artes Visuales del Instituto Di Tella (1963-1969),
en Buenos Aires.
Su primera experiencia como crítico de arte fue una
conferencia titulada "El elemento ritmo en el cine y el deporte".2
Brest fue un gran conferencista, y alcanzó su fama en gran medida a través de
ellas. Luego comenzó a escribir artículos sobre arte en La Vanguardia, el
diario del Partido Socialista de Argentina. Su primera colaboración fue un
artículo titulado "Sugestiones para una filosofía del deporte. Acotaciones
artísticas".2
En 1937 escribió su primer libro, El problema del arte y del
artista contemporáneos. Bases para su dilucidación crítica. A fines de 1940, ya
se destacaba por su atención a los movimientos artísticos de vanguardia, pero
también por sus actitudes fuertemente críticas, descalificando la primera
muestra del Grupo Orión, una conjunción de pintores y escritores surrealistas
fundado por Luis Barragán, Bruno Venier y Vicente Forte, recomendándoles a los
pintores que, primero debían «aprender a pintar».
En 1942 publicó el libro Prilidiano Pueyrredón y al año
siguiente David. En 1945 publicó los dos primeros tomos de Historia del Arte
(el tercero fue publicado en 1946 y en 1958, el cuarto). Esta última obra fue
utilizada como texto de estudios en varias universidades latinoamericanas.
Durante el peronismo (1945-1955) se afilió al Partido Socialista pero sin
convicción.
En 1948 Brest entonces comenzó a dictar un Curso de Estética
e Historia del Arte en la librería Fray Mocho, que tuvo gran concurrencia y le
permitió comenzar a ganar dinero.
Las conferencias y cursos llevaron a que se generara una
cantidad de seguidoras y seguidores de sus puntos de vista con quienes en 1948
fundó la revista Ver y Estimar. En 1952 publicó La pintura europea
contemporánea, su libro más destacado. Para entonces comienza a adquirir fama
internacional y a formar parte de jurados en las muestras de arte
internacionales (Venecia, París, San Pablo, Tokio).
En 1955 la dictadura militar autodenominada Revolución
Libertadora lo nombró director del Museo Nacional de Bellas Artes, dirigiéndolo
hasta 1963. El hecho ha generado debates, pero es unánime la opinión de que
renovó decisivamente un museo que se encontraba virtualmente abandonado,
impulsando desde el mismo nuevas corrientes artísticas.
Sus críticos le recriminan haber impulsado y desplazado
caprichosamente a pintores y corrientes. Más allá de las mismas, el museo, bajo
la dirección de Brest, impulsó por épocas a pintores como Raúl Soldi, Héctor
Basaldúa, Guillermo Butler, Lino Eneas Spilimbergo, Emilio Pettoruti, Miguel
Carlos Victorica, Ramón Gómez Cornet y Antonio Sibellino. También promovió a
los pintores del Grupo Orión, que había criticado tan duramente en la década
anterior: Leopoldo Presas, Vicente Forte y a Raúl Russo. En 1960 organizó una
muestra para exponer el trabajo de los abstractos: Sarah Grilo, Fernández Muro,
Octavio Ocampo, Kazuya Sakai, Clorindo Testa. En 1963 el museo realizó una
importante exposición de la Nueva Figuración, con los llamados "cuatro
jinetes del Apocalipsis": Jorge de la Vega, Luis Felipe Noé, Ernesto Deira
y Rómulo Macció.
Luego de renunciar al Museo Nacional de Bellas Artes, le
ofrecieron la dirección del Instituto Di Tella (calle Florida al 900), una
institución que desempeñó un rol esencial en la renovación del arte argentino y
la difusión del pop. De allí surgieron figuras como Marta Minujín realizando su
famosa "Menesunda" y la difusión de los "happenings", León
Ferrari, Edgardo Giménez, Dalila Puzzovio, Josefina Robirosa, Nacha Guevara,
Federico Klemm, Nicolás García Uriburu, Antonio Seguí y otras figuras. En 1969
el Instituto debió cerrar. Ese mismo año publicó un nuevo libro con el título
Ensayo sobre la contemplación artística.
El criterio básico de selección de Romero Brest estaba
basado en un genuino aporte creativo por parte del artista: "una cierta
calidad objetiva, que no fuera un simple remedo tardío de los movimientos
europeos".
Durante el período de su publicación (1973-1976), la revista
Crisis, dirigida por Eduardo Galeano, lo tuvo entre sus colaboradores fijos.
La personalidad de Romero Brest siempre fue confrontativa y
contradictoria, lo que le valió ganarse adeptos incondicionales con la misma
facilidad que enemigos encarnizados. Ernesto Sábato lo consideraba un crítico
muy poco serio.
Por un lado soy un político del arte, un agitador, en tanto
considero una valoración social de la obra; y por otro soy un gozador del arte,
fuera de toda determinación y de toda ideología, en cuanto hago juicios de
valoración contemplativa. Sin embargo, nunca tuve ideas claras y definitivas
sobre el arte. Cuando escribí el libro no las tenía, y mucho menos ahora.2
Durante la última dictadura militar en Argentina, fue
proscripto.
En 1986 recibió el Diploma al Mérito de los Premios Konex
por su trayectoria y aporte a las humanidades en la Argentina.
Maximiliano Reimondi
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