Henri Matisse
Henri Émile Benoît Matisse (31 de diciembre de 1869 - 3 de
noviembre de 1954)
Nació en Le Cateau-Cambrésis, una pequeña localidad al norte
de Francia, en el seno de una familia dedicada al comercio, específicamente de
droguería y semillas.1 En 1887, se trasladó a París para estudiar leyes, al
tiempo que trabaja como administrativo en la corte de Le Cateau-Cambrésis.
Comenzó a pintar en 1889, cuando convaleciente de una
apendicitis su madre le lleva elementos para pintar. Según dijo de este momento
de su vida que descubrió una especie de paraíso.2 Y a partir de entonces decide
convertirse en artista plástico, a pesar de que esto decepcionó profundamente a
su padre.3 En París asistió a cursos en la Académie Julian y en 1892 ingresó en
la Escuela de Bellas Artes, recibiendo clases en el taller del pintor
simbolista Gustave Moreau, donde coincidió con Rouault, Camoin y Marquet,
además de relacionarse también con el artista Dufy, discípulo de Pierre
Bonnard.
Al carnerero de su trayectoria artística practicó el dibujo
del natural en un estilo más bien tradicional, como se aprecia en El tejedor
bretón, y realizó copias en el Louvre. Más adelante pasó a pintar luminosos
paisajes de Córcega y de la Costa Azul, dejándose llevar por los aires
impresionistas de la época, y practicó esporádicamente el divisionismo. En esta
etapa tuvo como discípulo y gran amigo al pintor japonés Yoshio Aoyama (el cual
ha dejado en la historia del arte el término de "azul Aoyama").
En 1896 expuso cuatro lienzos en la Société Nationale des
Beaux Arts con notable éxito.
Muchas de las pinturas entre 1898 y 1901 recurren al
divisionismo, técnica que adopta luego de leer un aescrito de Paul Signac,
"D'Eugène Delacroix au Néo-impressionisme".
Con el comienzo del siglo, lideró junto con André Derain un
grupo conocido como Fauvismo. Un movimiento efímero que tuvo tres exhibiciones
La primera muestra individual la realizó en la galería
Ambroise Vollard en 1904,8 con poco éxito. El uso del color se había
pronunciado, por influencias de Signac y Henri Edmond Cross. Año en el que
pinta su trabajo impresionista más importante, Luxe, Calme et Volupté.
En 1905, unos artistas del fauvismo exponen en el Salon
d'Automne. Las pinturas expresan emoción con colores salvajes y disonantes. El
crítico de arte Louis Vauxcelles dijo "Donatello au milieu des
fauves!" (Donatello entre bestias salvajes), refiriendose a una escultura
de tipo renancentista que estaba en el salón donde era la exposición.9
Matisse mostró Ventana abierta, Collioure (Óleo de 55,3 cm x 46 cm ; 1905) y Mujer con
sombrero (Óleo de 79,4 cm
× 59,7 cm ;
1905). La muestra en general y el material de Matisse en particular resultaron
un escándalo para la época y fueron objeto de una crítica muy agresiva «The
Painted Lady». 4 de abril de 2011.
En algunas de sus figuras pintadas hacia fin de siglo está
presente la influencia de Cézanne, pero a partir de 1907 su estilo se hizo más
definido y pintó a la manera fauve: supresión de detalles y tendencia a la
simplificación, con lo que obtuvo cuadros impregnados de paz y armonía, como
Lujo, calma y voluptuosidad o El marinero de la gorra. Mediante zonas de color
diferenciadas, tradujo la forma de los objetos y el espacio existente entre
ellos, además de introducir arabescos y crear un ritmo característico en sus
cuadros, como en Las alfombras rojas. Su uso del color fue de una gran
sensualidad, aunque siempre muy controlada por una metódica organización
estructural. Como él mismo declaró: «Sueño con un arte de equilibrio, de
tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un
calmante cerebral parecido a un buen sillón». Otro de sus rasgos peculiares es
la sensación de bidimensionalidad de cuadros como La Habitación Roja (o Armonía
en rojo) o Naturaleza muerta con berenjenas, en los que la ilusión de
profundidad queda anulada mediante el uso de la misma intensidad cromática en
elementos que aparecen en primer o en último plano (Taller en rojo).
En 1910 viajó a España; en Madrid visitó el Museo del Prado
y su estancia en Granada y Sevilla contribuyó a acercarle a la estética
oriental. En 1912 y 1913 viajó a Marruecos, donde la luz le inspiró cuadros
sobre paisajes mediterráneos de gran colorido, como Los marroquíes.
Hacia 1917 se instaló en Niza, conoció a Renoir, y su estilo
se hizo más sutil. Produjo en este período algunas de sus obras más célebres,
como Ventana en Niza y la serie de las Odaliscas, donde queda claramente
plasmado el gusto de Matisse por la ornamentación y el uso de arabescos. En los
años siguientes viajó por Europa y Tahití, donde concibió la obra en gran
formato La danza.
Hacia la década de 1940, el colorido de sus telas se tornó
más atrevido, como en La blusa rumana y en el Gran interior rojo, antecedentes
de los gouaches que realizó a finales de los años cuarenta, en los que cortaba
y pegaba papeles coloreados. Es famosa en esta técnica su serie Jazz, de
1943-1946.
En 1950 decoró la capilla del Rosario de las dominicas de
Vence, en la obra que mejor expone su tendencia simplificadora hacia formas más
planas. Realizó así mismo un gran número de dibujos a pluma e ilustraciones
para escritores como Mallarmé y Joyce. En cuanto a sus grabados, el número de
piezas alcanza las quinientas, entre litografías, aguafuertes y xilografías.
También esculpió en bronce y colaboró escribiendo artículos para distintas
revistas especializadas.
En 1963 se abrió en Niza el Museo Matisse, que reúne una
parte de su obra.
Maximiliano Reimondi
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