Simón Bolívar
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte
Palacios y Blanco (Caracas, Capitanía General de Venezuela, 24 de julio de 1783
- Santa Marta, Gran Colombia, 17 de diciembre de 1830)
Su padre, Juan Vicente Bolívar y Ponte-Andrade y su madre
María de la Concepción Palacios y Blanco, pertenecían a la aristocracia
caraqueña y cuando se casaron en el año 1773 había una gran diferencia de edad
entre ambos cónyuges. Juan Vicente tenía 47 años en ese momento y Concepción 15
años. Tuvieron cuatro hijos más, tres de ellos mayores que Simón y una menor,
cuyos nombres fueron María Antonia, Juana Nepomucena, Juan Vicente y María del
Carmen (ésta última murió a los pocos días de nacida).
La familia Bolívar provenía de una población llamada La
Puebla de Bolívar en Vizcaya (País Vasco, España), ubicada entonces en la
merindad de Marquina, y ya desde los inicios de la colonia sus miembros
realizaron acciones destacadas en Venezuela.
El primero de los Bolívar en arribar a Venezuela fue Simón
de Bolívar el cual, junto con su hijo, llegó a Caracas, treinta años después de
la fundación de la ciudad, hacia 1589 y por tener el mismo nombre se les
distinguió como Simón de Bolívar el Viejo y Simón de Bolívar el Mozo.
Bolívar el Viejo se destacó como Contador Real, por
privilegio especial del rey Felipe II, quien en el título de nombramiento le
reitera su amplia confianza como velador de la Real Hacienda, cargo que ejerció
tanto él como su hijo, en Margarita y Caracas.
Fue además Procurador General de las ciudades de Caracas,
Coro, Trujillo, Barquisimeto, Carora, El Tocuyo y Maracaibo ante la Corte
española entre 1590 y 1593, para informar al rey Felipe sobre el estado de la
provincia y pedirle ciertas mejoras, exenciones de impuestos y privilegios que
facilitaran el desarrollo de la misma.
Entre sus logros para Caracas está el haber gestionado en el
Consejo de Indias la concesión real del escudo que aún conserva, junto con el
título de "Muy noble y leal ciudad".
Con el tiempo los Bolívar se unieron en matrimonio con las
familias de los primeros pobladores de Venezuela y alcanzaron rangos y
distinciones tales como las de Regidor, Alférez Real y algunos gestionaron los
títulos nobiliarios de Marqués de Bolívar y Vizconde de Cocorote, asociado con
la cesión de las Minas de Cocorote y la facultad de administrar el señorío de
Aroa, conocido por la riqueza de sus minas de cobre (estos títulos sin embargo
no llegaron a concederse).
En cuanto a la familia Palacios, éstos eran oriundos de la
zona de Miranda de Ebro, actual provincia de Burgos, en España. El primero de
los Palacios en llegar a Venezuela fue José Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo
y Ortiz de Zárate, natural de Miranda de Ebro en 1647, que falleció en Caracas
en 1703. El resto de los descendientes se unieron en matrimonio con otras
familias aristócratas y alcanzaron los puestos de alcalde, regidor, procurador,
etc. Dos generaciones después de José Palacios nacería María de la Concepción
Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo y Blanco, hija de Feliciano Palacios de
Aguirre y Ariztía-Sojo y Gil de Arriata y de Francisca Blanco de Herrera,
descendiente de algunas familias canarias establecidas en Venezuela.5 nota 2
Ella fue la madre de Simón Bolívar.
Infancia y juventud
Simón, de la estirpe vasca de los Bolibarjauregui, nació en
la noche del 24 al 25 de julionota 3 de 1783 en una casa solariega ubicada en
la Plaza San Jacinto de Caracas.nota 4 Fue bautizado el 30 de julio de 1783, en
la Catedral de Caracas, con los nombres de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad
de la Concepción, por el doctor Juan Félix Jerez de Aristeguieta, su primo
hermano quien, de acuerdo con don Juan Vicente, padre del niño, le puso el
nombre de Simón.
Primera infancia
En enero de 1786, cuando Simón contaba dos años de edad, su
padre murió de tuberculosis, y así doña Concepción quedó como cabeza de
familia, velando eficientemente por los intereses de la familia hasta su
muerte.
Sin embargo, las responsabilidades hicieron que su salud,
también enferma de tuberculosis, decayera rápidamente y, según la opinión de
médicos historiadores, es posible que ya entonces Bolívar sufriera la
primo-infección tuberculosa con un tipo de tuberculosis que pasa inadvertida
mientras las defensas corporales son favorables.
Concepción murió el 6 de julio de 1792, cuando Simón tenía
nueve años, pero tomando la precaución de hacer un testamento en el que dispuso
quién debería hacerse cargo de sus hijos.
Los hermanos Bolívar pasaron entonces a la custodia de su
abuelo, don Feliciano Palacios, que cuando asumió el papel de tutor se sentía
tan enfermo que empezó a preparar también su testamento para designar un
sustituto como tutor de sus nietos y decidió pedir opinión a éstos para
respetar su voluntad.
Simón fue confiado a su tío don Esteban Palacios y Blanco, pero
como éste se encontraba en España permaneció bajó la custodia de don Carlos
Palacios y Blanco, otro de sus tíos, que por lo visto era un hombre con el que
no se llevaba bien y que era tosco, de carácter duro, mentalidad estrecha, que
se ausentaba frecuentemente de Caracas para atender sus propiedades y que por
lo tanto solía dejar a su sobrino atendido por la servidumbre y asistiendo por
su cuenta a la Escuela Pública de Caracas.
Las referencias que dejó Bolívar en su correspondencia hacen
suponer que su infancia fue dichosa, feliz, segura, rodeada de sólidos afectos
y gratos recuerdos con parientes destacados e influyentes dentro de un ambiente
aristocrático y en general, dentro de un ambiente que le brindó equilibrio
emocional, cariño y afecto.
En este sentido existen algunas anécdotas que se
popularizaron en Venezuela que presentaban a Bolívar como un niño turbulento
debido a que los escritores románticos consideraron indispensable atribuirle
una niñez indómita creyendo, según la moda de la época, que no podía salir un
hombre excepcional de un niño normal pero se ha demostrado que esas anécdotas
fueron inventadas e introducidas en los relatos de Historia por Arístides
Rojas, considerado un excelente narrador pero que usó a menudo su imaginación a
falta de documentos que demostraran la veracidad de sus relatos.
Educación
El desempeño escolar de Bolívar no fue muy brillante como
alumno de la Escuela Pública, institución administrada por el Cabildo de
Caracas que funcionaba de forma deficiente debido a la carencia de recursos y
organización.
En aquel entonces, Simón Rodríguez era maestro de Bolívar en
esta escuela y don Carlos, pensaba enviarle a vivir con él porque no podía
atenderlo personalmente y las protestas de su sobrina María Antonia sobre la
educación y atenciones que recibía su hermano eran frecuentes.
Ante la perspectiva de vivir con su maestro, Simón escapó de
la casa de su tío el 23 de julio de 1795, para refugiarse en la de su hermana
María Antonia, que ejerció su custodia temporal, hasta que se resolvió el
litigio judicial en la Real Audiencia de Caracas que devolvió a don Carlos, la
custodia de Simón.
Simón trató de resistirse pero fue sacado por la fuerza de
casa de su hermana y llevado en volandas por un esclavo hasta la vivienda de su
maestro.
Una vez allí, las condiciones en las que vivía con el
maestro Rodríguez no eran las ideales, pues tenía que compartir el espacio con
20 personas en una casa no apta para ello, y por esto Simón escapó de allí un
par de veces, en las que terminó volviendo por orden de los tribunales.
Al poco tiempo, Rodríguez renunció a su cargo de maestro
para irse a Europa y la Real Audiencia de Caracas determinó que Simón fuera
trasladado a la Academia de Matemáticas, dirigida por el padre Andújar y que
funcionaba en casa de su tío Carlos.
Al parecer, en esta academia la formación de Bolívar mejoró
notablemente en calidad y cantidad, y fue complementada con lecciones de
Historia y Cosmografía impartidas por don Andrés Bello hasta su ingreso en el
Batallón de Milicias de blancos de los Valles de Aragua el 14 de enero de 1797.
Existe la falsa idea de que entre 1793 y 1795, estuvo
inscrito en el Colegio Real de Sorèze en el Sur de Francia, en el departamento
del Tarn.
Matrimonio
La Casa del Vínculo y del Retorno, en Caracas, donde vivió
el matrimonio Bolívar desde julio de 1802 hasta enero de 1803.
Bolívar fue enviado a España a los 15 años para continuar
sus estudios. En Madrid en 1800 conoció a la joven María Teresa Rodríguez del
Toro y Alaiza, cuando sólo tenía 17 años de edad y ella 20. En agosto de 1800
María Teresa aceptó el noviazgo con Simón Bolívar, y contrajeron matrimonio el
26 de mayo de 1802, en el Teatrillo del Palacio del Duque de Frías, donde
funcionaba la primitiva Iglesia Parroquial de San José; Bolívar tenía 19 años y
María Teresa 21. Al cabo de unos 20 días se trasladaron a La Coruña.
