martes, 17 de febrero de 2015

LUZ VIEIRA MÉNDEZ



Luz Vieira Méndez nació en Paraná, provincia de Entre Ríos, el 16 de agosto de 1911. Su madre fue Anselma Méndez, de familia de educadores y ella misma maestra de primario y de jardín de infantes graduada en la Escuela Normal de Paraná, y su padre fue Joaquín Da Cunha Vieira. Luz Vieira fue la mayor de cinco hermanos. Joaquín Vieira, de origen portugués, resuelve, antes de que Luz Vieira concluyera sus estudios secundarios en la Escuela Normal de Paraná, regresar a su tierra natal y se instalan en 1928 en Oporto. Sin embargo, a Luz Vieira todo le resulta extraño aunque a la vez bello, como lo testimonian algunos sus escritos enviados al periódico Juventud del Centro Normalista de su ciudad natal, y sus deseos de volver a Paraná se intensifican. La visita de una tía en 1930 es una oportunidad que, luego de obtener costosamente la aprobación de sus padres, no desaprovecha.
Se instala nuevamente en Paraná y concluye con excelentes calificaciones en 1931 sus estudios obteniendo el título de Maestra Normal dentro de un ambiente progresista que destacaba el pacifismo y el protagonismo juvenil mediante el autogobierno. Comienza a trabajar como maestra en escuelas primarias de Paraná e inicia sus estudios superiores en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario creado recientemente sobre la misma Escuela Normal de Paraná. Mantiene el brillante promedio de 10 (nota máxima en la Argentina) durante toda la carrera, lo que le permite disfrutar de una pequeña beca con la que colabora con su familia –que había regresado en 1931 a Paraná y que se encontraba en una situación económica inferior-. En 1934, se gradúa como Profesora de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Pedagogía y Filosofía luego de aprobar en forma sobresaliente la tesis de grado que se requería titulada Benedetto Croce: la realidad filosófica de su Estética. El clima intelectual del Profesorado resultaba ya en esa época claramente antipositivista y crítico del liberalismo y cientificismo de la Generación del 80. En ese contexto, en 1932, fundó junto con otros compañeros varones –siendo la única mujer- el Núcleo Juvenil Ariel, inspirado en la obra de José Enrique Rodó del mismo nombre, que destacaba la espiritualidad y la inteligencia de la cultura latinoamericana frente al utilitarismo norteamericano. Dirigida a los jóvenes, la obra de Rodó tuvo gran predicamento en toda la región. Cuando Luz Vieira se gradúa con su título superior docente ya se desempeñaba como maestra encargada del Laboratorio de Material Didáctico en el Consejo de Educación de la provincia de Entre Ríos.
Con 23 años, siente la necesidad de profundizar su formación filosófica siempre en relación con la pedagogía. La corriente idealista alemana enfrentaba en muchos ámbitos culturales de Occidente la influencia positivista de fin del siglo XIX. En el Instituto del Profesorado, Luz Vieira fue alumna de la Dra. Celia Ortiz Arigós de Montoya, de quien se convirtió en su discípula. Ortiz de Montoya propugnaba una dirección espiritualista de la educación aunque paralelamente –o paradójicamente- enhebrada con una metodología científico-experimental de la enseñanza. Luz Vieira obtiene la adscripción en una de las cátedras de Ortiz de Montoya en el Instituto del Profesorado en Paraná entre 1936 y 1939. Fruto de esta experiencia académica realizará un trabajo de investigación requerido que se publicará bajo el título de Wilhelm Dilthey y la educación como problema filosófico. Dilthey tuvo una influencia fundamental en la obra y accionar de Luz Vieira, quien lo estudia en profundidad y hasta llega a aprender alemán para traducir una obra suya titulada Sobre la posibilidad de una Ciencia Pedagógica de validez general. En 1940, Vieira publica un nuevo ensayo Fundamentos psíquico-espirituales de una pedagogía, en donde analiza la crítica de Dilthey al positivismo y su propuesta filosóficoeducativa.
Con este bagaje de estudios participa de diversas jornadas y congresos de esos años para proponer la reforma de la escuela normal y de la formación docente. Analizará diversos proyectos y el testimonio de ello quedará impreso en Una contribución provincial a la reforma de los estudios del Magisterio editada recién en 1949.
En 1936, Luz Vieira acepta la dirección del jardín de infantes que la Sociedad Amigos de la Educación había creado ese año y que funcionaba en la Escuela Superior Provincial Nº1 llamada “del Centenario”. Era el único jardín de infantes de una escuela provincial existente en la ciudad. Fruto de estos años de rica experiencia, Vieira publicará en 1939 en Paraná sus Notas a una educación de la segunda infancia. Allí realiza una defensa de este tipo de escuelas criticando el nombre de jardines de infantes impuesto por Froebel porque conspira precisamente contra su propia valoración.
