David Alfaro Siqueiros
José de Jesús Alfaro Siqueiros, más conocido como David
Alfaro Siqueiros (Camargo, Chihuahua; 29 de diciembre de 1896 – Cuernavaca; 6
de enero de 1974)
Su padre era el abogado Cipriano Alfaro y su madre Teresa
Siqueiros. Su padre lo llevó a vivir a Irapuato, Guanajuato, donde realizó sus
primeros estudios bajo la vigilancia de sus abuelos Antonio y Eusebia Alfaro,
quienes dejaron honda huella en su formación. Al morir su abuela, Siqueiros y
sus hermanos se mudaron a la Ciudad de México donde fueron internados en
escuelas maristas. Tiempo después, en 1911 ingresó a la Escuela Nacional
Preparatoria y por las noches asistía a la Academia de San Carlos. En 1911,
cuando solo tenía quince años de edad, se vio involucrado en una huelga estudiantil
en la Academia de San Carlos que protestaba contra el método de enseñanza de la
escuela y urgía la destitución del director. Sus protestas con el tiempo
llevaron al establecimiento de una «academia al aire libre» en Santa Anita.
Juventud artística y
primeros trabajos
A los dieciocho años de edad, Siqueiros y varios de sus
colegas de la Escuela de Bellas Artes se unieron al Ejército Constitucionalista
de Venustiano Carranza para luchar contra el gobierno de Victoriano Huerta.
Cuando Huerta cayó en 1914, Siqueiros se afianzó en la lucha interna
posrevolucionaria, pues el Ejército Constitucionalista tuvo que combatir las
facciones políticas de Pancho Villa y Emiliano Zapata, opuestas a Carranza. Sus
viajes militares por todo el país le expusieron a la cultura mexicana y las
crudas luchas cotidianas de los trabajadores y los campesinos pobres. Después
de que las fuerzas de Carranza tomaran el control del país, Siqueiros regresó
brevemente a Ciudad de México para pintar antes de viajar a Europa en 1919. Primero
en París, absorbió la influencia del cubismo, intrigado en particular con
Cézanne y el uso de grandes bloques de color intenso. Estando allí, conoció a
Diego Rivera, otro pintor mexicano de «los tres grandes» justo al comienzo de
una carrera legendaria en el muralismo, y viajó con él por Italia estudiando a
los grandes pintores al fresco del Renacimiento.
Aunque muchos han señalado que la carrera artística de
Siqueiros se vio con frecuencia «interrumpida» por la política, el propio
Siqueiros creía que las dos estaban inextricablemente unidas. En 1921 publicó
en Barcelona, España la revista Vida Americana donde presentó un manifiesto
titulado "Tres llamados a los artistas plásticos de América" en el
que escribe sobre las propuestas artísticas que tenía pensadas y que creía
convenientes para América. Para entonces, Siqueiros ya había estado expuesto al
marxismo y visto la vida cotidiana de los pobres. En Una nueva dirección para
la nueva generación de pintores y escultores americanos pidió una «renovación
espiritual» al tiempo que el regreso de las virtudes de la pintura clásica,
mientras infundía este estilo con «nuevos valores» que reconocían la «máquina
moderna» y los «aspectos contemporáneos de la vida cotidiana». El manifiesto
también reivindicaba que un «espíritu constructivo» es esencial para un arte
con sentido, que se alza por encima de la mera decoración o temas falsos o
fantásticos. A través de este estilo, Siqueiros tenía la esperanza de crear un
estilo que enlazara el arte nacional con el universal. En su obra así como en
su escritura, buscaba un realismo social que aclamara a los pueblos proletarios
de México y el mundo al mismo tiempo que evitaba los clichés del «primitivismo»
y el «indianismo» a la moda.
En 1922, regresó a Ciudad de México para trabajar como
muralista para el gobierno revolucionario de Álvaro Obregón. El entonces
secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, se impuso la misión de
educar a las masas a través del arte público y contrató a decenas de artistas y
escritores para erigir una cultura mexicana moderna. Siqueiros, Rivera y José
Clemente Orozco trabajaron juntos con Vasconcelos, quien apoyó el movimiento
muralista encargándoles murales para edificios destacados en Ciudad de México.