El 15 de junio de 1802 partieron los recién casados hacia
Caracas, desembarcando el 12 de julio en La Guaira. Después de una corta
estadía en Caracas se trasladaron a la "Casa Grande" del ingenio
Bolívar en San Mateo. María Teresa enfermó poco después de "fiebres
malignas" —hoy día identificadas indistintamente como fiebre amarilla o
paludismo— por lo que el matrimonio regresó a Caracas a su Casa del Vínculo, en
Caracas, donde ella murió el 22 de enero de 1803.
El joven Bolívar se dedicó a viajar, transido de dolor, para
mitigar la pena que le causó el fallecimiento de su esposa. Fue en este estado
de ánimo cuando juró no volver a casarse jamás.
Segundo viaje a
Europa
En el mismo año de la muerte de su esposa viajó a París,
donde se dedicó junto a su antiguo maestro Simón Rodríguez a la lectura de los
clásicos y a ilustrarse en diversos campos del saber universal. Viajó luego por
Italia en compañía de Rodríguez y el 15 de agosto de 1805 en el Monte Sacro de
Roma juró libertar a su patria. Regresó a Venezuela en 1806 y a la vez que
administraba los negocios familiares se unió esfuerzos a la causa
revolucionaria.
Vida militar
A lo largo de 1808, las presiones de Napoleón desencadenaron
una serie de acontecimientos que empeoraron aún más la ya comprometida
situación española, el rey Carlos IV de España abdicó el trono a favor de su
hijo Fernando el 19 de marzo de 1808 después de los sucesos del Motín de
Aranjuez, y más tarde, el 5 de mayo de 1808 se terminó de consumar el desastre
para España cuando Carlos IV y su hijo fueron obligados a ceder el trono a
Napoleón en Bayona para designar a su hermano, José, como nuevo Rey de España.
Esto provocó una gran reacción popular en España que desencadenó lo que hoy se
conoce como la Guerra de la Independencia Española y tanto en América como en
España, se formaron juntas regionales que fomentaron la lucha contra los
invasores franceses para restablecer en el trono al monarca legítimo.
Sin embargo, en las juntas americanas sólo se hablaba con
entusiasmo de la Junta popular de Cádiz y muchas de ellas eran vistas con
recelo por las autoridades españolas, que las suponían sospechosas de ser
favorables a los franceses y que no se habían olvidado de acciones como la de
Antonio Nariño en Bogotá, que había publicado una obra sobre Los Derechos del
hombre, el movimiento de Juan Picornell, la Conspiración de Manuel Gual y José
María España, o de las fracasadas expediciones militares de Francisco de Miranda
en Venezuela.
Pero también consideraban que estas juntas tenían derecho de
imitar a sus análogas de la Península ya que los dominios españoles eran
considerados una parte esencial e integrante de España cuyos territorios no
eran considerados como simples colonias propiamente.
Con el tiempo se fueron formando dos bandos bien
diferenciados como resultado de los debates políticos y la inestabilidad
internacional: el de los realistas, que querían continuar bajo la dependencia
directa del monarca español, liderado por Juan de Casas; y el de los patriotas,
partidarios de constituir una Junta de gobierno con una autonomía plena similar
a la de las Juntas provinciales en España, pero sin mantener más lazos con la
metrópoli diferentes a un reconocimiento formal de Fernando VII como soberano,
queriendo imitar así el ejemplo del Brasil regido desde Braganza, con autonomía
de Portugal.
Así a mediados del año 1807, cuando Bolívar volvió a Caracas
se encontró con una ciudad inmersa en un ambiente de gran agitación social y
política que era gobernada por personajes interinos bajo la supervisión de un
regio Regente visitador visto con malos ojos por la colectividad caraqueña,
llamado Joaquín de Mosquera y Figueroa.
Éste era un ambiente poco propicio para enfrentar situaciones
de crisis y fue una circunstancia que ayudó a precipitar los acontecimientos a
favor de la Independencia.
Bolívar había vuelto a Caracas absolutamente convencido de
la imperiosa necesidad de independencia para América y trató de convencer a sus
parientes y amigos de que ésta era la mejor opción pero, salvo la excepción de
su hermano Juan Vicente, no pudo hacerlo fácilmente debido a que las noticias
de Europa llegaban muy tarde y con pocos detalles, por lo que el público se
enteraba de las acontecimientos sólo de una forma general e inexacta y esto
limitaba su capacidad para evaluar la situación.
Pero las cosas cambiaron repentinamente en pocos días, tras
una serie de acontecimientos que causaron una conmoción general en Caracas. A
principios de julio de 1808, el Gobernador encargado de Caracas, Juan de Casas,
recibió dos ejemplares del diario londinense The Times que el Gobernador de
Trinidad remitió antes al de Cumaná y que relataban la noticia de la abdicación
del trono de España en favor de Napoleón.
Las autoridades trataron de mantener la noticia en secreto
para evitar la alarma social pero la llegada del bergantín francés Le Serpent
al puerto de La Guaira el 15 de julio de 1808 con varios comisionados enviados
por Napoleón para confirmar la noticia hicieron fracasar el plan.
Un oficial francés se presentó ante el Gobernador Casas con
documentación oficial confirmando las malas noticias de The Times, y mientras
en la Gobernación deliberaban sobre la situación, la población empezó a
alarmarse por la aparatosa llegada de los franceses, divulgando profusamente la
noticia de la desaparición de la monarquía tradicional en periódicos y otras
publicaciones.
La reacción popular fue de malestar e indignación y la
situación empeoró cuando un capitán de fragata inglés llamado Beaver desembarcó
poco después del Alcasta en La Guaira, tras perseguir al Le Serpent sin poder
apresarlo, para informar al Gobernador Casas y a la población que la lucha en
España para rechazar a los franceses continuaba y que Napoleón no tenía la
situación dominada.
Entonces surgió un proceso político extraño entre el
Gobernador, La Audiencia y el Cabildo que terminó de socavar el orden colonial
vigente y esto hizo que la conmoción en la sociedad caraqueña se orientó en dos
direcciones, una representada por Bolívar que quería proclamar la
Independencia; y otra representada por otros criollos que querían mantener la
fidelidad a Fernando VII.
Así, el 11 de enero de 1809 llegaron a Caracas unos
despachos oficiales que anunciaban la creación de la Junta Central de España e
Indias que terminó instalándose en Sevilla en abril de 1809 y poco después, el
14 de enero de 1809 llegó a Venezuela el Mariscal de campo Vicente Emparan en
calidad de Capitán general de Venezuela y Gobernador de Caracas.
Su llegada dio una nueva perspectiva a la situación política
ya que empezaron a circular rumores que lo relacionaban como partidario de los
franceses, por lo que fue acusado de querer confundir a la población.
En el panorama de incertidumbre reinante, el 19 de abril de
1810, los miembros del Cabildo de Caracas decidieron constituir una Junta
Conservadora de los Derechos de Fernando VII en un acto que termina con la
firma del Acta de Independencia y constitución de la Primera República el 5 de
julio de 1811. Con la revuelta del 19 de abril de 1810 se obligó al entonces
Capitán general de Venezuela, Vicente Emparan, a ceder sus poderes a esta Junta
y trajo como resultado la expulsión de los funcionarios españoles de sus
puestos para embarcarlos rumbo a España.
Poco después, tras enterarse de los hechos, la Regencia
dispuso el bloqueo de las costas de Venezuela pero ya era tarde, desde entonces
el proceso independentista sería imparable, y el ejemplo de Caracas fue seguido
por el resto de las juntas americanas.
Misión a Londres
El nuevo sistema de gobierno empezó a crear nuevas
perspectivas en todos los sentidos. Las noticias de lo sucedido en Caracas
llegaron hasta el Almirante Alexander Cochrane, comandante de las Fuerzas
Navales Británicas del Caribe, que procedió a despachar noticias de lo sucedido
a Londres y poner a disposición de la Junta de Caracas la corbeta Wellington
para que llevara hasta Londres una delegación si así lo querían.
Así, Bolívar fue enviado a Inglaterra con el grado de
Coronel junto con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática
con instrucciones de solicitar apoyo británico a la Junta en nombre del rey
Fernando VII de España aprovechando la circunstancia de que España y Gran
Bretaña eran ahora naciones aliadas que habían dejado de lado sus históricas
diferencias ante el peligro común que representaba Napoleón.
La misión diplomática llegó a Londres en un momento político
delicado ya que entonces Gran Bretaña estaba dando una costosa ayuda militar a
España y la negativa venezolana de aceptar la autoridad del Consejo de Regencia
español resultaba inconveniente en esos momentos.
Sin embargo, Lord Wellesley consideró conveniente recibir a
la delegación en su casa particular, Apsley House, por temor a que sus miembros
recurrieran a Napoleón en busca de apoyo y así aprovechar la ocasión para
averiguar las pretensiones venezolanas.
La postura británica fue muy clara desde el principio dando
a entender a la delegación que en esos momentos el apoyo político a Venezuela
era imposible y en un intento de presionar a España para que les dejase
comerciar libremente con sus colonias, los británicos trataron de desviar las
negociaciones hacia acuerdos comerciales más acordes con sus intereses.