También allí enfrenta el mecanicismo de las didácticas froebeliana y
montessoriana abogando por una pedagogía más cercana al arte y a la creatividad. Esto implica la crítica de la corriente pedagógica principal que desde Sara Chamberlain de Eccleston se había impuesto en Paraná. El jardín atrajo la atención de la comunidad local, de los artistas y de personalidades de otras ciudades. En este contexto, en 1940 se crea un teatro de títeres, dirigido por Vieira y manejado por los niños, denominado “Perico” que representó diversas obras y fue muy valorado.
Entre 1939 y 1942, se desempeña como Profesora Titular en las cátedras de
Pedagogía, Didáctica y Psicología en la Escuela Normal de Paraná. Por otra parte, también despliega paralelamente una ingente actividad gremial. Los movimientos sindicales docentes en esos años eran muy escasos, generalmente rechazados y contaban con muy poca participación de los mismos maestros y profesores que consideraban que su vocación-profesión se ubicaba lejos de estas corrientes. En 1934, recién se funda en Paraná el Círculo de Profesores diplomados de enseñanza secundaria creado por los primeros graduados del Instituto del Profesorado Secundario de esa ciudad. Luz Vieira integró la comisión directiva en varios años hasta 1942.
En el periodo 1939-1940 fue elegida presidente de la comisión directiva y plantea múltiples iniciativas. Desarrolla cursos libres de difusión científica y filosófica y una biblioteca especializada. El Círculo promovió la distribución de los cargos docentes secundarios a personas diplomadas lo que contradecía fuertemente las costumbres de esos años, en los cuales se solían asignar los cargos docentes sobre la base de recomendaciones e influencias políticas a universitarios no preparados para la docencia que se aseguraban así un complemento salarial relevante y estable.
En 1941, un reconocido educador cordobés, el Dr. Antonio Sobral por consejo de Juan Mantovani, va a busca a Luz Vieira Méndez para que se haga cardo de la Vicedirección de una nueva institución de vanguardia que abriría sus puertas en la ciudad de Córdoba: la Escuela Normal Superior provincial que efectivamente inició su enseñanza en 1942 inspirada en el pensamiento del Dr. Saúl Alejandro Taborda con Sobral de Director y Vieira en el cargo que finalmente había aceptado. Hasta 1947, cuando Luz Vieira es exonerada de sus funciones por problemas políticos junto con otros profesores, la experiencia educativa del centro fue fuertemente innovadora y dejó una gran huella en muchos de sus profesores y alumnos pese a que durante esos cinco años el contexto político e institucional fue fuertemente inestable. La actividad escolar era numerosa y pretendía complementar la formación intelectual con la manual y artística. Los profesores tenían una dedicación completa como también los alumnos que se sentían fuertemente atraídos a habitar el colegio durante todo el día. El protagonismo innovador y el trabajo sin descanso de Luz Vieira en esta institución quedaron acreditados por variados y autorizados testimonios.
Adelmo Montenegro, otro reconocido pedagogo cordobés que participó como profesor en esta iniciativa, expresará en las exequias de Sobral: “Todo lo que después hicimos proviene de esa experiencia”. La memoria de estos años fundantes se ve reflejada en una obra voluminosa coordinada por Sobral y Vieira y publicada 1949 bajo el nombre de La educación vocacional de la adolescencia y la formación del maestro. El ensayo de la Escuela Normal Superior de Córdoba. Sintiéndose sin espacio para trabajar en el país por los problemas políticos de esos años, Luz Vieira parte en 1947 de Córdoba hacia Venezuela al aceptar el ofrecimiento del novelista y presidente de esa nación, el Dr. Rómulo Gallegos, para colaborar como asesora técnica en el Ministerio de Educación nacional en la reforma educativa y, en especial, en la mejora de las escuelas normales. El derrocamiento del presidente ese mismo año trastoca nuevamente los planes de Vieira. No obstante, se radica allí y desarrolla una extensa actividad profesional que se extenderá a otros países de la región. Ejerce la docencia en instituciones de formación docente, como en el reconocido Instituto Politécnico de Caracas, establecimiento privado, y desarrolla planes de estudio y organiza dos escuelas para la formación de maestros rurales en Valencia y Rubio (Venezuela). Muchos años después la labor de Luz Vieira Méndez en esa nación fue reconocida considerablemente. Ruth Lerner de Almea, ministra de educación en distintos periodos y pedagoga venezolana, llegó a expresar que Córdoba había hecho dos grandes aportes en materia educativa a Latinoamérica: la
Reforma del 18 y la Escuela Normal Superior, con su programa renovador de formación de maestros difundido por Luz Vieira en Venezuela.
Finalmente, el gobierno venezolano le otorgó en 1966 los dos máximos galardones al mérito: la condecoración Rubén Darío y la Orden de Andrés
Bello.
En 1950, becada por la Asociación Americana de Mujeres Universitarias con sede en Washington, con la finalidad de mejorar su preparación profesional se inscribe en la Universidad de Ohio y luego de dos años intensos de estudio obtiene en 1951 el título de Master of Arts. Su tesis inédita se denomina: A Comparative Study of the Education of the Teacher in the Argentine Republic and in the United States. Más adelante, durante todo el año 1959, participará en cursos y seminarios en el reconocido Departamento de Educación de la Universidad de Chicago.