Aun así, los artistas trabajando en la Escuela Nacional Preparatoria se dieron
cuenta de que muchas de sus primeras obras carecían de la naturaleza «pública»
visionada en su ideología. En 1923 Siqueiros ayudó a fundar el Sindicato de
Pintores, Escultores y Grabadores Mexicanos Revolucionarios, que afrontaba el
problema de amplio acceso público a través del periódico sindical, El Machete.
Ese año, el periódico publicó -«para los proletarios del mundo»- un manifiesto,
que Siqueiros ayudó a redactar, sobre la necesidad de un arte «colectivo», que
serviría como «propaganda ideológica» para educar a las masas y derrotar a los
burgueses, a los individualistas, etcétera.
En 1923, Siqueiros pintó su famoso y colosal mural Entierro
de un trabajador en el hueco de la escalera del Colegio Chico. El fresco
representa a mujeres indígenas lamentándose sobre un ataúd, decorado con una
hoz y un martillo. Pero conforme el sindicato se fue haciendo más crítico con
el gobierno revolucionario, que no había instituido las reformas prometidas,
sus miembros se enfrentaron a nuevas amenazas de ver cortados los fondos que
financiaban su arte y el periódico. Se produjo una disputa interna en el
sindicato sobre si dejar de publicar El Machete o perder el apoyo financiero a
los murales, lo que dejó a Siqueiros en primer plano, pues Rivera abandonó en
protesta por la decisión de mantener la política por encima de las
oportunidades artísticas. A pesar de ser despedido de su puesto docente en el
Departamento de Educación en 1925, Siqueiros permaneció hondamente implicado en
actividades laborales, en el sindicato así como en el Partido Comunista
Mexicano, hasta que fue encarcelado y con el tiempo padeció el exilio a
principios de los años 30.
A principios de los años treinta, incluyendo el tiempo que
pasó en la prisión mexicana de Lecumberri, Siqueiros produjo una serie de
litografías de tema político, muchas de las cuales se expusieron en los Estados
Unidos. Su litografía Cabeza se mostró en la exposición de 1930 «Artistas
mexicanos y artistas de la escuela mexicana» en los estudios Delphic de Nueva
York. En 1932, celebró una exposición y conferencia titulada «Rectificaciones
sobre el muralismo mexicano» en la galería del casino español en Taxco, México.
Poco después, viajó a Nueva York, donde participó en la
exposición de la galería Weyhe titulada «Arte gráfico mexicano». Con un grupo
de estudiantes, también completó un mural, conocido a veces como América
tropical, en 1932 en la Sala Italiana de Olvera Street en Los Ángeles. Otros
murales pintados en 1932 en Los Ángeles fueron Mitin en la Calle y Retrato
actual de la Ciudad de México.
Al año siguiente, en la Argentina realiza el mural Ejercicio
Plástico en el sótano de Natalio Botana, director del mítico diario Crítica en
el cual Siqueiros fue columnista durante más de un año. El mismo ha sido
restaurado tras su recuperación y se encuentra en lo que fue la Aduana de
Taylor, inaugurado, en 2010, en el marco de los festejos por el bicentenario
del comienzo de las luchas independentistas argentinas, que corresponde al
Museo del Bicentenario.
De regreso a Nueva York en 1936, fue invitado de honor de la
exposición de Arte Contemporáneo en la galería St. Regis. Allí también llevó un
taller de arte político en preparación de la Huelga General de 1936 por la Paz
y desfile del May Day. El joven Jackson Pollock acudió al taller y ayudó a
construir carrozas para el desfile. Otro de sus pupilos en talleres
experimentales fue Óscar Quiñones. Siguió produciendo varias obras a lo largo
del final de los años treinta, como Eco de un grito (1937) y El suspiro (El
sollozo) (1939), ambos actualmente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York –
Siqueiros también llevó a cabo una serie de talleres de arte
experimental para estudiantes estadounidenses.