A pesar de que no se cumplieron todos los objetivos de la
delegación, se lograron algunos compromisos importantes gracias a la presencia
de Francisco de Miranda en Londres, con quien Bolívar empezó a mantener
contactos que fomentaron una participación discreta de este mediante sus
contactos personales en las negociaciones.
Así Bolívar logró la secreta connivencia inglesa, la
apertura del comercio, y la posibilidad de que Inglaterra ejerciera presiones
sobre España para favorecer los intereses venezolanos.
Bolívar durante la
Primera República
Después de convenir con los ingleses la permanencia de un
representante en Londres, Bolívar embarcó en la corbeta Shaphire y llegó a La
Guaira el 5 de diciembre de 1810.
Una vez en Venezuela empezó a hacer gestiones para promover
el regreso de Miranda, que como resultado de estas gestiones, llegó a Venezuela
en el bergantín inglés Avon el 10 de diciembre de 1810 ante una fría recepción
oficial por parte de la Junta Suprema, que poco después lo nombró Teniente
General.
Miranda pronto empezó a tener conflictos con el Jefe Militar
del Gobierno, el Marqués del Toro, por su incapacidad para controlar la
rebelión realista de Coro y mientras tanto, las circunstancias políticas habían
favorecido la aparición en Caracas de organizaciones como la Sociedad
Patriótica, que era una especie de asociación independentista que funcionaba
como foro de debate político que divulgaba sus conclusiones en una publicación
propia titulada El Patriota de Venezuela.
Bolívar fue un miembro importante de esta asociación que
estuvo muy implicado en las movilizaciones posteriores ocurridas el 5 de julio
de 1811 para ratificar la Declaración de Independencia, y que defendió posturas
opuestas a la Constitución del 21 de diciembre de 1811 al considerar que era
una copia literal de la que regía en los Estados Unidos que no se adaptaba a la
realidad del momento en Venezuela.
El 13 de agosto de 1811, fuerzas comandadas por Miranda,
lograron una victoria en Valencia, contra los rebeldes de dicha ciudad que
pretendían recuperar privilegios de su antigua capitalidad y es en esta acción
donde Bolívar empezó propiamente su carrera militar al dirigir un ataque a un
puesto fortificado que fue su bautismo de fuego y su primera acción
distinguida. Así, Miranda lo propuso para el rango de Coronel y le envió a
informar de la victoria al Gobierno de Caracas.
Poco después, Bolívar empezó a levantar la moral en los
Valles de Aragua por iniciativa propia por lo que el general Miranda, por
entonces comandante en jefe de las fuerzas militares republicanas, lo persuadió
de que aceptara el rango de Teniente Coronel en el Estado Mayor y lo nombró
Jefe militar de Puerto Cabello, la principal plaza fuerte de Venezuela.
Dicha plaza era entonces un punto militar clave por sus
características coincidentes de puerto, arsenal, prisión militar y principal
punto de apoyo y control en la zona. Allí permanecían detenidos los prisioneros
de guerra influyentes en el Castillo San Felipe y a la vez también se
encontraba almacenado gran parte del arsenal militar republicano.
A pesar de ser contrario a las normas de seguridad militar
se estaba dando esta situación y aunque Miranda ordenó trasladar a los
prisioneros a otro lugar, el traslado nunca se cumplió y fue uno de los motivos
que unido a la inexperiencia militar de Bolívar propiciaron la caída de Puerto
Cabello.
Los prisioneros lograron tomar por sorpresa a la guardia y
la dominaron gracias a la traición de un oficial al que sobornaron, se
apoderaron del Castillo San Felipe y comenzaron a bombardear Puerto Cabello.
Bolívar trató de recuperar la guarnición durante seis días
de combate con las fuerzas que pudo controlar y que al parecer no superaban los
cuarenta efectivos pero la situación le era muy desfavorable; no se podía
cañonear el castillo por el reducido alcance de la artillería y la ciudad empezaba
a ser atacada por las fuerzas del Capitán Domingo Monteverde y tras lanzar un
desesperado ataque frontal sobre el castillo que fracasó, Bolívar decidió
abandonar la plaza por vía marítima, logrando escapar a duras penas.
Este acontecimiento, unido al violento terremoto del 26 de
marzo de 1812, inclinó la balanza a favor de los realistas y aunque hubo muchos
que creyeron que aún se podía seguir la lucha, Miranda capituló el 26 de julio
de 1812 por encargo del Congreso, en el tratado de La Victoria, que instauró
nuevamente el dominio español sobre Venezuela.
El 30 de julio de 1812, Miranda llegó a La Guaira con la
intención de embarcarse en la nave inglesa Sapphire en medio de un ambiente en
el que pocos sabían que las negociaciones con Monteverde por las que muchos
oficiales republicanos se sintieron traicionados se habían iniciado por órdenes
del Congreso y no por deseos de Miranda.
Por ello, cuando Miranda se hospedaba en casa del coronel
Manuel María Casas, comandante de la plaza, se encontró con un grupo numeroso,
en el que se contaban don Miguel Peña y Simón Bolívar, que lo convencieron de
que se quedara, por lo menos una noche, en la residencia de Casas.
A las dos de la madrugada, encontrándose Miranda
profundamente dormido, Casas, Peña y Bolívar se introdujeron en su habitación
con cuatro soldados armados, se apoderaron precavidamente de su espada y su
pistola, lo despertaron y con rudeza le ordenaron que se levantara y vistiera,
tras lo cual lo engrilletaron y lo entregaron al español Monteverde.
A cambio de este acto de traición, el español
Francisco-Antonio de Yturbe y Hériz accedería a darle a Bolívar el
salvoconducto que éste le había solicitado para exilarse en el extranjero, con
el especial favor de Monteverde. En esta ocasión, el jefe español hizo que se
viera el acto de haber entregado a Miranda como un servicio al estado español:
Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio
prestado al rey de España con la entrega de Miranda.
El Manifiesto de
Cartagena
Bolívar fue autorizado por Monteverde a trasladarse el 27 de
agosto de 1812 a
la isla de Curazao, ocupada por los ingleses, en la goleta española Jesús,
María y José junto con José Félix Ribas, Vicente Tejera y Manuel Díaz Casado,
donde permaneció un corto período.
Después se trasladó a Cartagena de Indias, en Nueva Granada,
donde el proceso independentista se había iniciado el 20 de julio de 1810 y
había desembocado en la formación de varías Juntas supremas que rivalizaban
entre sí. En este panorama compuso un manuscrito conocido como el Manifiesto de
Cartagena, en el cual hizo un análisis político y militar de las causas que
provocaron la caída de la Primera República de Venezuela y exhortaba a la Nueva
Granada a no cometer los mismos errores que Venezuela para no correr la misma
suerte.
También en este manifiesto proponía fórmulas que ayudaran a
remediar las divisiones y a promover la unión de los distintos pueblos de
América para lograr el objetivo común, la Independencia.
Así al poco de llegar, Bolívar solicitó al gobierno de
Cartagena prestar servicio en sus tropas y le fue concedido el mando de una
guarnición de 70 hombres en la pequeña localidad de Barrancas con la que
empezaría a forjarse su futuro prestigio militar.
Al principio, Bolívar estaba subordinado a un aventurero
francés llamado Pierre Labatut pero, en contra de las órdenes de este, decidió
tomar la iniciativa realizando una campaña para derrotar a las partidas
realistas que se encontraban en las orillas del río Magdalena a la vez que
aumentaba el adiestramiento y el contingente de sus tropas.
Como resultado de esta campaña, logró liberar varias
poblaciones como Tenerife, El Guamal, El Banco, Tamalameque y Puerto Real de
Ocaña; logró derrotar a diversas guerrillas realistas que operaban en la zona y
finalmente ocupó Ocaña.
Ante estos logros, el coronel Manuel del Castillo,
Comandante General de Pamplona, solicitó su ayuda para detener a los realistas
que amenazaban con entrar desde Venezuela. Para ello, el coronel Bolívar tuvo
que pedir autorización al Gobierno de Cartagena para intervenir en territorio
del Gobierno de las Provincias Unidas.
Cuando se la dieron, llegó hasta la frontera con Venezuela
mediante la Batalla de Cúcuta, acción en la que atacó el 28 de febrero de 1813 a las fuerzas españolas
y le dio méritos suficientes para que el Congreso y el Gobierno le nombraran
ciudadano de la Unión y le concedieran el rango de Brigadier a cargo de la
División de Cúcuta.
Desde febrero hasta abril de 1813 tuvo que permanecer en
Cúcuta detenido por trabas legales y por diferencias con Castillo que empezaba
a verle con suspicacia ante sus deseos de avanzar sobre Venezuela. Para
entonces, Bolívar disponía de una fuerza eficaz y rodeado de una brillante
oficialidad neogranadina que estaba dispuesta a seguirlo en una eventual
reconquista de Venezuela.
Guerra a muerte
Después de recibir autorización y recursos de la Nueva
Granada, Bolívar inició una de sus acciones militares más destacadas, la
Campaña Admirable.
