Maimónides
Nació en Córdoba el 30 de marzo de 1138, en el seno de una
distinguida familia, por vía paterna, de jueces rabínicos, estudiosos y
dirigentes comunitarios, documentada desde el siglo X y que pretendía descender
del Rabí Yehudá ha-Nasí, de la segunda mitad del siglo II, redactor de la
Mishná. Su familia materna, por el contrario, era de humilde condición; su
madre, que murió al darle a luz, era la hija de un carnicero; y su padre se
volvió a casar. Era éste un erudito formado en Lucena por Rabí Yosef ha-Leví
ibn Migash. Inició ya de pequeño sus estudios bíblicos y talmúdicos en la
ciudad de Córdoba, pero en 1148 una ola de fanatismo almohade hizo que su
familia tuviera que aparentar su conversión al Islam y cambiar a menudo de
residencia por al-Ándalus. Vivió en la ciudad de Almería, donde dio cobijo en
su casa a su maestro Averroes, hasta trasladarse en 1160 con sus hijos a Fez.2
Allí residió durante sólo cinco años, debido a la intolerancia almohade que les
obligó a exiliarse, primero durante unos meses, en Palestina y finalmente en
Egipto. Maimónides residió allí el resto de su vida junto a su familia, en la
ciudad de Alejandría y después en Fustat (hoy El Cairo, Egipto), donde se ganó
la vida ejerciendo la medicina en la corte del visir Saladino, y luego en la
del visir al-Fadl, hijo mayor de Saladino. Con este oficio obtuvo una gran fama
y admiración popular. En 1177 fue nombrado dirigente de la comunidad judía de
Egipto. Murió en Al-Fustat el 13 de diciembre de 1204. Posteriormente su tumba
fue trasladada a Tiberíades, en el actual Israel.
Su fama en la cultura europea se debe a su obra filosófica.
Aunque ésta fuera muy discutida por el judaísmo, entre otras razones por su
fuerte oposición al misticismo de los cabalistas y su influencia aristotélica,
se le considera la mayor figura posbíblica (según el proverbio "De Moisés
a Moisés no hubo otro Moisés"). En ciertos ámbitos más conservadores se le
llegó a considerar hereje de su religión, en especial, por ser el responsable
de convencer a los caraístas de apartarse de sus prácticas originales, y
acercándolos al judaísmo rabínico.
Fue muy conocido por sus coetáneos como médico, dejando una
importante huella en la tradición popular que muestra a Maimónides, sobre todo,
como un médico a quien se atribuyen milagros que le elevan al nivel de santo,
un sabio juez y un rabino.
Obra
En su juventud escribió poesías religiosas y una epístola en
árabe.
Sobre sus conocimientos en medicina escribió un buen número
de tratados, como el que dedicó al sultán Saladino, el Tratado sobre los
venenos y sus antídotos el año 1199, al hijo del sultán, Al-Fadl, Guía de la
buena salud (1198) y la Explicación de las alteraciones (1200).
Sus obras mayores de tema rabínico (talmúdico) son dos: un
comentario en árabe de la Mishná, El Luminar (1168), también titulado Libro de
la elucidación, y la Segunda ley o Repetición de la ley del año 1180, que
constituye su obra magna y consiste en una amplia y minuciosa recopilación por
materias de todas las leyes y normas religiosas y jurídicas de la vida judía
(es decir, del Talmud).
Estas obras tuvieron mucha fama y le otorgaron numerosos
discípulos. También es autor de obras filosóficas de gran peso en el
pensamiento medieval, escritas durante los últimos años de su vida, como el Tratado
sobre la resurrección de los muertos (1191).
La guía de perplejos (1190), mal apodada Guía de los
descarriados, es la clave de su pensamiento filosófico y ejerció una fuerte
influencia en círculos tanto judíos como cristianos y sobre todo escolásticos.
En ella establece una conciliación entre la fe y la razón
dirigida a quienes vacilan entre las enseñanzas de la religión judía y las
doctrinas de la filosofía aristotélica que entonces imperaban, demostrando que
no hay contradicción en los puntos en que fe y razón parecen oponerse.2 Es
decir, una conciliación entre el sentido literal de las escrituras y las
verdades racionales, acudiendo a la interpretación alegórica en casos de
conflicto.
Fue así que surgieron polémicas por parte de
"antimaimonistas" —básicamente, por parte de un grupo de musulmanes
que pretendían una lectura literal del Corán, los mutallajim— que lo tacharon
de racionalista. A pesar de ello fue una obra muy comentada y de gran
influencia en el mundo musulmán y la escolástica cristiana, por ejemplo en
Santo Tomás de Aquino.
Como judío en territorio islámico tuvo una vasta formación
en ambas culturas: la tradicional judía y la árabe profana (con sus
incorporaciones de la griega), a partir de las enseñanzas de su erudito padre
Maimum, por lo que escribió obras tanto en hebreo como en árabe, en una prosa
que se caracteriza sobre todo por la sistematización y la claridad expositiva.
De Maimónides surge el movimiento intelectual judaico de los
siglos XIII y XIV que se extendió por España y el sur de Francia. Partidario
del realismo teológico ha llegado a ser considerado precursor de las ideas de
Spinoza, pero filosóficamente no se le considera muy original por seguir
básicamente a Aristóteles, apartándose de él en puntos que parecen
contradictorios a las creencias y tradiciones judías. Por lo tanto, su carácter
es conciliador.
Maximiliano
Reimondi
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