Comunismo y rebelión
Durante su etapa como estudiante participó en la huelga
estudiantil de 1911 en la Academia San Carlos y de 1911 a 1913 en la Escuela al
Aire Libre.
En 1921 publicó la revista Vida Americana desde Barcelona,
la cual contenía su "Manifiesto para los Artistas de América".
En marzo de 1924 fundó el periódico El Machete, publicación
oficial del Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores y Escritores junto con
Diego Rivera, José Clemente Orozco, Xavier Guerrero, entre otros.
Luego de la protesta del 1º de mayo de 1930 fue encarcelado
por un año (sería encarcelado 6 veces más a lo largo de su vida).
En 1932 organizó el Sindicato de Pintores, Escultores y
Grabadores Revolucionarios junto con Diego Rivera.
De 1936 a
1939 luchó como voluntario en la Guerra Civil Española.
En 1936 fundó la Escuela Experimental Siqueiros (Siqueiros
Experimental Workshop) en Nueva York.
El 24 de mayo de 1940 participó en el intento de asesinar a
León Trotsky. Con la complicidad de Shelton Harte, guardaespaldas de Trotsky,
penetró en la casa de Coyoacán acompañado de veinte hombres, todos ellos
comandados por Leopoldo Arenal Bastar (cuñado de Siqueiros). Realizaron más de
cien disparos, sin embargo los guardaespaldas fieles a Trotsky repelieron la
agresión evitando que hubiera heridos.8
En 1941 parte a Chile exiliado debido al atentado contra
León Trotsky.
En 1962 fue encarcelado de nuevo, por organizar disturbios
estudiantiles de extrema izquierda. Recibió el indulto dos años después.
Estuvo presente en Egipto en 1956, cuando Gamal Abdel Nasser
nacionalizó el Canal de Suez.
Fue militante del Partido Comunista Mexicano hasta su
muerte.
Madurez artística
Debido al atentado contra León Trotsky, se exilió en Chile
durante 1941. En Chillán pintó Muerte al invasor. En 1944 emigró a Cuba donde
pintó Alegoría de la igualdad racial en Cuba.
En 1946 Siqueiros regresó a la Ciudad de México y pintó en
la ex aduana de Santo Domingo, hoy Secretaria de Educación Pública su mural
Patricios y Patricidas. En su casa realizó el mural Cuauhtémoc contra el mito y
más tarde pintó en el Palacio de Bellas Artes el tríptico Nueva Democracia. En
1947 realizó el famoso lienzo titulado Nuestra imagen actual.
En 1948 inició un taller de muralismo en la Escuela de
Bellas Artes de Guanajuato en San Miguel de Allende. Ahí inició un mural a
Ignacio Allende el cual dejó inacabado debido al cierre de la escuela y la
falta de recursos.
En 1952 inició el proyecto de los murales en la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), el cual estaría compuesto por tres
"escultopinturas". De estos tres murales solo se terminó uno: El
pueblo a la Universidad y la Universidad al pueblo el cual fue realizado en
1952, e inaugurado en 1956 dentro de las instalaciones de la (UNAM) en Ciudad
Universitaria. Se encuentra en los muros de la Rectoría junto con otras dos obras
del mismo artista Las fechas de la historia de México y Nuevo Emblema
Universitario. Está hecho de teselas de vidrio opaco de la marca Mosaicos
Venecianos y es considerada como uno de los íconos del arte del mosaico
mexicano.9 Representa a cinco estudiantes subiendo por unas escalares, llevando
en las manos objetos representativos de los conocimientos adquiridos en la
universidad. Se dirigen de vuelta hacia el pueblo cargados de nuevas ideas que
aplicar. Tiene colores opacos en gran parte tonalidades de café y anaranjado.