Al principio, cuando entró desde Cúcuta en febrero de 1813
para iniciar su campaña por los Andes venezolanos, no encontró resistencia por
lo que avanzó hasta Mérida y tomó la ciudad pacíficamente después de que las
autoridades realistas huyeran ante su inminente llegada. Así, en esta entrada
triunfal se le concedió por primera vez el título de "El Libertador",
por decisión del Cabildo de Mérida.
Rápidamente las fuerzas de Bolívar empezaron a controlar la
situación ganando terreno a un enemigo que huía ante el sorpresivo avance que
pilló a los realistas completamente desprevenidos. Finalmente, Bolívar decidió
obligar a pelear a las fuerzas realistas en Los Taguanes, un lugar entre
Tucupido y Valencia donde les derrotó y forzó una capitulación que se firmó en
La Victoria.
Tras la capitulación española, Bolívar tuvo entonces el
camino libre hacia la capital e hizo una entrada triunfal en Caracas el 6 de
agosto de 1813, donde después de un triunfo militar en Mosquiteros le nombraron
Capitán General y le ratificarían el título de "El Libertador" que
desde entonces quedó unido a su nombre.
A partir de entonces Bolívar se concentró en organizar el
Estado y dirigir la guerra en lo que parecía ya su etapa final. La actividad
administrativa desarrollada por Bolívar adquirió grandes dimensiones y organizó
el régimen militar mediante regulaciones, mantuvo el Consulado y creó un nuevo
sistema fiscal, un nuevo mecanismo de administración de justicia, modificó el
gobierno municipal y ofreció la nacionalidad a cuantos extranjeros quisieran
colaborar con la causa republicana.
Igualmente atendió los asuntos económicos mediante
incentivos a la actividad agraria, las exportaciones y la búsqueda de mano de
obra calificada.
Fue entonces cuando apareció en escena la figura de un
Capitán de milicias español llamado José Tomás Boves, famoso por su valentía,
que a principios de 1814, inició operaciones militares en La Puerta con tropas
autóctonas de la región de Los Llanos venezolanos, autorizadas al saqueo y al
pillaje.
Las fuerzas de Bolívar se fueron debilitando a medida que
entraban en combate con Boves y sus llaneros debido a la falta de recursos
materiales y de tropas de relevo para cubrir las bajas sufridas ante un enemigo
que se demostró implacable y que no dudaba en ejecutar a todos los prisioneros
para no tener que mantenerlos.
Ante el aumento de la violencia del conflicto y la falta de
medios para combatir a Boves y sus llaneros, Bolívar decidió retirarse con las
fuerzas que le quedaban hacia el Oriente venezolano el 7 de julio de 1814 y
unir fuerzas con Santiago Mariño en un esfuerzo común para detener a Boves.
La retirada estratégica de Bolívar produjo como resultado un
éxodo masivo de personas desde Caracas hacia Oriente en el que murieron muchas
personas que intentaron seguir en su retirada a las fuerzas republicanas por temor
a las sanguinarias represalias de Boves y su lugarteniente Francisco Tomás
Morales.
Debido al acoso que las fuerzas de Boves practicaban con los
refugiados caraqueños en persecución, Bolívar decidió hacerles frente en Aragua
de Barcelona el 17 de agosto de 1814 en un intento de retrasar el avance
realista y lograr salvar al mayor número posible de refugiados. Tras ser
derrotado, Bolívar logró llegar a Cumaná el 25 de agosto de 1814 y unirse a
Mariño.
Pero ya para entonces la Segunda República de Venezuela
estaba herida de muerte, los realistas irían consolidando su dominio por todo
el país a los largo de 1814 y sólo el Oriente venezolano junto a la isla de
Margarita permanecieron en manos republicanas. Sin embargo, el bando
republicano se encontraba entonces dividido en facciones lideradas por diversos
caudillos que dominaban porciones de territorio y rivalizaban entre sí, desde
entonces sería muy difícil para Bolívar coordinar acciones por estos motivos.
Esta situación unida a la conducta del corsario Giovanni
Bianchi, que intentaba aprovechar la situación en su beneficio, desencadenaron
una serie de acontecimientos que hicieron que Bolívar saliera con Mariño desde
Carúpano hacia Cartagena.
Estadía en Jamaica
Tras los acontecimientos de Carúpano, Bolívar llegó a
Cartagena a finales de 1814 para obtener de nuevo ayuda de la Nueva Granada,
que en esos momentos se encontraba también en una situación difícil que le
impidió desarrollar nuevos proyectos.
Estas circunstancias y el apoyo que le daba el Gobierno
neogranadino hicieron que fuera reconocido como jefe por todos los venezolanos
que se encontraban en Nueva Granada, el 19 de septiembre de 1814 Bolívar se
encuentra con Camilo Torres Tenorio quien preside el Congreso de las Provincias
Unidas de la Nueva Granada y admitiendo los argumentos de Bolívar y ante la
derrota sufrida por el General Antonio Nariño en la campaña del sur en julio de
1814, encarga a Bolívar de la conducción de la guerra. El 10 de diciembre
Bolívar toma a Santa Fe y obliga así a que Cundinamarca reconozca como
autoridad al Congreso de las Provincias Unidas.
Ante la imposibilidad de desarrollar algún proyecto decidió
abandonar su cargo en la Nueva Granada y partir hacia Jamaica en el buque La
Decouverte, llegando a la isla el 14 de mayo de 1815 y los pocos meses de estar
allí escribió con fecha del 6 de septiembre de 1815 la Carta de Jamaica, un
documento que tiene múltiples significados por su forma, contenido y
características materiales como texto de reflexión y análisis.
En dicho documento describe en general la situación de
América considerándola como un todo unitario y empieza a exponer el proyecto ya
preconcebido antes por Francisco de Miranda de crear una gran confederación
americana con el nombre de Colombia como una realidad a alcanzar por las
nacientes repúblicas que sería en adelante la base de su proyecto político.
Sin embargo, la situación de Bolívar en la isla llegó a ser
muy tensa ya que se encontraba allí con escasos medios económicos por lo que se
vio obligado a pasar estrecheces y llegó a sufrir un intento de asesinato del
que salió ileso gracias a que por no poder pagar la pensión donde vivía se vio
obligado a mudarse el mismo día del atentado.
Ante la neutralidad del Gobierno británico, que no quería
comprometerse a darle un apoyo abierto, y la posibilidad de que los españoles
estuvieran intentando asesinarle, Bolívar consideró necesario trasladarse a
otro país más seguro donde pudiera organizarse una expedición.
Estadía en Haití
En aquella época Haití se había convertido en una república
independiente de Francia que daba asilo y respaldaba las causas republicanas en
el continente americano. Por ello Bolívar consideró que Haití era el lugar
adecuado para organizar una expedición militar hacia Venezuela con la ayuda del
presidente de ese país, el general Alexandre Petion.
El 19 de diciembre de 1815, Bolívar salió de Jamaica para
Haití de una manera que él mismo describió como precipitada y llegó al puerto
de Les Cayes el 24 del mismo mes. Cuando Bolívar salió de Jamaica ya tenía
resueltos los aspectos fundamentales de la campaña que tenía en mente y cuyos
aspectos requerían un análisis cuidadoso ya que implicaban conseguir respaldo
político, ayuda financiera y colaboración técnica, naval y militar.
Allí con la ayuda encubierta del Gobierno haitiano y del
experimentado Almirante Luis Brión, Bolívar logró organizar una expedición
marítima conocida como la Expedición de los Cayos que salió el 23 de marzo de
1816 con rumbo a la isla de Margarita, desde donde empezaría de nuevo sus
operaciones militares.
La expedición, con más de mil hombres, retrasó su partida
seis días porque Bolívar esperaba a que se le uniese su amante Josefina
Machado, que venía de la isla danesa de Saint Thomas. Como Brión presionó para
continuar, partieron los barcos. Al llegar al sur de la Hispaniola un barco
mensajero alcanzó el navío de Bolívar y comunicó que Machado y su familia
habían llegado a Les Cayes, por lo que Bolívar le pidió a Brión que se
detuviesen de nuevo y enviase una fragada a recogerlas. Los oficiales
británicos y alemanes protestaron y amenazaron con abandonar la expedición, que
era tomada tan a la ligera, pero Brión los convenció de que continuasen.
Bolívar y la Gran
Colombia
Después del fracaso de la Segunda República de Venezuela y su
corta permanencia en Nueva Granada como comandante militar, Bolívar se vio
obligado a reflexionar sobre la causa de los fracasos previos, la situación
internacional y la forma de lograr la independencia de forma duradera.
Sus reflexiones le llevaron a la conclusión de que para
alcanzar la independencia definitiva se debía derrotar totalmente a los
españoles para impedir que realizaran acciones de reconquista pero esto no
sería suficiente, los esfuerzos descoordinados y dispersos de los caudillos
regionales a lo largo de América debían ser unificados bajo un mandato único y
como garantía de una independencia permanente se debía crear una república
grande y fuerte para poder desafiar las pretensiones de cualquier potencia
imperial.
La idea de crear una nación semejante hizo que Bolívar
tuviera un objetivo político mucho más amplio y esto en definitiva le movió a
actuar de una manera diferente a las anteriores.