Al regresar a Venezuela en 1951, luego de su posgraduación comienza una intensa carrera en organismos educativos internacionales. Se integra como experta en las Misiones de Asistencia Técnica Educativa en América Latina de reciente creación por parte de UNESCO. Viaja a París, a la sede de la organización, y luego es asignada en Costa Rica y Honduras, en donde conoce las dificultades educativas de estos pueblos. Desarrolla distintos planes destinados a la formación docente en servicio y a la creación de nuevas instituciones y realiza un estudio denominado La situación del maestro en América. Allí, por una parte critica la hipertrofia normalista de países como Argentina, Uruguay y Cuba y, por otro, el problema de muchas otras naciones que presentan un gran déficit en la formación de docentes titulados. Luz Vieira Méndez fue la primera mujer incorporada al servicio técnico de la UNESCO. Luego de estas experiencias, es nombrada Experta itinerante en la formación de maestros dentro del Proyecto Principal Nº 1 para la expansión y el mejoramiento de la educación primaria en América Latina y el Caribe. Desde esta función, promueve la mejora de la formación docente mediante la creación de escuelas, cursos, visitas, experiencias, reuniones regionales, difusión de experiencias, organización de becas y recorre todos los países de la región. Se preocupa también por la situación de la mujer y produce un informe: La mujer en América Latina: su participación en la educación y en el desarrollo económico social.
En 1962, participa de una importante reunión conjunta de la UNESCO con
la CEPAL y la OEA destinada a profundizar las relaciones entre educación y desarrollo económico. E 1963, Luz Vieira se establece en Chile al ser designada Coordinadora adjunta del Proyecto Principal de Alfabetización de América Latina. En todo este tiempo, a tono con la época y los estudios y funciones desempeñadas, el pensamiento de Vieira gira desde el culturalismo-espiritualista de los comienzos de sus experiencias educativas al desarrollismo con fuerte presencia de las ideas de planeamiento técnico y didáctico. Sus escritos manifiestan también la fuerte adopción de la teoría del capital humano y de la relación coordinada y positiva que tiene que existir entre la educación y el desarrollo económico. Su visión claramente democrática se mantiene y afianza en todo este tiempo en un contexto latinoamericano marcado por los golpes de estado.
La elección del presidente Arturo H. Illia en la Argentina, trae aparejado su regreso al país. Illia, cordobés, que conocía la experiencia de la Escuela Normal Superior de la década del 40 la convoca para asumir como Presidente del Consejo Nacional de Educación, lo que efectivamente sucede en enero de 1964. En el acto de asunción fija un norte claramente vinculado a las ideas que venía trabajando: luego de destacar el ideal sarmientino y normalista y la plena vigencia de los derechos humanos y de los valores republicanos, Luz Vieira Méndez indica dos desafíos que considera claves.
El primero, el planeamiento y la optimización de los recursos los recursos humanos disponibles. El segundo, el diagnóstico de la situación educativa argentina. Considera necesario alinear la enseñanza con el aparato productivo y ver a la educación como una inversión en capital social básico y no como un gasto. No obstante, expresa que el desarrollo social no se restringe solamente a lo económico y se requiere de animar proyectos de vida. Su breve gestión de dos años, hasta el golpe de estado que obligó al presidente Illia a dejar su función, estuvo marcada nuevamente por la oposición. Los miembros del Consejo Nacional de Educación representaban ideas contrarias a Luz Vieira, quien no influyó en la designación de éstos ni pudo nombrar prácticamente a ningún funcionario de confianza. Sin embargo, esta situación no menguó la capacidad de trabajo de Vieira quien logra encarar una serie de iniciativas entre las que se cuentan: la organización de la Unidad de Planeamiento de la Educación Primaria, pone nuevamente en funcionamiento El Monitor de la Educación Común, promueve la creación de una Comisión Nacional de Alfabetización y Edificación Escolar para desarrollar programas intensivos, desarrolla un Programa de Perfeccionamiento Masivo y Continuo del Personal Docente con cabecera en el Instituto Bernasconi, crea un Centro Nacional de Investigaciones Pedagógicas, genera un Plan de Asistencia Integral al Escolar, se desarrolla un Plan de Construcciones Escolares moderno, entre otras múltiples actividades. Muchos colaborados testimoniaron la enorme capacidad de trabajo y de acción que Luz Vieira demostró en esos años.
En 1966, inmediatamente luego del golpe de estado, se vuelve a Santiago de
Chile y retoma sus tareas como jefa de misión en la UNESCO. En 1970, la
UNESCO llama a un concurso internacional para cubrir el cargo de
Director de la Oficina Regional de Educación para América Latina. Luz
Vieira resulta vencedora siendo la primera mujer en obtener en esta función. Desde allí, supervisa los programas que antes ella misma encarara.
Sin embargo, una grave enfermedad fue asediándola lentamente hasta que fallece el 16 de febrero de 1971 en Santiago de Chile. Sus restos fueron trasladados y enterrados en Paraná. Se multiplicaron los elogios y testimonios públicos en los diarios de esos años de sus amigos y colaboradores.


                                                                       Maximiliano Reimondi

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