En 1960 terminó el mural en el Castillo de Chapultepec
titulado Del Porfirismo a la Revolución. Ese año, el 9 de agosto fue
perseguido, aprehendido y acusado de disolución social, dado que Siqueiros era
el presidente del "Comité de Presos Políticos y la Defensa de Libertades
Democráticas". Fue encarcelado cuatro años en Lecumberri. Durante esa
estancia, realizó numerosos bocetos para el proyecto de la decoración del Hotel
Casino de la Selva, propiedad de Manuel Suárez y Suárez.
En 1966 recibió el Premio Lenin de la Paz y ese mismo año
recibió el Premio Nacional de Bellas Artes de México. En 1968 terminó el mural
La historia del teatro en la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Polyforum Cultural
Siqueiros
El 13 de julio de 1964, Siqueiros salió de la prisión y
reunió un equipo de artistas nacionales e internacionales para realizar el
mural que decoraría la Sala de Convenciones del Hotel Casino de la Selva con el
apoyo de Manuel Suárez y Suárez. Entre sus discípulos se encontraban: Luis Arenal
Bastar, Mario Orozco Rivera, Guillermo Ceniceros, Enrique Estrada, Artemio
Sepúlveda, Jorge Flores, Gilberto Iriarte y Electa Arenal Huerta, (sobrina de
Siqueiros), quien perdería la vida el 10 de junio de 1969 al sufrir un
accidente pintando en el polyforum. Electa también participó en la creación del
mural del Castillo de Chapultepec.
Debido a sus dimensiones dicho proyecto fue trasladado a la
Ciudad de México para poder ser admirado por el mayor número de personas
posibles. El mural realizó diversos viajes promocionales a Europa y Estados
Unidos en compañía de Manuel Suárez y Suárez. Resaltando la exposición en el
Grand Palais de París, Francia. Finalmente, el Polyforum Cultural Siqueiros y
su mural La Marcha de la Humanidad fueron inaugurados el 15 de diciembre de
1971 por el Presidente Luis Echeverría Álvarez.
Taller Siqueiros
Su discípulo más sobresaliente sin duda fue el pintor
Jackson Pollock y después en la Calle de Venus en Cuernavaca Morelos se creó La
Tallera fue en palabras de Siqueiros “llevar a la realidad una idea que desde
1920 teníamos Diego Rivera y yo, es decir la creación de un verdadero taller de
muralismo donde se ensayaran nuevas técnicas de pinturas, materiales, aspectos
geométricos, perspectivas, etc.”
Fue quizá, el primer taller para el muralismo en el mundo.
“Un taller – decía Siqueiros – grande, inmenso, lleno de máquinas, con andamios
supermóviles, con laboratorios para probar la química y la durabilidad de los
colores, con materiales plásticos en abundancia, sin el sufrimiento de la
limitación, con un departamento de fotografía, con cámaras fílmicas, con todo,
todo lo que necesita un pintor muralista, hasta con los elementos y accesorios
para penetrar en el escabroso campo de la dinámica de los colores y la
relatividad de las formas geométricas en el espacio activo”. Será algo así como
un inmenso granero, con luz de arriba, pero sin puertas. Para llegar a él
haríamos un paso subterráneo. Nadie sabría su objetivo.
La idea se llevó a cabo, cuando responde al contrato inicial
de Don Manuel Suárez y Suárez de producir 18 cuadros murales de trece y medio
por cuatro metros para decorar la sala de congresos del Hotel Casino de la
Selva en Cuernavaca. Posteriormente Siqueiros entra a la cárcel, ahí concibió
la idea de realizar, en vez de los cuadros, un mural de extraordinarias
proporciones. En su celda pinta 200 cuadros aproximadamente, que habrían de
servir a la temática del mural. En éstos plasmó a escala una porción de la
obra.
Obra
Su obra se enmarca en el grupo de pintores y muralistas
mexicanos, junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco. Estos muralistas
expresionistas anticiparon las tendencias neorrepresentativas o neoicónicas que
se dieron hacia 1960.
Sus frescos en exteriores se dedicaron a temas
revolucionarios y sociales, para inspirar a las clases bajas.
Maximiliano Reimondi
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