Colombia como
proyecto político
Ya en la isla de Jamaica, Bolívar había expuesto la idea de
conformar a Colombia como un país que debía hacerse realidad. Concluyó que para
convertir la idea de Colombia en una nación viable y creíble hacía falta crear
un gobierno centralizado capaz de coordinar las acciones necesarias para
resguardar las fronteras y aglutinar a los distintos pueblos de la América
Hispana como garantía de la independencia.
Aunque el proyecto de Colombia como nación lo idealizó en
realidad Francisco de Miranda durante sus acciones precursoras, fue Bolívar
quien tuvo el mérito de rescatar este proyecto del baúl de los recuerdos de sus
primeros contactos con El Precursor en Londres y de llevarlo a cabo contra
viento y marea hasta su muerte.
Para garantizar la libertad de aquella Colombia, Bolívar
consideraba vital conseguir cuanto antes el control sobre Venezuela para
impedir que los españoles la utilizaran como puesto de avanzada en tierra firme
para sus campañas de reconquista por lo que decidió emprender esta tarea como
algo prioritario.
Así desembarcó en la isla de Margarita a mediados de 1816
decidido a lograr desde el principio el reconocimiento de su liderazgo y
después de obtener un éxito inicial con el líder local Juan Bautista Arismendi
preparó la campaña para liberar el continente.
El 16 de julio de 1816 Bolívar desembarcó en Ocumare de la
Costa y emitió una proclama en la que cambiaba su decreto a muerte. En la misma
declaraba que los "españoles europeos" no serían matados salvo que
estuvieran combatiendo.12 Allí declaraba que su armada iba a liberar a toda
Venezuela. Contaba con 650 soldados, de los que 300 jamás había estado en
combate. Bolívar consiguió alistar a unos doscientos negros, pero la mayoría de
la población huyó. Entonces procedió a marchar en dirección a Valencia con el
fin de establecer desde allí una conexión con los combatientes que se hallaban
en los Llanos. Las fuerzas bajo Morales se dirigieron a Valencia y de allí
hacia los cerros que llevaban a Ocumare. Después de una corta escaramuza, huyó
Bolívar hacia Ocumare y de allí a Bonaire. Al llegar Brión a Bonaire, le recriminó
a Bolívar que hubiera abandonado Ocumare de esa manera y le ordenó ir a Cumaná.
Brión partió a Margarita para reparar varios barcos y Bolívar desembarcó de
nuevo en Cumaná. Allí Santiago Mariño y Manuel Piar le recriminaron igualmente
la huida de Ocumare y lo amenazaron con llevarlo a una corte marcial y
fusilarlo. De acuerdo a Ducoudray Holstein, Bolívar se convirtió en acérrimo
enemigo de Piar desde aquel entonces. Con el fin de evitar más encuentros
problemáticos con oficiales revolucionarios, decidió partir de nuevo hacia
Haití.
A medida que pasaba el tiempo Bolívar tuvo que lidiar con
personajes que habían ganado su generalato a través de la acción pero que por
el tipo de guerra que se hacía en ese momento acabaron aceptando la Jefatura
Suprema de Bolívar como un mal necesario para poder derrotar a los españoles
hasta que a la larga su liderazgo fue indiscutido.
A partir de 1817 se desarrolló un conflicto de poder entre
Manuel Piar, que había liderado la conquista de Guayana, y Simón Bolívar. Piar
había derrotado a Morales en El Juncal a finales de 1816 y había tomado
Angostura en abril de 1817. Simón Bolívar realizó un consejo de guerra 24 de
julio de 1817 para que se reconociese su liderazgo. Bolívar escribió un
pronunciamiento contra Piar en agosto. Sedeño fue mandado a aprehenderlo.
Acusado de querer eliminar a Bolívar y establecer una pardocracia, Piar fue
fusilado el 16 de octubre de 1817. Con ello, Bolívar quedó claramente como jefe
de las fuerzas independentistas en Venezuela.
La consolidación del liderazgo supremo facilitó el control
del oriente venezolano y la instalación de Bolívar en Angostura (hoy Ciudad
Bolívar), que trajo consigo el inevitable y largo enfrentamiento con las
fuerzas expedicionarias del general español Pablo Morillo y la organización de
los mecanismos elementales para que el gobierno pudiese funcionar.
Para entonces el Ejército español ya se encontraba muy
desgastado después de la larga campaña de reconquista realizada a lo largo de
América y aunque el general Morillo era un comandante militar muy capaz que
intentó por todos los medios paliar la situación no pudo evitar que sus tropas
iniciaran un lento pero inevitable declive debido a la falta de recursos y de
refuerzos para cubrir las bajas que sufrían.
Ya en 1818, la situación del ejército español en Venezuela
se hizo insostenible y Morillo se vio obligado a retirar algunas de sus fuerzas
de la Nueva Granada para intentar contener a Bolívar. Para entonces la
situación política y militar era lo bastante buena como para pensar en la
organización de un Estado y así fue como se instaló hacia el año 1819 el
Supremo Congreso de la República en Angostura.
Campaña libertadora
en la Nueva Granada
A partir del año 1818 la situación se decantó
definitivamente a favor de los patriotas y desde entonces prácticamente su
avance por el continente se hizo imparable y, lo que permitió que Bolívar,
desde Venezuela y Francisco de Paula Santander, desde Nueva Granada empezaran a
coordinar acciones conjuntas desde sus áreas de influencia que fomentaran una
unidad militar.
Para entonces existía en Nueva Granada un importante foco de
resistencia revolucionaria contra las tropas de Morillo en los llanos de
Casanare, zona contigua a los llanos de Apure y del Arauca, donde algunos de
los revolucionarios neogranadinos más comprometidos se retiraron para resistir
la violencia de la Contrarrevolución del comandante militar Sámano como
baluarte patriota al mando de Santander, a quien Bolívar ascendió al grado de
Brigadier y lo nombró Comandante militar de la División de vanguardia.
Ambos habían elaborado un plan en el que Santander debía
preparar la provincia de Casanare, unificar a los guerrilleros del sur y dar
informes a Bolívar sobre las tropas españolas para iniciar la invasión de la
Nueva Granada.
Junto con los preparativos militares también se realizaban
acciones políticas importantes. El 21 de enero de 1819 llegaron a Angostura dos
buques británicos, el Perseverance y el Tartare con un cuerpo de voluntarios
que fue conocido como la Legión Británica para apoyar a Bolívar y el 15 de
febrero de 1819, el Libertador reunió el Congreso de Angostura, acontecimiento
en el que pronunció una de sus mejores composiciones políticas, el Discurso de
Angostura, en el que hacía un análisis crítico de la situación, exponía el
rumbo a seguir para fundar la república y anunciaba la Ley Fundamental de la
República de la Gran Colombia (que sería ratificada en el Congreso de Cúcuta
como la Constitución de Cúcuta en 1821).
Mientras tanto, Bolívar seguía preparando la invasión
militar de Nueva Granada tratando de mantener los detalles de la campaña en
secreto por lo que su duración, características, fecha de inicio y alcance eran
datos desconocidos, lo cual contribuía a aumentar el factor sorpresa y la
imprevisibilidad del ataque.
Morillo estaba al corriente de la llegada de la Legión
Británica a Angostura bajo el mando de James Rooke e intuyó que el siguiente
paso lógico de Bolívar sería unir fuerzas con José Antonio Páez, destacado
líder rebelde de Los Llanos, por lo que tras analizar la situación decidió
atacar el principal reducto rebelde neogranadino en Casanare con tropas al
mando del coronel José María Barreiro que fueron hostigadas constantemente por
las tropas del General Santander mediante tácticas de guerrilla que fueron
desgastando a las fuerzas de la Tercera División española.
La llegada de la época de lluvias hizo los caminos
intransitables y las operaciones militares difíciles por lo que los españoles
decidieron replegarse ante la lógica de que el enemigo haría lo mismo.
Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos hacían
presentir lo peor al General Morillo ya que su Ejército expedicionario,
exhausto y sin recibír refuerzos desde hacía mucho tiempo, estaba combatiendo
contra fuerzas militares eficaces de las que se desconocía su capacidad real.
Es entonces cuando Bolívar realizó una de sus hazañas
militares más destacadas, el Paso de los Andes, que realizó en una estación
poco propicia y que se consideraba imposible con los medios de la época. El
difícil avance de las tropas patriotas se produjo a través del Páramo de Pisba,
hasta dar alcance a los realistas el 25 de julio de 1819 en la Batalla del
Pantano de Vargas, en la cual la tropa realista finalmente huyó, situación que
le permitió a los patriotas llegar a la ciudad de Tunja el día 4 de agosto.
Allí se reúne con las tropas patriotas que estaban bajo el
mando de Santander en la población de Tame (actualmente ubicada en el
departamento de Arauca), en donde comienza la campaña libertadora de la Nueva
Granada.
El ataque de Bolívar logró sorprender a los españoles que,
ante el desastre, intentaron tomar medidas. Barreiro todavía pensaba que podía
controlar la situación pero el estado de sus tropas le obligaba estar a la
defensiva por lo que decidió replegarse hacia la ciudad de Bogotá donde las
condiciones le serían mucho más favorables.
El enfrentamiento decisivo con los realistas se produjo en
la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, por medio de la cual se pretendía
detener el avance de las tropas leales comandadas por Barreiro hacia la ciudad
de Bogotá y que resultó en una gran victoria para Bolívar y el ejército
revolucionario.
Cuando el virrey Sámano quien conocía como los demás
realistas el Decreto de Guerra a Muerte, se enteró de la derrota, huyó inmediatamente
de Bogotá y de esta forma, el ejército libertador entró triunfante a la capital
el día 10 de agosto.
Congreso de Cúcuta
El resultado de este Congreso fue el nacimiento oficial de
la República de Colombia, conocida como la Gran Colombia, mediante la
promulgación de la Ley Fundamental de Colombia y cuya extensión abarcó en ese
momento los territorios de la Nueva Granada y Venezuela que se dividen
políticamente en tres departamentos: Cundinamarca (Bogotá), Venezuela (Caracas)
y Quito (Quito).
También el Congreso proclamó, en diciembre de 1821, a Bolívar Presidente
de la República y a Francisco de Paula Santander como Vicepresidente de forma
que «las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día
reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia».
Campañas finales
Durante los próximos años la oposición realista fue
completamente eliminada. El 24 de junio de 1821 en la Batalla de Carabobo,
campo cercano a la ciudad de Valencia, se obtuvo una victoria decisiva sobre el
ejército español que fue completada con la batalla naval del Lago de Maracaibo
el 24 de julio de 1823 y se liberó definitivamente Venezuela.
Durante su permanencia en Bogotá, se dieron otros procesos
libertarios como el de Guayaquil el 9 de octubre de 1820 que se llevó a cabo
sin la participación de Bolívar, lo cual incidió para que posteriormente el
Libertador optara por ocupar aquella provincia que se había declarado
independiente bajo la presidencia de José Joaquín de Olmedo. Recién dos años después
Simón Bolívar llega a Guayaquil con su ejército, destituye a la Junta de
Gobierno y la anexa a la Gran Colombia.
Después de la victoria de Antonio José de Sucre sobre las
fuerzas españolas en la Batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 el norte de
Sudamérica fue liberada. Con esa gran victoria Bolívar se preparó para marchar
con su ejército y cruzar los Andes y liberar definitivamente Perú que ya había
declarado su independencia el 28 de julio de 1821 luego del desembarco del
general José de San Martín en Paracas y la toma de Lima el 12 de julio.
El 26 de julio de 1822 Bolívar tuvo una conferencia con San
Martín en Guayaquil para discutir la estrategia de liberación del resto de
Perú. Nadie sabe qué ocurrió en la secreta reunión entre los dos héroes
sudamericanos, pero San Martín volvió a Argentina, mientras Bolívar se preparó
para la lucha contra los últimos reductos españoles en Sudamérica, en la sierra
y el Alto Perú. En 1823 Bolívar fue autorizado por el Congreso de la Gran
Colombia para tomar el mando y en septiembre llegó a Lima cuyo gobierno le
pedía que dirigiera la guerra y se reunió con Sucre para planificar el ataque.
El Congreso peruano le nombró dictador el 10 de febrero de 1824, y a partir de
entonces logró controlar las intrigas de la nueva república.
El 6 de agosto de 1824 Bolívar y Sucre juntos derrotaron el
ejército español en la Batalla de Junín. A raíz de esta victoria; el poeta
guayaquileño José Joaquín de Olmedo le escribió el poema épico "Victoria
de Junín. Canto a Bolívar", verdadera obra maestra de la poesía de las
nacientes naciones suramericanas y de la gran patria ecuatoriana, y en ella, no
sólo se describe la batalla; sino también Olmedo pone en boca de Huayna Cápac
los destinos de la América Libre del yugo español.
El 9 de diciembre de 1824 Sucre destrozó el último baluarte
del Ejército español en la Batalla de Ayacucho, acabando con el dominio español
en Sudamérica.
Bolívar como
estratega
Militarmente, las guerras dirigidas por Bolívar no
implicaron a un número importante de efectivos, y en total el ejército
expedicionario español nunca sobrepasó tampoco la décima parte de la cifra de
los realistas. Sin embargo, Bolívar no era un militar profesional en el sentido
literal de la palabra, y mucho menos un teórico de la estrategia. Su formación
militar fue básica, y su instrucción teórica no pasó los límites de las
nociones de disciplina y jerarquía. Su paso por las formaciones militares
coloniales de Venezuela fue breve, y se ha comprobado que nunca estuvo en
L'École de Sorèze, ni en ningún otro instituto militar de ninguna clase.
Sin embargo, la forma en que desarrolló sus diversas
campañas militares y la terminología utilizada en su correspondencia sugieren
que sus éxitos no pudieron deberse a casualidades afortunadas, y que poseía
conocimientos de estrategia militar más avanzados de los que debía tener por su
formación.
Mediante el análisis de sus hazañas bélicas se aprecia que
Bolívar utilizaba los fundamentos de la Planificación y Estrategia para
elaborar sus operaciones y en determinadas acciones demostró tener
conocimientos de clásicos del arte de la guerra aplicando tácticas como la del
orden oblicuo del rey Federico II de Prusia, formaciones romanas descritas por
Tito Livio, puso en práctica los principios militares de Maquiavelo, era
consciente de la importancia de la economía de fuerzas, hacía análisis del
terreno y del adversario y consideraba fundamental el uso de la Logística.
Dentro de la literatura militar se sabe que Bolívar leyó
Historias de Polibio y la Guerra de las Galias de Julio César pero además
existen indicios suficientes para creer que manejó los textos militares de
Mauricio de Sajonia y del Conde de Guibert. Sin embargo, se sabe casi con
seguridad que no conoció las obras de Montecuccoli hasta 1824, ni los estudios
sobre Napoleón hasta cuando casi terminó sus campañas militares.
Todo esto da como resultado un balance militar favorable a
Bolívar ya que, a pesar de una supuesta escasa formación militar puesta en
entredicho, ha demostrado ser un auténtico líder que dio la talla como
estratega dotado de audacia e imaginación.
La Batalla de Junín
Bolívar desembarcó en el puerto del Callao el 1 de
septiembre de 1823 en el bergantín Chimborazo luego de que una comitiva enviada
por el Congreso de la República del Perú encabezada por José Faustino Sánchez
Carrión le enviara una invitación mientras estaba en Guayaquil, provincia cuya
anexión a la Gran Colombia dispuso en julio de 1822. A dicho recibimiento
asistió el presidente José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, y su gabinete
ministerial en Pleno. Al día siguiente de su llegada, el Congreso lo nombra
"suprema autoridad" y poco después le encarga la dirección de la
lucha contra el ejército realista disponiendo que el mismo Torre Tagle debería
rendirle cuentas de sus acciones.
La primera acción de Bolívar fue eliminar las fuerzas de
José de la Riva Agüero, quien fuera presidente del Perú antes que Torre Tagle y
se oponía a la llegada del Libertador, en Trujillo. Riva Agüero fue apresado en
noviembre de ese año pero logró escapar y se fue a Inglaterra. Mientras tanto,
el primer Congreso Constituyente que estaba próximo a proclamar la primera
Constitución política del Perú emite una resolución señalando que entrarán en
suspenso las disposiciones de esa carta magna que sean contrarias a las
disposiciones y deseos de Simón Bolívar. La Constitución fue jurada el 11 de
noviembre de ese año pero nunca entró en vigencia.
El ejército realista tenía el control de la sierra central y
el sur del país (actuales departamentos de Junín, Ayacucho, Cusco y Arequipa).
Por su parte, luego de la derrota de Riva Agüero, las fuerzas del ejército
unificado tenían posesión de la costa central y norte, y de la sierra norte
(actuales departamentos de Piura, La Libertad, Ancash, Lima y Cajamarca). Ante
ello, siendo factible la posibilidad de que Lima fuera invadida por fuerzas
realistas (como en efecto lo fue tras el motín del Callao), Bolívar decidió
mudar su cuartel general al pueblo de Pativilca, 200 kilómetros al
norte de Lima.
Bolívar instruye a Torre Tagle que se acerque a los mandos
españoles acantonados en Jauja para lograr una negociación con la finalidad de
ganar tiempo para lograr aumentar su ejército y ser capaz de vencer al realista
(que en el manifiesto tras la batalla de Junín, Bolívar se jactaba de derrotar
tras 14 años de triunfos contra los independentistas). Torre Tagle cumple ese
encargo pero, paralelamente, es acusado por Bolívar de negociar con el Virrey
La Serna la expulsión del Libertador y obtener así la plenitud de su mandato.
Al margen de esas intrigas, el 5 de febrero de 1824, las
tropas bolivarianas de las fortalezas del Callao pertenecientes a la expedición
libertadora, acaudilladas al mando de un sargento de apellido Moyano, se
levantan en motín del Callao argumentando falta de pago a los soldados. Esa
sublevación liberó a los presos españoles que estaban recluidos en la Fortaleza
del Real Felipe y les entregó las instalaciones y las defensas del puerto. Las
fuerzas realistas ocuparon Lima el 29 de febrero, para más tarde replegar su
fuerza principal a la sierra central y sostener una guarnición en el Callao,
cuyas defensas quedaron bajo el mando del militar español de José Ramón Rodil,
en las que se le refugiaron varias facciones patriotas, inclusive el mismo Torre
Tagle que se quedaría en la Fortaleza del Real Felipe donde murió al año
siguiente en el sitio del Callao.
Ante la falta de respuesta del presidente Torre Tagle, el
Congreso lo depone el 10 de febrero y entrega a Bolívar todo el poder político
y militar. Acto seguido, el Congreso se autoinmola y entra en receso hasta que
el Libertador lo convoque. Bolívar se convirtió en la única y máxima autoridad
en el Perú, nombrando como único Ministro General a José Faustino Sánchez
Carrión. Bolívar nombrado jefe supremo, volvió a Pativilca y ordenó el
repliegue generalizado del ejército unido a Trujillo y Huamachuco.
Formación del
ejército
Desde Pativilca, Bolívar empieza las acciones para aumentar
el Ejército Unido Libertador del Perú. Nombra como jefes principales del
ejército unido a los generales grancolombianos Sucre, Córdova y Lara. Ningún
peruano formó parte del estado mayor siendo que sólo el general José de La Mar
estuvo a cargo de la rama peruana del éjercito. Ello se debía a que el
Libertador no sentía aprecio por los peruanos tal como se muestran en diversas
cartas que envió.
Hiram Paulding, un marino inglés escribió en sus notas de la
bitácora que supuestamente Bolívar le refirió sobre los peruanos "eran
unos cobardes y que, como pueblo, no tenían una sola virtud varonil. En suma
sus denuestos fueron ásperos y sin reserva... Luego me dijeron que siempre
solía hablar así de los peruanos", pero en recientes aclaraciones se ha
dejado entrever que estas aseveraciones tuvieron origen ante la lentitud y demora
de los peruanos al reaccionar por su emancipación, pero ésta aseveración cae en
total contradicción con la gallardía demostrada en la batalla naval de El
Callao, como hecho final que encumbró a la recién creada nación peruana como
una república.
Bolívar escribió instrucciones precisas sobre todo lo
referido a la arma del ejército, en sus cartas incluyó instrucciones desde cómo
hacer las correas y cómo herrar los caballos. Así ordenó que los jefes
militares tomaran del norte peruano los recursos necesarios, la mayoría fueron
obtenidos mediante amenaza y otros fueron simplemente arrebatados de sus
dueños. La orden de Bolívar respecto a utilizar la riqueza que hubiere en las
iglesias dio lugar a abusos y saqueos por parte de los jefes militares
grancolombianos.
Durante todo ese tiempo, la guerra se desarrollaba en el
mar. El almirante Martin George Guisse, jefe de la escuadra peruana, destruyó
los barcos de guerra españoles que asediaban las costas peruanas, permitiendo
que llegasen pertrechos y refuerzos desde Colombia y asediando constantemente
la fuerza realista de España en Perú; acantonada en el Callao bajo el mando de
José Rodil.
El 2 de agosto, en la localidad pasqueña de Rancas, Bolívar
pasa revista al ejército que logró armar y que contaba 12.000 hombres listos
para acometer al ejército del virreinato del Perú, que desde principios de 1824
había quedado paralizado por la Rebelión de Olañeta. El 6 de agosto se dio la
batalla de Junín donde la caballería del ejército realista fue derrotada por
primera vez en el Perú. El 9 de diciembre de ese año se pone fin al virreinato
del Perú mediante la victoria en Ayacucho.
Sudamérica y Perú
libres
Ya antes de la batalla de Ayacucho, Bolívar había vuelto a
nombrar un gabinete ministerial. Para ello mantuvo a José Faustino Sánchez
Carrión como ministro pero esta vez encargado de la Cancillería, Hipólito
Unanue a cargo del Ministerio de Hacienda y al militar grancolombiano Tomás de
Heres como Ministro de Guerra. Su gobierno en el Perú se caracterizó por una
gran represión contra el pueblo y sus opositores a la par que ejerció una gran
injerencia tanto dentro del recién formado Poder Judicial y en la elección del
Congreso. No obstante ello, el gobierno de Bolívar se caracterizó por la
creación de instituciones básicas dentro de lo que sería la organización del
naciente estado peruano.
El 10 de febrero de 1825, un año después de que el Congreso
entrara en receso, Bolívar lo convoca de nuevo. Este Congreso sesionó por un
mes antes de disolverse y dar por concluidas sus funciones el 10 de marzo.25
Durante este periodo, el Congreso autorizó la salida de 6.000 soldados peruanos
a la Gran Colombia, acordó la entrega de premios a los militares vencedores y
emitió una resolución desentendiéndose del futuro que escoja el Alto Perú.
El 20 de mayo de 1825, desde la ciudad de Arequipa, Bolívar
convoca a elecciones para un Congreso General que debería reunirse el 10 de
febrero del año siguiente. Sin embargo, ese día no se pudo inaugurar el nuevo
congreso ya que el Libertador no estaba conforme con la incorporación de
algunos diputados como Francisco Xavier de Luna Pizarro quien fue electo por el
departamento de Arequipa. Recién en el mes de abril se logra reunir el Congreso
pero sus sesiones preliminares fracasan ya que el gobierno declaró no válidos
los poderes de los diputados de Arequipa, Lima, Cusco y otras provincias.
El 26 de mayo de 1826, el gobierno retira a los municipios
el derecho de elegir a sus autoridades28 y poco después decreta que los
prefectos convoquen a los colegios electorales de las provincias para que, cada
una, apruebe directamente la Constitución Vitalicia elaborada por Simón Bolívar
que lo nombraba como Presidente Vitalicio.
El 4 de septiembre de 1826, Bolívar se embarca en el
bergantín "Congreso" con dirección a Colombia dejando en el Perú un
"Consejo de Gobierno" cuya misión era lograr la vigencia de la
Constitución Vitalicia. Bolívar no regresaría más al Perú. El Consejo de
Gobierno no logró que la Corte Suprema del Perú apruebe la Constitución
Vitalicia y el nombramiento de Bolívar como Presidente Vitalicio por lo que
recurrió al Cabildo de Lima que, presionado, dio validez a las actas de los
colegios electorales y luz verde a la promulgación de la Constitución. Esta
constitución sólo tuvo vigencia hasta el 26 de enero del año siguiente cuando
cae el Consejo de Gobierno y se convocan nuevas elecciones.
Durante su gobierno, Bolívar dio cumplimiento al acuerdo de
"reposiciones" del ejército grancolombiano, en virtud de los cuales
se debía reponer a éste las bajas que sufriera durante las batallas libradas en
el Perú, no sólo por muertes en campo de batalla sino también por deserciones y
enfermedad. Para ello, el Libertador ordenó el reclutamiento forzoso de
peruanos para la formación de tropas y su posterior envío a Venezuela, ello se
dio mientras se mantenían en el Perú las tropas grancolombianas.
Otras disposiciones
El Libertador restituyó el Tributo indígena31 estableciendo
su "reducción al monto que se pagaba en 1820", contribución que
debían pagar los indígenas peruanos por el sólo hecho de ser indígenas. José de
San Martín había abrogado esa contribución el 27 de agosto de 1821 por lo que
la norma no hizo sino reinstaurar un pago ya proscrito. Por otro lado, prohibió
la mita32 y se garantizó como en las otras naciones recientemente
independizadas la libertad de vientres, con la cual se garantizaba que los
hijos de esclavos que sirvieran y se circunscribiesen y tuvieran en embarazo a
sus esposas los hijos de estas uniones nacerían libres, y aquellos soldados que
en anterioridad fuesen esclavos, se les concedería su libertad, como recompensa
por sus leales servicios a la causa libertadora.
En el ámbito de la organización del Estado, Bolívar
reemplazó el 6 de marzo de 1824 la "Alta Cámara de Justicia" que
había reemplazado, por orden de San Martín, a la Audiencia de Lima. Esta Cámara
dio origen a la Corte Superior de Lima y, luego de la batalla de Ayacucho, dio
lugar a la Corte Suprema de Justicia. Bolívar nombró como presidente de ésta a
Manuel Lorenzo de Vidaurre, quien dejó varios escritos muy halagüeños hacia el
Libertador. Sin embargo, tal como pasó en el juicio que se llevó adelante por
el asesinato de Bernardo de Monteagudo donde Bolívar interrogó directamente a
los sospechosos y estableció sus condenas, el Libertador ejercía directa
injerencia en la Corte Suprema. También creó la Corte Superior de Justicia de
Trujillo, la Corte Superior de Justicia de Arequipa y la Corte Superior de
Justicia del Cusco.
Bolívar creó varios importantes colegios nacionales como el
Colegio Nacional de Ciencias y el colegio Educandas en el Cusco, instituciones
que fueron conocidas como los colegios bolivarianos. Igualmente fundó el Diario
Oficial El Peruano, gaceta oficial del Estado Peruano. Expidió la primera Ley
de Imprenta que logró reprimir toda fuente escrita que lo desfavoreciera. El
reglamento de esa ley condenaba a seis años de prisión a los autores de los
escritos que el gobierno considerase como subversivos y prohibía las sátiras
contra disposiciones gubernamentales.
Dentro de las finanzas peruanas, el gobierno de Bolívar
realizó dos actos principales. En primer lugar, se establecieron las
recompensas para el ejército unificado, cuyo pago estuvo a cargo del Estado
Peruano hasta mediados del siglo XIX y se negoció un empréstito con Inglaterra
del que sólo se recibió el 25% del capital y se tuvo que pagar el íntegro más
intereses. Bolívar recibió un país quebrado y su administración no mejoró ese
punto.
Durante su gobierno se ejerció represión contra sus
principales opositores. Así, se dispuso el destierro de Francisco Xavier de
Luna Pizarro y de Mariano Necochea, el encarcelamiento del Almirante Martín
George Guisse, los hermanos Ignacio y Francisco-Javier Mariátegui y varios
militares chilenos y argentinos así como la ejecución de personajes como el
ministro de Torre Tagle, Juan de Berindoaga, vizconde de San Donás.
Adicionalmente se tendió un manto de suspicacia respecto del asesinato de
Bernardo Monteagudo.
Si bien Bolívar habría dispuesto la anexión de la provincia
de Guayaquil a la Gran Colombia en 1822, después de la entrevista con el
protector del Perú, José de San Martín, ya existía la Provincia Libre de
Guayaquil, esfuerzo de Joaquín Olmedo, en 1820, antes de que el Perú y Ecuador
fuese liberados40 (lo que inició la disputa territorial entre Perú y Ecuador).
En 1825 los criollos de Alto Perú o Charcas, deciden un país
autónomo, y rechazan pertenecer a Lima tampoco a Buenos Aires. Así nace del
Alto Perú, la creación de la República Bolívar.
Vida política
El 6 de agosto de 1825 Sucre creó el Congreso del Alto Perú
en el cual creó la República de Bolivia en honor de Bolívar. La Constitución de
1826, aunque nunca fue usada, fue escrita por Bolívar mismo. También en 1826
Bolívar convocó al Congreso de Panamá, la primera conferencia hemisférica.
Cuando iba camino de Venezuela, llamado por el estallido de
la sublevación de la Cosiata, que había tenido lugar el 30 de abril de 1826, en
Perú le nombraron presidente vitalicio el 30 de noviembre de ese año, pero el
Libertador no aceptó. Siendo nombrado Presidente de Perú el general Andrés de
Santa Cruz el 28 de enero de 1827.
Pero a partir de 1827 debido a rivalidades personales entre
los generales de la revolución, explotaron conflictos políticos que terminaron
por destruir las perspectivas de una unión sudamericana por la cual Bolívar
había luchado.
Ya en Venezuela, indultó a los comprometidos en la Cosiata y
el 1 de enero de 1827 sostuvo en el cargo de jefe superior civil y militar a
Páez. Reformó los estatutos de la Universidad de Caracas (actual Universidad
Central de Venezuela) y se dirigió a Santa fe de Bogotá el 5 de julio siguiente
para convocar una convención que debía crear una nueva constitución y el
restablecimiento de la concordia nacional después de las batallas contra los
españoles y las discordias entre los partidos. Bolívar no regresó nunca a
Venezuela.
La convención se reunió en Ocaña el 9 de abril de 1828,
desde el comienzo de la reunión, los asistentes se dividieron en tres
fracciones: la primera estaba dirigida por el general, Francisco de Paula
Santander, Vicepresidente de la Gran Colombia que defendía una concepción
federalista del gobierno; la segunda, capitaneada por el propio Simón Bolívar,
abogaba por un gobierno Central; y, por último, una tercera, la de los
independientes, en la cual militaban Joaquín Mosquera y los indefinidos. La
Convención fracasó porque ninguna de las propuestas para una nueva constitución
fue aceptada; por esa razón, los seguidores de Bolívar resolvieron ausentarse
de Ocaña el 10 de junio de 1828 y la reunión se quedó sin el quórum
reglamentario.
El 9 de agosto de 1828 Bolívar decretó una ley que prohibía
a los ciudadanos españoles contraer matrimonio en la Gran Colombia.44 Esta ley
fue derogada en Congreso de Venezuela en 1831.
Bolívar prohibió la circulación de las obras de Jeremy
Bentham en las universidades de Colombia por considerarlas nocivas para la
juventud y esto aunque Bentham fue uno de los pocos pensadores europeos famosos
de la época que apoyaron la independencia. También firmó un decreto por el que
el gobierno había de promover y proteger el catolicismo como la religión de los
colombianos.
Creyendo que mediante su acción podría imponer el orden y
mantener la unión de la Gran Colombia, Bolívar se declaró a sí mismo dictador el
27 de agosto de 1828, mediante el Decreto Orgánico de la Dictadura y queda
abolida la Vicepresidencia de la República.
El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, se llevó a cabo un
atentado contra su vida, conocido como la Conspiración Septembrina, de la cual
resultó ileso gracias a la ayuda de su compañera sentimental, Manuela Sáenz,
quiteña que recibió en 1821 la orden de "Caballeresa del Sol" del
general José de San Martín y que a raíz del suceso con Bolívar fue llamada por
él: "La Libertadora del Libertador". Bajo la ventana de la residencia
de Bolívar, frente al actual Teatro Colón, por donde realizó su escape, fue
puesta una placa con la inscripción del cuadro lateral.
Bolívar inicialmente intentó perdonar a los que fueron
considerados como conspiradores, miembros de la facción
"santanderista". Eventualmente se decidió someterlos a la justicia
marcial, después de la cual debieron ser fusilados los acusados de ser los
directos implicados, algunos sin que quedara plenamente establecida su responsabilidad.
El mismo Francisco de Paula Santander, quien había sabido con antelación de la
conspiración y no se había opuesto directamente a ella por sus diferencias con
Bolívar, partió al exilio.
Después de los hechos, Bolívar siguió gobernando en un
ambiente enrarecido, acorralado por disputas fraccionales y sufriendo de
tuberculosis. Las revueltas continuaron. En esta situación, la Gran Colombia le
declaró la guerra al Perú y el presidente de este país, José de La Mar, invadió
Guayaquil mas fue vencido por Antonio José de Sucre en la batalla del Portete
de Tarqui el 27 de febrero de 1829. Venezuela se proclamó independiente el 13
de enero de 1830 y José Antonio Páez ocupó la presidencia de ese país
desterrando a Bolívar.
Bolívar dimitió de la presidencia el 20 de enero de 1830 en
el Congreso Admirable pero esta no fue aceptada hasta el 4 de mayo de 1830
concediéndosele una pensión de 3.000 pesos anuales.
Solo y desengañado, Bolívar emprendió un viaje destinado
hacia Jamaica y Europa pero su enfermedad se lo impidió, y hubo de acogerse a
la amistad y protección de un español, don Joaquín de Mier y Benítez, que lo
invitó a quedarse en la Quinta de San Pedro Alejandrino, al suroccidente de la
ciudad de Santa Marta, en el departamento del Magdalena.
El 8 de mayo de 1830, Bolívar partió de Bogotá acompañado de
un grupo de amigos y políticos con solo 17 mil pesos, producto de la venta de
su vajilla de plata, sus alhajas y sus caballos. El vicepresidente de Colombia
Domingo Caicedo le envió a Bolívar su pasaporte, pues éste tenía la intención
de volver a Europa. En junio llegó a Cartagena, donde los lugareños le animaron
a seguir luchando, mientras que en Bogotá continuaba la campaña en su contra.
El 1 de julio el general Mariano Montilla le informó al Libertador del asesinato
del Gran Mariscal de Ayacucho, noticia que desmoronó tremendamente a Bolívar. A
fines del mes vio publicada en la prensa la resolución del Congreso venezolano
de romper relaciones con Colombia mientras el Libertador permaneciera en suelo
colombiano. El agravio devoró la salud de Bolívar y sus seguidores le
convencieron a no partir de Colombia.
Bolívar llegó a Santa Marta en estado de postración el 1 de
diciembre de 1830, tras una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá.
A pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud empeoró a los pocos
días, teniendo algunos momentos de lucidez que le permitieron dictar su
testamento y su Última proclama, donde un Bolívar gravemente enfermo clamaba
porque su muerte, por lo menos, permitiera la consolidación de la unión y la
desaparición de los partidos.
Finalmente, el Libertador Simón Bolívar falleció el 17 de
diciembre de 1830, a
los 47 años de edad, en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta. A
la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia, según rezó el
comunicado oficial.
Poco después de su fallecimiento, ya en 1831, la Gran
Colombia —que estaba en disgregación debido a las disputas políticas internas
que fragmentaron el orden constitucional— fue legalmente disuelta. Se establecieron
así las tres repúblicas de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, que quedarían
bajo el liderazgo e influencia del neogranadino Francisco de Paula Santander
(regresado del exilio), del venezolano José Antonio Páez, y de Juan José Flores
en Ecuador, respectivamente.
Maximiliano Reimondi
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